* «Mi familia es muy importante porque todos lucharon por mí en todos los sentidos para que pudiera ser curado y con mucha fe y amor, fidelidad al tratamiento, salí victorioso del cáncer a la edad de 9 años y desde entonces comencé a buscar amar a Dios más y más que me volvió a la vida. Hoy es un día de alabanza, porque mirar hacia atrás y darme cuenta de cuánto soy amado por Dios me hace testificar que para Él nada es imposible porque ya son 25 años de victoria de lo que parecía imposible y para lo que no habría salida, que parecía ser mi muerte. Jesús cambió mi suerte»
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