«Que sea suficiente a nuestra vida la Pascua del Señor, a estar libre de las preocupaciones de lo efímero, que pasan y se desvanecen en nada. Nos basta solamente Él, donde hay vida, la salvación, la resurrección y la alegría. Entonces seremos siervos según su corazón: no funcionarios que prestan servicio, sino hijos amados que donan la vida por el mundo»
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