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domingo, 21 de septiembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 21-9-2025: «Administrar todo lo que tenemos como don de Dios, y usarlo como instrumento para compartir, edificar el bien, y construir un mundo más justo»

* «Nosotros, que somos discípulos y vivimos en la luz del Evangelio, debemos usar los bienes del mundo y nuestra misma vida pensando en la riqueza verdadera, que es la amistad con el Señor y con los hermanos. Pidamos a la Virgen Santa que interceda por nosotros y nos ayude a administrar bien todo aquello que el Señor nos confía, con justicia y responsabilidad» 

   

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Me dirijo a los representantes de diversas asociaciones católicas, comprometidas en la solidaridad con la población de la Franja de Gaza. Queridos amigos, aprecio su iniciativa y muchas otras que en toda la Iglesia expresan cercanía a los hermanos y hermanas que sufren en esa tierra martirizada. Con ustedes y con los pastores de las Iglesias de Tierra Santa repito: no hay futuro basado en la violencia, en el exilio forzado, en la venganza. Los pueblos necesitan paz: quien los ama de verdad, trabaja por la paz» 

 21 de septiembre de 2025.- (Camino Católico)  En el Ángelus del domingo 21 de septiembre, León XIV señala que la verdadera riqueza es “la amistad con el Señor y con los hermanos”. Todo egoísmo nos aísla de los demás y “esparce el veneno de una competencia que a menudo genera conflictos”. Por ello, instó a administrar los dones recibidos, nuestra propia vida, con cuidado y responsabilidad, sabiendo que no somos sus dueños y que lo más importante no es acumularlos: “Reconocer que hemos de administrar todo lo que tenemos como don de Dios, y usarlo como instrumento para compartir, para crear redes de amistad y solidaridad, para edificar el bien, para construir un mundo más justo, más equitativo y más fraterno”.

El Papa León XIV ha comentado la parábola evangélica del administrador deshonesto (Lc 16,1-13) y, completando lo que ya había ofrecido como meditación en la homilía de la misa celebrada en la parroquia de Santa Ana en el Vaticano, ha planteado una serie de preguntas sobre cómo administramos nuestra vida y los bienes recibidos. Un día seremos llamados a rendir cuentas de la gestión de los recursos de la tierra, ante Dios y ante los hombres, ante quienes vendrán después de nosotros. El Pontífice, por tanto, ha puesto de relieve un fundamento: “No somos dueños de nuestra vida ni de los bienes de los que disfrutamos; todo nos ha sido dado como don por el Señor y Él ha confiado este patrimonio a nuestro cuidado, a nuestra libertad y responsabilidad”.

Tras el Ángelus, el Papa ha lanzado un nuevo llamamiento por la paz en Oriente Medio, «tierra martirizada». «Los pueblos necesitan paz —afirma con fuerza— quien los ama de verdad trabaja por la paz». Y agradeció a las asociaciones católicas comprometidas en la solidaridad con la población de la Franja. Un recuerdo especial para los enfermos de Alzheimer y Ataxia. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 21 de septiembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!

La palabra que escuchamos hoy en el Evangelio (Lc 16,1-13) nos hace reflexionar sobre el uso de los bienes materiales y, más en general, sobre cómo estamos administrando el bien más valioso de todos, que es nuestra propia vida.

En el relato vemos que un administrador es llamado por su señor a “rendir cuentas”. Se trata de una imagen que nos comunica algo muy importante: nosotros no somos dueños de nuestra vida ni de los bienes que disfrutamos; todo nos ha sido dado como don por el Señor y Él ha confiado este patrimonio a nuestro cuidado, a nuestra libertad y responsabilidad. Un día seremos llamados a rendir cuentas de cómo hemos administrado nuestra vida, nuestros bienes y los recursos de la tierra, a Dios y a los hombres, a la sociedad y sobre todo a quienes vendrán después de nosotros.

El administrador de la parábola ha buscado simplemente su propio beneficio y, cuando llega el día en el que debe rendir cuentas y le quitan la administración, debe pensar qué hacer para su futuro. En esta difícil situación, él comprende que el valor más importante no es la acumulación de los bienes materiales, porque las riquezas de este mundo pasan; y, entonces, se le ocurre una idea brillante: llama a sus deudores y “recorta” sus deudas, renunciando por tanto a la parte que le hubiera tocado a él. De esta manera, pierde la riqueza material, pero gana amigos, que estarán dispuestos a ayudarlo y sostenerlo.

Reflexionando sobre este relato, Jesús nos exhorta: «Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas» (v. 9).

El administrador de la parábola, en efecto, aun en la gestión de la riqueza deshonesta de este mundo, encuentra un modo para tener amigos, saliendo de la soledad del propio egoísmo; mucho más nosotros, que somos discípulos y vivimos en la luz del Evangelio, debemos usar los bienes del mundo y nuestra misma vida pensando en la riqueza verdadera, que es la amistad con el Señor y con los hermanos.

Queridos hermanos, la parábola nos invita a preguntarnos: ¿cómo estamos administrando los bienes materiales, los recursos de la tierra y la vida que Dios nos ha dado? Podemos seguir el criterio del egoísmo, poniendo la riqueza en primer lugar y pensando sólo en nosotros mismos; pero esto nos aísla de los demás y esparce el veneno de una competición que a menudo provoca conflictos. O bien podemos reconocer que hemos de administrar todo lo que tenemos como don de Dios, y usarlo como instrumento para compartir, para crear redes de amistad y solidaridad, para edificar el bien, para construir un mundo más justo, más equitativo y más fraterno.

Pidamos a la Virgen Santa que interceda por nosotros y nos ayude a administrar bien todo aquello que el Señor nos confía, con justicia y responsabilidad.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Saludo con afecto a todos ustedes, presentes en la Plaza de San Pietro y a los que están conectados a través de los medios de comunicación.



Me dirijo en primer lugar a los representantes de diversas asociaciones católicas, comprometidas en la solidaridad con la población de la Franja de Gaza. Queridos amigos, aprecio su iniciativa y muchas otras que en toda la Iglesia expresan cercanía a los hermanos y hermanas que sufren en esa tierra martirizada. Con ustedes y con los pastores de las Iglesias de Tierra Santa repito: no hay futuro basado en la violencia, en el exilio forzado, en la venganza. Los pueblos necesitan paz: quien los ama de verdad, trabaja por la paz.


Saludo a los peregrinos de las Diócesis de Mindelo, Capo Verde, y a los de la Diócesis de Como; También a los grupos provenientes de Angola, Polonia – en particular de Bliżyn –, de Ciudad Real en España, de Porto en Portugal y de Mwanza en Tanzania.


Saludo a los sacerdotes de la Compañía de Jesús que comienzan el itinerario de estudios en Roma; a la Sociedad de San Vicente de Paul; a los fieles de Sora, Pescara, Macerata, San Giovanni in Marignano, Venezia, Bassano del Grappa, Santa Caterina Villarmosa, Taranto, Somma Vesuviana, Ponzano Romano y a los varios grupos de la diócesis de Padua.


Me complace dar la bienvenida al Coro del Colegio de Abogados de Verona; al Coro femenino de Malo, en Vicenza; a la Fundación Oasi Nazareth de Corato; a la Asociación H-Earth Mani e Cuori; incluyendo un recuerdo especial para las personas que padecen Alzheimer y ataxia.


¡Gracias a todos! ¡Les deseo un feliz domingo!


Papa León XIV






Fotos: Vatican Media, 21-9-2025

domingo, 14 de septiembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 14-9-2025: «Celebramos la ‘exaltación’ de la Santa Cruz por el amor inmenso con que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó en instrumento de vida»

* «Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz. Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos»

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos» 


14 de septiembre de 2025.- (Vatican News / Camino Católico)  Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio. Pero “¿qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta?” ha interrogado el Papa esta mañana ante miles de fieles que se congregaban en la Plaza de San Pedro este mediodía para escuchar su reflexión dominical antes de rezar a la madre del Cielo.

El Papa ha recordado que la Cruz – denominada por el Papa como “uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado” – fue transformada por Cristo en el mayor signo del amor de Dios. En ella no hay derrota, sino victoria: la vida surge de la muerte y la salvación del sacrificio: “Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado”. 


Desde primera hora de la mañana, la Plaza de San Pedro se fue llenando de peregrinos que portaban pancartas, carteles de felicitación y banderas, preparados para celebrar el 70 aniversario del Pontífice: “Parece que lo sabéis: hoy cumplo 70 años”, ha dicho el Pontífice con una sonrisa, antes de despedirse. “Doy gracias al Señor y a mis padres, y a todos los que han tenido un recuerdo en la oración”, ha añadido. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 14 de septiembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo.

Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio.

¿Pero qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta? Nos ayuda a comprenderlo el Evangelio que la liturgia nos propone (cf. Jn 3,13-17). La escena se desarrolla de noche, Nicodemo, uno de los jefes de los judíos, persona recta y de mente abierta (cf. Jn 7,50-51), va a encontrar a Jesús. Tiene necesidad de luz, de guía, busca a Dios y pide ayuda al Maestro de Nazaret, porque en Él reconoce un profeta, un hombre que cumple signos extraordinarios.

El Señor lo acoge, lo escucha, y al final le revela que el Hijo del hombre debe ser ensalzado, «para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna» (Jn 3,15), y añade: «Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna» (v. 16). Nicodemo, que quizás en ese momento no comprende plenamente el sentido de estas palabras, podrá de seguro hacerlo cuando, después de la crucifixión, ayudará a sepultar el cuerpo del Salvador (cf. Jn 19,39). Comprenderá entonces que Dios, para redimir a los hombres, se hizo hombre y murió en la cruz.

Jesús habla de esto con Nicodemo, evocando un episodio del Antiguo Testamento (cf. Nm 21,4-9), cuando en el desierto los israelitas, atacados por serpientes venenosas, se salvan mirando la serpiente de bronce que Moisés, obedeciendo al mandato de Dios, había fabricado y colocado sobre un asta. Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz.

Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él (cf. Rm 8,35-39) y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado (cf. Francisco, Catequesis, 30 marzo 2016).

Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.



Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Mañana celebramos el 60 aniversario de la instauración del Sínodo de los Obispos, una institución profética de san Pablo VI, para que los obispos pudiesen ejercitar más y mejor la comunión con el Sucesor de Pedro. Deseo que esta celebración renueve el compromiso por la unidad, por la sinodalidad y la misión de la Iglesia.


Saludo con afecto a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de varios países, en particular los de Villa Alemana y Valparaiso, de Chile; los de la Archidiócesis de Mwanza, de Tanzania y los de Humpolec, de la República Checa; a los peruanos de la Asociación religiosa Jesús Nazareno Cautivo, de Roma. Quiero saludar también a los fieles de Chiaiamari, Anitrella, Uboldo, Faeto, Lesmo, Trani, Faenza, Pistoia, San Martino, de Sergnano, Guardia di Acireale, San Martino delle Scale, de Palermo, y Alghero.


Mi saludo también para las bandas musicales de Borno y de Sonico, de Val Camonica, para la cooperativa “La Nuova Famiglia” de Monza, para el comité regional Pro Loco del Lacio, para la Unión del Apostolado Católico, para los jóvenes del Don Bosco Youth-Net y para la comunidad de Comunión y Liberación de Roma; así como también para la asociación Arti e Mestieri, de Sant’Agata di Militello, para los motociclistas llegados de Ravena y para los ciclistas de Rovigo.



Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos. Gracias. Feliz domingo.


Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 14-9-2025

domingo, 7 de septiembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 7-9-2025: «Dios no quiere la guerra, quiere la paz, y apoya a quienes se comprometen a salir de la espiral del odio y a recorrer el camino del diálogo»

7 de septiembre de 2025.- (Camino Católico)  Este domingo, 7 de septiembre, antes de la bendición final de la Misa con el rito de canonización de Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, en la plaza de San Pedro, en sus palabras antes de rezar la oración del ángelus el Pontífice recuerda que, “las aparentes victorias logradas por las armas, sembrando muerte y destrucción, son en realidad derrotas y nunca traen paz ni seguridad”. Además, rememora la beatificación en Estonia y en Hungría del jesuita Eduard Profittlich y de la joven María Magdolna Bódi. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:

 Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

  PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 7 de septiembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Antes de concluir esta celebración tan esperada, deseo saludar y dar las gracias a todos ustedes, que han acudido en gran número para celebrar a los dos nuevos santos. Saludo con afecto a los obispos y a los sacerdotes. Recibo con deferencia a las delegaciones oficiales y a las distinguidas autoridades.

En este clima, es hermoso recordar que ayer la Iglesia también se enriqueció con dos nuevos beatos. En Tallin, capital de Estonia, fue beatificado el arzobispo jesuita Edoardo Profittlich, asesinado en 1942 durante la persecución del régimen soviético contra la Iglesia. Y en Verszprém, Hungría, fue beatificada María Magdalena Bódi, joven laica, asesinada en 1945 por resistirse a unos soldados que querían violarla. ¡Alabemos al Señor por estos dos mártires, valientes testigos de la belleza del Evangelio!

Confiamos a la intercesión de los santos y de la Virgen María nuestra incesante oración por la paz, especialmente en Tierra Santa y en Ucrania, y en todos los demás territorios ensangrentados por la guerra. A los gobernantes les repito: ¡escuchen la voz de la conciencia! Las aparentes victorias obtenidas con las armas, sembrando muerte y destrucción, son en realidad derrotas y nunca traen paz ni seguridad. Dios no quiere la guerra, quiere la paz, y apoya a quienes se comprometen a salir de la espiral del odio y a recorrer el camino del diálogo.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Papa León XIV







Fotos: Vatican Media, 7-9-2025