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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Papa Francisco en la Audiencia, 20-11-2024: «Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos»


* «Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En  primer lugar, el carisma es el don concedido “para el bien común" (1 Co 12:7). En otras palabras, no está  destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al “servicio" de la comunidad  (1 Pe 4:10). En segundo lugar, el carisma es el don concedido “a uno", o “a algunos" en particular, no a  todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que en cambio son iguales y comunes a todos. El carisma es a una persona o a una comunidad especial, es un don que Dios te da»

  

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

 * «Quiero decir que el año que viene, en el Día de los Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis (el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro). Y en el Día de los Jóvenes, el año entrante, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati»

 20 de noviembre de 2024.- (Camino Católico)  La acción carismática del Espíritu Santo ha sido el argumento de la catequesis del Papa Francisco pronunciada esta mañana durante su tradicional Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Francisco, citando un famoso texto del Concilio Vaticano II, asegura que el Espíritu Santo no sólo santifica, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición y, por ende, “todos tenemos dones personales”: “Cada uno tiene su carisma, don del Espíritu Santo, para el ‘servicio’ de la comunidad; todos los carismas, son ‘míos’ al igual que ‘mis’ carismas son para el bien de todos”.

Al final de la audiencia general Francisco ha anunciado que Carlo Acutis será proclamado santo durante el Jubileo de los Adolescentes, que tendrá lugar en Roma del 25 al 27 de abril de 2025. En un comunicado posterior, el Arzobispo de la diócesis de Asís Mons. Domenico Sorrentino, especificó que la canonización de Acutis está prevista para el domingo 27 de abril a las 10.30 horas en la Plaza de San Pedro.

Asimismo, ha informado que Pier Giorgio Frassati será elevado a los altares durante el Jubileo de los Jóvenes, entre el 28 de julio y el 3 de agosto del año que viene.

Además el Santo Padre ha anunciado que el próximo 3 de febrero se celebrará en el Vaticano el Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños titulado “Amémoslos y Protejámoslos”. En vista a esta jornada, el Santo Padre también ha instituido el Comité Pontificio para la Jornada Mundial de los Niños.

El Papa también ha recordado los mil días de conflicto en Ucrania y ha hecho un llamamiento para que la confrontación deje paso al encuentro. Después ha leído la carta de un universitario ucraniano que escribe: «Me hubiera gustado huir y volver a ser un niño abrazado a mi madre. Cuando recuerde nuestro país, recuerde no sólo el sufrimiento, sino también el amor». 

El Papa saluda a la primera dama ucraniana Olena Zelenska

El Papa ha recordado la solemnidad de Cristo Rey del Universo, que se celebrará el próximo domingo. «Invito a cada uno a reconocer la presencia del Señor en la propia vida - ha pedido Francisco- para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.» 

Mañana, con ocasión de la memoria litúrgica de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María, se celebrará la Jornada pro Orantibus. «A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía», dice el Papa, esperando «el necesario apoyo espiritual y material de la comunidad eclesial» a los monasterios de clausura. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:


PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 20 de noviembre de 2024


Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza

14. Los dones de la Esposa. Los carismas, dones del Espíritu para el bien común.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En las últimas tres catequesis hemos hablado de la obra santificadora del Espíritu Santo, que se realiza en los sacramentos, en la oración y siguiendo el ejemplo de la Madre de Dios. Pero escuchemos lo que dice un famoso texto del Vaticano II: «Además, el Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones» (Lumen gentium, 12).  También nosotros tenemos dones personales que el Espíritu nos da a cada uno.

 Ha llegado, entonces, el momento de hablar también de este segundo modo en que el Espíritu Santo obra, que es la acción carismática. Una palabra algo difícil, la voy a explicar. Dos elementos ayudan a definir lo que es el carisma. En primer lugar, el carisma es el don concedido «para el bien común» (1 Co 12:7), para que sea útil a todos. En otras palabras, no está destinado principal y ordinariamente a la santificación de la persona, sino al servicio de la comunidad (cfr.1 Pe 4:10). Este es el primer aspecto. En segundo lugar, el carisma es el don concedido «a uno», o «a algunos» en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que, en cambio, son iguales y comunes para todos. El carisma se concede a una persona o a una comunidad específica. Es un don que Dios te da.

El Concilio también nos explica esto. El Espíritu Santo -dice- «también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia, según aquellas palabras: «A cada uno... se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad» (1 Co 12,7). 

Los carismas son las «joyas», u ornamentos, que el Espíritu Santo distribuye para embellecer a la Esposa de Cristo. Se comprende así por qué el texto conciliar termina con la siguiente exhortación: «Estos carismas, tanto los extraordinarios como los más comunes y difundidos, deben ser recibidos con gratitud y consuelo, porque son muy adecuados y útiles a las necesidades de la Iglesia.» (Lumen gentium, 12).

Benedicto XVI afirmó: «Mirando la historia de la época post-conciliar, se puede reconocer la dinámica de la verdadera renovación, que frecuentemente ha adquirido formas inesperadas en movimientos llenos de vida y que hace casi tangible la inagotable vivacidad de la Iglesia». Y este es el carisma dado a un grupo, a través de una persona.

Debemos redescubrir los carismas, porque esto hace que la promoción del laicado y, especialmente, de las mujeres, se entienda no sólo como un hecho institucional y sociológico, sino en su dimensión bíblica y espiritual. Los laicos no son los últimos, no, los laicos no son una especie de colaboradores externos o “tropas auxiliares” del clero, ¡no! Tienen sus propios carismas y dones con los que contribuir a la misión de la Iglesia.

Añadamos una cosa más: al hablar de carismas, hay que disipar de inmediato un malentendido: el de identificarlos con dones y capacidades espectaculares y extraordinarios; se trata, en cambio, de dones ordinarios – cada uno de nosotros tiene su propio carisma – que adquieren un valor extraordinario cuando son inspirados por el Espíritu Santo y encarnados en las situaciones de la vida con amor. Esta interpretación del carisma es importante, porque muchos cristianos, al oír hablar de carismas, experimentan tristeza o desilusión, ya que están convencidos de no poseer ninguno y se sienten excluidos o cristianos de segunda clase. No, no hay cristianos de “segunda clase”, no, cada uno tiene su carisma personal y también comunitario. A ellos ya les respondió San Agustín en su época con una comparación muy elocuente: «Si amas aquello que posees, no es poco – decía a su pueblo–. Si amas la unidad, todo lo que en ella es poseído por alguien, ¡lo posees tú también!… En el cuerpo ve el ojo solo; pero ¿acaso el ojo ve solamente para sí mismo? No, ve también para la mano, para el pie y para los demás miembros» [1].

Aquí se desvela el secreto por el que la caridad es definida por el Apóstol como «el camino más excelente» (1 Cor 12, 31): ella me hace amar la Iglesia, o la comunidad en la que vivo y, en la unidad, todos los carismas, no sólo algunos, son «míos» al igual que «mis» carismas, aunque parezcan poca cosa, son de todos y para el bien de todos. La caridad multiplica los carismas: hace que el carisma de uno, de una sola persona, sea el carisma de todos. ¡Gracias!

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Continuando nuestras catequesis sobre el Espíritu Santo, hoy quisiera que meditáramos sobre uno de sus modos de obrar dentro de la Iglesia, me refiero a su acción carismática. En efecto, los carismas son dones que el Espíritu concede a quien quiere y que siempre cuentan con dos elementos. Primero, el carisma es un don concedido para el bien común —para el bien de la Iglesia—, más que para la propia santificación; y segundo, el carisma es un don concedido “a uno”, o “a algunos” en particular, no a todos del mismo modo, y esto es lo que lo distingue de la gracia santificante, de las virtudes teologales y de los sacramentos, que son idénticos y comunes a todos.   

Entender la riqueza de los carismas ayuda a valorar el papel del laicado en la Iglesia, ya que los laicos poseen carismas y dones propios con los que contribuyen de una manera especial a su misión en el mundo. No se trata de capacidades espectaculares, no, sino de dones ordinarios que adquieren un valor extraordinario por ser inspiración del Espíritu Santo.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo que nos conceda crecer en la virtud de la caridad, para que descubramos y pongamos nuestros carismas al servicio de la Iglesia y agradezcamos los carismas de los demás, reconociendo que contribuyen al bien de todos. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Con ocasión del Día Internacional de los Derechos del Niño y del Adolescente, que se celebra hoy, deseo anunciar que el próximo 3 de febrero se celebrará aquí, en el Vaticano, elEncuentro Mundial sobre los Derechos del Niño bajo el título «Amémoslos y protejámoslos», con la participación de expertos y personalidades de distintos países. Será una oportunidad para identificar nuevas formas de ayudar y proteger a millones de niños que siguen sin derechos, que viven en condiciones precarias, son explotados y abusados, y sufren las dramáticas consecuencias de las guerras.

Hay un grupo de niños que están preparando este Día, gracias a todos ustedes que lo están haciendo. Y aquí viene una niña valiente..., ¡ahora vienen todos! Así son los niños, ¡uno empieza y luego vienen todos! ¡Saludemos a los niños! ¡Gracias a ustedes! ¡Buenos días!

Quiero decir que el año que viene, en el Día de los Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis, y que, en el Día de los Jóvenes, el año entrante, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati.

Ayer se cumplieron mil días de la invasión de Ucrania. Un aniversario trágico por las víctimas y la destrucción que ha causado, y al mismo tiempo una desgracia vergonzosa para toda la humanidad. Sin embargo, esto no debe disuadirnos de permanecer al lado del atormentado pueblo ucraniano, ni de implorar la paz y trabajar para que las armas dejen paso al diálogo y el enfrentamiento al encuentro.

Anteayer recibí una carta de un joven universitario ucraniano. Dice así: «Padre, cuando el miércoles recuerde mi país y tenga la oportunidad de hablar al mundo entero en el milésimo día de esta terrible guerra, le ruego que no hable sólo de nuestro sufrimiento, sino que sea también testigo de nuestra fe: aunque imperfecta, su valor no disminuye, pinta con pinceladas dolorosas el cuadro de Cristo resucitado. Estos días ha habido demasiados muertos en mi vida. Vivir en una ciudad donde un misil mata y hiere a decenas de civiles, ser testigo de tantas lágrimas, es difícil. Hubiera querido huir, hubiera querido volver a ser un niño abrazado a mi mamá, honestamente, hubiera querido estar en el silencio y el amor, pero doy gracias a Dios porque a través de este dolor aprendo a amar más. El dolor no es sólo un camino hacia la ira y la desesperación; si está basado en la fe, es un buen maestro de amor. Padre, si el dolor hace daño, significa que amas; por eso, cuando hable de nuestro dolor, cuando recuerde los mil días de sufrimiento, recuerde también los mil días de amor, porque sólo el amor, la fe y la esperanza dan verdadero sentido a las heridas». Así escribió este joven universitario ucraniano.

Por último, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. El próximo domingo, último del tiempo ordinario, celebraremos la solemnidad de Cristo, rey del Universo. Invito a todos a reconocer la presencia del Señor en sus vidas, para participar en la construcción de su Reino de amor y de paz.

Mañana se celebrará la conmemoración litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen María en el Templo, la Jornada Pro Orantibus. A las hermanas de clausura llamadas por el Señor a la vida contemplativa, les aseguramos nuestra cercanía. Que los monasterios de clausura no carezcan del necesario apoyo espiritual y material por parte de la comunidad eclesial. 

¡Mi bendición para todos!

Francisco

[1] S. Agustín, Tratados sobre el evangelio de San Juan, 32,8.


Fotos: Vatican Media, 20-11-2024

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Papa Francisco en la Audiencia, 13-11-2024: «La Virgen María dijo ‘sí’ al Señor y su ejemplo e intercesión nos anima a decirle nuestro ‘sí’ cada vez ante una obediencia o una prueba que superar»

 

* «La Virgen María es la esposa, pero es, antes que eso, la discípula del Espíritu Santo. Esposa y discípula. Aprendamos de ella a ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu, sobre todo cuando nos sugiere que «nos levantemos con prontitud» y vayamos a ayudar a alguien que nos necesita, como hizo ella inmediatamente después de que el ángel la dejara»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa ha hecho en nuestro idioma

 * «Y no olvidemos a los países en guerra. ¡Hermanos y hermanas, la atormentada Ucrania sufre! No olvidemos a Ucrania; No olvidemos a Palestina, Israel, Myanmar y muchas naciones en guerra. No olvidemos a ese grupo de palestinos inocentes ametrallados... Oremos por la paz. ¡Necesitamos tanta paz!»

13 de noviembre de 2024.- (Camino Católico)   “La Virgen María es la que dijo «sí» al Señor, y con su ejemplo y su intercesión nos anima a decirle también nuestro «sí» cada vez que nos encontremos ante una obediencia que actuar o una prueba que superar” ha afirmado el Papa Francisco en su catequesis al reflexionar sobre la piedad mariana y el vínculo "único y eternamente indestructible" entre la Virgen María y el Espíritu Santo.

Al concluir la audiencia general, Francisco ha vuelto a pedir el fin de los conflictos en el mundo, pidiendo no olvidar a la «atormentada Ucrania», pero también a Palestina, Israel, Myanmar y otras zonas del mundo afectadas por conflictos. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

PAPA FRANCISCO

AUDIENCIA GENERAL

Plaza de San Pedro

Miércoles, 13 de noviembre de 2024


Catequesis. El Espíritu y la Esposa. El Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza

13. «Una carta escrita con el Espíritu del Dios vivo: María y el Espíritu Santo»

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Entre los diversos medios con los que el Espíritu Santo lleva a cabo su obra de santificación en la Iglesia - Palabra de Dios, Sacramentos, oración - hay uno especial, y es la piedad mariana. En la tradición católica existe este lema, este dicho: «Ad Iesum per Mariam», es decir, «a Jesús por María». La Virgen nos muestra a Jesús. Ella nos abre las puertas, ¡siempre! La Virgen es la madre que nos lleva de la mano a Jesús. La Virgen nunca se señala a sí misma, la Virgen señala a Jesús. Y esto es la piedad mariana: a Jesús a través de las manos de la Virgen.

San Pablo define la comunidad cristiana como una «carta de Cristo redactada por nuestro ministerio, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones de carne» (2 Cor 3,3). María, como primera discípula y figura de la Iglesia, es igualmente una carta escrita con el Espíritu del Dios vivo. Precisamente por eso, ella puede ser «conocida y leída por todos los seres humanos» (2Cor 3,2), incluso por aquellos que no saben leer libros de teología, por esos «pequeños» a los que Jesús dice que se les revelan los misterios del Reino, ocultos a los sabios (cf. Mt 11,25).

Al decir su « sí» - cuando María acepta y dice al ángel: «sí, hágase la voluntad del Señor» y acepta ser la madre de Jesús – es como si María dijera a Dios: «Aquí estoy, soy una tablilla para escribir: que el Escritor escriba lo que quiera, que haga lo que quiera conmigo el Señor de todas las cosas» [1]. En aquella época, la gente solía escribir en tablillas enceradas; hoy diríamos que María se ofrece como una página en blanco en la que el Señor puede escribir lo que quiera. El «sí» de María al ángel -como escribió un conocido exégeta- representa «el ápice de todo comportamiento religioso ante Dios, ya que ella expresa, de la manera más elevada, la disponibilidad pasiva combinada con la disponibilidad activa, el vacío más profundo que acompaña a la mayor plenitud» [2].

He aquí, pues, cómo la Madre de Dios es un instrumento del Espíritu Santo en su obra de santificación. En medio de la interminable profusión de palabras dichas y escritas sobre Dios, la Iglesia y la santidad (que muy pocos o nadie son capaces de leer y comprender en su totalidad), ella sugiere sólo dos palabras que todos, incluso los más sencillos, pueden pronunciar en cualquier ocasión: «Aquí estoy» y «fiat». María es la que dijo «sí» al Señor, y con su ejemplo y su intercesión nos anima a decirle también nuestro «sí» cada vez que nos encontremos ante una obediencia que actuar o una prueba que superar.

En todas las épocas de su historia, pero especialmente en este momento, la Iglesia se encuentra en la misma situación en la que estaba la comunidad cristiana tras la Ascensión de Jesús a los cielos. Tiene que predicar el Evangelio a todas las naciones, pero está esperando la «potencia de lo alto» para poder hacerlo. Y no olvidemos que, en aquel momento, como leemos en los Hechos de los Apóstoles, los discípulos estaban reunidos en torno a «María, la madre de Jesús» (Hechos 1,14).

Es cierto que también había otras mujeres con ella en el cenáculo, pero su presencia es diferente y única entre todas. Entre ella y el Espíritu Santo existe un vínculo único y eternamente indestructible, que es la persona misma de Cristo, «concebido por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen», como recitamos en el Credo. El evangelista Lucas subraya intencionadamente la correspondencia entre la venida del Espíritu Santo sobre María en la Anunciación y su venida sobre los discípulos en Pentecostés, utilizando algunas expresiones idénticas en ambos casos.

San Francisco de Asís, en una de sus oraciones, saluda a la Virgen como «hija y sierva del altísimo Rey y Padre celestial, madre de nuestro santísimo Señor Jesucristo, esposa del Espíritu Santo» [3]. ¡Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo! No se podía ilustrar con palabras más sencillas la relación única de María con la Trinidad.

Como todas las imágenes, también ésta de “esposa del Espíritu Santo” no debe absolutizarse, sino tomarse por la parte de verdad que contiene, y es una verdad muy hermosa. Ella es la esposa, pero es, antes que eso, la discípula del Espíritu Santo. Esposa y discípula. Aprendamos de ella a ser dóciles a las inspiraciones del Espíritu, sobre todo cuando nos sugiere que «nos levantemos con prontitud» y vayamos a ayudar a alguien que nos necesita, como hizo ella inmediatamente después de que el ángel la dejara (cf. Lc 1,39). ¡Gracias!

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

En estas catequesis anteriores vimos cómo el Espíritu Santo obra en la Iglesia a través de la Palabra, a través de los sacramentos y a través de la oración. En esta ocasión, reflexionemos sobre la Virgen María y el Espíritu Santo, destacando la “piedad mariana” como modelo de santificación.

La Madre de Dios es un instrumento del Espíritu Santo para llevarnos a su Hijo, por eso decimos tradicionalmente: “A Jesús por María”. Su vida es un ejemplo para nosotros, para que sepamos decir “sí” a Dios como ella, con confianza y generosidad. Pensemos, por ejemplo, en sus palabras ante el anuncio del ángel Gabriel: ¿Qué dice la Virgen? “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según lo que has dicho”.  

María tiene una relación única con la Santísima Trinidad: es hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa del Espíritu Santo. Como en el día de Pentecostés, ella acompaña a la Iglesia —María acompaña a la Iglesia— y le muestra el camino hacia su Hijo.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a María, templo y sagrario del Espíritu Santo, que nos enseñe a ser dóciles a las inspiraciones de Dios, sobre todo cuando su Espíritu de amor nos urge a hacer el bien a los hermanos y hermanas que más lo necesitan. Que el Señor los bendiga y la Virgen los cuide. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Por último, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. Animo a todos a encontrar cada día en Dios fuerza y ​​valentía para vivir plenamente su vocación humana y cristiana.

Y no olvidemos a los países en guerra. ¡Hermanos y hermanas, la atormentada Ucrania sufre! No olvidemos a Ucrania; No olvidemos a Palestina, Israel, Myanmar y muchas naciones en guerra. No olvidemos a ese grupo de palestinos inocentes ametrallados... Oremos por la paz. ¡Necesitamos tanta paz!

¡Mi bendición para todos!


Francisco

[1] Comentario al Evangelio de Lucas, fragm. 18 (GCS 49, p. 227).

[2] H. Schürmann, Das Lukasevangelium, Friburgo en Br. 1968: trad. ital. Brescia 1983, 154.

[3] Fonti Francescane, Asís 1986, n. 281.

Fotos: Vatican Media, 13-11-2024

jueves, 7 de noviembre de 2024

Catalina Davis se sumergió en la Nueva Era y el ocultismo y ha sido liberada del diablo con exorcismos: «Dios volvió a protegerme y nunca me ha soltado, Él está conmigo»  

 Hasta no hace mucho, Catalina Davis era mundialmente conocida por su experiencia en el hackeo mental y la Nueva Era: hoy, cientos se acercan a ella con la intención contraria, la de huir de esta espiritualidad y hallar la fe

* «Estaba literalmente rezando en el altar, acababa de tener una oración de liberación, había tenido un cuerpo a cuerpo con el demonio. Recuerdo haber abierto los ojos y al final estaba la escultura de la virgen María con Jesús en brazos… Han podido pasar las manifestaciones más fuertes que os imaginéis, pero nunca he tenido miedo. Sé que Dios es más fuerte, y que está conmigo. El mal puede intentarlo todo, pero tener esa fe es lo más bonito que puede pasarte. Basta con que le abras una pequeña rendija para que cree algo más bonito de lo que jamás hubieses imaginado»

Vídeo de El Rosario de las 11 PM en el que Catalina Davis cuenta su testimonio

Camino Católico.- Cuando Catalina Davis abrió los ojos un viernes del mes de mayo, estaba tendida en el suelo de la capilla de la Scala Santa, en Roma. Los bancos es lo primero que recuerda y, al fondo, una imagen de Jesús y María. En ese momento, apenas podía moverse, a consecuencia del "combate cuerpo a cuerpo" que acababa de librar "contra el demonio" en un nuevo exorcismo. Sabía que estaba mucho más cerca de ser liberada.

Pero aún hoy le cuesta explicar cómo, en apenas dos años, su vida ha pasado de pender de un hilo entre manifestaciones demoníacas indescriptibles a gozar de la paz y del amor de Dios.

Para comprenderlo es necesario remontarse a 1983, cuando poco después de nacer en el Chile de Pinochet tuvo que trasladarse a España con su familia por motivos de seguridad. Ni ella ni su familia creían en Dios, pero asegura en El Rosario de las 11 PM que Él ha estado siempre "salvando" a su familia. José María Carrera en Religión en Libertad sintetiza el testimonio.

Sus comienzos no fueron fáciles. Inestabilidad, bullying, problemas… Cuando no tienes a Dios, dice, "los problemas duelen demasiado y te hacen buscar soluciones en los sitios equivocados". "Sitios" que durante un año fueron para ella las drogas, de las que providencialmente logró escapar.

En el reiki: inquietantes episodios

Una mañana, cuando tenía 23 años, amaneció sin casi poder ver ni oír. Había perdido el 50% de ambos sentidos, a lo que se unieron grandes dolencias sin que la medicina convencional pudiese ofrecer solución alguna. 

Un año después probó con el reiki. "Cuando me introdujeron los símbolos, sentí algo muy fuerte y me desmayé. Sentí una mejoría, la sensación de que se me derretía la cabeza se me quitó… pero pasaron cosas muy extrañas". Entre ellas, recuerda ver su rostro deformado en el espejo o percibir inquietantes "risas" en su interior. 

Así pasaron cinco años. En alguna ocasión entró a una iglesia aún sin conocer a Dios, y siguió buscando ayuda en curanderos, chamanes y videntes. Y todo seguía igual, hasta que conoció una terapia que le cambiaría la vida. 

En lo más alto de la Nueva Era

Tenía 28 años cuando conoció la psicología holística, vinculada a las terapias alternativas y la Nueva Era, a través de un psicólogo que también le sometió a técnicas de "kinesiología" y "par biomagnético".

De repente, sus ojos y oídos se recuperaron, los síntomas desaparecieron, y creyó haber hallado "la misión" a la que dedicaría su vida.

Casi de inmediato, renunció a su empresa y se dedicó de lleno al estudio de las terapias alternativas: naturopatía, reiki, flores de Bach, homeopatía, constelaciones familiares… Lo investigó todo.

Sentía que "estaba sanando y que era bueno", pero no le quedaba mucho para saber que, en realidad, le estaba "destrozando la vida".

Aparentemente, lo tenía todo en ese nuevo mundo. Pronto llegó a lo más alto, acudía a medios como El Confidencial, Intereconomía y radios como especialista en terapias, hackeo mental y crecimiento personal. Compartía sus conocimientos con la Organización Mundial de Mujeres Sionistas, incluso con el Ministerio de Presidencia de la Moncloa o el Rotary Club. Sus ponencias llegaron a más de 40.000 personas.

"Todo el mundo quería saber lo que hacía, empecé a llenar escenarios y la gente pagaba barbaridades para que le hiciese terapia… pero el dinero se me iba entre los dedos y al final no tenía ni un euro", explica.


Catalina Davis, en una de sus ponencias 

"Intentan hacerte daño. El rosario te protegerá"

Desde ese momento, la barrera que aparentemente separa la espiritualidad de la Nueva Era y los peligros de determinados "contactos" e "invocaciones" comenzó a difuminarse.

Como ejemplo, habla de un compañero de piso que presumía de practicar magia negra y de "custodiar dos demonios", lo que entonces vio como "algo cool". O a un extraño personaje que se acercó a ella durante una conferencia y le ofreció dar "un viaje" en trance sobre una tabla. Ella accedió. Lo que no esperaba era que al despertar iba a ser encumbrada como "médium sensitiva".

Para Davis, todo aquello comenzó a cobrar sentido cuando la casa que compartía con su compañero ocultista "empezó a ser una locura": relojes sin cuerda que sonaban a su paso, calefacciones que se accionaban sin caldera, luces que se apagaban y encendían, la sensación de que le "cogían" de las piernas…

Recuerda que una noche, la hija de su compañero, de siete años se acercó a ella, le dio un rosario y le dijo: "Están intentando hacerte daño. Esto te va a proteger".



Uno de los libros de Catalina Davis, "Las 33 leyes del éxito según Dios"

Primer acercamiento a la Iglesia… ¿a través de la masonería?

Junto a su creciente fama en el mundo de la Nueva Era, Catalina estaba en pleno proceso de acceso a la masonería, así que lo usó como excusa para dejar unos días la casa e irse a buscar simbología masónica en las iglesias de Valencia.

Hacerse católica no entraba en sus planes. Pero nada más llegar, le invitaron a una misa en la iglesia del Carmen, recibió la bendición del sacerdote y por un momento pidió ayuda a la Virgen ante lo que estaba viviendo.

Otro día de su investigación, en la iglesia de San Lorenzo, la homilía del sacerdote durante la misa captó su atención hasta el final. Ese mismo día fue invitada a un retiro de tres días convocado por Verbum Dei, al que se inscribió. Incluso llegó a conocer a un sacerdote llamado Carlos, del Opus Dei, que escuchó su historia en la Nueva Era y le ofreció ayuda espiritual.

Pero su viaje terminaba y tenía que volver a la casa. Era martes, y recuerda aquel día como el primero que habló "con Dios Padre": "Sabes que no puedo volver a esa casa. Ayúdame".

Una pregunta de Dios y una misión

De inmediato, le llegó un mensaje al móvil de una persona con la que llevaba sin hablar durante meses. Le ofreció un apartamento gratis, en uno de los mejores barrios de Valencia y a solo siete minutos andando del padre Carlos, el que sería su amigo y primer director espiritual.

Así llegó el día que comenzaba el retiro de Verbum Dei. Nunca olvidará aquel sábado, cuando expusieron al Santísimo y escuchó interiormente una pregunta, la de "si quería dedicar la vida a la fe". También percibió "una misión, acercar a Dios a todas las personas que buscan una solución".

"Me enamoré de Dios, practiqué la castidad y dejé todo lo que no me hacía feliz, empecé una vida hermosa  y a darle forma a un primer evento de evangelización con Eva", a quien conoció en el retiro.

Pero entonces empezó "la batalla".

Contra el demonio: "La película `El Exorcista´ es real"

Las intervenciones demoníacas eran cada vez más fuertes y cotidianas en su vida. Una noche, relata, "perdí el control de mi cuerpo, tenía tres o cuatro voces diferentes y una risa que no era la mía, salían como piedras de mi boca y tomé conciencia de que estaba poseída".

Ya con un exorcista, Catalina comenzó formalmente una larga liberación que le llevó a perder la movilidad en las piernas, sin apenas poder salir de su casa o levantarse, pero también a que sus padres diesen sus primeros pasos de acercamiento a la fe.

"Casi todo lo que pasa en El exorcista y las películas es real", afirma.

La liberación concluyó poco después del exorcismo de la Scala Santa, de Roma, el día de su cumpleaños. Tras el proceso, Catalina afirma tener pruebas de que "Dios es todopoderoso", pero también dirige un mensaje a quienes subestiman los peligros de la Nueva Era: "Todas esas personas que piensan que no pasa nada o que ir a una sesión de reiki, tener un buda en casa o estrellas de 5 puntas no abre puertas al mal, lo hacen".

En Roma, con el Papa y dedicada a evangelizar

Lo cierto es que desde que fue liberada y prometió dedicar su vida a la transmisión de la fe, también ha sido testigo "de muchas cosas muy hermosas".

Recuerda, por ejemplo, cuando aún poseída, pudo ir a Roma y entregar al Papa Francisco uno de sus primeros libros escritos tras su conversión, Las 33 leyes del éxito según Dios.


Catalina Davis, dándole su libro al Papa Francisco, en la audiencia 

Una vez llegó a la Ciudad Eterna, aún sin tener trabajo, ingresos ni hogar, decidió que trabajaría allí dedicándose por entero a la evangelización: solo faltaba que Dios "actuase".

La respuesta llegó en la Capilla de la Reconciliación, a través de un sacerdote que ultimaba los detalles para abrir una misión católica en Roma.

"Te quiero contratar. Incluido en tu sueldo de voy a poner un piso aquí en el Vaticano", le dijo nada más conocerse.

De la noche a la mañana, no solo habían desaparecido las grandes tribulaciones de Davis, sino que habían sido reemplazadas con creces.

La fe, "lo más bonito que puedas imaginar"

Hoy, la que en su día fue una influyente gurú de la nueva era, "jamás habría imaginado que pudiese ser tan feliz trabajando rodeada de cosas del Señor", rezando con sus clientes y contemplando auténticos milagros.

También ha fundado Movimiento Creo, que como recoge su web, nació en respuesta a su promesa ante el Santísimo "para acercar el amor de Dios a los alejados de la Iglesia. Nuestro enfoque es simple y poderoso: entender y sanar heridas a través de la Pasión de Cristo. Encontramos fuerza para superar heridas profundas y abrazar la plenitud que Dios nos tiene".

"Dios volvió a protegerme y nunca me ha soltado. Han podido pasar las manifestaciones más fuertes que os imaginéis, pero nunca he tenido miedo. Sé que Él es más fuerte, y que está conmigo. El mal puede intentarlo todo, pero tener esa fe es lo más bonito que puede pasarte. Basta con que le abras una pequeña rendija para que cree algo más bonito de lo que jamás hubieses imaginado", concluye.