* «La Virgen del Pilar es fuerza para la renovación de nuestra fe… nos recuerda que el Evangelio es fuente de agua viva para aquellos que lo reciben con alegría y que luego son capaces de anunciarlo y vivirlo con coherencia y valentía… No olvidemos que la fe sin obras está muerta (cfr. Sant 2, 26). Aspiremos a ‘la fe que actúa por la caridad’ (Gál 5, 6)… La mejor ofrenda de flores a la Virgen es la ofrenda de los frutos de esas flores: el amor, la alegría, la paz, la justicia y la solidaridad, especialmente con los pobres»
12 de octubre de 2019.- (Camino católico) El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha pedido no pasar «frívolamente» ante el dolor y el sufrimiento, sino «comprometer con las causas justas de la humanidad, cuidar a las personas y luchar frente a lo que atenta contra la dignidad humana, para caminar humildemente hacia la verdad y la justicia en el amor». Así lo ha manifestado en la Catedral-Basílica zaragozana durante la homilía que ha pronunciado en la misa solemne con motivo de la Fiesta de la Virgen del Pilar, de la que ha dicho que «el Evangelio es fuente de agua viva para aquellos que lo reciben con alegría y que luego son capaces de anunciarlo y vivirlo con coherencia y valentía».
Esa fe, ha continuado, tiene una dimensión social y servicial, y ha de encarnarse en la vida, comunitaria y eclesial para inaugurar «una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría», unida a la misericordia, «para que la Iglesia sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren un motivo para seguir esperando».