“Le decía al Señor: «Siento que él es la persona para mí, pero él sigue diciendo que no está seguro. Apártalo de mí y así lo saco de mi corazón, y envíame a la persona que sea para mí, porque ya no aguanto más esto». Como decía antes, tenía el cariño de otros chicos, pero yo no quería a ninguno, solo a él. Pero él no me quería, y yo me sentía destrozada… Él volvió a acercarse a mí poco tiempo después de que yo hiciese aquella oración y de que él volviese a rezar, y me pidió que nos casáramos. Hicimos unas catequesis, me bauticé y nos casamos… Yo quería leer todo lo que podía sobre la fe católica. Queríamos integrarnos en las actividades de la Iglesia”
No hay comentarios:
Publicar un comentario