* «Oh, buen Jesús. Hoy en la fiesta de tu Divina Misericordia. Que tu preciosa sangre sane y cicatrice las heridas del alma y del cuerpo; y esa agua, símbolo del bautismo y los sacramentos, purifique y refresque nuestro espíritu. Que nos dejemos abrazar por tu infinito amor y escondidos en tu pecho abierto nos dejemos consolar y animar por ti en todo momento confiados en tu infinita Misericordia»
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