* «Ellos perdieron a su hija mayor quien murió a sus 30 años. En estos 45 años nunca se separaron. Cuando están juntos muchas veces se discuten pero cuando uno de ellos está internado, se extrañan y lloran el uno por el otro. Creo que la fe y el amor de ellos es la clave para su matrimonio», explica su hija Mónica Fabiola Ayala
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