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domingo, 9 de noviembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 9-11-2025: «El verdadero santuario de Dios es Cristo muerto y resucitado, único Redentor, que al transformarnos con su amor nos conduce al Padre»

* «Unidos a Cristo, también nosotros somos piedras vivas de este edificio espiritual (cf. 1 P 2,4-5). Somos la Iglesia de Cristo, su cuerpo, sus miembros llamados a difundir su Evangelio de misericordia, consuelo y paz por todo el mundo, mediante esa adoración espiritual que debe resplandecer por encima de todo en nuestro testimonio de vida»

     

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Expreso mi cercanía a las poblaciones de Filipinas afectadas por un violento tifón; rezo por los difuntos y sus familiares, por los heridos y los desplazados… Expreso mi vivo aprecio por todos aquellos que, en todos los niveles, se están comprometiendo para construir la paz en las diversas regiones marcadas por la guerra. En los días pasados, hemos rezado por los difuntos y, entre ellos, lamentablemente hay muchos que han muerto en los combates y bombardeos, a pesar de ser civiles, niños, ancianos y enfermos. Si se quiere realmente honrar su memoria, que cese el fuego y se ponga todo empeño en las negociaciones»

 

9 de noviembre de 2025.- (Camino Católico)  En un día en que Roma celebra la Fiesta de la Dedicación de San Juan de Letrán, catedral de la ciudad eterna, León XIV recuerda en su Ángelus dominical, en la plaza de San Pedro, que la verdadera grandeza de la Iglesia no está en sus piedras ni en su arte, sino en Cristo y en la comunidad de fieles que vive su Evangelio: “El verdadero santuario de Dios es Cristo muerto y resucitado. Él es el único mediador de la salvación, el único Redentor, Aquél que, al unirse a nuestra humanidad y transformarnos con su amor, representa la puerta que se abre de par en par para nosotros y nos conduce al Padre”.

“La adoración espiritual debe resplandecer por encima de todo en nuestro testimonio de vida” ha afirmado el Papa, para recordarnos que también nosotros somos piedras vivas de este edificio espiritual: “Somos la Iglesia de Cristo, su cuerpo, sus miembros llamados a difundir su Evangelio de misericordia, consuelo y paz por todo el mundo”.

Después de rezar el Ángelus, ante decenas de miles de fieles y peregrinos, el Papa agradece a quienes se esfuerzan por construir la paz en los países que viven crecientes hostilidades. A continuación, dirige un pensamiento a Filipinas, afectada por el tifón Fung-wong, y hace suyo el mensaje de la CEI para el Día de Acción de Gracias, animando a cuidar la tierra y a combatir el desperdicio de alimentos. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Domingo, 9 de noviembre de 2025

Hermanos y hermanas: ¡Buen domingo!

En el día de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, contemplamos el misterio de unidad y de comunión con la Iglesia de Roma, llamada a ser la madre que cuida con esmero la fe y el camino de los cristianos de todo el mundo.

La Catedral de la Diócesis de Roma y sede del Sucesor de Pedro, como sabemos, no sólo es una obra de extraordinaria importancia histórica, artística y religiosa, sino que también representa la fuerza motriz de la fe confiada y custodiada por los apóstoles y su transmisión a lo largo de la historia. La grandeza de este misterio resplandece también en el esplendor artístico del edificio, que, en su nave central, alberga las doce grandes estatuas de los apóstoles, primeros seguidores de Cristo y testigos del Evangelio.

Esto exige una mirada espiritual que nos ayude a ver más allá de las apariencias externas, para comprender en el misterio de la Iglesia mucho más que un simple lugar, un espacio físico, una construcción hecha de piedras; en realidad, como el Evangelio nos recuerda en el episodio de la purificación realizada por Jesús en el templo de Jerusalén (cf. Jn 2,13-22), el verdadero santuario de Dios es Cristo muerto y resucitado. Él es el único mediador de la salvación, el único Redentor, Aquél que, al unirse a nuestra humanidad y transformarnos con su amor, representa la puerta (cf. Jn 10,9) que se abre de par en par para nosotros y nos conduce al Padre.

Y, unidos a Él, también nosotros somos piedras vivas de este edificio espiritual (cf. 1 P 2,4-5). Somos la Iglesia de Cristo, su cuerpo, sus miembros llamados a difundir su Evangelio de misericordia, consuelo y paz por todo el mundo, mediante esa adoración espiritual que debe resplandecer por encima de todo en nuestro testimonio de vida.

Hermanos y hermanas, debemos orientar nuestros corazones a esta mirada espiritual. Con frecuencia, las debilidades y los errores de los cristianos, junto con tantos estereotipos y prejuicios, nos impiden comprender la riqueza del misterio de la Iglesia. Su santidad, en realidad, no reside en nuestros méritos, sino en el «don del Señor [que] no se revoca jamás», que «con un amor que raya en la paradoja, elige una y otra vez como recipiente de su presencia las manos sucias del hombre» (J. Ratzinger, Introducción al cristianismo, Salamanca 2016, 286).

Caminemos, pues, con la alegría de ser el Pueblo santo que Dios ha elegido e invoquemos a María, Madre de la Iglesia, para que nos ayude a acoger a Cristo y nos acompañe con su intercesión.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:


Expreso mi cercanía a las poblaciones de Filipinas afectadas por un violento tifón; rezo por los difuntos y sus familiares, por los heridos y los desplazados.


Hoy la Iglesia en Italia celebra la Jornada del Agradecimiento. Me uno al mensaje de los obispos para alentar un cuidado responsable del territorio, la lucha contra el desperdicio de alimentos y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles. ¡Demos gracias a Dios por «nuestra hermana, la madre tierra» (S. Francisco de Asís, Cántico de las criaturas) y por quienes la cultivan y la custodian!


Saludo cordialmente a todos ustedes, romanos y peregrinos provenientes de Italia y de muchas partes del mundo, en particular a los jóvenes jesuitas polacos, a los fieles venidos de Varsovia y Gdansk en Polonia, Newark y Kearny en los Estados Unidos de América, Toledo y Galapagar en España y de Londres, así como al coro de los Regensburger Domspatzen.

Saludo a los miembros de la Acción Católica de la diócesis de Génova y a los grupos parroquiales de Cava Manara, Mede, Vibo Marina, Sant’Arcangelo di Potenza, Noto, Pozzallo y Avola, Cesenatico, Mercato San Severino, Crespano del Grappa y Noventa Padovana. Saludo al grupo de Manifestaciones Históricas del Lacio y a los voluntarios del Banco de Alimentos, que el próximo sábado, víspera de la Jornada Mundial de los Pobres, realizarán una colecta de alimentos.


Expreso mi vivo aprecio por todos aquellos que, en todos los niveles, se están comprometiendo para construir la paz en las diversas regiones marcadas por la guerra. En los días pasados, hemos rezado por los difuntos y, entre ellos, lamentablemente hay muchos que han muerto en los combates y bombardeos, a pesar de ser civiles, niños, ancianos y enfermos. Si se quiere realmente honrar su memoria, que cese el fuego y se ponga todo empeño en las negociaciones.


Deseo un feliz domingo para todos.


Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 9-11-2025

domingo, 2 de noviembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 2-11-2025: «Que la voz de Jesús nos alcance: nos llama por nuestro nombre, nos prepara un lugar, nos libera del sentimiento de impotencia con el que corremos el riesgo de renunciar a la vida»

* «Como escribió el Papa Benedicto XVI, la expresión “vida eterna” trata de dar un nombre a esta espera irreprimible: no es un continuo sucederse de días sin fin, sino el sumergirse en el océano infinito del amor, en el que el tiempo, el antes y el después ya no existen más. Una plenitud de vida y de felicidad: es esto lo que esperamos y aguardamos de nuestro estar con Cristo (cf. Carta enc. Spe salvi, 12)»

     

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

* «Con gran dolor sigo las trágicas noticias que llegan de Sudán, particularmente de la ciudad de El Fasher, en el martirizado Darfur del norte. La violencia indiscriminada contra mujeres y niños, los ataques contra civiles indefensos y los graves obstáculos a la acción humanitaria están causando un sufrimiento inaceptable a una población extenuada tras largos meses de conflicto. Recemos para que el Señor acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables. Reitero mi sincero llamamiento a las partes implicadas para que decreten un alto el fuego y abran con urgencia corredores humanitarios. Recemos también por Tanzania, donde, después de las recientes elecciones políticas, se han producido enfrentamientos que han causado numerosas víctimas. Insto a todos a evitar toda forma de violencia y seguir el camino del diálogo»


 

2 de noviembre de 2025.- (Camino Católico)  En el marco de la Conmemoración de todos los fieles difuntos, el Papa León XIV ha dicho: “Que la voz familiar de Jesús nos alcance, y alcance a todos, porque es la única que viene del futuro. Nos llama por nuestro nombre, nos prepara un lugar, nos libera del sentimiento de impotencia con el que corremos el riesgo de renunciar a la vida”.

Ante decenas de miles de fieles y peregrinos en la plaza de San Pedro, el Pontífice ha explicado que el corazón del Evangelio es la certeza de que “nadie se pierde para siempre, porque la voluntad de Dios es que todos tengan vida”. “La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día” (Jn 6,39), ha recordado el Papa citando el Evangelio de san Juan. Estas palabras, explica, revelan la preocupación profunda de Dios por cada ser humano: que todos encuentren su lugar en la plenitud del amor divino. “Por lo tanto, el núcleo de la preocupación de Dios está claro: que nadie se pierda para siempre, que cada uno tenga su lugar y resplandezca en su unicidad.”

En sus saludos después del rezo del Ángelus, el Papa León XIV expresa su profundo dolor por la violencia en Sudán, especialmente en El Fasher, y por los enfrentamientos recientes en Tanzania, haciendo un llamado urgente a la paz y al diálogo. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DEFUNTOS

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, 2 de noviembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!

La resurrección de entre los muertos de Jesús, el Crucificado, ilumina en estos primeros días de noviembre el destino de cada uno de nosotros. Nos lo dijo Él mismo: «La voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me dio, sino que lo resucite en el último día» (Jn 6,39). Por lo tanto, el núcleo de la preocupación de Dios está claro: que nadie se pierda para siempre, que cada uno tenga su lugar y resplandezca en su unicidad.

Es el misterio que celebramos ayer, en la Solemnidad de todos los santos: una comunión de las diferencias que, por así decirlo, extiende la vida de Dios a todos los hijos e hijas que desearon formar parte de ella. Este es el deseo inscrito en el corazón de cada ser humano, que suplica reconocimiento, atención y alegría. Como escribió el Papa Benedicto XVI, la expresión “vida eterna” trata de dar un nombre a esta espera irreprimible: no es un continuo sucederse de días sin fin, sino el sumergirse en el océano infinito del amor, en el que el tiempo, el antes y el después ya no existen más. Una plenitud de vida y de felicidad: es esto lo que esperamos y aguardamos de nuestro estar con Cristo (cf. Carta enc. Spe salvi, 12).

De este modo, la Conmemoración de todos los fieles difuntos nos acerca más al misterio. La preocupación de Dios por no perder a nadie, en efecto, la conocemos desde dentro cada vez que la muerte parece hacernos perder para siempre una voz, un rostro, un mundo entero. De hecho, cada persona es un mundo entero. Por eso, el día de hoy es una jornada que desafía la memoria humana, tan maravillosa y tan frágil. Sin la memoria de Jesús ―de su vida, muerte y resurrección― el inmenso tesoro que es cada vida se expone al olvido. En la memoria viva de Jesús, en cambio, incluso quien nadie recuerda o quien hasta la historia parece haber borrado, aparece en su infinita dignidad. Jesús, la piedra que los constructores ha rechazado, es ahora la piedra angular (cf. Hch 4,11). Este es el anuncio pascual. Por esta razón, los cristianos recuerdan desde siempre a los difuntos en cada Eucaristía, y hasta la fecha piden que sus seres queridos sean mencionados en la plegaria eucarística. Desde aquel anuncio surge la esperanza de que nadie se perderá.

Que la visita al cementerio, en la que el silencio interrumpe la agitación del activismo, sea para todos nosotros una invitación a la memoria y a la espera. «Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro» profesamos en el Credo. Conmemoramos, por tanto, el futuro. No estamos encerrados en el pasado, en las lágrimas de la nostalgia; tampoco estamos confinados en el presente, como en un sepulcro. Que la voz familiar de Jesús nos alcance, y alcance a todos, porque es la única que viene del futuro. Nos llama por nuestro nombre, nos prepara un lugar, nos libera del sentimiento de impotencia con el que corremos el riesgo de renunciar a la vida. Que María, mujer del sábado santo, nos enseñe a seguir esperando.

Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:


Queridos hermanos y hermanas:

con gran dolor sigo las trágicas noticias que llegan de Sudán, particularmente de la ciudad de El Fasher, en el martirizado Darfur del norte. La violencia indiscriminada contra mujeres y niños, los ataques contra civiles indefensos y los graves obstáculos a la acción humanitaria están causando un sufrimiento inaceptable a una población extenuada tras largos meses de conflicto. Recemos para que el Señor acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables. Reitero mi sincero llamamiento a las partes implicadas para que decreten un alto el fuego y abran con urgencia corredores humanitarios. En fin, invito a la comunidad internacional a que intervenga con decisión y generosidad, ofreciendo asistencia y apoyando a quienes trabajan incansablemente para proporcionar asistencia humanitaria.

Recemos también por Tanzania, donde, después de las recientes elecciones políticas, se han producido enfrentamientos que han causado numerosas víctimas. Insto a todos a evitar toda forma de violencia y seguir el camino del diálogo.

Los saludo a todos; a los romanos, a los peregrinos provenientes de Italia y de diversas partes del mundo y, en particular, a los representantes del grupo PeaceMed, procedentes de diferentes Países Mediterráneos; al colegio “São Tomás” de Lisboa; a las hermanas Operarias de Brescia, con la compañía teatral “Uno di noi”; a los fieles de Manerbio; a los profesores del Instituto “Aurora” de Cernusco sul Naviglio y a los jóvenes de Rivarolo.

Esta tarde, en el cementerio del Verano, celebraré la Eucaristía en sufragio por todos los difuntos. Espiritualmente, visitaré las tumbas de mis seres queridos; también oraré por los difuntos que nadie recuerda. No olvidemos que nuestro Padre celestial nos conoce y nos ama a cada uno de nosotros y no se olvida de nadie.

A todos, feliz domingo en memoria cristiana de nuestros difuntos.

Papa León XIV




Fotos: Vatican Media, 2-11-2025

sábado, 1 de noviembre de 2025

Papa León XIV en el Ángelus, 1-11-2025: «La comunión de los santos nos recuerda que el destino final de la humanidad es una gran fiesta en la que celebramos el amor de Dios, presente en todos, semejantes al rostro de Cristo»

1 de noviembre de 2025.- (Camino Católico)  En su alocución previa a la oración del Ángelus de hoy 1º de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, tras haber celebrado la misa por el Jubileo del Mundo Educativo y antes de la bendición final, el Papa ha recordado que el misterio de la comunión de los santos, “nos recuerda cuál es el destino final de la humanidad: una gran fiesta en la que celebramos el amor de Dios, presente en todo y en todos, reconociendo y admirando la belleza multiforme de los rostros, todos diferentes y al mismo tiempo semejantes al rostro de Cristo”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente: 

Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

PAPA LEÓN XIV

ÁNGELUS

Plaza de San Pedro

Sábado, 1 de noviembre de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Deseo saludar a todos los que han participado en esta solemne celebración, particularmente a los cardenales, a los obispos y a las distinguidas autoridades.

Estoy muy contento de recibir a la Delegación oficial de la Iglesia de Inglaterra, liderada por Su Gracia Stephen Cottrell, Arzobispo de York. Después del histórico encuentro de oración con Su Majestad el Rey Carlos III, que ha tenido lugar hace unos días en la capilla Sixtina, la presencia de su delegación refleja el gozo que juntos compartimos por la proclamación de san John Henry Newman como doctor de la Iglesia. Que él acompañe desde el cielo el camino de todos los cristianos hacia la plena unidad.

Extiendo mi saludo a todos los peregrinos presentes, especialmente a los jóvenes que han dado vida a la “Carrera de los santos”, promovida por las Misiones Don Bosco, que une el deporte y la solidaridad con los niños más desfavorecidos.

Hermanas y hermanos, el misterio de la comunión de los santos, que hoy respiramos “a pleno pulmón”, nos recuerda cuál es el destino final de la humanidad: una gran fiesta en la que celebramos el amor de Dios, presente en todo y en todos, reconociendo y admirando la belleza multiforme de los rostros, todos diferentes y al mismo tiempo semejantes al rostro de Cristo. Mientras anticipamos esta realidad futura, sentimos aún más fuerte y doloroso el contraste con los dramas que la familia humana está sufriendo a causa de las injusticias y de las guerras. Y sentimos todavía más imperioso el deber de ser constructores de fraternidad. Encomendemos nuestra oración y nuestro compromiso a la intercesión de la Virgen María y de todos los santos.


Oración del Ángelus:  

Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.

Et concépit de Spíritu Sancto.

Ave Maria…


Ecce ancílla Dómini.

Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave Maria…


Et Verbum caro factum est.

Et habitávit in nobis.

Ave Maria…


Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.


Orémus.

Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,

méntibus nostris infunde;

ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.


Amen.


Gloria Patri… (ter)

Requiem aeternam…


Benedictio Apostolica seu Papalis


Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.

Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,

Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.


Amen.


Papa León XIV


Fotos: Vatican Media, 1-11-2025