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viernes, 15 de agosto de 2025

El cineasta Anthony D’Ambrosio se alejó de la fe cuando quería formar una familia y no pudo hacerlo: «El ejemplo de amor de San Maximiliano Kolbe me llevó a Dios»


El cineasta Anthony D’Ambrosio y San Maximiliano Kolbe

* «Recuerdo despertar de esta horrible pesadilla y salir a mi jardín e intentar orar y sentir como si esa parte de mí que creía en Dios hubiera desaparecido por completo. Como si me estuviera acercando a una puerta cerrada Durante esas noches sin dormir, me encontraba, por alguna razón, empezando a meditar sobre la historia de San Maximiliano Kolbe, que cambió su vida por salvar a otro… Cuando no podía realmente creer en Dios o en los milagros, podía creer en el ejemplo de amor que podía entrar en la oscuridad solo para estar conmigo. Creo que eso es lo que necesitan las personas que dudan y que están sufriendo» 

Camino Católico.- El director de cine Anthony D’Ambrosio se encontraba lejos de la Iglesia Católica, pero fue el ejemplo de San Maximiliano Kolbe quien lo trajo de regreso a la fe. Este es su conmovedor testimonio.

El 6 de enero de 2024, D’Ambrosio publicó un video contando cómo la historia de este santo impactó en su vida. El testimonio fue compartido en la cuenta de Instagram de “Triumph of the Heart” (Triunfo del corazón), su próxima película.

“Triumph of the Heart” es una película independiente sobre el triunfo de San Maximiliano Kolbe y sus compañeros en Auschwitz, que se estrena precisamente el 14 de agosto de 2025, cuando la Iglesia recuerda a este mártir. 

En el video, D’Ambrosio compartió cómo se alejó de la Iglesia y la forma única en que el ejemplo de San Maximiliano Kolbe lo llevó de regreso a la fe.

El director de cine, hijo de Marcellino D'Ambrosio, un "teólogo católico profesional", luchó con la lujuria y la adicción mientras estaba en una relación con una mujer, con quien creía llegaría hasta el matrimonio.

De hecho, D’Ambrosio señala que durante ese tiempo escuchó al Señor decirle que esta mujer sería su esposa, en una experiencia que él llama la más profunda que jamás haya tenido.

“Mi adicción desapareció. Mis miedos al matrimonio desaparecieron. Mi sentido de vergüenza desapareció y fui sanado, y fue increíble”, agregó.

Antes de comprometerse, D’Ambrosio comenzó a experimentar problemas de salud intensos, tanto mentales como físicos. Esto lo llevó a terminar su relación para poder concentrarse en su salud.

Le llevó más de un año, y durante este tiempo, la mujer con la que pensaba formar una familia se casó con otra persona. Este duro golpe lo hizo cuestionar por completo su fe.

“Estaba experimentando cómo se deshacía mi fe”.

“Recuerdo despertar de esta horrible pesadilla y salir a mi jardín e intentar orar y sentir como si esa parte de mí que creía en Dios hubiera desaparecido por completo. Como si me estuviera acercando a una puerta cerrada”.

En ese momento era ministro de jóvenes, su familia era muy católica y también lo eran sus amigos. Le resultaba increíblemente difícil hablar con otros sobre la pérdida de su fe. Sentía que quienes estaban cerca de él se veían desafiados por su experiencia.

A pesar de que sus amigos hacían todo lo posible por ayudarlo, no tuvieron éxito. En algunos casos, empeoraron la situación.

Sin embargo, hubo un amigo celestial que entró en escena.

“Durante esas noches sin dormir, me encontraba, por alguna razón, empezando a meditar sobre la historia de San Maximiliano Kolbe. La historia del hombre que cambió su vida por salvar a otro”, indicó.

D’Ambrosio continua explicando su encuentro con este poderoso santo.

“Estaba experimentando, de alguna manera, en mi propio sufrimiento, lo que era estar en esa celda con Kolbe. Muriendo de hambre sin esperanza de salvación”.

El director de cine señala que fue profundizando en el papel que San Maximiliano Kolbe desempeñó dentro de su celda en Auschwitz mientras esperaban la muerte. Kolbe inspiró a sus compañeros prisioneros e infundió en ellos la fuerza para luchar por sus vidas.

Kolbe y sus compañeros de celda vivieron durante dos semanas sin comida ni agua. Durante este tiempo, explica D’Ambrosio, Kolbe asumió su sufrimiento.

Este acto de amor “es lo que empezó a darme significado y una base para la fe nuevamente. Cuando no podía realmente creer en Dios o en los milagros, podía creer en el ejemplo de amor que podía entrar en la oscuridad solo para estar conmigo. Creo que eso es lo que necesitan las personas que dudan y que están sufriendo”.

D’Ambrosio cree que aquellos que se encuentran en una situación similar no necesitan apologética, necesitan amor.

“Necesitan sentir el cristianismo junto a ellos, a su lado, sosteniéndolos en su pérdida de sentido”, agrega.

El video concluye con D’Ambrosio destacando su película y señala la parte de la historia de San Maximiliano Kolbe que más lo conmovió.

“La mayoría de las historias sobre San Kolbe terminan con su elección de ofrecerse voluntario para entrar en la celda. Pero nuestra historia comienza allí, mientras San Kolbe lucha por forjar una rebelión de esperanza con otros nueve prisioneros en el lugar más oscuro de la Tierra”, declara el sitio web de la película.

Yesica González: «Aborté, me confesé, Jesús me perdonó, pero yo no me perdoné a mí misma; yo necesitaba a Dios; volví a confesar mi pecado del aborto, y algo en mí comenzó a sanar»

A Yesica González Cristo la ha sanado de sus heridas de haber abortado

* «En el retiro del Viñedo de Raquel, viví una experiencia mística profunda: Jesús me mostró a mis hijos en el Cielo. Los vi correr hacia mi, los abracé. Mi hijo Gabriel me dijo: 'Mamá, no estés triste. Mi hermanita y yo te amamos y te vamos a esperar'. Y yo les pregunté: 'Pero si este es el cielo, ¿dónde está ella, dónde está la Virgen María?'. La vi, a los lejos, en la cima de la colina, vestida toda de blanco, con un bebé entre sus brazos, con niños a su alrededor, y ahí, en ese instante, me di cuenta y me dije: '¡Claro! Mis hijos tienen a la mejor y más bella mamá, ellos tienen a la Virgen María, ella cuida a mis hijos en el cielo'» 

Camino Católico.- “Yo también he estado ahí”. Con estas palabras, Yesica González comienza su testimonio. Un testimonio que nace del dolor más profundo: el del aborto, pero que florece en la esperanza, la misericordia y la misión. Desde Nicaragua hasta Medjugorje, Yesica ha recorrido un camino de transformación radical, que hoy la convierte en instrumento de sanación para muchas otras mujeres heridas por el aborto. Su historia no solo conmueve, sino que confirma una verdad eterna: en Dios, el dolor más escondido puede convertirse en semilla de vida nueva. 

Dios me está cobrando el negarle la vida a mi primer bebé

Yesica tenía apenas 16 años cuando se enfrentó a una prueba de embarazo positiva. Su novio reaccionó con temor: “Te amo, pero no podemos ser padres”. En menos de una semana, se encontraba sedada en una clínica en Nicaragua, un país donde el aborto es ilegal en todas sus formas. Nunca vio nada. No sintió dolor. Solo despertó con un vacío imposible de nombrar.

"Busqué pruebas físicas de que algo había pasado. Pero todo estaba limpio, como si nada hubiese ocurrido. Y, sin embargo, mi alma gritaba lo contrario", comparte a Ingrid Basaldúa Guzmán en Aleteia.

Tras confesar el aborto, recibió la absolución de un sacerdote franciscano gracias a una dispensa especial de san Juan Pablo II. Pero la paz no llegó. “Jesús me perdonó, pero yo no me perdoné a mí misma”, explica la joven nicaragüense. 

Cuatro años más tarde, estando en otra relación con propuesta de matrimonio, volvió a quedar embarazada. Esta vez escuchó las siguientes palabras: "Sé que no hicimos las cosas correctamente, pero a pesar de ello yo, estoy Feliz 'Voy a ser papá'".

Estas palabras resonaron en el corazón de Yesica y le dieron la seguridad de que podía enfrentar este momento; sin embargo, el dolor volvió pronto. A los siete meses de gestación, su bebé, Alicia Marcela, murió en el vientre. El impacto fue devastador. “Yo pensé: esto es un castigo. No merezco ser madre. Dios me está cobrando el negarle la vida a mi primer bebé, yo me merezco sufrir”. Aquella noche, en el hospital, rodeada de madres que sí pudieron tener a sus hijos vivos, Yesica vivió “el viernes más doloroso” de su vida.

Después de vivir sumida en la tristeza y el silencio y de no contarle a nadie sobre su aborto, la vida de Yesica comenzó a cambiar en 2012, gracias a un retiro de castidad organizado por la misión Corazón Puro. Por primera vez escuchó hablar del verdadero sentido del amor, de la virtud de la castidad, del significado de la feminidad y masculinidad, del Sacramento del Matrimonio, y del perdón real.

"Allí supe que quería cambiar porque erróneamente yo buscaba algo pero era alguien a quien yo necesitaba, Dios. Volví a confesar mi historia, mi pecado del aborto, y algo en mí comenzó a sanar", cuenta Yesica

Yesica González del Viñedo de Raquel hoy ayuda a personas a sanar de los traumes del aborto

La verdadera sanación

Pero la verdadera sanación llegó cuatro años después, en 2016, cuando finalmente aceptó la invitación del Padre Agustín María Conner a asistir al Viñedo de Raquel, el retiro de sanación post-aborto más grande del mundo.

“Fui con miedo, con vergüenza, con dudas… pero decidí dar el salto de fe. En ese retiro, viví una experiencia mística profunda: Jesús me mostró a mis hijos en el Cielo. Los vi correr hacia mi, los abracé. Mi hijo Gabriel me dijo: 'Mamá, no estés triste. Mi hermanita y yo te amamos y te vamos a esperar''"

Yésica cuenta que, en ese momento, les hizo una pregunta: 'Pero si este es el cielo, ¿dónde está ella, dónde está la Virgen María?' . Y continúa: "La vi, a los lejos, en la cima de la colina, vestida toda de blanco ,con un bebé entre sus brazos, con niños a su alrededor, y ahí, en ese instante, me di cuenta y me dije: '¡Claro! Mis hijos tienen a la mejor y más bella mamá, ellos tienen a la Virgen María, ella cuida a mis hijos en el cielo'”.

Desde entonces, Yesica se entregó a la misión provida, compartiendo su testimonio en colegios, retiros y comunidades, y colaborando con el Viñedo de Raquel en Nicaragua. Con la ayuda del Padre Agustín, la comunidad Oasis de la Paz y la organización de Peregrinando con María, uno de sus sueños se concretó.

En 2023 se celebró el primer retiro del Viñedo de Raquel en Medjugorje, Allí, en la tierra de María, Yesica acompaña hoy a hombres y mujeres a reconciliarse con sus hijos en el Cielo, a experimentar la misericordia de Jesús, y a abrirse a la ternura infinita de la Reina de la Paz. 

Cada retiro es un milagro; una experiencia que une retiro y peregrinación, sanación y contemplación, en el corazón del santuario donde María, la Reina de la Paz, sigue tocando almas cada día. 

Hoy, desde esa tierra bendita, su voz se levanta para todos aquellos que han vivido el drama del aborto en silencio: "Sí, hay sanación. Sí, hay perdón. Sí, hay un cielo esperándonos. Y mi Madre te espera en Medjugorje", invita Yesi a todos aquellos que hayan pasado por el dolor del aborto.

María Valentina Leal comparte el estudio de la Palabra de Dios: «Mis papás me concibieron en oración, pero fue ante un problema de salud, a los 15 años, que el Señor se valió de mi dolor para tomar mi sí personal»


María Valentina Leal compartiendo la Palabra de Dios en su canal de YouTube

* «Fue como si Dios necesitara mi quietud física para provocar una quietud interior en la cual pudiera hablarme: ‘Tú has vivido una fe en familia hermosa, pero necesito tu sí personal. Has recibido un montón y necesito que empieces a entregar… Siempre digo: los protestantes dicen ‘sola Scriptura’, pero nosotros a veces parecemos cero Scriptura. Y no puede ser. La Palabra de Dios tiene que ser pan diario para nosotros… Lo importante es que sea la Palabra de Dios la que toque los corazones, no mis palabras» 

Camino Católico.-  María Valentina Leal, una joven católica colombiana, politóloga de formación y biblista por vocación, se ha convertido en una de las voces más inspiradoras de la evangelización digital en América Latina. A través de su perfil en Instagram La puerta de al lado, lleva años ayudando a miles de personas a redescubrir la belleza de la fe católica, en especial mediante el estudio cotidiano de la Palabra de Dios.

Pero su historia de fe comienza mucho antes de abrir un canal de YouTube o dirigir estudios bíblicos en vivo. Arranca, como ella misma dice, “desde el vientre de mi mamá”.

“Desde que mis papás me concibieron, me concibieron en oración. Y mientras yo estaba en el vientre, me hablaban diciéndome lo que dice el catecismo: ‘Hemos venido a conocer a Dios’. Eso me lo repetían constantemente. Me pusieron Valentina porque querían que fuera una niña valiente, que nunca tuviera miedo de hablar del Señor”.

Un momento de fractura y una nueva entrega a Dios

La vida de María Valentina se transformó cuando, a los 15 años, sufrió un problema de salud que frenó en seco el ritmo frenético con el que conducía su vida. “Fue como si Dios necesitara mi quietud física para provocar una quietud interior en la cual pudiera hablarme: ‘Tú has vivido una fe en familia hermosa, pero necesito tu sí personal. Has recibido un montón y necesito que empieces a entregar’”.

Aquel momento de fractura se convirtió en un punto de inflexión espiritual. “Tuvimos crisis existenciales muy fuertes. Yo decía: ‘Si hoy me muero, no hice nada’. Entonces el Señor se valió de mi dolor para tomar mi sí personal”.

A los 17 años ingresó a la comunidad Familia Espiritual de Fray Nelson Medina, y, junto a unos amigos también católicos, pusieron en marcha una iniciativa evangelizadora: “Siempre nos quejábamos de lo que veíamos en redes sociales, pero solo eran quejas. Y dijimos: las quejas no solucionan nada. El mundo no cambia con mi queja, cambia haciendo algo”.

Así nació el canal de YouTube La puerta de al lado. Pero la verdadera inspiración llegó cuando el Papa Francisco publicó Gaudete et Exsultate en 2018. En los capítulos del 6-9, el Pontífice argentino habló de los santos de la puerta de al lado. “Ese nombre me parecía muy llamativo, lo retomamos, y así renació el proyecto”, asegura en conversación con ACI Prensa.

Hoy "La puerta de al lado", fundado por María Valentina Leal es un proyecto de apostolado familiar digital / Foto: Cortesía de María Valentina Leal

Evangelizar desde lo cotidiano

Estudiante de Ciencias Políticas en una universidad laica, María Valentina explica que se acercó al estudio de la Biblia de la mano de la predicación del P. Fidel Oñoro, sacerdote eudista colombiano, especializado en teología bíblica y muy activo en la formación pastoral:”Llevaba toda mi vida escuchando la Palabra de Dios, pero este sacerdote logró tocar mi corazón y enamorarme realmente de la Biblia”.

Hoy, La puerta de al lado se ha convertido en un apostolado familiar. “Mis papás hacen el Rosario a las 5 de la mañana, mis hermanos rezan Laudes, y yo cada mañana a las 8 hago estudios bíblicos en vivo por Instagram y YouTube, depurando la lectura del día, explicando su contexto y sentido”.

Su objetivo es claro: que los católicos se enamoren de la Palabra. “Siempre digo: los protestantes dicen ‘sola Scriptura’, pero nosotros a veces parecemos cero Scriptura. Y no puede ser. La Palabra de Dios tiene que ser pan diario para nosotros”.

Impacto real para todos los que quieran acercarse

María Valentina relata con emoción que los estudios bíblicos que dirige en Internet no solo convocan a fieles católicos. “Una chica musulmana se conectaba diariamente y me decía: ‘No es lo que tú haces, es que la Palabra de Dios me toca’. Y se convirtió al catolicismo”.

También se conectan protestantes, que valoran su fidelidad a la doctrina católica: “Siempre me presento como una cooperadora de la verdad, como dice el lema de san Juan Pablo II. Lo importante es que sea la Palabra de Dios la que toque los corazones, no mis palabras”.

Hoy tiene ciento de seguidores que no se pierden sus citas en directo para hablar de la Biblia. “Me conmueve ver que hay católicos convencidos que ahora le han puesto horario a la Palabra de Dios. Eso transforma vidas”, detalla.

María Valentina Leal participó en el Jubileo de los misioneros digitales | Foto: Victoria Cardiel-EWTN News

Presencia y misión en el Jubileo de los Jóvenes

María Valentina fue una de las jóvenes que participó en el Jubileo de los misioneros digitales. Una cita fue especial que confirmó el terreno fértil que ofrecen las plataformas digitales en la evangelización. Por las calles de Roma, se encontró con otros que “también le dicen sí al Señor cada día. Tengo mucho deseo de verlos, de ponerles rostro, de ver el rostro por el que Dios da la vida”.

Han pasado siete años desde el lanzamiento de La puerta de al lado y el proyecto se ha convertido en mucho más que una cuenta de redes sociales. Este año, María Valentina organiza el Congreso Presencial de Biblia, el sábado 6 de septiembre en Bogotá, junto a Fray Nelson Medina. “Queremos dar herramientas para leer, orar y estudiar la Palabra de Dios. Que no se quede en redes, que llegue al corazón, a la vida”.

Su testimonio es prueba de que el Evangelio puede transformar incluso los espacios más inesperados, y que las redes, bien usadas, pueden ser una verdadera “puerta de al lado” hacia la santidad.

Juliano Cazarré, actor brasileño: «Toqué fondo y acepté a Cristo, interpreté a Jesús en La Pasión de Cristo y me dio fe, fuí a misa y me confesé y un día vino mi esposa y mis hijos y somos católicos»


Juliano Cazarré durante el encuentro nacional de Brasil de la organización Familia Católica, dando testimonio de su conversión, en el mes de marzo de 2025

* «Durante años recé pidiendo: ‘Señor, muéstrame el camino. Si decido por mí mismo, me equivocaré. Pero ya no quiero equivocarme, Padre. Así que, por favor, Dios mío, muéstrame el camino’... Al día siguiente de ir a misa, me fui a confesar. Y desde entonces todo ha sido bello, tanto estudio, tanta fe, tanto amor, tanta gracia. Y un día, mi esposa me dijo: ‘quiero ir a misa contigo’. Y fuimos todos, toda la familia. Y así, el Padre nos trajo a su casa, donde somos amados por Él y por el Hijo, con el fuego de amor del Espíritu Santo. Y cuando llegamos allí, todavía recibimos de él una Madre que nos protege y que toma nuestras oraciones imperfectas con sus santas manos y se las da a su amado hijo, Jesús» 

Camino Católico.- En los últimos años, el actor brasileñol Juliano Cazarré ha estado llamando la atención por hablar públicamente sobre su religión y prácticas devocionales.

En su perfil de Instagram, por ejemplo, Cazarré  hace transmisiones en vivo rezando el rosario mariano con sus seguidores y siempre está invitando a la gente a rezar, ir a la iglesia y estudiar más sobre religión.

Nacido el 24 de septiembre de 1980 en Pelotas, Rio Grande do Sul, Juliano Cazarré es hijo del escritor Lourenço Cazarré. No creció en una familia católica pues su madre era espírita y su padre agnóstico, pero por "providencia divina" hizo sus primeros estudios en un colegio católico, recuerda en una entrevista para el Podcast SantoFlow

Se mudó a Brasilia cuando aún era niño, donde se graduó en Artes Escénicas por la Universidad de Brasilia (UnB). Comenzó su carrera en el teatro y, posteriormente, destacó en el cine y la televisión. Entre sus trabajos más notables se encuentran las películas «Tropa de Elite» (2007) y «Boi Neon» (2015), además de las telenovelas «Avenida Brasil» (2012) y «Amor de Mãe» (2019).

Después de casi 30 años alejado de Dios, la vida del destacado actor brasileño Juliano Cazarré tomó un nuevo rumbo el año 2019, en Pernambuco (Brasil), tras interpretar a Jesucristo en la obra Paixão de Cristo em Nova Jerusalém (La Pasión de Cristo en Nueva Jerusalén). 

Esta experiencia fue un hito en su conversión que ya había iniciado en los días previos como narró el año 2021 en el evento artístico Lumine de Brasil...

"Cuando tomé el papel, ya había aceptado a Cristo como mi Señor, como mi Salvador. Por razones personales, creo que toqué fondo. Y para salir de ese pozo, solo pude empezar a salir cuando acepté a Cristo. Quien me ayudó fue un amigo, que es surfista en Río de Janeiro y vivía cerca de mi casa. Él se quedó conmigo por una noche que fue la más oscura de mi vida. Y me llevó a Cristo vivo esa noche. Fue un momento en el que estuve seguro de que el Señor Jesús estaba conmigo. Fue mi momento de conversión. Y a partir de entonces volví a mis oraciones de infancia, de adolescencia. Recé a Jesús y a Nuestra Señora. Pero todavía no estaba en la Iglesia, no estaba en la Iglesia Católica, así que no tenía el conocimiento de la fe".

Tras su conversión, Cazarré comprendió la necesidad de profundizar en las verdades de la fe, la teología y la doctrina de la Iglesia católica. Además de prepararse para el papel de Cristo, tras la actuación, el actor comenzó a estudiar los Evangelios y otros temas relacionados con la religión católica. Comenta:

“No tenía un conocimiento profundo de los Evangelios. Así que, para prepararme para el papel de Jesús, leí los Evangelios Sinópticos. Luego revisé los pasajes de la vida de Cristo, entendí de qué trataban y pensé en cómo lo haría. Aunque tenía muy pocos conocimientos de teología en ese momento, creo que si lo estuviera haciendo hoy, haría algunas cosas de manera diferente. Porque ni siquiera sé hasta qué punto sabía que Jesucristo era Dios. No sé si tenía esa noción cuando fui a hacerlo. Y no sabía nada sobre el dogma de la Inmaculada Concepción. No entendía el misterio de la Trinidad. Pero fui de todos modos. Con el corazón abierto, feliz de ir. Porque era algo que pedí que sucediera en mi vida”, asegura.

Reflexiona en voz alta sobre su proceso de conversión así: “Entonces, me preguntaste si interpretar a Jesús aumentaba mi fe. No. No aumentó mi fe. Me dio fe. No tenía fe. Fue el hecho de haber ido a interpretar a Jesús en La Pasión de Cristo, en Nueva Jerusalén, en Pernambuco, lo que me dio fe. Eso me llevó a la fe y lo que me llevó a la iglesia, ¿sabes? Investigar la tradición, la doctrina, la teología y todo lo demás…

Y explica cómo llegó a la Iglesia Católica: “Y allí, funciona así: vas en octubre, más o menos, grabas un material promocional, que sirve para vender la obra al año siguiente, y luego regresas, en Pascua, para representarla. Durante ese descanso, me convertí, volví a la Iglesia. Después de grabar allí, pensé: ‘¡Guau! ¡Tengo muchísimas ganas de ir a misa!’. Y luego fui a misa un domingo. El lunes, estaba en la iglesia y pedí confesarme. Entonces me di cuenta de que no estaba casado, que necesitaba casarme en la iglesia. Así que empecé a ir a todas las misas. No falté ningún domingo. Al poco tiempo, vino mi esposa, nos casamos y todo sucedió”.

Casado por lo civil con Letícia Cazarré desde 2011, la pareja tiene seis hijos: Vicente, Inácio, Gaspar, María Magdalena, María Guilhermina y Estêvão. Todos ellos fueron tocados por la conversión de Juliano. "Un día, mi esposa me dijo: 'quiero ir a misa contigo'. Y fuimos todos, toda la familia".

Juliano Cazarré y su esposa Leticia con sus seis hijos

Así, en 2020, tras su conversión, Juliano y Letícia recibieron el sacramento del matrimonio en la Iglesia Católica, reafirmando su compromiso con la fe y la familia. Su testimonio sirvió de inspiración para muchos fieles presentes, poniendo de manifiesto que la búsqueda de Dios puede transformar vidas personales y familias.

Al entrar en contacto con la tradición, la doctrina, la teología y las prácticas de la Iglesia en su conjunto, Cazarré comenzó a descubrir la gran riqueza del catolicismo brasileño. Empezó a investigar la historia de los santos brasileños y la vida cotidiana de las personas piadosas.

En este proceso, Cazarré decidió profundizar en el fenómeno de la santidad en Brasil. Durante el Efecto Lumine, al hablar de la historia de San José de Anchieta, el actor declara: “Tras conocer la historia de San José de Anchieta, conseguí otro santo al que ser devoto. Y estoy seguro de que allá arriba, en el cielo, él sigue deseando lo mejor para Brasil. Él está allí diciendo: "Lo lograrán, hijos míos. No dejen de rezar, no se rindan. La semilla que planté sigue aquí". Sabemos que Brasil tiene muchos problemas; es un país violento y corrupto. Por otro lado, es uno de los mejores países del mundo para vivir. El caos brasileño podría ser mucho peor, pero no lo es. Porque Brasil es un país entregado a Cristo desde el principio.

Incluso con todos los tropiezos de estos 500 años de historia, hay algo muy sólido que se plantó hace mucho tiempo y que permanece vivo en el corazón del pueblo brasileño. Y está brotando de nuevo, está renaciendo. En los últimos años, hemos visto conversiones donde menos las esperábamos. Y cada vez llega más gente. Este movimiento está creciendo, es notable. Y creo que debemos tener mucha confianza en la intercesión de San José de Anchieta”.

Esta investigación sobre los santos brasileños culminó en la producción de una serie original dirigida por Cazarré en colaboración con Lumine: O Brasil de todos os santos (El Brasil de Todos los Santos).

A comienzos del año 2025, en Campina Grande (Pernambuco, Brasil), durante el encuentro nacional de la organización Familia Católica, dio testimonio de su conversión y convocó a los hombres a liderar un "ejército de María" en sus familias, subrayando que la fe renovada había aportado una nueva perspectiva a su matrimonio y a la educación de sus hijos.

Juliano Cazarré explicando su conversión a Cristo a familias brasileñas

Como colofón a este testimonio volvemos a cuando el actor dio en redes sociales su primer testimonio de conversión, en un mensaje navideño en 2019 en que decía:

“Durante años recé pidiendo: ‘Señor, muéstrame el camino. Si decido por mí mismo, me equivocaré. Pero ya no quiero equivocarme, Padre. Así que, por favor, Dios mío, muéstrame el camino’. Y un día respondí en una entrevista: no sé por qué mi sueño era interpretar a Jesús en Nova Jerusalém. Y así sucedió”, dijo Cazarré en la publicación.

El actor también explicó que le pedía a Dios que le mostrara el camino correcto cuando deseaba ir a misa. Y así, 20 años después de la última vez que él había participado en la celebración eucarística, volvió a la Iglesia:

“Al día siguiente a la misa, me fui a confesar. Y desde entonces todo ha sido bello, tanto estudio, tanta fe, tanto amor, tanta gracia. Y un día, mi esposa me dijo: ‘quiero ir a misa contigo’. Y fuimos todos, toda la familia. Y así, el Padre nos trajo a su casa, donde somos amados por Él y por el Hijo, con el fuego de amor del Espíritu Santo. Y cuando llegamos allí, todavía recibimos de él una Madre que nos protege y que toma nuestras oraciones imperfectas con sus santas manos y se las da a su amado hijo, Jesús”.