Camino Católico.- Davide Barbieri era un despojo para el mundo, una persona que no debe ser vista. Traficante de drogas, ladrón y finalmente también adicto a la heroína nadie creía en él hasta que una persona mayor le encontró viviendo en la calle y le dijo que había alguien que le quería. Años después Davide pudo salir de este mundo gracias a un potente encuentro con Dios, se casó, es padre de seis hijos, y es él ahora el que ayuda a los jóvenes a salir de la adicción utilizando a Cristo como la mejor medicina posible.
Este italiano nacido en un pequeño pueblo cercano a Turín recuerda no haber tenido una infancia feliz. “Mis padres no estaban muy unidos. Mi padre apoyaba al Partido Comunista y mi madre sufrió una depresión crónica toda su vida”, afirma en una entrevista en el programa Cambio de Agujas de Euk Mamie.