“¿Cuál fue su culpa para ser asesinado? Soñar en un mundo con paz. William no renunció nunca a enseñar la paz. La seguridad no se obtiene solo con la firmeza, sino con el amor. Hablaba a todos de su sueño: ‘tenemos el alma, la inteligencia y la fuerza para ponernos a trabajar, y la oración nos sostendrá’. No hablaba nunca de represión o de venganza contra las maras, sino que insistía en la necesidad de un cambio de mentalidad”
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