* «Tan grande es el amor de padre que Dios tiene por nosotros que murió en nuestro lugar. Se hizo hombre y murió por nosotros. Cuando miremos el crucifijo, pensemos en esto: «Si yo hubiera muerto en tu lugar. Y escuchemos la voz del padre que en el hijo nos dice: «Hijo mío, hijo mío». Dios no niega a sus hijos, Dios no negocia su paternidad. Nos hará bien en los malos momentos de nuestra vida – todos los tenemos – momentos de pecado, momentos de alejamiento de Dios, escuchar esta voz en el corazón: «Hijo mío, hija mía, ¿qué estás haciendo? No te suicides, por favor. Yo he muerto por ti”»
Video traducido y editado por Vatican News
4 de febrero de 2020.- (Camino Católico) El llanto de David por la muerte cruenta de su hijo, que se había vuelto contra él, es una profecía del amor de Dios Padre por nosotros, un amor que llegó hasta la muerte de Jesús en la cruz. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la misa de esta mañana, en que también subrayó que el Señor es padre y jamás niega esta paternidad.