P. Carlos García Malo / Camino Católico.- Cada 21 de septiembre la Iglesia Católica recuerda la figura de San Mateo, Apóstol y Evangelista, que vivió en Cafarnaún junto al lago de Galilea, y fue elegido por el mismo Señor para ser uno de los Doce que lo acompañó durante su vida pública.
El Evangelista fue un publicano que recolectaba los impuestos para los romanos y quien al encontrarse realizando esta función, pasó Jesús y lo llamó, este sin dudarlo siguió el llamado de Dios.
Al subir el Señor a los cielos Mateo predicó durante años en Judea y en países cercanos.
A San Mateo se le atribuye ser patrono de los banqueros y se le representa con un libro. San Jerónimo fijó la figura de un hombre alado como símbolo de su Evangelio.
En una fecha como hoy en el año 1953, Jorge Mario Bergoglio, hoy Papa Francisco, tenía 17 años de edad, y experimentó después de la confesión la llamada a la vida religiosa en la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, incluso su escudo pontificio lleva el lema «Lo miró con misericordia y lo eligió» como se describe el encuentro de Jesús con el Apóstol.
Pidamos con la siguiente oración a San Mateo, Apóstol, no perder la esperanza de la conversión, leer la Palabra revelada y ser valientes en el seguimiento de Cristo:
El juicio ya estaba hecho: recaudador de impuestos y ladrón.
Sin embargo Jesús no vino a llamar a los justos sino a los pecadores.
¡Qué esperanza para cuantos se sienten acusados por su conciencia!
En ti, San Mateo, está la confianza de miles que anhelan la misericordia del Salvador.
Respondiste rápidamente a la llamada, lo dejaste todo y te convertiste en discípulo y apóstol del Señor.
Tan íntimamente viviste a su lado que nos dejaste el Evangelio reconociendo a Jesús como Dios y Señor.
Ayúdanos a no perder la esperanza de la conversión, a leer la Palabra revelada y a ser valientes en el seguimiento de Cristo.
Amén.
San Mateo, ruega por nosotros.
P. Carlos García Malo