El padre José María Alsina con su hermana Mercedes, tetrapléjica, que le llevó a confirmar la llamada al sacerdocio
* «Viendo a Mercedes lo feliz que estaba, entendí que yo estaba llamado a llevar esa felicidad como sacerdote al corazón de los hombres, porque hoy en día hay muchas personas que mueven sus brazos y piernas, que pueden correr, que pueden saltar, pero que están muy tristes y deprimidos. ¿Y la razón cuál es? Que no tienen el amor del Corazón del Señor. Por lo tanto, para mí la llamada fue comprender que el amor que yo he recibido lo tengo que dar, que es el amor del Corazón del Señor para que la gente pueda encontrar la alegría, la felicidad, la salvación que solamente Jesús nos puede dar»
Vídeo de la H.M. Televisión en el que el padre José María Alsina cuenta su testimonio de vocación
Camino Católico.- José María Alsina siempre ha sentido una fuerte atracción por Jesús. Su familia le transmitió la fe a la par que la vida y la educación y la cultura cristiana. La llamada a ser sacerdote le llegó a través de varias “voces”, pero la de su hermana pequeña, Mercedes, fue determinante.
“Cuando pienso un poco en que momento empezó esta amistad con Jesús que me llevaría al sacerdocio, yo no puedo poner fecha porque creo que desde la cuna el Señor me llamó. ¿Y cómo explicarlo? El Señor desde muy niño puso en mi corazón un amor muy especial, como un deseo muy grande de ser de Él. Yo he entendido siempre el sacerdocio como ser de Jesús”, dice José María Alsina en el video-testimonio de HM Televisión.
“Luego, ya vendría a comprender el sacerdocio desde el punto de vista sacramental unido a la Eucaristía, pero para mí el sacerdocio siempre ha sido ser de Jesús. Por eso cuando yo me ponía delante de Jesús entendía que el Señor me iba atrayendo hacia Él”, asegura
José María, el niño en el centro de la imagen, fue el padrino de bautismo de su hermana Mercedes / Foto: Cortesía de José María Alsina
Una promesa a la Virgen
“Un momento en mi vida que me marcó mucho fue a los 12 años, cuando el Señor atravesó mi vida a través del sufrimiento porque vivimos en mi casa un momento de dolor fuerte con la enfermedad de una de mis hermanas, Mercedes, a quien llamábamos Memé. Era una niña normal, tenía un año y medio, y de repente se puso a morir. Aquella noche mis padres nos dijeron que estaba muy enfermita y yo ante una imagen de la Virgen le dije: ‘madre si se cura Mercedes voy a ser sacerdote’. Le prometí el sacerdocio a la Virgen y la Virgen -lo que se da no se quita santa Rita bendita- y la Virgen esa promesa que hice la guardó en su corazón”, comparte el padre Jose María Alsina.
Lourdes lugar de peregrinación para la familia para rezar por la curación de Mercedes
Pero los sentidos encontrados se manifiestan en Jose María durante la adolescencia: “A los 15 años, empiezan a agradarte las niñas y pienso que a mi también me gustaría casarme, pero a la vez siempre guardaba en mi corazón aquella promesa. Y por otro lado, seguía sintiendo lo que sentía de niño, que cuando me ponía delante de Jesús, había algo que me atraía muy fuerte”.
“Me gustaba mucho ir a Lourdes porque desde que mi hermana pequeñita Mercedes se puso enferma, mi padre siempre dijo que iríamos todos los veranos a Lourdes a pedir que se curara y si se curaba a dar gracias. Por lo tanto, estábamos comprometidos con Lourdes y fuimos muchas veces en familia y yo empecé a ir también con jóvenes, con lo que para mí Lourdes era un lugar muy especial”, cuenta.
Mercedes no se curó, pero él entendió que se confirmaba la llamada al sacerdocio
La familia Alsina (falta una hermana, carmelita en Tiana, España) / Foto: Cortesía de José María Alsina
“A los 16 años, rezando delante de la Virgen de Lourdes rezando le dije: ‘Madre yo te prometí aquello cuando era un niño, pero Mercedes sigue enfermita, mi hermana se quedó tetrapléjica, y, ¿tú qué me has querido decir con todo esto?”, relata Jose María, a quien le vino la respuesta a su mente:
“Empecé a pensar que a través de ella el Señor me había enseñado lo que es ser sacerdote. Porque mi hermana Mercedes no se curó pero estaba siempre contenta, siempre tenía una felicidad, una alegría que nos la iba transmitiendo. Nosotros éramos siete hermanos y luego vino otro hermanito pequeñito, Miguel. Y yo creía que Mercedes se pondría triste viendo como Miguel camina. Y pasó todo lo contrario. Mercedes era motivo de alegría para nosotros”, asegura.
“Y entonces empecé a pensar que a través de ella el Señor también me había enseñado que era ser sacerdote. Ese deseo que yo tenía de niño de ser de Jesús. Ser sacerdote es llenar el corazón de las personas del amor del Señor. Y Mercedes estaba contenta porque tenía el amor de mis padres, el amor nuestro, el amor de la familia, es decir que se sabía muy amada, y por otro lado tenía el amor Corazón del Señor, que era el centro de nuestra familia”, relata.
“Viendo a Mercedes lo feliz que estaba, entendí que yo estaba llamado a llevar esa felicidad como sacerdote al corazón de los hombres, porque hoy en día hay muchas personas que mueven sus brazos y piernas, que pueden correr, que pueden saltar, pero que están muy tristes y deprimidos. ¿Y la razón cuál es? Que no tienen el amor del Corazón del Señor. Por lo tanto, para mí la llamada fue comprender que el amor que yo he recibido lo tengo que dar, que es el amor del Corazón del Señor para que la gente pueda encontrar la alegría, la felicidad, la salvación que solamente Jesús nos puede dar”, dice.
Su hermana Mercedes impulsó a ser sacerdote a José María Alsina, que en la imagen está dando la Comunión a ella / Foto: Cortesía de José María Alsina
“Me enamoré de Jesucristo”
“A los 18 años entré en el seminario de una manera providencial. Estaba pensando pues ir al seminario y una religiosa del colegio me preguntó: ’¿José María tú no has pensado ser sacerdote’. Comencé a hablar con ella y un día me dijo: ‘si tú tienes tan clara tu vocación, te tienes que ir al seminario’. Yo le respondí que iba a hacer una carrera universitaria y ella me replicó: ‘No, te tienes que ir al seminario’”, comparte.
Y concluye: “En los seis años que estuve en el seminario de Toledo, lo más importante fue que la amistad con el Señor se hizo fuerte y me enamoré de Jesucristo y nunca dudé que el Señor me llamaba. Y llegó el día de la ordenación como la confirmación de que la llamada que yo había recibido de niño era verdad. Y desde entonces tengo esa certeza en mi corazón cuando estoy con Jesús: que soy de Él, que le pertenezco y que mi sacerdocio configura totalmente mi existencia”.
Mercedes Alsina da gr acias a Dios por el don de la vida porque los médicos dijeron que no pasaría de los 15 años
El 12 de junio de este 2025 se han cumplido 42 años desde que Mercedes Alsina, conocida en su familia como Memé, sufrió el ataque de un virus y el efecto negativo de una vacuna que la dejó tetrapléjica. Los médicos dijeron a su familia que la niña no pasaría de los 15 años. Otros dijeron que estaría siempre atada a la cama y el respirador artificial. Se equivocaron.
"Dios es el Señor de la vida", explica su hermano sacerdote José María. "Ella salió del hospital, hizo una carrera universitaria, trabaja. Con una tetraplejia del 98% lleva la librería online Balmes y es tía de 24 sobrinos", decía en 2019
Es una vida intensa, con sus alegrías y dificultades, que ella celebró con un texto de agradecimiento a Dios el 12 de junio de 2019.
Mercedes Alsina rodeada de sobrinos
Esa carta empieza contando lo que le sucedió: “Si fue hace ya muchooo tiempo... un día que parecía que transcurriría con normalidad. Pasaríamos ese día en casa de unos amigos y a la noche volveríamos cansados pero felices comentando las anécdotas. Sin embargo, aquel día no fue normal ni volvimos a casa. De repente, cambió mi vida. Bueno, y la de mi familia, para siempre. Dejé de andar, de respirar y podría haber sido mi último día. Pero no lo fue porque miles de personas rezaron y Dios les escuchó y mucho. Por eso es un día para celebrar, para dar gracias, para recordar. Porque superé aquel bache y otros muchos que han ido apareciendo”.
Y sigue desgranando razones de porque es un día para celebrar, para dar gracias, para recordar: “Porque he crecido junto a mi familia. Porque juntos hemos disfrutado y celebrado miles de acontecimientos. Porque durante estos años he conocido a gente maravillosa que ha hecho de este viaje una aventura impresionante. Y porque después de 36 años de mucha felicidad y alguna que otra lágrima sólo puedo decir ¡GRACIAS Dios mío!, por haberme regalado estos 36 años de VIDA maravillosa”.
Para concluir, publicamos a continuación el vídeo del año 2010 en que Mercedes Alsina daba gracias al Sagrado Corazón por el don de la vida.





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