Leer más...* «Fui a mi primera confesión. ¡Me bendijo tanto ese encuentro poderoso! Después de años de rezar por sanación, por mí y por otros, nunca me había sentido tan liberada y curada como en esa confesión. Jesús estaba tan cerca de mí. Supe que estaba camino a casa. Como católica, he sentido que mi fuerza espiritual se renovaba con mucha fuerza a través de la Eucaristía. Recibir al Señor sacramentalmente me ha acercado mucho más a él»
No hay comentarios:
Publicar un comentario