* «Si a mí, que apenas veo la televisión, me hubiesen dicho que Jesús me convertiría con una película , no lo habría creído. Pero La Pasión de Cristo de Mel Gibson lo cambió todo… Lloré de principio a fin. Comprendí que Cristo había muerto por mí, por mis pecados. Ardía de amor por Jesús. Ahora lo tenía claro: Él murió por mí, Él me ama… Un 15 de agosto recibí una gracia enorme de la Santísima Virgen. Entré con mi marido a visitar Notre Dame de París. Y, como Paul Claudel, él entró en la catedral como no creyente y salió de ella llorando y encendido de amor por Jesús ¡Nos habíamos convertido el mismo año!»
Leer más...
No hay comentarios:
Publicar un comentario