* El caso de Jessica, que llamó a su hijo Thomas Solanus, fue presentado para la canonización del Beato P. Solanus Casey: «Después de cada tratamiento de quimioterapia Recé ante la tumba del Beato P. Solanus Casey, un fraile capuchino cuyo cuerpo está enterrado en Detroit, mi ciudad natal, para ser curada de forma milagrosa y para que mi hijo naciera hermoso y saludable»
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