«La algarabía se extiende y te reciben como rey... pero tú sabes el porqué de tu entrada en la ciudad y lo que vas a vivir. Sabes la voluntad del Padre y te entregas a ella por la salvación de los que ahora te aclaman y mañana, tal vez, no. Domingo agridulce de emociones. De corazones sinceros y corazones con doblez. Pero tú sólo miras la salvación que traerás con tu pasión. Señor, que no quede yo indiferente, frío, como espectador insensible... Ayúdame con tu Espíritu Santo a acompañarte sin dudarlo toda esta Semana Santa»
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