- Los trasplantes de órganos vitales exigen la muerte del donante
- Pide llegar a un consenso científico claro “para constatar la muerte del paciente”
- Trasplante de órganos, un “acto de amor”, explica el Papa
- No pueden someterse a la lógica del mercado
9 de noviembre de 2008 .- Benedicto XVI ha insistido en que los trasplantes de órganos vitales pueden tener lugar éticamente a condición de que se haya constatado la muerte del donante y con el consentimiento informado de sus familiares. El trasplante de órganos, ya sea en vida o tras la muerte del donante, es siempre un acto de amor, aseguró Benedicto XVI, quien ha denunciado la tentación de someter esta práctica a la lógica del mercado. Según el Papa, "el acto de amor, que se expresa con el don de los propios órganos vitales, es un testimonio genuino de caridad que sabe ver más allá de la muerte para que siempre venza la vida". Leer más...