“Hoy más que nunca estamos rechazando esta invitación decisiva. Como los primeros convidados al banquete de boda hemos antepuesto todo a esta invitación: el trabajo, las aficiones, los deportes, los compromisos sociales, los planes para el fin de semana... Estamos muy ocupados y activos pero hemos quitado de nuestra vida el fundamento que la sostiene y le da sentido. Y sin este fundamento nuestra casa será fácilmente destruida por cualquier tempestad, como Jerusalén fue destruida por las legiones romanas”

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