“En 2005, el Bloque Héroes de Granada, de los paramilitares, asesinó a Jorge Aníbal, mi hijo menor. Tres días después de haberlo sepultado, atendí, herido, a un jovencito y lo puse a descansar en la misma cama que había pertenecido a Jorge Aníbal. Al salir de la casa, el joven vio sus fotos y reaccionó contándome que era uno de sus asesinos y cómo lo habían torturado antes de matarlo. Doy gracias a Dios que, con la ayuda de Mamita María, me dio la fuerza de servirle sin causarle daño, a pesar de mi indecible dolor”
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