* «Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz. Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos»
Vídeo completo de la transmisión en directo de Vatican News traducido al español con las palabras del Papa en el Ángelus
* «Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos»
14 de septiembre de 2025.- (Vatican News / Camino Católico) Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que se recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio. Pero “¿qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta?” ha interrogado el Papa esta mañana ante miles de fieles que se congregaban en la Plaza de San Pedro este mediodía para escuchar su reflexión dominical antes de rezar a la madre del Cielo.
El Papa ha recordado que la Cruz – denominada por el Papa como “uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado” – fue transformada por Cristo en el mayor signo del amor de Dios. En ella no hay derrota, sino victoria: la vida surge de la muerte y la salvación del sacrificio: “Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado”.
Desde primera hora de la mañana, la Plaza de San Pedro se fue llenando de peregrinos que portaban pancartas, carteles de felicitación y banderas, preparados para celebrar el 70 aniversario del Pontífice: “Parece que lo sabéis: hoy cumplo 70 años”, ha dicho el Pontífice con una sonrisa, antes de despedirse. “Doy gracias al Señor y a mis padres, y a todos los que han tenido un recuerdo en la oración”, ha añadido. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la meditación del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
PAPA LEÓN XIV
ÁNGELUS
Plaza de San Pedro
Domingo, 14 de septiembre de 2025
Queridos hermanos y hermanas, feliz domingo.
Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en la que recuerda el hallazgo del leño de la cruz por parte de santa Elena, en Jerusalén, en el siglo IV, y la restitución de la preciosa reliquia a la Ciudad Santa, por obra del Emperador Heraclio.
¿Pero qué quiere decir para nosotros celebrar hoy esta fiesta? Nos ayuda a comprenderlo el Evangelio que la liturgia nos propone (cf. Jn 3,13-17). La escena se desarrolla de noche, Nicodemo, uno de los jefes de los judíos, persona recta y de mente abierta (cf. Jn 7,50-51), va a encontrar a Jesús. Tiene necesidad de luz, de guía, busca a Dios y pide ayuda al Maestro de Nazaret, porque en Él reconoce un profeta, un hombre que cumple signos extraordinarios.
El Señor lo acoge, lo escucha, y al final le revela que el Hijo del hombre debe ser ensalzado, «para que todos los que creen en Él tengan Vida eterna» (Jn 3,15), y añade: «Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna» (v. 16). Nicodemo, que quizás en ese momento no comprende plenamente el sentido de estas palabras, podrá de seguro hacerlo cuando, después de la crucifixión, ayudará a sepultar el cuerpo del Salvador (cf. Jn 19,39). Comprenderá entonces que Dios, para redimir a los hombres, se hizo hombre y murió en la cruz.
Jesús habla de esto con Nicodemo, evocando un episodio del Antiguo Testamento (cf. Nm 21,4-9), cuando en el desierto los israelitas, atacados por serpientes venenosas, se salvan mirando la serpiente de bronce que Moisés, obedeciendo al mandato de Dios, había fabricado y colocado sobre un asta. Dios nos salvó mostrándose a nosotros, ofreciéndose como nuestro compañero, maestro, médico, amigo, hasta hacerse por nosotros Pan partido en la Eucaristía. Y para cumplir esta obra se sirvió de uno de los instrumentos de muerte más cruel que el hombre haya jamás inventado: la cruz.
Por esto hoy nosotros celebramos su “exaltación”, lo hacemos por el amor inmenso con el que Dios, abrazándola para nuestra salvación, la transformó de medio de muerte a instrumento de vida, enseñándonos que nada puede separarnos de Él (cf. Rm 8,35-39) y que su caridad es más grande que nuestro mismo pecado (cf. Francisco, Catequesis, 30 marzo 2016).
Pidamos ahora, por la intercesión de María, la Madre presente en el Calvario junto a su Hijo, que también en nosotros se arraigue y crezca su amor que salva, y que también nosotros sepamos donarnos los unos a los otros, como Él se ha donado enteramente a todos.
Oración del Ángelus:
Angelus Dómini nuntiávit Mariæ.
Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria…
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.
Ave Maria…
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave Maria…
Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
Orémus.
Grátiam tuam, quǽsumus, Dómine,
méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
Amen.
Gloria Patri… (ter)
Requiem aeternam…
Benedictio Apostolica seu Papalis
Dominus vobiscum.Et cum spiritu tuo.
Sit nomen Benedicat vos omnipotens Deus,
Pa ter, et Fi lius, et Spiritus Sanctus.
Amen.
Después de la oración mariana del Ángelus el Papa ha dicho:
Queridos hermanos y hermanas:
Mañana celebramos el 60 aniversario de la instauración del Sínodo de los Obispos, una institución profética de san Pablo VI, para que los obispos pudiesen ejercitar más y mejor la comunión con el Sucesor de Pedro. Deseo que esta celebración renueve el compromiso por la unidad, por la sinodalidad y la misión de la Iglesia.
Saludo con afecto a todos ustedes, fieles de Roma y peregrinos de Italia y de varios países, en particular los de Villa Alemana y Valparaiso, de Chile; los de la Archidiócesis de Mwanza, de Tanzania y los de Humpolec, de la República Checa; a los peruanos de la Asociación religiosa Jesús Nazareno Cautivo, de Roma. Quiero saludar también a los fieles de Chiaiamari, Anitrella, Uboldo, Faeto, Lesmo, Trani, Faenza, Pistoia, San Martino, de Sergnano, Guardia di Acireale, San Martino delle Scale, de Palermo, y Alghero.
Mi saludo también para las bandas musicales de Borno y de Sonico, de Val Camonica, para la cooperativa “La Nuova Famiglia” de Monza, para el comité regional Pro Loco del Lacio, para la Unión del Apostolado Católico, para los jóvenes del Don Bosco Youth-Net y para la comunidad de Comunión y Liberación de Roma; así como también para la asociación Arti e Mestieri, de Sant’Agata di Militello, para los motociclistas llegados de Ravena y para los ciclistas de Rovigo.
Queridos hermanos y hermanas —creo que lo saben—, hoy cumplo setenta años. Doy gracias al Señor y a mis padres, y agradezco a cuantos me han tenido presente en la oración. Muchas gracias a todos. Gracias. Feliz domingo.
Papa León XIV
Fotos: Vatican Media, 14-9-2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario