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sábado, 20 de diciembre de 2025

Papa León XIV en la Audiencia Jubilar, 20-12-2025: «María, Madre de Dios y Madre nuestra, es modelo de esperanza que da fuerza y genera vida; nosotros estamos llamados a encarnar y a hacer vida la Palabra de Dios»

* «En Jesús descubrimos que, como intuyeron los profetas, Dios tiene entrañas de misericordia. El Niño Jesús nos revela que Dios tiene entrañas de misericordia, a través de las cuales siempre engendra. En Él no hay amenaza, sino perdón… Jesús quiere nacer de nuevo: podemos darle cuerpo y voz. Este es el nacimiento que la creación espera»

 

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «Acérquense al misterio de Belén con los mismos sentimientos de fe y humildad que María, para enriquecerse de esperanza y alegría. Pidamos a María, Madre de la Esperanza, que nos acompañe siempre en nuestro camino de configuración con Cristo, su Hijo, el Verbo hecho carne que puso su morada entre nosotros»

20 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).-  “María, Madre de Dios y Madre nuestra, es modelo de esta esperanza que da fuerza y genera vida. Siguiendo su ejemplo, también nosotros estamos llamados a encarnar y a hacer vida la Palabra de Dios”, ha subrayado el Papa León XIV en su catequesis de la última audiencia jubilar de los sábados, celebrada en la mañana de hoy, 20 de diciembre, en la Plaza de San Pedro, ante decenas de miles de fieles. Iniciadas por el Papa Francisco en el mes de enero, las catequesis se han centrado en el tema de este Jubileo: la esperanza. 


Tras saludar desde el papamóvil a los fieles reunidos en la plaza, el Obispo de Roma inició su catequesis recordando la cercanía de la Navidad y la inminente conclusión del Jubileo, pero, puntualizó, “no termina la esperanza que este Año nos ha dado; ¡seguiremos siendo peregrinos de la esperanza!”. 

El Pontífice ha afirmado que “el Niño Jesús nos revela que Dios tiene entrañas de misericordia, a través de las cuales siempre engendra. En Él no hay amenaza, sino perdón”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

  LEÓN XIV

AUDIENCIA JUBILAR

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Plaza de San Pedro

Sábado, 20 de diciembre de 2025

Catequesis. 11. Esperar es generar. María, nuestra esperanza

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Cuando se acerca la Navidad, podemos decir: ¡el Señor está cerca! Sin Jesús, esta afirmación —el Señor está cerca— podría sonar casi como una amenaza. Sin embargo, en Jesús descubrimos que, como intuyeron los profetas, Dios tiene entrañas de misericordia. El Niño Jesús nos revela que Dios tiene entrañas de misericordia, a través de las cuales siempre engendra. En Él no hay amenaza, sino perdón.

Queridos amigos, hoy es la última de las audiencias jubilares del sábado, iniciadas el pasado enero por el Papa Francisco. El Jubileo está llegando a su fin, pero la esperanza que este Año nos ha dado no termina: ¡seguiremos siendo peregrinos de esperanza! Hemos escuchado a san Pablo: «Porque en esperanza fuimos salvados» (Rm 8,24). Sin esperanza, estamos muertos; con la esperanza, venimos a la luz. La esperanza es generativa. De hecho, es una virtud teologal, es decir, una fuerza de Dios, y como tal genera, no mata, sino que hace nacer y renacer. Esta es la verdadera fuerza. Lo que amenaza y mata no es fuerza: es prepotencia, es miedo agresivo, es mal que no genera nada. La fuerza de Dios hace nacer. Por eso, para terminar, quisiera decirles: esperar es generar.

San Pablo escribe algo a los cristianos de Roma que nos hace reflexionar: «Sabemos que toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta hoy» (Rm 8,22). Es una imagen muy poderosa. Nos ayuda a escuchar y a llevar a nuestra oración el grito de la tierra y el grito de los pobres. «Toda» la creación es un grito. Pero muchos poderosos no escuchan este grito: la riqueza de la tierra está en manos de unos pocos, muy pocos, cada vez más concentrada —injustamente— en manos de quienes a menudo no quieren escuchar el gemido de la tierra y de los pobres. Dios ha destinado a todos los bienes de la creación, para que todos participen de ellos. Nuestra tarea es generar, no robar. Sin embargo, en la fe, el dolor de la tierra y de los pobres es como el de un parto. Dios siempre genera, Dios sigue creando, y nosotros podemos generar con Él, en la esperanza. La historia está en manos de Dios y de quienes esperan en Él. No solo hay quienes roban, hay sobre todo quienes generan.

Hermanas y hermanos, si la oración cristiana es tan profundamente mariana, es porque en María de Nazaret vemos a uno de nosotros que genera. Dios la hizo fecunda y vino a nosotros con sus rasgos, como cada niño se asemeja a su madre. Ella es la Madre de Dios y nuestra. «Nuestra esperanza», decimos en la Salve Regina. Ella se asemeja al Hijo, y el Hijo se asemeja a ella. Y nosotros nos asemejamos a esta Madre que dio rostro, cuerpo y voz a la Palabra de Dios. Nos asemejamos a ella porque podemos generar la Palabra de Dios aquí abajo, transformar el grito que escuchamos en un parto. Jesús quiere nacer de nuevo: podemos darle cuerpo y voz. Este es el nacimiento que la creación espera.

Esperar es generar. Esperar es ver que este mundo se convierte en el mundo de Dios: el mundo en el que Dios, los seres humanos y todas las criaturas vuelven a pasear juntos, en la ciudad-jardín, la nueva Jerusalén. Que María, nuestra esperanza, acompañe siempre nuestra peregrinación de fe y esperanza.

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Esta es la última audiencia jubilar de los sábados, que comenzó a realizar el Papa Francisco en el mes de enero. La Navidad se acerca y el Jubileo está por finalizar, pero la esperanza que este Año Santo ha reavivado en nosotros no termina. La esperanza es una virtud teologal y, como tal, es fecunda, hace nacer y renacer. Por eso, podemos afirmar que esperar es generar.   

María, Madre de Dios y Madre nuestra, es modelo de esta esperanza que da fuerza y genera vida. Siguiendo su ejemplo, también nosotros estamos llamados a encarnar y a hacer vida la Palabra de Dios.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a María, Madre de la Esperanza, que nos acompañe siempre en nuestro camino de configuración con Cristo, su Hijo, el Verbo hecho carne que puso su morada entre nosotros. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Finalmente, pienso en los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Acérquense al misterio de Belén con los mismos sentimientos de fe y humildad que María, para enriquecerse de esperanza y alegría.

¡Mi bendición para todos!

Papa León XIV





Fotos: Vatican Media, 20-12-2025

sábado, 6 de diciembre de 2025

Papa León XIV en la Audiencia Jubilar, 6-12-2025: «Estamos llamados a implicarnos en la realidad buscando a Dios con nuestra mente, corazón y obras, y reconociendo su presencia en la vida cotidiana»

* «La Navidad de Jesús nos revela un Dios que nos involucra: María, José, los pastores, Simeón, Ana, y más adelante Juan Bautista, los discípulos y todos los que encuentran al Señor son llamados a participar. Es un gran honor, ¡y qué vértigo! Dios nos involucra en su historia, en sus sueños. Esperar, entonces, es participar. El lema del Jubileo, ‘Peregrinos de la Esperanza’, no es un simple eslogan que quedará obsoleto en un mes. Es un programa de vida: ‘peregrinos de la esperanza’ significa personas que caminan y esperan, no de manos cruzadas, sino participando»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «Pidamos a nuestra Madre Inmaculada que nos enseñe a participar en la construcción de la Ciudad de Dios, ofreciendo nuestros dones con alegría y gratuidad»


 6 de diciembre de 2025.- (Camino Católico).- En su catequesis de esta mañana, ante treinta mil fieles en la plaza de San Pedro, en el marco del Jubileo de la Esperanza, el Papa León XIV ha destacado que el tiempo de Adviento no es un período de espera pasiva, sino una invitación a participar activamente en la historia de Dios. Recordando la primera venida de Jesús y preparándonos para su regreso, el Pontífice subraya que la Navidad nos revela un Dios que nos involucra: “Estamos llamados a participar en la realidad, es decir, a implicarnos en ella, buscando a Dios con nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, y reconociendo su presencia en los diferentes acontecimientos de la vida cotidiana”, afirma.

León XIV recuerda que nadie salva al mundo solo. La verdadera esperanza del Adviento se vive participando juntos, caminando como “peregrinos de esperanza” hasta el regreso definitivo de Jesús. “Dios no está fuera del mundo ni de esta vida: hemos aprendido a buscarlo en la primera venida de Jesús, Dios-con-nosotros, entre las realidades de la vida. Hay que buscarlo con inteligencia, corazón y manos a la obra”.


Para ilustrar esta enseñanza, ejemplifica con la vida de Alberto Marvelli, joven italiano del siglo XX, ingeniero y activista de la Acción Católica, que dedicó su corta vida a servir a los más necesitados durante la Segunda Guerra Mundial. Murió a los 28 años, pero su ejemplo muestra que “servir al Reino de Dios da alegría incluso en medio de grandes riesgos”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

LEÓN XIV

AUDIENCIA JUBILAR

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Plaza de San Pedro

Sábado, 6 de diciembre de 2025

Catequesis. 10. Esperar es participar – Alberto Marvelli


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Recientemente hemos entrado en el tiempo litúrgico de Adviento, que nos enseña a estar atentos a los signos de los tiempos. Recordamos la primera venida de Jesús, Dios con nosotros, para aprender a reconocerlo cada vez que viene y prepararnos para su regreso. Entonces estaremos juntos para siempre: con Él, con todos nuestros hermanos y hermanas, y con toda criatura, en un mundo finalmente redimido: la nueva creación.

Esta espera no es pasiva. De hecho, la Navidad de Jesús nos revela un Dios que nos involucra: María, José, los pastores, Simeón, Ana, y más adelante Juan Bautista, los discípulos y todos los que encuentran al Señor son llamados a participar. Es un gran honor, ¡y qué vértigo! Dios nos involucra en su historia, en sus sueños. Esperar, entonces, es participar. El lema del Jubileo, «Peregrinos de la Esperanza», no es un simple eslogan que quedará obsoleto en un mes. Es un programa de vida: «peregrinos de la esperanza» significa personas que caminan y esperan, no de manos cruzadas, sino participando.

El Concilio Vaticano II nos enseñó a leer los signos de los tiempos: nos dice que nadie puede hacerlo solo, sino que juntos, en la Iglesia y con muchos hermanos y hermanas, podemos leer los signos de los tiempos. Son signos de Dios, de Dios que viene con su Reino, a través de las circunstancias históricas. Dios no está fuera del mundo ni de esta vida: hemos aprendido a buscarlo en la primera venida de Jesús, Dios-con-nosotros, entre las realidades de la vida. ¡Hay que buscarlo con inteligencia, corazón y manos a la obra! Y el Concilio dijo que esta misión pertenece especialmente a los fieles laicos, hombres y mujeres, porque el Dios encarnado viene a nosotros en las situaciones cotidianas. En los problemas y las bellezas del mundo, Jesús nos espera y nos compromete, pidiéndonos que colaboremos con él. ¡Por eso esperar es participar!

Hoy quisiera recordar un nombre: Alberto Marvelli, un joven italiano que vivió en la primera mitad del siglo pasado. Criado en el Evangelio por su familia, formado en la Acción Católica, se graduó en ingeniería y se incorporó a la vida social durante la Segunda Guerra Mundial, que condenó firmemente. En Rímini y alrededores, se dedicó con entusiasmo a ayudar a los heridos, enfermos y desplazados. Muchos admiraron su dedicación desinteresada, y después de la guerra, fue elegido concejal y puesto a cargo de la Comisión de Vivienda y Reconstrucción. Así, se incorporó a la vida política activa, pero mientras iba en bicicleta a una manifestación, fue atropellado por un camión militar. Tenía 28 años. Alberto nos muestra que esperar es participar, que servir al Reino de Dios da alegría incluso en medio de grandes riesgos. El mundo mejora si perdemos un poco de seguridad y tranquilidad para optar por el bien. Esto es participación.

Preguntémonos: ¿Estoy participando en una buena iniciativa que involucra mis talentos? ¿Tengo el horizonte y el aliento del Reino de Dios cuando presto algún servicio? ¿O lo hago quejándome de que todo va mal? Una sonrisa en nuestros labios es signo de la gracia que habita en nosotros.

Esperar es participar: es un regalo de Dios para nosotros. Nadie salva el mundo solo. Y ni siquiera Dios quiere salvarlo solo: podría, pero no quiere, porque juntos es mejor. Participar nos permite expresar y hacer más nuestro lo que finalmente contemplaremos para siempre, cuando Jesús finalmente regrese.

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas:

Como peregrinos de esperanza, los cristianos estamos llamados a “participar” en la realidad, es decir, a implicarnos en ella, buscando a Dios con nuestra mente, nuestro corazón y nuestras obras, y reconociendo su presencia en los diferentes acontecimientos de la vida cotidiana.  

Un ejemplo de esta participación es el testimonio de Alberto Marvelli, un joven italiano de Acción Católica que vivió su juventud después de la segunda guerra mundial. Comprometido en la política, se dedicó a socorrer a los necesitados. Murió en un accidente cuando tenía 28 años. Su vida es como el grano de trigo, que sigue dando mucho fruto, porque eligió servir al Reino de Dios.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos a nuestra Madre Inmaculada que nos enseñe a participar en la construcción de la Ciudad de Dios, ofreciendo nuestros dones con alegría y gratuidad. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Que el Jubileo sea una renovada experiencia de fe para cada uno de nosotros, permitiéndonos ser testigos de esperanza en nuestras familias y en la sociedad.

Finalmente, mi pensamiento se dirige a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Los invito a dirigir su mirada a María, tan presente en este tiempo de Adviento. Que la Virgen Inmaculada, que con su "sí" al ángel Gabriel se adhirió plenamente a la voluntad de Dios, los sostenga en su propósito de hacer fructífera la gracia del Jubileo.

¡Mi bendición a todos!

Papa León XIV




Fotos: Vatican Media, 6-12-2025

sábado, 22 de noviembre de 2025

Papa León XIV en la Audiencia Jubilar, 22-11-2025: «Jesús vino a traer el fuego del amor de Dios y su paz nos exige tomar partido ante las injusticias, las desigualdades, donde se pisotea la dignidad humana»

* «Me gustaría recordar a una pequeña gran mujer estadounidense, Dorothy Day, que vivió en el siglo pasado. Tenía fuego dentro. Dorothy Day tomó posición. Vio que el modelo de desarrollo de su país no creaba las mismas oportunidades para todos, comprendió que el sueño para muchos era una pesadilla, que como cristiana debía involucrarse con los trabajadores, con los migrantes, con los descartados por una economía que mata. Escribía y servía: es importante unir la mente, el corazón y las manos. Esto es tomar partido»

Video completo de la transmisión en directo realizada por Vatican News de la catequesis traducida al español y de la síntesis que el Papa León XIV ha hecho en nuestro idioma

* «Doy una afectuosa bienvenida a los coros diocesanos y parroquiales que participan en el Jubileo de los Coros y Corales. Queridos hermanos y hermanas, les agradezco el valioso servicio que prestan en sus comunidades; la música y el canto, unidos a la liturgia, son una forma de oración, un sentido de la belleza que nos eleva hacia Dios y une los corazones en la alabanza. Que Santa Cecilia, patrona de la música y el canto, cuya memoria celebramos hoy, sostenga su compromiso y su misión»


 22 de noviembre de 2025.- (Camino Católico).- «Jesús vino a traer fuego: el fuego del amor de Dios a la tierra…  y la paz que Jesús trae es como un fuego y nos exige mucho. Nos pide, sobre todo, que tomemos partido. Ante las injusticias, las desigualdades, donde se pisotea la dignidad humana, donde se silencia a los más débiles»: es el camino que el Papa León XIV traza en la catequesis de la audiencia jubilar de hoy, 22 de noviembre, en la Plaza de San Pedro, Jubileo de los Coros y Corales, ante 20.000 personas.

El Papa concreta sus palabras señalando a la «pequeña gran mujer americana» Dorothy Day como ejemplo de alguien que «tenía fuego dentro» y que tomó posición como cristiana ante las injusticias de los trabajadores, los migrantes, los «descartados por una economía que mata», comprendiendo que «el modelo de desarrollo de su país no creaba las mismas oportunidades para todos». Nacida en Nueva York en 1897, se convirtió al catolicismo en 1928 y, unos años más tarde, fundó la revista mensual «The Catholic Worker», que dio lugar al nacimiento de muchas casas de acogida. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la catequesis traducida al español y la síntesis que el Santo Padre ha hecho en nuestro idioma, cuyo texto completo es el siguiente:

LEÓN XIV

AUDIENCIA JUBILAR

CATEQUESIS DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Jubileo de Coros y Corales

Plaza de San Pedro

Sábado, 22 de noviembre de 2025

Catequesis. 9. Esperar es tomar una decisión. Dorothy Day

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Para muchos de ustedes estar en Roma es la realización de un gran deseo que pudo llevarse a cabo gracias a una toma de decisión. Algo, al principio, se movió dentro de ustedes, tal vez gracias a la palabra o a la invitación de otra persona. Así, el Señor mismo los tomó de la mano: un deseo y luego una decisión. Sin esto, no estarían aquí. Es importante recordarlo.

Y también es importante lo que hemos escuchado hace poco en el Evangelio: “A quien se le ha dado mucho, se le pedirá mucho; a quien se le ha confiado mucho, se le pedirá mucho más”. Jesús se lo dice a sus discípulos más cercanos, a los que más tiempo pasaban con Él.

Y también nosotros hemos recibido mucho del camino recorrido hasta ahora, hemos estado con Jesús y con la Iglesia y, aunque la Iglesia es una comunidad con limitaciones humanas, hemos recibido mucho. Por eso, Jesús espera mucho de nosotros. Es una señal de confianza, de amistad. Espera mucho, porque nos conoce y sabe que podemos.

Jesús vino a traer fuego: el fuego del amor de Dios a la tierra y el fuego del deseo en nuestros corazones. En cierto modo, Jesús nos quita la paz, si pensamos en la paz como una calma inerte. Pero esa no es la verdadera paz. A veces nos gustaría que nos “dejaran en paz”: que nadie nos molestara, que los demás dejaran de existir. Esa no es la paz de Dios.

La paz que Jesús trae es como un fuego y nos exige mucho. Nos pide, sobre todo, que tomemos partido. Ante las injusticias, las desigualdades, donde se pisotea la dignidad humana, donde se silencia a los más débiles: tomar partido. Esperar es tomar partido. Esperar es comprender en el corazón y demostrar con hechos que las cosas no deben seguir como antes. También este es el fuego bueno del Evangelio.

Me gustaría recordar a una pequeña gran mujer estadounidense, Dorothy Day, que vivió en el siglo pasado. Tenía fuego dentro. Dorothy Day tomó posición. Vio que el modelo de desarrollo de su país no creaba las mismas oportunidades para todos, comprendió que el sueño para muchos era una pesadilla, que como cristiana debía involucrarse con los trabajadores, con los migrantes, con los descartados por una economía que mata. Escribía y servía: es importante unir la mente, el corazón y las manos. Esto es tomar partido. Escribía como periodista, es decir, pensaba y hacía pensar. Escribir es importante. Y también leer, hoy más que nunca.

Y luego Dorothy servía comidas, daba ropa, se vestía y comía como aquellos a quienes servía: unía la mente, el corazón y las manos. De esta manera, esperar es tomar partido.

Dorothy Day involucró a miles de personas. Abrieron casas en muchas ciudades, en muchos barrios: no grandes centros de servicios, sino puntos de caridad y justicia en los que la gente se llamaba por su nombre, se conocían uno a uno y se transformaba la indignación en comunión y acción.

Así son los operadores de paz: toman posición y asumen las consecuencias, pero siguen adelante. Esperar es tomar posición, como Jesús, con Jesús. Su fuego es nuestro fuego. ¡Que el Jubileo lo reavive en nosotros y en toda la Iglesia!

Después, al saludar a los peregrinos de lengua española, el Papa ha dicho:

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y bienvenidos!

Para muchos de ustedes estar en Roma es la realización de un gran deseo que pudo llevarse a cabo gracias a una toma de decisión. De hecho, tener esperanza es saber tomar decisiones en la vida. «Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más». Esto es signo de la amistad y confianza de Jesús que nos acompaña en la vida con el fuego que vino a traer.

El fuego de su amor encendió el corazón de Dorothy Day, una pequeña gran mujer norteamericana que tomó la decisión de caminar con los trabajadores, con los migrantes, con los descartados de un sistema económico injusto, generando centros de caridad y de justicia. Fue una artesana de paz que ardía con el fuego de Jesús.

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Espíritu Santo que reavive en nosotros y en toda la Iglesia el fuego de su amor. Que Dios los bendiga. ¡Muchas gracias!

Además, en otras lenguas el Pontífice ha dicho: 

Doy una afectuosa bienvenida a los coros diocesanos y parroquiales que participan en el Jubileo de los Coros y Corales. Queridos hermanos y hermanas, les agradezco el valioso servicio que prestan en sus comunidades; la música y el canto, unidos a la liturgia, son una forma de oración, un sentido de la belleza que nos eleva hacia Dios y une los corazones en la alabanza. Que Santa Cecilia, patrona de la música y el canto, cuya memoria celebramos hoy, sostenga su compromiso y su misión.

Finalmente, mi pensamiento va a los jóvenes, los nfermos y los recién casados. Espero que cada uno de ustedes se adhiera al Evangelio con renovada generosidad y fuerza, y lo traduzca en un testimonio coherente.

¡Mi bendición a todos!

Papa León XIV










Fotos: Vatican Media, 21-11-2025