* «Siempre han existido en el mundo jueces corruptos… También hoy, en todas partes del mundo los hay. ¿Por qué le llega la corrupción a una persona? Porque una cosa es el pecado: “Yo he pecado, resbalo, soy infiel a Dios, pero después trato de no cometer otros o trato de arreglarme con el Señor o, al menos, sé que no está bien”. Pero la corrupción es cuando el pecado entra, entra, entra, entra en tu conciencia y no deja lugar ni siquiera para el aire»
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