* «De los 14 a los 17 años, empecé a buscar a Dios. Con todas mis fuerzas. Yo le decía: ‘Dios, no quiero creer una mentira; si existes, quiero conocerte, has de ayudarme’. Con esa oración de agnóstica empezó mi camino de buscarle con todo mi corazón… Cuando yo era evangélica, todo era ‘de pensar’, mi cabeza iba a explotar. Y yo lo que quería era comunión. Yo quería estar con Él. Igual que a veces estás con tus mejores amigos, sin tener que decir nada. Eso faltaba en el mundo evangélico: era todo hacer, hacer, pensar, pensar, trabajar… no podías descansar, estar en Su presencia como hija de Dios. Yo quería sólo disfrutar de la vida de Dios, estar en Su presencia… Yo estaba contenta porque trabajaba para Cristo… pero estaba muy cansada, ¡sin la eucaristía era muy difícil!»
Camino Católico.- Tamara Sánchez nació en el seno de una familia católica, pero, en su adolescencia, fue la fe protestante la que le dio respuestas sobre preguntas tan fundamentales para la vida cómo: «¿Por qué estoy aquí? ¿Qué sentido tiene mi vida?». Como misionera evangélica predicaba a Jesucristo, pero se dio cuenta de que no lo conocía de verdad. Estudió en Oxford entre conocidos teólogos protestantes, pero la fe no bajaba de su cabeza al corazón. Un recuerdo de su infancia la llevó a acercarse a un convento de carmelitas. Allí se dio cuenta de que, en presencia de Jesús Eucaristía, experimentaba una paz que hacía tiempo no sentía. Sí, eso era lo que le faltaba: la Eucaristía. A raíz de esta experiencia se fue acercando más y más a la Iglesia católica. En el vídeo se visualiza el testimonio de conversión de Tamara Sánchez, que explica en una entrevista en el programa Cambio de Agujas de H.M. Televisión, presentado por Cristina Casado.