* «El primer problema una vez convertida fue el aborto. Yo era pro-elección, porque nunca pensé en lo que era de verdad el aborto. Una vez me di cuenta de lo que implicaba y de que acababa con la vida de un ser humano, me convertí en próvida. No voy a caer en el miedo promovido por el feminismo, porque sirvo a un Señor bondadoso, cuyos caminos son perfectos»
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