* «Dejarse inquietar por el Espírito Santo: “Eh, he oído esto… Pero, padre, ¿aquello es sentimentalismo?”. No, puede ser, pero no. Si tú vas por el camino justo no es sentimentalismo”. “He sentido las ganas de hacer esto, de ir a visitar a aquel enfermo, o de cambiar de vida o de dejar esto…”. Sentir y discernir: discernir lo que siente mi corazón, porque el Espíritu Santo es el maestro del discernimiento»
No hay comentarios:
Publicar un comentario