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miércoles, 10 de septiembre de 2025

Rajesh Mohur era hindú y cuidó a San Carlos Acutis desde los 4 años hasta su muerte: «Carlo me cautivó con su fe, caridad y pureza. Yo y mi mamá nos bautizamos católicos»

Rajesh Mohur y San Carlo Acutis

* «Carlo Acutis me dijo que sería más feliz si me acercaba a Jesús. Decía que la felicidad no se encuentra ni en el dinero, ni en las drogas, ni en las cosas materiales, sino en la Eucaristía. En la Eucaristía están todas las respuestas. Me decía que nuestra generación tiene suerte, porque ahora basta entrar en la iglesia más cercana para encontrarse con Dios; me explicaba la importancia de la Eucaristía y cómo nos guía hacia el Paraíso y que cuando participamos en misa y hacemos la primera comunión, nuestra vida cambia. Cada mañana cuando íbamos a la Iglesia me quedaba detrás observando sus reacciones. Se acercaba al tabernáculo como si alguien le estuviera esperando allí, como si hubiera una presencia. Permanecía en silencio, como en una conversación muda. Casi todos los días era así. Me intrigaba. Entonces me explicó que Dios está presente en el tabernáculo porque allí se encuentra su cuerpo, su sangre, su alma. Él sabía el Catecismo de la Iglesia Católica casi de memoria y me lo explicó tan brillantemente que logró emocionarme sobre la importancia de los sacramentos. Entonces, despacio, despacio… me explicaba la importancia del Bautismo y tantas otras cosas también. Todas esas experiencias cambiaron mi vida. Y pude ver al Dios vivo. Cuando vi los actos de Carlo, ya sabes, de un niño tan pequeño, me convertí» 

Camino Católico.- Carlo Acutis es uno de los jóvenes santos más inspiradores de su generación, y su testimonio de vida, como su intercesión, sin duda dio lugar a muchas conversiones. Rajesh Mohur es uno de los que tuvo el privilegio de conocerle durante su vida. 

Nacido en Mauricio, Rajesh era de religión hindú. Procedía de una familia de la casta Brahman, la casta más alta entre los hindúes. Su padre era sacerdote y presidente de la Asociación Hindú de Mauricio. Le enseñó a su hijo todas las oraciones hindúes y le inculcó la cultura religiosa y la historia. 

Cuando tenía 16 años, Rajesh fue enviado a la India, concretamente a Guyarat, la ciudad donde nació Gandhi, para continuar allí sus estudios.

"Estuve en muchos templos, conocí a muchos gurús. Todo era muy tranquilo", recuerda en el libro Beato Carlo Acutis: un santo en zapatillas de Courtney Mares. "Pero mi vida no estaba cambiando. Yo estaba buscando a un Dios vivo".

Después de ser admitido a una universidad en Rajasthan, el joven estudiante se licenció en Física. 

Mientras planea inscribirse en una maestría en Inglaterra, se enteró de la repentina muerte de su padre y rápidamente se vio obligado a regresar a Mauricio para ayudar a su familia, que enfrentaba problemas financieros.

Lleno de ira y amargura por la pérdida de su padre, Rajesh se refugió en la oración hindú, pero no lograba encontrar la paz.

Luchando por encontrar un trabajo estable, emigró a Italia a mediados de la década de 1980 y permaneció allí durante diez años.

Y en 1995, una familia lo contrató para ayudar a educar a un niño pequeño con cabello negro y rizado, llamado Carlo. 

«Cuando llegué a su casa, fue Carlo quien me abrió la puerta. Inmediatamente me tomó de la mano y me acompañó con sus padres».

Lo que debía ser una breve entrevista se convirtió en horas de juegos y conversación. «Me llevó al salón y sacó todos sus juguetes para mostrármelos. Luego pidió a su mamá si podía invitarme a cenar. Me dijo que yo era su 'zucchero' (azúcar) y que lo acompañaría todos los días a la escuela. Eso me conmovió enormemente. Al mirarlo, era como un pequeño ángel. Así comenzó nuestra historia en común», cuenta Rajesh a leexpress.mu.

San Carlo Acutis y Rajesh Mohur, que lo cuidó hasta su muerte y que por su testimonio se convirtió al catolicismo

El segundo día, Rajesh vio a este querubín de cabeza morena corriendo hacia él, con una gran sonrisa en los labios y una palma extendida hacia su nuevo amigo para ofrecerle un chicle.

Carlo impresionaba no solo por su amabilidad, sino también por su sentido de la generosidad. «Era un niño de un entorno privilegiado, pero no llevaba una vida lujosa y no se dejaba tentar por las cosas materiales. Tenía una vida sencilla y cuando encontraba a personas pobres, cogía sus ahorros y los compartía con ellos», recuerda Rajesh. Cada fin de semana visitaban la ciudad y, antes de ir a la escuela, Carlo no olvidaba adorar la Eucaristía diariamente.

Durante su infancia, Carlo leyó las vidas de los santos y vio dibujos animados basados ​​en la Biblia. 

Rajesh lo acompañaba en todas sus actividades, incluyendo la catequesis y la iglesia, a donde a Carlo le gustaba ir regularmente a orar antes o después de la escuela. 

Es allí donde vio florecer la fe en el alma del joven Carlo como florecen las rosas en primavera.

"Me llamaba la atención su comportamiento cuando estaba en la iglesia, era muy respetuoso. Él sabía que Jesús vivía allí… Me tocó el corazón", recuerda Rajesh, asombrado de ver la generosidad del joven con los demás y la forma como hablaba de su fe. 

El testimonio de Rajesh revela cómo el pequeño Carlo se convirtió en su maestro de fe desde la infancia. «Cada mañana cuando íbamos a la Iglesia me quedaba detrás observando sus reacciones. Se acercaba al tabernáculo como si alguien le estuviera esperando allí, como si hubiera una presencia. Permanecía en silencio, como en una conversación muda. Casi todos los días era así. Me intrigaba. Entonces me explicó que Dios está presente en el tabernáculo porque allí se encuentra su cuerpo, su sangre, su alma», recuerda.

Más allá de la adoración, Carlo compartía pequeñas lecciones de vida con su niñero: «Me decía que nuestra generación tiene suerte, porque ahora basta entrar en la iglesia más cercana para encontrarse con Dios; me explicaba la importancia de la Eucaristía y cómo nos guía hacia el Paraíso[...] y que cuando participamos en misa y hacemos la primera comunión, nuestra vida cambia».

Su devoción no era solo teórica. El amor a Dios que sentía Carlo también se canalizaba en un amor concreto por los más vulnerables. Rajesh cuenta: «Un día vimos a un vagabundo durmiendo sobre un cartón. Carlo le dio el dinero que había recibido por su cumpleaños para comprar un saco de dormir y pidió a su madre que le diera comida todos los días. Yo se la preparaba y la entregábamos juntos». Y fue precisamente la coherencia y sencillez de este joven italiano lo que transformó la vida de Rajesh. «Me di cuenta de que el vacío que sentía en el fondo de mi corazón comenzaba a llenarse, y eso me impulsó a pedir el bautismo. Sus explicaciones y acciones me llevaron a mi conversión», recuerda.

"Carlo había tomado la costumbre (…) de rezar el Santo Rosario todas las noches antes de acostarse". Al crecer, Carlo le enseñó a Rajesh a rezar el rosario.

San Carlo Acutis y Rajesh Mohur, iban a misa juntos todos los días

Carlo siguió siendo un ejemplo en el camino de fe que inició Rajesh. Le pedía a su madre que le comprara DVDs sobre la vida de Cristo, la Virgen y los santos y le explicaba la Biblia de manera extraordinaria. Durante más de dos años y medio, Rajesh tomó clases de catecismo:"Él sabía el Catecismo de la Iglesia Católica casi de memoria y me lo explicó tan brillantemente que logró emocionarme sobre la importancia de los sacramentos. Entonces, despacio, despacio… me explicaba la importancia del Bautismo y tantas otras cosas también. Todas esas experiencias cambiaron mi vida. Y pude ver al Dios vivo. Cuando vi los actos de Carlo, ya sabes, de un niño tan pequeño, me convertí. Carlo me cautivó con su fe, caridad y pureza”, dice Rajesh.

Al final Rajesh pidió el bautismo y recibió su Primera Comunión y Confirmación al mismo tiempo, en 1999. Rajesh iba a misa todos los días con Carlo, y también podía finalmente comulgar.

Sus padrinos en el bautismo fueron los propios padres de Carlo. El joven italiano le aseguró que aquel momento sería un punto de inflexión en su vida. «Me dijo que el día de mi bautismo sería un gran día, porque estaría en contacto permanente con el Señor, Él actuaría en mi vida y todo cambiaría. Y así fue», recuerda Rajesh.

Tras la muerte de Carlo, el dolor fue profundo. «Estaba muy desanimado, no quería vivir en la casa familiar llena de recuerdos de él», confiesa. Sin embargo, encontró consuelo en un sueño donde Carlo se le apareció y le aseguró que no lo había dejado y que siempre velaría por él. Le dijo que no temiera a la muerte, porque después de ella está la eternidad en el Cielo, y que «si seguía todos los mandamientos de Dios y ponía a Dios en primer lugar en mi vida, iría al Paraíso».

Con su ejemplo y sus palabras, Carlo transformó la vida de Rajesh y tocó a quienes lo rodeaban. Para él, la esencia del joven santo se resume en una lección que resume en la entrevista: «Carlo me dijo que sería más feliz si me acercaba a Jesús. Decía que la felicidad no se encuentra ni en el dinero, ni en las drogas, ni en las cosas materiales, sino en la Eucaristía. En la Eucaristía están todas las respuestas».

El día del bautizo de Rajesh, al salir de la iglesia, los padres de Carlo quisieron celebrarlo en uno de los restaurantes más prestigiosos de Milán. «Le dije a Carlo que era un gran regalo tanto para mí como para él», recuerda. Pero el joven recién canonizado le respondió que «el mejor regalo que había recibido era el bautismo».

Varios años después, la madre de Rajesh voló desde Mauricio para visitar a su hijo. Y Carlo la llevó a misa.

No entendía mucho al respecto: no conocía ni el catolicismo ni el idioma italiano. Pero el joven Carlo Acutis le habla pacientemente en inglés sobre Jesús y Nuestra Señora de Lourdes. 

Con la ayuda de la familia Acutis, la madre de Rajesh visitó este santuario francés y, una vez que regresó a su hogar en Mauricio, a su vez pidió ser bautizada. "Él logró convertirnos, a mi madre ya mí, concluye Rajesh. Fue la gracia de Carlo".

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