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domingo, 12 de octubre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 12-10-2025: «El inicio del proceso de paz ha encendido una chispa de esperanza en Tierra Santa; animo a proseguir hacia una paz justa; Pido abrirse al diálogo y a la paz en Ucrania»

12 de octubre de 2025.- (Camino Católico)  Después de la comunión de la Santa Misa que el Papa León XIV ha presidido por el Jubileo de la Espiritualidad Mariana, ante 50.000 fieles, el Pontífice ha rezado una oración frente a la imagen de la Virgen de Fátima que se ha colocado en el altar de la Plaza de San Pedro, procedente del santuario de Portugal, pidiendo su protección.

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

Luego, antes de rezar el Ángelus, el Papa ha animado a las partes implicadas en el proceso de paz en Oriente Medio a «seguir con valentía el camino trazado». Se muestra cercano al «dolor» de quienes lo han perdido todo con la guerra y lanza un llamamiento a la población ucraniana, afectada por brutales ataques: «Poner fin a la violencia, abrirse al diálogo». El Pontífice también tiene un pensamiento para Perú y las víctimas de accidentes laborales. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 12 de octubre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Antes de concluir la celebración, deseo dirigirles un caluroso saludo a todos ustedes, que se han reunido para rezar en este gran “cenáculo” junto con María, la Madre de Jesús. Ustedes representan la multiforme realidad de las asociaciones, movimientos y comunidades que están animadas por la devoción mariana, que es propia de todo cristiano. Les agradezco y los exhorto a cimentar siempre su espiritualidad en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia.

Saludo a todos los grupos de peregrinos, en particular a los laicos agustinos de Italia y a la Orden Seglar de los Carmelitas descalzos.

Estos últimos días, el acuerdo sobre el inicio del proceso de paz ha encendido una chispa de esperanza en Tierra Santa. Animo a las partes implicadas a proseguir con valentía el itinerario marcado hacia una paz justa, duradera y respetuosa de las legítimas aspiraciones del pueblo israelí y del pueblo palestino. Dos años de conflicto han dejado muerte y ruinas por todas partes, sobre todo en el corazón de quien ha perdido brutalmente hijos, padres, amigos y todo lo que tenía. Me uno junto con toda la Iglesia a su inmenso dolor. Hoy está dirigida sobre todo a ustedes la caricia del Señor, la certeza de que, incluso en la oscuridad más profunda, Él permanece con nosotros: «Dilexi teTe he amado». A Dios, única Paz de la humanidad, le suplicamos que cure todas las heridas y ayude con su gracia a realizar lo que humanamente ahora parece imposible: redescubrir que el otro no es un enemigo, sino un hermano a quien mirar, perdonar y ofrecer la esperanza de la reconciliación.

Con dolor, sigo las noticias de los nuevos y violentos ataques que están golpeando varias ciudades e infraestructuras civiles en Ucrania, provocando la muerte de personas inocentes, entre ellas niños, y dejando a muchas familias sin electricidad ni calefacción. Mi corazón se une al sufrimiento de la población, que desde hace años vive en la angustia y entre privaciones. Renuevo el llamamiento a poner fin a la violencia, a parar la destrucción, a abrirse al diálogo y a la paz.

Acompaño de cerca al querido pueblo peruano en este momento de transición política. Rezo para que el Perú pueda continuar por el camino de la reconciliación, del diálogo y de la unidad nacional.

Hoy en Italia se recuerdan las víctimas de los accidentes laborales. Recemos por ellos y por la seguridad de todos los trabajadores.

Y ahora dirijámonos a María con confianza filial.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…



Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 12-10-2025

martes, 7 de octubre de 2025

Papa León XIV en mensaje para la JMJ: «Escuchemos la voz de Dios convirtiéndonos en artífices de paz y esa paz, don del Señor Resucitado, se hará visible a través del testimonio de quienes llevan su Espíritu en el corazón»

* «La mirada de Jesús, que quiere siempre y solamente nuestro bien, nos precede (cf. Mc 10,21). No nos quiere como siervos, ni como “activistas” de un partido; nos llama a estar con Él como amigos, para que nuestra vida sea renovada. Y el testimonio surge espontáneamente de la alegre novedad de esta amistad. Es una amistad única, que nos da la comunión con Dios; una amistad fiel, que nos hace descubrir nuestra dignidad y la de los demás; una amistad eterna, que ni siquiera la muerte puede destruir, porque tiene su principio en el Crucificado resucitado»        

Camino Católico.- El Santo Padre León XIV reflexiona en su mensaje para la XL Jornada Mundial de la Juventud sobre el testimonio en la amistad con Jesús y la construcción de la paz: “El testimonio cristiano nace de la amistad con el Señor”. “Escuchemos la voz de Dios en nosotros y venzamos nuestro egoísmo, convirtiéndonos en laboriosos artífices de paz. Entonces esa paz, que es don del Señor Resucitado (cf. Jn 20,19), se hará visible en el mundo a través del testimonio común de quienes llevan su Espíritu en el corazón”.

El mensaje ha sido publicado este 7 de octubre en la Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario y la Jornada Mundial de la Juventud, se celebrara el domingo de Cristo Rey, el 23 de noviembre de este año 2025. El texto íntegro del mensaje es el siguiente:

MENSAJE DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

PARA LA XL JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD

23 de noviembre de 2025

«Ustedes también dan testimonio, porque están conmigo» (Jn 15,27)

Queridos jóvenes:

Al comienzo de este primer mensaje que les envío, deseo ante todo decirles gracias. Gracias por la alegría que nos han transmitido al venir a Roma para su Jubileo, y gracias también a todos los jóvenes que se han unido a nosotros en la oración desde distintas partes del mundo. Ha sido un acontecimiento precioso para renovar el entusiasmo de la fe y compartir la esperanza que arde en nuestros corazones. Por eso, hagamos que el encuentro jubilar no sea un momento aislado, sino que marque, para cada uno de ustedes, un paso adelante en la vida cristiana y un fuerte estímulo para perseverar en el testimonio de la fe.

Precisamente esta dinámica está en el centro de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que celebraremos el domingo de Cristo Rey, el 23 de noviembre, y que tendrá como tema «Ustedes también dan testimonio, porque están conmigo» (Jn 15,27). Con la fuerza del Espíritu Santo, como peregrinos de esperanza, nos preparamos para convertirnos en valientes testigos de Cristo. Comencemos, pues, desde ahora, un camino que nos llevará hasta la edición internacional de la JMJ en Seúl, en 2027. En esta perspectiva, me gustaría detenerme en dos aspectos del testimonio: nuestra amistad con Jesús, que recibimos de Dios como un don; y el compromiso de cada uno en la sociedad, como constructores de paz.

Amigos, por lo tanto, testigos

El testimonio cristiano nace de la amistad con el Señor, crucificado y resucitado para la salvación de todos. Esta no debe confundirse con una propaganda ideológica, sino que es un verdadero principio de transformación interior y de sensibilización social. Jesús quiso llamar “amigos” a los discípulos, a quienes dio a conocer el Reino de Dios y les pidió que permanecieran con Él para formar su comunidad y enviarlos a proclamar el Evangelio (cf. Jn 15,15.27). Por eso, cuando Jesús nos dice: “Den testimonio”, nos está asegurando que nos considera sus amigos. Sólo Él conoce plenamente quiénes somos y por qué estamos aquí: conoce el corazón de cada uno de ustedes jóvenes, su indignación ante la discriminación y la injusticia, su deseo de verdad y belleza, de alegría y paz; con su amistad los escucha, los motiva y los guía, llamando a cada uno a una vida nueva.

La mirada de Jesús, que quiere siempre y solamente nuestro bien, nos precede (cf. Mc 10,21). No nos quiere como siervos, ni como “activistas” de un partido; nos llama a estar con Él como amigos, para que nuestra vida sea renovada. Y el testimonio surge espontáneamente de la alegre novedad de esta amistad. Es una amistad única, que nos da la comunión con Dios; una amistad fiel, que nos hace descubrir nuestra dignidad y la de los demás; una amistad eterna, que ni siquiera la muerte puede destruir, porque tiene su principio en el Crucificado resucitado.

Pensemos en el mensaje que nos deja el apóstol Juan al final del cuarto Evangelio: «Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero» (Jn 21,24). Todo el relato anterior se resume como un “testimonio”, lleno de gratitud y asombro, por parte de un discípulo que nunca dice su propio nombre, sino que se define como “el discípulo al que Jesús amaba”. Este apelativo es el reflejo de una relación: no es el nombre de un individuo, sino el testimonio de un vínculo personal con Cristo. Esto es lo que realmente importa para Juan: ser discípulo del Señor y sentirse amado por Él. Comprendemos entonces que el testimonio cristiano es fruto de la relación de fe y amor con Jesús, en quien encontramos la salvación de nuestra vida. Lo que escribe el apóstol Juan también vale para ustedes, queridos jóvenes. Cristo los invita a seguirlo y a sentarse a su lado, para escuchar su corazón y compartir de cerca su vida. Cada uno de ustedes es para Él un “discípulo amado”, y de este amor nace la alegría del testimonio.

Otro valiente testigo del Evangelio es el precursor de Jesús, Juan el Bautista, que dio «testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él» (Jn 1,7). Aunque gozaba de gran fama entre el pueblo, sabía bien que era sólo una “voz” que señalaba al Salvador: «Este es el Cordero de Dios» (Jn 1,36). Su ejemplo nos recuerda que el verdadero testigo no tiene como objetivo ocupar el centro del escenario, no busca seguidores que se unan a él. El verdadero testigo es humilde e interiormente libre, ante todo de sí mismo, es decir, de la pretensión de ser el centro de atención. Por eso es libre para escuchar, para interpretar y también para decir la verdad a todos, incluso ante los poderosos. De Juan el Bautista aprendemos que el testimonio cristiano no es un anuncio de nosotros mismos y no celebra nuestras capacidades espirituales, intelectuales o morales. El verdadero testimonio es reconocer y mostrar a Jesús, el único que nos salva, cuando Él se manifiesta. Juan lo reconoció entre los pecadores, inmerso en la humanidad común. Por eso el Papa Francisco insistió tanto en esto: si no salimos de nosotros mismos y de nuestras zonas de confort, si no salimos al encuentro de los pobres y de aquellos que se sienten excluidos del Reino de Dios, no nos encontramos con Cristo ni damos testimonio de Él; perdemos la dulce alegría de ser evangelizados y de evangelizar.

Queridos hermanos, invito a cada uno de ustedes a seguir buscando a los amigos y testigos de Jesús en la Biblia. Al leer los Evangelios, se darán cuenta de que todos ellos encontraron en la relación viva con Cristo el verdadero sentido de la vida. De hecho, nuestras preguntas más profundas no son escuchadas ni encuentran respuesta en el desplazamiento infinito de la pantalla del móvil, que capta la atención dejando la mente fatigada y el corazón vacío. No nos llevan lejos si las mantenemos encerradas en nosotros mismos o en círculos demasiado reducidos. La realización de nuestros deseos auténticos pasa siempre por salir de nosotros mismos.

Testigos, por lo tanto, misioneros

De esta manera, ustedes, jóvenes, con la ayuda del Espíritu Santo, pueden convertirse en misioneros de Cristo en el mundo. Muchos de sus compañeros están expuestos a la violencia, obligados a usar las armas, forzados a separarse de sus seres queridos, a migrar y a huir. Muchos carecen de educación y de otros bienes esenciales. Todos comparten con ustedes la búsqueda de sentido y la inseguridad que la acompaña, el malestar por las crecientes presiones sociales o laborales, la dificultad de afrontar las crisis familiares, la dolorosa sensación de falta de oportunidades, el remordimiento por los errores cometidos. Ustedes mismos pueden ponerse al lado de otros jóvenes, caminar con ellos y mostrarles que Dios, en Jesús, se ha hecho cercano a cada persona. Como solía decir el Papa Francisco: «Cristo muestra que Dios es proximidad, compasión y ternura» (Carta enc. Dilexit nos, 35).

Es cierto, no siempre es fácil dar testimonio. En los Evangelios encontramos a menudo la tensión entre la acogida y el rechazo de Jesús, «la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron» (Jn 1,5). De manera similar, el discípulo-testigo experimenta en primera persona el rechazo y, a veces, incluso la oposición violenta. El Señor no oculta esta dolorosa realidad, «si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes» (Jn 15,20). Sin embargo, precisamente esto se convierte en la ocasión para poner en práctica el mandamiento más alto, «amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores» (Mt 5,44). Esto es lo que han hecho los mártires desde los inicios de la Iglesia.

Queridos jóvenes, esta no es una historia que pertenece sólo al pasado. Todavía hoy, en muchos lugares del mundo, los cristianos y las personas de buena voluntad sufren a causa de la persecución, las mentiras y la violencia. Quizás también ustedes han sido tocados por esta dolorosa experiencia y quizás han sido tentados de reaccionar instintivamente poniéndose al nivel de quienes los han rechazado, adoptando actitudes agresivas. Recordemos, sin embargo, el sabio consejo de san Pablo: «No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien» (Rm 12,21).

Por tanto, no se desanimen, como los santos, también ustedes están llamados a perseverar con esperanza, sobre todo ante las dificultades y los obstáculos.

La fraternidad como vínculo de paz

De la amistad con Cristo, que es don del Espíritu Santo en nosotros, nace una forma de vivir que lleva consigo el carácter de la fraternidad. Un joven que ha encontrado a Cristo lleva consigo a todas partes el “calor” y el “sabor” de la fraternidad, y cualquiera que entre en contacto con él o con ella se siente atraído por una dimensión nueva y profunda, hecha de cercanía desinteresada, de compasión sincera y de ternura fiel. El Espíritu Santo nos hace ver al prójimo con ojos nuevos, ¡en el otro hay un hermano, una hermana!

El testimonio de fraternidad y paz que la amistad con Cristo suscita en nosotros nos libera de la indiferencia y la pereza espiritual, haciéndonos superar el aislamiento y la desconfianza. Además, nos une los unos a los otros, impulsándonos a comprometernos, desde el voluntariado hasta la caridad política, para construir nuevas condiciones de vida para todos. No sigan a quienes utilizan las palabras de la fe para dividir; organícense, en cambio, para eliminar las desigualdades y reconciliar a las comunidades polarizadas y oprimidas. Por eso, queridos amigos, escuchemos la voz de Dios en nosotros y venzamos nuestro egoísmo, convirtiéndonos en laboriosos artífices de paz. Entonces esa paz, que es don del Señor Resucitado (cf. Jn 20,19), se hará visible en el mundo a través del testimonio común de quienes llevan su Espíritu en el corazón.

Queridos jóvenes, ante los sufrimientos y las esperanzas del mundo, fijemos nuestra mirada en Jesús. Mientras agonizaba en la cruz, Él confió la Virgen María como madre a Juan, y a ella Juan como hijo. Ese último don de amor es para todo discípulo, para todos nosotros. Los invito, por tanto, a acoger este santo vínculo con María, Madre llena de afecto y comprensión, cultivándolo especialmente con la oración del rosario. Así, en cada situación de la vida, experimentaremos que nunca estamos solos, sino que siempre somos hijos amados, perdonados y animados por Dios. De todo esto, ¡den testimonio con alegría! 

Vaticano, 7 de octubre de 2025, Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario.

PAPA LEÓN XIV

Fotos: Vatican Media

domingo, 5 de octubre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 5-10-2025: «Exhorto a a permanecer unidos en la oración para que los esfuerzos que se están realizando puedan poner fin a la guerra en Palestina y conducirnos hacia una paz justa y duradera»

* «Toda la Iglesia es misionera, un gran pueblo que se pone en camino hacia el Reino de Dios. Es algo que nos han recordado hoy los hermanos y las hermanas misioneras y migrantes. Pero, nadie debe ser obligado a partir, ni ser explotado o maltratado a causa de su necesidad o por su condición de forastero. Ante todo, se debe preservar la dignidad humana»

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «En este mes de octubre, contemplando con María los misterios de Cristo Salvador, intensificamos nuestra oración por la paz: una oración que se hace solidaridad concreta con las poblaciones devastadas por la guerra. Gracias a los muchísimos niños que en todo el mundo se han comprometido a rezar el Rosario por esta intención» 

5 de octubre de 2025.- (Camino Católico)  Antes de rezar la oración mariana del Ángelus y de impartir la bendición final de la santa misa con motivo del Jubileo de los Migrantes y del Mundo Misionero, el Papa León XIV ha expresado su dolor por el sufrimiento del pueblo palestino, ha exhortado a detener el fuego y a liberar a los rehenes, y ha reiterado su llamado a la dignidad humana y la solidaridad con los migrantes y los pueblos heridos por la guerra. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 5 de octubre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Antes de rezar juntos el ángelus, deseo saludar y agradecer a todos los que han participado en esta celebración jubilar dedicada a los misioneros y a los migrantes. Son ustedes unos buenos misioneros pues han venido incluso bajo la lluvia. Gracias. Toda la Iglesia es misionera, un gran pueblo que se pone en camino hacia el Reino de Dios. Es algo que nos han recordado hoy los hermanos y las hermanas misioneras y migrantes. Pero, nadie debe ser obligado a partir, ni ser explotado o maltratado a causa de su necesidad o por su condición de forastero. Ante todo, se debe preservar la dignidad humana.

Saludo a todos los peregrinos presentes, en particular aquellos de la Diócesis de Pavía, guiados por su obispo, como también a los fieles, entre los que se encuentran algunos jóvenes de Belén, que traen la estatua de la Virgen de la Revelación.

En la tarde del martes, 30 de septiembre, un fuerte terremoto ha golpeado la región central de las Filipinas, en particular la provincia de Cebú y otras islas cercanas. Expreso mi cercanía al querido pueblo filipino, en particular rezo por aquellos que están sintiendo con mayor dureza los efectos del terremoto. En todo peligro, permanezcamos unidos y solidarios, confiando siempre en Dios y en la intercesión de su Madre.

Expreso mi preocupación por la proliferación del odio antisemita en el mundo, como por desgracia se ha visto en el atentado terrorista en Manchester, perpetrado hace pocos días. El enorme sufrimiento del pueblo palestino en Gaza continúa a causarme dolor.

En estas últimas horas, en la dramática situación de Oriente Medio, se están llevando a cabo algunos pasos significativos para hacer avanzar las tratativas de paz, que espero puedan cuanto antes alcanzar los resultados esperados. Pido a todos los responsables el compromiso para continuar por este camino, con el alto el fuego y la liberación de los rehenes. Al mismo tiempo exhorto a todos a permanecer unidos en la oración, de modo que los esfuerzos que se están realizando puedan poner fin a la guerra y conducirnos hacia una paz justa y duradera.

Nos unimos espiritualmente a todos los que se han reunido en el Santuario de Pompeya para la Súplica a la Virgen del Rosario. En este mes de octubre, contemplando con María los misterios de Cristo Salvador, intensificamos nuestra oración por la paz: una oración que se hace solidaridad concreta con las poblaciones devastadas por la guerra. Gracias a los muchísimos niños que en todo el mundo se han comprometido a rezar el Rosario por esta intención. Gracias de corazón.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Papa León XIV



Fotos: Vatican Media, 5-10-2025