* «Vi mi cuerpo cuando el médico intentaba ayudarme a volver a la vida… desde arriba. Al mismo tiempo, dos alas – bueno, eran algo así como un ángel – me llevaron a este lugar, un lugar muy hermoso. Vi a Mamá María y vi a Jesucristo. Jesucristo estaba en su trono. Tenía una ropa blanca muy brillante. Con una sonrisa asombrosa María dijo: «Hijo mío, no es tu tiempo porque tienes una misión que cumplir en la tierra». Después de que ella me habló, volví rápidamente. Esto cambió todo en mi vida. A través de esta bella visión, comprendí que sólo nos quedamos un tiempo en este mundo. Comprendí que necesitamos vivir una vida con valores. Creo que el infierno existe, y sé que el paraíso y el purgatorio existen»
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