Aisha Ruah en el escenario, una rapera para Dios
* «El perdón de los pecados fue la puerta por la cual tuve una experiencia, me atrevo a decir mística, de Amor inenarrable. Una certeza profunda de que Dios existía. De que siempre me había mirado y esperado. 'Tú eres MI HIJA', escuché. 'Y te digo cómo te amo: clavado en una cruz por Amor, para librar de la muerte a los pecadores como tú, Isabel'. Hoy soy testigo de que Jesús está vivo y resucitado, presente en la Eucaristía y que la palabra de Dios es una ley que libera al ser humano»
Camino Católico.- Aisha Ruah es Isabel, una cantante de rap de Madrid, que ha ganado el Catholic Music Award a Mejor Canción Urbana con su tema Sal de ti.
En esa canción se define como "una lunática que ha aterrizado". Lleva años evangelizando con su música, aunque probablemente la JMJ de Lisboa fue la ocasión en la que llegó a más personas en persona.
Explica a Pablo J. Ginés en Religión en Libertad que en su adolescencia fue muy hostil a la Iglesia. "Mis padres me bautizaron y me apuntaron a Religión. Hice la comunión porque quería una bicicleta. Pero fui una adolescente alejada de la Iglesia, sumergida desde muy niña con su hermano en el rap español y americano. Con 14 años comencé a rapear canciones que, gracias a Dios, nunca publiqué. Del cristianismo sólo sabía sus errores, abusos históricos, lo que salía por la tele. Yo era muy ignorante respecto a Cristo, su mensaje y el papel del cristianismo en la Historia, en nuestras libertades. Pensaba que el catolicismo castraba la libertad de la persona, que era una farsa para calmar conciencias".
Su experiencia es que “la fe, si no es regada por el conocimiento de la Palabra, los sacramentos, la oración íntima y un testimonio de fe coherente de los que nos rodean, es fácil que quede estéril".
Aisha Ruah al recibir el premio Catholic Music Award a Mejor Canción Urbana con su tema Sal de ti
Transformada en Tierra Santa
A los 19 años, en su "época de raves y universidad", aceptó ir a Tierra Santa a una peregrinación invitada por sus padres. Sólo quería un poco de turismo. Como dice su canción "El rescate": "Destino Israel / peregrinación donde el que menos importa es Él". Al principio se mofaba de la fe de la gente. Pero Tierra Santa le tocó por dentro.
"Mi vida fue transformada en el Lago Tiberiades. Del canasto vacío, multiplicó panes y peces. Al final del viaje Jesús, milagrosamente, me movió a confesar mis pecados", explica. Un cura joven le ayudó a abrirse a la confesión, a conectar con Cristo en el sacramento. Así, pudo "entregar a Dios todo aquello que guardaba con orgullo y vanidad y oscurecía mi alma".
Pasados 16 años, hoy ve que “el perdón de los pecados fue la puerta por la cual tuve una experiencia, me atrevo a decir mística, de Amor inenarrable. Una certeza profunda de que Dios existía. De que siempre me había mirado y esperado. 'Tú eres MI HIJA', escuché. 'Y te digo cómo te amo: clavado en una cruz por Amor, para librar de la muerte a los pecadores como tú, Isabel'".
Esa experiencia transformó su vida de golpe, de la noche a la mañana. "Hoy soy testigo de que Jesús está vivo y resucitado, presente en la Eucaristía y que la palabra de Dios es una ley que libera al ser humano".
Aisha Ruah en un concierto, ella habla de Dios y la vida con ritmos de rap
Fue creciendo en la fe a través del Camino Neocatecumenal. Fue misionera con proyectos educativos en distintos continentes. "Y me casé con 23 añitos: ¡mi primera vocación!"
Rapera por Dios, un poco por sorpresa
En 2019, cuando se celebraba el Centenario del Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles, sintió el impulso de contar su historia cantada en rap, una película con el título Testimonio, que unía tres videoclips, "que subiría a un canal de Youtube improvisado donde quería contar mi experiencia y ya está. No tenía pensado hacer ninguna canción más".
Pero ya no paró. "Llevo cinco años como misionera musical. Algo inimaginable el ministerio de Aisha Ruah y del cual, digo francamente, que no es obra mía".
"Con la asociación EsperanzArte, por ejemplo, en los festivales que han organizado, en una semana, el Evangelio se ha anunciado a más de 4.000 almas: cinco colegios en Logroño, salesianos, consolación, teresianas, Agustín Gericó, cárcel de Daroca... ¡Dándolo todo y llegando afónica a casa! Son chavales de todos los ciclos que reciben de una forma atrayente y participativa que Cristo ha muerto por ellos y que los ama. Lo que experimentas y te emociona de niño, es lo que no se olvida. He recibido testimonios de chavales por Instagram que estaban pensando en el suicidio. Esto no lo cuento para impresionar ni inflar la importancia de esta labor musical, sino porque doy fe de cómo la música y el mensaje de Jesús verdaderamente puede salvar una vida.
"Nuestro amado San Juan Pablo II nos dejó la importancia de reunirnos en el nombre de Dios en la JMJ, el jubileo. Fui testigo al cantar en diferentes escenarios de la JMJ de Lisboa, de que la música y la fe nos unen en un idioma común. Somos uno. En los encuentros interdiocesanos, la música también ha sido un fuerte nexo de unión entre jóvenes cristianos", añade.
"Para el joven que vive inmerso en este mundo tan cambiante, lleno de todo tipo de ideologías y confusión, es fundamental experimentar que no está solo, que somos muchos jóvenes los que compartimos en España y en el mundo la decisión de seguir a Cristo. Es hora de dejar los complejos que están llevando a España a la pérdida de los valores de nuestros padres y abuelos. Cada vez hay más jóvenes que están cansados de vivir acomplejados y en la comodidad de calentar el banco. ¡Id y anunciad! Son las palabras de Cristo. Dos mil años después siguen sonando, nos llaman a ser misioneros, cada uno según el carisma recibido", exhorta.
La fuerza del rap
Para evangelizar, piensa que "todos los géneros musicales son válidos, el Espíritu Santo con su creatividad continúa abriendo caminos".
"Generalmente en España, el rap es un género poco escuchado dentro de la Iglesia. El rap emociona y llega a personas que poseen una sensibilidad profunda. Muchas de estas personas no suelen comulgar con la iglesia pero les gusta escuchar y pensar ¿qué querrá decir el poeta?", señala esta rimadora.
El rap, dice, "puede llegar a mostrar esa cierta 'agresividad' por su fuerza y su forma tan directa. Cuando algo te duele, cuando el mal del mundo, el engaño del demonio a los jóvenes, las injusticias te producen dolor, el rap irrumpe como una vía de expresión y conexión con las personas extraordinaria. Es un despertador de conciencias".
También explica que el rap es rudo por el origen del hip hop. "Es un grito que reclama la dignidad y denuncia la injusticia social. La voz de los marginados, los oprimidos por motivos económicos, raciales; por el abandono del estado... El hip hop da alas a la gente que se ve obligada a vivir en entornos con pocos recursos, donde están presentes las drogas, la violencia, las armas".
El rap, añade, "da voz a los últimos de la sociedad, a los de abajo, y por eso siento que Jesús está tan cerca de este género. Él es el primero en la historia que elevó la dignidad de mujeres, pobres y enfermos, como digo en la canción de Buscad mi Rostro.
Autenticidad y honestidad
En el caso de los Catholic Music Awards, añade que "el jurado también valoró la constancia en la trayectoria misionera de los músicos, la coherencia entre lo que decimos y vivimos, la dedicación seria y la calidad audiovisual que ofrecemos en cada uno de los trabajos que realizamos".
"La gente nota si el artista vive con autenticidad y conforme al Evangelio. Por ello también es importante compartir las luchas, las dudas y la propia debilidad en nuestra música ya que, tantas veces, nos hundimos como Pedro. La clave está en ser honesto".
Que haya distintos estilos, cree, "es una oportunidad para llegar a diferentes personas, no a todos nos llega la misma música ni las mismas vivencias".
En su caso, su ministerio como Aisha Ruah "comenzó para hablar a los alejados, como lo fui yo. Siempre tengo en mi interior aquella joven que fui, que, al escuchar la palabra católico, por juicios, cerraba el oído".
Crecer y conocerse
Nos habla también de la canción Autoinmune, una pieza del álbum que sacará este año.
"Refleja las luchas tan grandes que vivo en este camino. Soy una persona que vive todo con mucha pasión e intensidad. Eso implica pagar unos precios con los que Dios ya contaba y de los que te va sanando".
Añade sobre esto: "Es importante entrar en uno mismo para mirar, escuchar, conocerse. Pero no hay que quedarse ahí. A veces puede ser destructivo si solo miras y evalúas mucho sin aceptar tu verdadera identidad. Continúo aprendiendo a entrar en mi interior y no quedarme sola, sino a entrar con Jesús. Él conoce mi corazón mejor que yo e ilumina las tinieblas de mi mente. La oración nos limpia y ordena, permite al Padre hacernos hijos como Él nos ha soñado, libres y auténticos".
Cristo es el que escribe
Como escritora de canciones, asegura que "una letra llamada cristiana, no la define ni que nombre a Cristo ni que cite versículos bíblicos. La escribe Cristo. Como dice San Pablo, Cristo habita en el corazón por la fe. Entonces, todo lo que se inspira en el corazón del que escribe es mediante la oración y la intimidad con Él".
En ese sentido, escribir con herramientas de IA no tiene sentido, no es espiritual. "La IA procesa información registrada. Siempre estará muy lejos de la expresión del alma humana, que es precisamente lo que sucede en las artes, su Esencia".
Un reto: impulsar a los músicos católicos
"Cuando me acerqué por primera vez a los músicos católicos, descubrí que hay hermanos con mucho potencial a nivel musical, personal y con una clara vocación misionera. Queda mucho trabajo por hacer. Para que la música llegue a la gente hay que invertir en sonido, en formación musical, clases de canto, producción...", explica.
"Si queremos alcanzar la cultura de este tiempo, es muy difícil impactar o tener esa presencia haciendo música en los ratos libres. Se necesita apoyo económico. No estoy hablando siquiera de poder pagar el alquiler sino que, para poder hacer producciones musicales de calidad, se requiere inversión, tiempo y dedicación completa al ministerio musical".
Cree que poco a poco los católicos tienen más conciencia del impacto que puede suponer en la vida de una persona una canción inspirada por el Señor. "Llevo en mi corazón que, por la falta de este apoyo económico, se pueden estar perdiendo vocaciones; servidores de la palabra con grandes talentos en la música, simplemente por no poder cubrir los elevados gastos de producción de hacer un álbum", lamenta.
También denuncia que algunos entornos católicos miran a los misioneros musicales "como relleno o animadores socioculturales, sin ser conscientes de que este servicio es una llamada seria de Dios. En la Biblia, Él invita a la alabanza, a cantar a todas las naciones".
Poco a poco hay más personas apoyando la música católica en España, que "saben que todo obrero merece su salario y que es más fácil poder llegar a las almas, sobre todo de los más jóvenes, ofreciéndoles experiencias musicales con producciones de calidad". Destaca el trabajo de promoción y valoración de los músicos, desde Conferencia Episcopal, de Raúl Tinajero, sacerdote de Toledo, y del productor David Santafé, que trabajan por reconocer e impulsar esta evangelización. También se apoya en las laudes que retransmite el padre José Marín.
Consejos para jóvenes músicos
A los jóvenes con ganas de evangelizar con la música les anima a "que no se acobarden, porque Dios les respaldará. Como dice San Agustín, 'Dios no elige a los capaces, capacita a los elegidos'. Mi experiencia personal es que los cobardes se ciñen de valor. Lo más importante es cuidar la intimidad con Dios, llevar una vida de oración y frecuentar los sacramentos. Escuchar Su voz es el plan de marketing. El Espíritu Santo, mi manager".
También matiza que "hacer música para Dios es una llamada que hace Él a servir, no para realizarse uno mismo en sus propias producciones o cumplir sueños de influencer. Los que cantamos para Dios somos misioneros artistas. El Señor dice: 'no sois vosotros los que me habéis elegido, sino yo, para que deis fruto y vuestro fruto permanezca'"
Añade que, como pasa con otros misioneros, el misionero artista verá cruces, incomprensiones, cansancios, falta de apoyo, juicios, dudas de uno mismo... "Dios produce en el silencio frutos que nosotros muchas veces no vemos. El que haga música porque quiere crecer rápido, cuando no crezca la dejará. El que haga música para ser famoso, también la dejará en este camino. El que busque su recompensa, también la dejará. La mejor paga es la paz y la certeza de que Dios conforta y da el coraje para la misión".
Y añade, con toda claridad: "la música es mi excusa para anunciar el kerigma. Si sientes el llamado de Dios y te gusta el reguetón, ¡haz reguetón para Él! Habla de Él con cualquier sonido que mueva tu interior: ska, reggae, techno... Dios quiere sonar en la música del mundo porque es dueño de todo".
(Aisha tiene su canal de Spotify aquí, y su canal de Yotube aquí).
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