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sábado, 14 de junio de 2025

Papa León XIV en la Audiencia Jubilar, 14-6-2025: «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une; es necesario permanecer en él y distinguir la realidad de las ideologías»

* «Incluso hoy las ideas pueden enloquecer y las palabras pueden matar. Sin embargo, la carne es de lo que todos estamos hechos; es lo que nos une a la tierra y a las demás criaturas. La carne de Jesús debe ser acogida y contemplada en cada hermano y hermana, en cada criatura. Escuchemos el grito de la carne, escuchemos cómo nos llama el dolor ajeno. El mandamiento que hemos recibido desde el principio es el del amor mutuo. Está escrito en nuestra carne, antes que cualquier ley» 

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «La situación en Irán e Israel se ha deteriorado gravemente, y en un momento tan delicado deseo renovar con fuerza un llamamiento a la responsabilidad y a la razón. El compromiso de construir un mundo más seguro, libre de la amenaza nuclear, debe perseguirse mediante un encuentro respetuoso y un diálogo sincero, para construir una paz duradera, fundada en la justicia, la fraternidad y el bien común. Nadie debería amenazar jamás la existencia del otro. ¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos!»

14 de junio de 2025.- (Camino Católico).- «Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une. Es necesario permanecer en él y distinguir la realidad de las ideologías. Queridos hermanos y hermanas, también hoy las ideas pueden enloquecer y las palabras pueden matar… Volvamos a construir puentes donde hoy hay muros», es el enésimo llamamiento a la unidad que hace el Papa León XIV. La ocasión ha sido la reanudación esta mañana, 14 de junio, en la Basílica de San Pedro de las audiencias jubilares inauguradas por el Papa Francisco en el mes de enero. 

Siguiendo los pasos de su predecesor, León XIV centra la catequesis en un aspecto particular de la virtud teologal de la esperanza y en una figura espiritual que dio testimonio de ella, «uno de los más grandes teólogos cristianos», el obispo Ireneo de Lyon. Nacido en Asia Menor, se formó en la escuela de quienes habían aprendido directamente de los apóstoles. Más tarde se trasladó a Lyon, «donde se había formado una comunidad de cristianos procedentes de su misma tierra».

El Papa ingresa en la Basílica Vaticana saludando y bendiciendo a los fieles situados a los lados de la nave central. Introduciendo su discurso señala que la esperanza que reúne a los fieles en San Pedro es la «transmitida por los Apóstoles desde el principio». «Los apóstoles vieron en Jesús la unión entre la tierra y el cielo: con los ojos, los oídos y las manos acogieron el Verbo de la vida. El Jubileo es una puerta abierta a este misterio. El año jubilar conecta más radicalmente el mundo de Dios con el nuestro».

Además, al final de la audiencia, el Papa expresa su preocupación por la situación en Oriente Medio e invita a un compromiso colectivo para liberar al mundo de la «amenaza nuclear», a través de «un encuentro respetuoso y un diálogo sincero». Llama a todos los países a «apoyar la causa de la paz iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos». En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:


AUDIENCIA JUBILAR

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Basílica de San Pedro

Sábado, 14 de junio de 2025

Queridos hermanos y hermanas:

Las audiencias especiales del Jubileo que  el Papa Francisco inició en enero se reanudan esta mañana, proponiendo cada vez un aspecto particular de la virtud teologal de la esperanza y una figura espiritual que la testimonia. ¡Continuemos, pues, el camino iniciado, como peregrinos de la esperanza!

Nos une la esperanza transmitida por los Apóstoles desde el principio. Los Apóstoles vieron en Jesús la tierra unida al cielo: con sus ojos, oídos y manos acogieron la Palabra de vida. El Jubileo es una puerta abierta a este misterio. El Año Jubilar conecta el mundo de Dios con el nuestro de forma más radical. Nos invita a tomar en serio lo que rezamos cada día: «En la tierra como en el cielo». Esta es nuestra esperanza. Este es el aspecto que nos gustaría explorar hoy: esperar es  conectar .

Uno de los más grandes teólogos cristianos, el obispo Ireneo de Lyon, nos ayudará a reconocer la belleza y la actualidad de esta esperanza. Ireneo nació en Asia Menor y se educó entre quienes conocieron directamente a los Apóstoles. Luego vino a Europa, porque en Lyon ya se había formado una comunidad de cristianos de su tierra. ¡Qué bien nos hace recordar esto aquí, en Roma, en Europa!

El Evangelio llegó a este continente desde fuera. Y aún hoy, las comunidades migrantes son presencias que reavivan la fe en los países que las acogen. El Evangelio viene de fuera. Ireneo conecta Oriente y Occidente. Esto ya es un signo de esperanza, porque nos recuerda cómo los pueblos se enriquecen mutuamente.

Ireneo, sin embargo, tiene un tesoro aún mayor que ofrecernos. Las divisiones doctrinales que encontró dentro de la comunidad cristiana, los conflictos internos y las persecuciones externas no lo desanimaron. Al contrario, en un mundo fragmentado, aprendió a pensar mejor, centrando su atención cada vez más en Jesús.

Se convirtió en un cantor de su persona, incluso de su carne. Reconoció, de hecho, que en Él lo que parece opuesto a nosotros se recompone en unidad. Jesús no es un muro que separa, sino una puerta que nos une. Debemos permanecer en Él y distinguir la realidad de las ideologías.

Queridos hermanos y hermanas, incluso hoy las ideas pueden enloquecer y las palabras pueden matar. Sin embargo, la carne es de lo que todos estamos hechos; es lo que nos une a la tierra y a las demás criaturas. La carne de Jesús debe ser acogida y contemplada en cada hermano y hermana, en cada criatura.

Escuchemos el grito de la carne, escuchemos cómo nos llama el dolor ajeno. El mandamiento que hemos recibido desde el principio es el del amor mutuo. Está escrito en nuestra carne, antes que cualquier ley.

Ireneo, maestro de la unidad, nos enseña a no oponernos, sino a conectar. Hay inteligencia no donde separa, sino donde conecta. Distinguir es útil, pero nunca dividir. Jesús es vida eterna entre nosotros: reúne los opuestos y hace posible la comunión.

Somos peregrinos de esperanza, porque entre las personas, los pueblos y las criaturas debe haber alguien que decida caminar hacia la comunión. Otros nos seguirán. Como Ireneo en Lyon en el siglo II, así en cada una de nuestras ciudades volvemos a tender puentes donde hoy hay muros. Abramos puertas, conectemos mundos y habrá esperanza.

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

En esta catequesis reanudamos las audiencias extraordinarias que el Papa Francisco comenzó en enero con motivo del Jubileo, en las que se resaltaba un aspecto de la virtud teologal de la esperanza. Continuando en esa línea, quisiera que hoy, como los apóstoles que vieron en Jesús la tierra unida al cielo, nosotros tomemos en serio lo que a diario rezamos en el padrenuestro: “Así en la tierra como en el cielo”. Y de este modo, seamos conscientes de que esperar es conectar.  

Deseo proponerles la figura de un gran teólogo cristiano: san Ireneo de Lyon. Él, movido por la esperanza, unió el Oriente con el Occidente, llevando a este último la fe que aprendió y cultivo en el primero. Pero eso no es todo; en una época dividida por discrepancias doctrinales, conflictos internos entre la comunidad cristiana y persecuciones externas, lejos de desanimarse, profundizó su fe en Jesús, hasta el punto de comprender que, en el Señor, en su propia carne, se une lo que aparentemente es irreconciliable. De san Ireneo podemos aprender que la carne de Jesús debe ser acogida y contemplada en todo hermano y recordarnos que, sólo en Cristo se realiza la comunión.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y de América Latina. Los animo a contemplar la humanidad de Jesús como posibilidad de comunión entre nosotros, y entre las demás criaturas para que, permaneciendo en Cristo, acrecentemos nuestra esperanza. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

En estos días llegan noticias muy preocupantes. La situación en Irán e Israel se ha deteriorado gravemente, y en un momento tan delicado deseo renovar con fuerza un llamamiento a la responsabilidad y a la razón. El compromiso de construir un mundo más seguro, libre de la amenaza nuclear, debe perseguirse mediante un encuentro respetuoso y un diálogo sincero, para construir una paz duradera, fundada en la justicia, la fraternidad y el bien común. Nadie debería amenazar jamás la existencia del otro. ¡Es deber de todos los países apoyar la causa de la paz, iniciando caminos de reconciliación y favoreciendo soluciones que garanticen la seguridad y la dignidad para todos!

Mi pensamiento se dirige ahora a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Encomiendo a la Virgen María las expectativas e intenciones de bien que alberan en sus corazones.

¡Mi bendición a todos!

Papa León XIV








Fotos: Vatican Media, 14-6-2025