* «Tal como dice San Pablo: «vivo, pero no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2,20): pensamos con la mente de Cristo, sentimos con el corazón de Cristo, obramos las obras de Cristo, hablamos con la voz de Cristo. Nos unimos así al canal a través del cual la Trinidad entera viene a habitar en nosotros: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él» (Jn 14,23)”
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