«Estaba más a favor que en contra del aborto, hasta el momento en que me tocó vivirlo a mí. Incluso acompañé a una amiga. Tenía todo planificado, yo iba a estudiar y a trabajar, no tenía tiempo para más… Se me vino el mundo encima… El Señor me mandó ese rayo de esperanza, esa luz, que para mí tiene nombre y se llama Marta. Tiene nombre porque su pregunta fue ‘¿Qué es lo que necesitas para no abortar?’… Quizás no era el hecho de que necesito de dinero, para la niña, no. Simplemente era que me dijeran esa pregunta de ‘¿qué quieres hacer tú verdaderamente?’ o esa esperanza de ‘tú puedes hacerlo. No tienes por qué estar obligada a abortar’»
No hay comentarios:
Publicar un comentario