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viernes, 15 de agosto de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 15-8-2025: «La Virgen María ha dicho ‘sí’ como Jesús, ha creído en la palabra del Señor; su vida ha sido una peregrinación, a través de la cruz y la resurrección, que la hizo alcanzar el abrazo de Dios»


 * «El peregrino necesita una meta que oriente su viaje. Una meta hermosa, atrayente, que guíe sus pasos y lo anime cuando esté cansado, que reavive siempre en su corazón el deseo y la esperanza. En el camino de la existencia esta meta es Dios, Amor infinito y eterno, plenitud de vida, de paz, de alegría, de todo bien. El corazón humano es atraído por esa belleza y no es feliz hasta que no la encuentra; y, en efecto, si se pierde en medio de la “selva oscura” del mal y del pecado corre el riesgo de no encontrarla» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Hoy queremos encomendar a la intercesión de la Virgen María, asunta a los cielos, nuestra oración por la paz. Ella, como Madre, sufre por los males que afligen a sus hijos, especialmente a los pequeños y a los débiles… No debemos resignarnos a que prevalezca la lógica del conflicto y de las armas. Con María creemos que el Señor continúa a socorrer a sus hijos, recordándose de su misericordia. Sólo en esta misericordia es posible encontrar de nuevo el camino de la paz» 


 15 de agosto de 2025.- (Camino Católico)  En la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, el Papa ha rezado la oración mariana del Ángelus desde la plaza de la Libertad de Castel Gandolfo, donde permanecerá hasta el próximo martes 19 de agosto. La Madre de Jesús, que «brilla como icono de esperanza para sus hijos peregrinos en la historia», es un «misterio de amor y, por tanto, de libertad.

Ante 2.000 personas que llenaban la plaza, León XIV ha subrayado que “como Jesús ha dicho “sí”, también María ha dicho “sí”, ha creído en la palabra del Señor. Y toda su vida ha sido un peregrinaje de esperanza junto al Hijo de Dios y suyo, una peregrinación que, a través de la cruz y la resurrección, la hizo alcanzar la patria, el abrazo de Dios”.

Después del rezo del Ángelus, el Pontífice invitó a los fieles a encomendarse a la intercesión de la Madre de Dios, “asunta a los cielos”, como protectora y guía en la búsqueda de la paz. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA 

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de la Libertad (Castel Gandolfo)

Domingo, 15 de agosto de 2025

Queridos hermanos y hermanas, feliz fiesta.

Los Padres del Concilio Vaticano II nos han dejado un texto estupendo sobre la Virgen María, que hoy me gustaría releer con ustedes, mientras celebramos la fiesta de su asunción a la gloria del cielo. Al final del documento sobre la Iglesia, el Concilio dice así: «La Madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en los cielos en cuerpo y en alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor (cf. 2 P 3,10)» (Lumen gentium, 68).

María, que Cristo resucitado ha llevado consigo a la gloria en cuerpo y alma, resplandece como icono de esperanza para sus hijos peregrinos en la historia.

¿Cómo no evocar los versos de Dante, en el último canto del Paraíso? En la oración que pone en boca de san Bernardo, que comienza diciendo: «Oh, Virgen Madre, hija de tu hijo» (XXXIII, 1), el poeta alaba a María porque aquí abajo, entre los mortales, es «de esperanza vivo manantial» (ibíd., 12), es decir, fuente de la que brota la esperanza.

Hermanas y hermanos, esta verdad de nuestra fe es perfectamente coherente con el tema del Jubileo que estamos viviendo: “Peregrinos de esperanza”. El peregrino necesita una meta que oriente su viaje. Una meta hermosa, atrayente, que guíe sus pasos y lo anime cuando esté cansado, que reavive siempre en su corazón el deseo y la esperanza. En el camino de la existencia esta meta es Dios, Amor infinito y eterno, plenitud de vida, de paz, de alegría, de todo bien. El corazón humano es atraído por esa belleza y no es feliz hasta que no la encuentra; y, en efecto, si se pierde en medio de la “selva oscura” del mal y del pecado corre el riesgo de no encontrarla.

Pero ahí está la gracia. Dios ha salido a nuestro encuentro, ha asumido nuestra carne, hecha de tierra, y la ha llevado consigo, simbólicamente decimos “al cielo”, es decir, con Dios. Es el misterio de Jesucristo, encarnado, muerto y resucitado para nuestra salvación; e inseparable de Él está también el misterio de María, la mujer de la cual el Hijo de Dios ha tomado la carne, y de la Iglesia, cuerpo místico de Cristo. Se trata de un único misterio de amor y, por tanto, de libertad. Como Jesús ha dicho “sí”, también María ha dicho “sí”, ha creído en la palabra del Señor. Y toda su vida ha sido un peregrinaje de esperanza junto al Hijo de Dios y suyo, una peregrinación que, a través de la cruz y la resurrección, la hizo alcanzar la patria, el abrazo de Dios.

Por eso, mientras estamos en camino, como individuos, como familia, en comunidad, especialmente cuando aparecen las nubes oscuras y el camino se percibe incierto y difícil, levantemos la mirada, contemplémosla a ella, nuestra Madre, y volveremos a encontrar la esperanza que no defrauda (cf. Rm 5,5).


Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Hoy queremos encomendar a la intercesión de la Virgen María, asunta a los cielos, nuestra oración por la paz. Ella, como Madre, sufre por los males que afligen a sus hijos, especialmente a los pequeños y a los débiles. Muchas veces, a través de los siglos, lo ha confirmado con de mensajes y apariciones.


Al proclamar el dogma de la Asunción, cuando todavía estaba candente la trágica experiencia de la segunda guerra mundial, Pío XII escribía: «Es de esperar, además, que todos aquellos que mediten los gloriosos ejemplos de María se persuadan cada vez más del valor de la vida humana», y expresaba su deseo de que nunca se hiciesen «estragos de vidas humanas, suscitando guerras» (Const. ap. Munificentissimus Deus).


Estas palabras son más actuales que nunca. Todavía hoy desgraciadamente nos sentimos impotentes ante el propagarse en el mundo una violencia cada vez más sorda e insensible a cualquier gesto de humanidad. Y, sin embargo, no debemos dejar de esperar, pues Dios es más grande del pecado de los hombres. No debemos resignarnos a que prevalezca la lógica del conflicto y de las armas. Con María creemos que el Señor continúa a socorrer a sus hijos, recordándose de su misericordia. Sólo en esta misericordia es posible encontrar de nuevo el camino de la paz.


Y ahora quiero saludarles a ustedes, peregrinos de Italia y de distintos países.


Saludo a la comunidad de evangelización universitaria que ha llegado desde Honduras, a las familias del Movimiento del Amor Familiar, que ha concluido sus ejercicios espirituales; y a los grupos de matrimonios y novios “Santa Rita”.


¡Saludos y feliz fiesta a todos!



Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 15-8-2025

jueves, 14 de agosto de 2025

Documental: ¿Quién es San Maximiliano María Kolbe?


Camino Católico.- Los Siervos del Hogar de la Madre han producido este documental sobre la vida de S. Maximiliano María Kolbe en H.M. Televisión, una figura grandiosa en el catolicismo del siglo XX. Kolbe fue un hombre de un celo apostólico extraordinario, un precursor en el uso de los medios de comunicación social para la transmisión del Evangelio y que consumó su vida con el testimonio del amor más grande: ser mártir de la caridad en Auschwitz.


El manantial de todo su dinamismo fue su amor apasionado a la Madre de Dios. Es conocido como «el loco de la Inmaculada». En medio de muchas dificultades exteriores, limitado físicamente por la tuberculosis, trabajó con pasión por la extensión del Evangelio.


Estuvo como misionero en Japón, y sus publicaciones llegaron a la India, a China, incluso a Arabia. Fundó en Polonia una ciudad para la Inmaculada: Niepokalanow. S. Maximiliano María es un ejemplo vivo de la generosidad apasionada en la entrega a Dios que puede suscitar la devoción a María, cuando es auténtica. Ser posesión de la Inmaculada era su ideal. Ella le llevó al don completo de sí mismo, a ser imitador perfecto de Jesucristo: nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos.


Entrevistas que aparecen en el documental:

• P. Rafaelle di Muro O.F.M conv. — Asistente General de la Milicia de la Inmaculada (Roma).

• P. Francisco Nahoe O.F.M, conv. — Prior del Convento de Reno, Nevada (EEUU).

• D. Javier Paredes — Catedrático de Historia, Universidad de Alcalá de Henares

• P. Félix López S.H.M– Siervos del Hogar de la Madre.


Música : Dexter Britain

domingo, 10 de agosto de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 10-8-2025: «El don de la vida, recibido de Dios, necesita amor, que es lo único que trasforma y ennoblece cada aspecto de nuestra existencia, haciéndonos cada vez más semejantes a Él»

* «En la familia, en la parroquia, en la escuela y en los lugares de trabajo, en cualquier lugar donde nos encontremos, intentemos no perder ninguna ocasión para amar. Esta es la vigilancia que nos pide Jesús, habituarnos a estar atentos, dispuestos, sensibles los unos con los otros, como Él lo está con nosotros en cada instante» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Sigamos rezando por el fin de las guerras. El 80º aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki ha reavivado en todo el mundo el necesario rechazo a la guerra como medio para resolver conflictos. Que quienes toman las decisiones tengan siempre presente su responsabilidad frente a las consecuencias de las mismas sobre las poblaciones; que no ignoren las necesidades de los más vulnerables ni el anhelo universal de paz» 

 

10 de agosto de 2025.- (Camino Católico)  Durante el rezo del Ángelus de este domingo, el Papa ha recordafo a los fieles que el Evangelio invita a reflexionar sobre cómo invertir el verdadero tesoro de nuestra vida. Inspirado en el pasaje de Lucas 12,32-48, el Santo Padre ha destacado la importancia de no guardar para uno mismo los dones recibidos de Dios, sino ponerlos al servicio de los demás con generosidad:

“El don de la vida, recibido de Dios, necesita espacio, libertad, relación, para realizarse y expresarse; necesita amor, que es lo único que trasforma y ennoblece cada aspecto de nuestra existencia, haciéndonos cada vez más semejantes a Dios”.

En un mensaje lleno de esperanza y llamado a la reflexión, el Papa León XIV, después del rezo mariano del Ángelus hace un llamado urgente a la comunidad internacional para que renuncie a la guerra como medio para resolver conflictos. La conmemoración del 80º aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki ha reavivado en el mundo el rechazo absoluto a la violencia bélica, recordándonos el devastador impacto que tiene en la humanidad. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 10 de agosto de 2025

Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos invita a reflexionar sobre cómo invertir el tesoro de nuestra vida (cf. Lc 12,32-48). Dice: «Vendan sus bienes y denlos como limosna» (v. 33).

Nos exhorta, por tanto, a no guardar para nosotros los dones que Dios nos ha dado, sino a emplearlos con generosidad para el bien de los demás, especialmente de quienes están más necesitados de nuestra ayuda. Se trata no sólo de compartir las cosas materiales de las que disponemos, sino de poner en juego nuestras capacidades, nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestra presencia, nuestra empatía. En resumen, todo aquello que hace de cada uno de nosotros, en los designios de Dios, un bien único, inapreciable, un capital vivo, palpitante, que para crecer requiere ser cultivado y empleado, porque si no se seca y se devalúa. O bien termina perdido, a merced de quienes, como ladrones, se apropian de él para convertirlo simplemente en un objeto de consumo.

El don de la vida, recibido de Dios, no se nos entregó para terminar así, sino que necesita espacio, libertad, relación, para realizarse y expresarse; necesita amor, que es lo único que trasforma y ennoblece cada aspecto de nuestra existencia, haciéndonos cada vez más semejantes a Dios. No es casualidad que Jesús pronuncia estas palabras mientras está de camino hacia Jerusalén, donde se ofrecerá a sí mismo en la cruz para nuestra salvación.

Las obras de misericordia son el banco más seguro y rentable al que confiar el tesoro de nuestra existencia, porque en él, como nos enseña el Evangelio, con “dos monedas” incluso una pobre viuda puede convertirse en la persona más rica del mundo (cf. Mc 12,41-44).

San Agustín, a este propósito, dice: «Si dieses una libra de bronce y la recibieses de plata, o la dieses de plata y la recibieras de oro, te considerarías feliz. Lo que das se transforma realmente; se convertirá para ti no en oro ni en plata, sino en vida eterna» (Sermón 390, 2). Y explica por qué: «se transformará, porque te transformarás tú» (ibíd.).  

Y para entender lo que quiere decir, podemos pensar en una mamá que abraza a sus hijos, ¿no es la persona más hermosa y rica del mundo? O también dos novios, cuando están juntos, ¿no se sienten un rey y una reina? Y podríamos poner tantos otros ejemplos.

Por eso, en la familia, en la parroquia, en la escuela y en los lugares de trabajo, en cualquier lugar donde nos encontremos, intentemos no perder ninguna ocasión para amar. Esta es la vigilancia que nos pide Jesús, habituarnos a estar atentos, dispuestos, sensibles los unos con los otros, como Él lo está con nosotros en cada instante.

Hermanas y hermanos, confiemos a María este deseo y este compromiso. Que ella, la Estrella de la mañana, nos ayude a ser, en un mundo marcado por tantas divisiones, “centinelas” de la misericordia y de la paz, como nos ha enseñado san Juan Pablo II (cf. Vigilia de oración para la XV Jornada Mundial de la Juventud, 19 agosto 2000) y como nos han mostrado de una manera tan hermosa los jóvenes que han venido a Roma para el Jubileo.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Sigamos rezando por el fin de las guerras. El 80º aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki ha reavivado en todo el mundo el necesario rechazo a la guerra como medio para resolver conflictos. Que quienes toman las decisiones tengan siempre presente su responsabilidad frente a las consecuencias de las mismas sobre las poblaciones; que no ignoren las necesidades de los más vulnerables ni el anhelo universal de paz.


En este sentido, felicito a Armenia y Azerbaiyán, que han firmado la Declaración conjunta de paz. Espero que este evento contribuya a una paz estable y duradera en el Cáucaso meridional.


Mientras tanto, la situación del pueblo haitiano es cada vez más desesperada. Son continuas las noticias de asesinatos, violencia de todo tipo, trata de personas, exilios forzados y secuestros. Hago un llamamiento apremiante a todos los responsables para que liberen inmediatamente a los rehenes y solicito el apoyo concreto de la comunidad internacional para crear las condiciones sociales e institucionales que permitan a los haitianos vivir en paz.


Saludo a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos de diversos países, especialmente a los de Woodstock, Georgia, Estados Unidos, y a los de la diócesis de Down y Connor, en Irlanda.


Saludo a los miembros de la Operación Mato Grosso, de diferentes ciudades italianas, y a los grupos parroquiales de Stezzano, Medole y Villastellone.


Gracias por su presencia y sus oraciones. ¡Feliz domingo a todos!


Papa León XIV





Fotos: Vatican Media, 10-8-2025

domingo, 3 de agosto de 2025

Papa León XIV en el Ángelus en el Jubileo de los jóvenes, 3-8-2025: «La esperanza en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte»

* «En comunión con Cristo nuestra paz, esperanza para el mundo, estamos más que nunca unidos a los jóvenes que sufren el mayor de los males, el que es producido por otros hombres. Estamos con los jóvenes de Gaza, estamos con los jóvenes de Ucrania, con todos aquellos cuya tierra está ensangrentada por las guerras. Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son el signo que un mundo distinto es posible, un mundo de fraternidad y amistad, donde los conflictos se afrontan no con las armas sino con el diálogo. Sí, ¡con Cristo es posible! Con su amor, con su perdón, con la fuerza de su Espíritu» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Después de este Jubileo, el 'peregrinaje de esperanza' de los jóvenes continúa y nos llevará a Asia. Les renuevo la invitación que el Papa Francisco hizo en Lisboa hace dos años: los jóvenes de todo el mundo se volverán a encontrar junto al Sucesor de Pedro para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027. Esta Jornada tendrá como tema: ‘Tengan valor: yo he vencido al mundo’ (Jn 16,33)» 

3 de agosto de 2025.- (Camino Católico)  Al final de la Misa Jubilar de los Jóvenes, León XIV reza el Ángelus con el millón de jóvenes reunidos en Tor Vergata. Recuerda a María y Pascale, las dos peregrinas fallecidas en los últimos días, y dirige un pensamiento a los fieles de los lugares "ensangrentados" por la guerra. Renueva su invitación a la Jornada Mundial de la Juventud 2027 en Corea del Sur y saluda a todos los jóvenes que no pudieron estar presentes en Roma. Y el Pontífice afirma: “La esperanza que habita en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte; y de esto ustedes, jóvenes peregrinos de esperanza, serán testigos hasta los confines de la tierra. Nos vemos en Seúl”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Tor Vergata

Domingo, 3 de agosto de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

El Señor Jesús está presente en medio de nosotros y en nosotros, todo en todos en la Eucaristía. Unidos a Él queremos elevar un inmenso “gracias” al Padre por el don de estos días de su Jubileo. Ha sido una cascada de gracia para la Iglesia y para el mundo entero. Y lo ha sido a través de la participación de cada uno de ustedes. Por esto se lo quiero agradecer uno por uno, de todo corazón. Un particular recuerdo, mientras las encomendamos al Señor, para María y Pascale, las dos jóvenes peregrinas, una española y la otra egipcia, que nos han dejado en estos días. Agradezco a los obispos, a los sacerdotes, a las religiosas y a los religiosos, a los educadores que les han acompañado a ustedes; y también a todos aquellos que han rezado por este evento y han participado espiritualmente en él.

En comunión con Cristo nuestra paz, esperanza para el mundo, estamos más que nunca unidos a los jóvenes que sufren el mayor de los males, el que es producido por otros hombres. Estamos con los jóvenes de Gaza, estamos con los jóvenes de Ucrania, con todos aquellos cuya tierra está ensangrentada por las guerras. Mis jóvenes hermanos y hermanas, ustedes son el signo que un mundo distinto es posible, un mundo de fraternidad y amistad, donde los conflictos se afrontan no con las armas sino con el diálogo.

Sí, ¡con Cristo es posible! Con su amor, con su perdón, con la fuerza de su Espíritu. Mis queridos amigos, unidos a Jesús como los sarmientos a la vid, ustedes darán mucho fruto; serán sal de la tierra, luz del mundo; serán semillas de esperanza allí donde viven: en la familia, con sus amigos, en la escuela, en el trabajo, en el deporte. Semillas de esperanza con Cristo nuestra esperanza.

Después de este Jubileo, el “peregrinaje de esperanza” de los jóvenes continúa y nos llevará a Asia. Les renuevo la invitación que el Papa Francisco hizo en Lisboa hace dos años: los jóvenes de todo el mundo se volverán a encontrar junto al Sucesor de Pedro para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, del 3 al 8 de agosto de 2027. Esta Jornada tendrá como tema: «Tengan valor: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33). Precisamente la esperanza que habita en nuestros corazones nos da la fuerza de anunciar la victoria de Cristo Resucitado sobre el mal y sobre la muerte; y de esto ustedes, jóvenes peregrinos de esperanza, serán testigos hasta los confines de la tierra. Nos vemos en Seúl; continuemos a soñar juntos, a esperar juntos.

Encomendémonos a la materna protección de la Virgen María.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Últimas palabras después de la celebración:


Bueno, chicos y chicas, un saludo final.


Gracias de nuevo a todos ustedes. Gracias por la música, gracias a todos aquellos que han trabajado para preparar tantas cosas durante esta semana, durante este Jubileo.


Ya hemos dicho que la próxima cita será en Corea. Un aplauso a los numerosos coreanos presentes.


También les pido que lleven un saludo a todos aquellos jóvenes que no han podido acudir para estar con nosotros, [sobre todo] de aquellos países de los que les ha sido imposible salir. Hay muchos lugares donde los jóvenes no han podido [venir] por las razones que conocemos.


Lleven esta alegría, este entusiasmo a todo el mundo. Ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo. Lleven este saludo a todos sus amigos, a todos los jóvenes que tienen necesidad de un mensaje de esperanza.


Gracias de nuevo a todos ustedes. Y buen viaje.




Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 3-8-2025