* «Y, un día, le digo al Señor: “Yo quiero que me devuelvas la fe”. Se lo decía al Señor, pero principalmente a la Virgen. Ella estaba siempre ahí. “Yo quiero que me devuelvas esa fe que tenía de niña”. Pero no sabía lo que tenía que hacer. Y dije: «Bueno, para que me escuches, yo voy a hacer una cosa. Tú pides ayuno, ¿no? Yo no voy ayunar solo los miércoles y los viernes, sino que voy ayunar los cuarenta días de esta cuaresma, del año 2004 exactamente. Y eso lo hice, Dios me dio la gracia para hacer eso, ayunar a base de pan y agua 40 días y fue una experiencia muy bonita, que después de esa experiencia, ya no fui la misma persona»
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