Confinado a una cama desde los 24 años debido a un accidente mientras practicaba judo, el italiano, ahora de 40 años, fue el primero en ser saludado por el Papa Francisco cuando este salió a dar la bienvenida a los peregrinos. Salvatore ha vivido en la ciudad italiana de Chieti desde 1995, y solo ha salido de su habitación dos veces desde el accidente, debido a los riesgos que implica. La segunda vez fue hoy, para encontrarse con el Papa Francisco
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