Camino Católico.- La lectura orante de la Sagrada Escritura es una vieja práctica de la Iglesia. Es el método de meditación de los monjes benedictinos. Descubre esta forma especial de escuchar la voz del Espíritu Santo. La Lectio Divina es, junto con la liturgia (Misa, Oración de las Horas) y el estudio, una de las formas de saborear y nutrirse de la Palabra de Dios.
“El Evangelio es el cuerpo de Cristo”, escribió el gran biblista san Jerónimo (345-420). “Comemos la carne y bebemos la sangre de Cristo en el misterio de la Eucaristía, pero también en la lectura de las Escrituras”.
En este sentido, san Juan Pablo II decía que “la primacía de la santidad y de la oración sólo es concebible a partir de una renovada escucha de la Palabra de Dios”.
“Es necesario que esta escucha se convierta en un encuentro vital que nos permita extraer del texto bíblico la palabra viva que desafía, guía y configura la existencia”, añadía.
El objetivo de la Lectio Divina no es, por lo tanto, hacer a alguien erudito, sino intensificar su comunión con Dios, a quien conocemos cada vez mejor gracias al contacto personal que tenemos con Él a través las Escrituras, donde se entrega.