Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta Eucaristía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Eucaristía. Mostrar todas las entradas

sábado, 1 de noviembre de 2025

Santa Misa de hoy, sábado, solemnidad de Todos los Santos y proclamación de San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia, presidida por el Papa León XIV, 1-11-2025


Foto: Vatican Media, 1-11-2025


1 de noviembre de 2025.- (Camino Católico) El Papa León XIV ha presidido la Santa Misa de hoy, sábado, solemnidad de Todos los Santos y en la que ha proclamado a San John Henry Newman como Doctor de la Iglesia, en la plaza de San Pedro Pedro, en la conclusión del Jubileo del Mundo Educativo, ante decenas de miles de fieles. En su homilía el Santo Padre ha subrayado que "el Señor Jesús no es uno entre tantos maestros, sino el Maestro por excelencia. Más aún, es el Educador por excelencia". En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.


domingo, 26 de octubre de 2025

Santa Misa de hoy, domingo, Jubileo de los Equipos Sinodales, presidida por el Papa León XIV, 26-10-2025


Foto: Vatican Media, 26-10-2025


26 de octubre de 2025.- (Camino Católico) El Papa León XIV ha presidido, esta mañana en la Basílica de San Pedro, la Santa Misa del XXX domingo del Tiempo Ordinario, Jubileo de los Equipos Sinodales y los organismos de participación. El Santo Padre ha concluido su homilía subrayando: “Que el Señor nos conceda la gracia de permanecer enraizados en el amor de Dios para vivir en comunión entre nosotros. De ser, como Iglesia, testigos de unidad y de amor”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.


domingo, 12 de octubre de 2025

Santa Misa, presidida por el Papa León XIV, de hoy, domingo, por el Jubileo de la Espiritualidad Mariana, 12-10-2025


Foto: Vatican Media, 12-10-2025


12 de octubre de 2025.- (Vatican News / 13 TV / Camino Católico) Ante 50.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV ha presidido esta mañana la Santa Misa con motivo del Jubileo de la Espiritualidad Mariana, que se está celebrando este fin de semana en Roma. En su homilía, el Pontífice exhortó a los fieles a “recordar siempre a Jesucristo”, subrayando que toda auténtica espiritualidad cristiana —incluida la mariana— tiene a Jesús como centro. Antes de la bendición final de la Eucaristía, el Santo Padre ha orado ante la imagen de la Virgen de Fátima y ha rezado el Ángelus. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.


jueves, 9 de octubre de 2025

Santa Misa, presidida por el Papa León XIV, de hoy, jueves, por el Jubileo de la Vida Consagrada, 9-10-2025

9 de octubre de 2025.- (Camino Católico) El Papa León XIV ha presidido esta mañana la misa, en la plaza de San Pedro, con motivo del Jubileo de la vida consagrada, a la que han asistido decenas de miles de religiosos y fieles. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.


En presencia de las religiosas Simona Brambilla, misionera de la Consolata, Tiziana Merletti, de las Hermanas Franciscanas de los Pobres, y Carmen Ros Nortes, de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación, y del claretiano Aitor Jiménez Echave, respectivamente prefecta, secretario y subsecretarios del Dicasterio, concelebran junto con León XIV, entre otros, los cardenales Ángel Fernández Artime, salesiano pro-prefecto del  Divcsva, y Mauro Gambetti, franciscano conventual, arcipreste de la basílica Vaticana.


En su homilía, León XIV se ha detenido en los tres verbos propuestos por el Evangelio de Lucas: «pedir», «buscar» y «llamar». Desea «generosos impulsos de caridad», como ocurrió en la vida de los fundadores y fundadoras, hombres y mujeres enamorados del Señor y, por ello, dispuestos a ser «todo para todos».


lunes, 6 de octubre de 2025

Liza: «Profundamente sola y vacía, desde adolescente me drogué, sentía asco por el pecado, empecé a rezar el rosario y me invadió el amor más perfecto y la Virgen me llevó a la adoración, donde Cristo me recató»


Liza se encontraba buscando sentido a su vida en los lugares equivocados, hasta que conoció a Jesús / Foto: André Escaleira, Jr. - El Pueblo Católico

* «’¿Por qué ponen esto, que a mí me parece una tontería, en este círculo dorado?’, pensé confundida, cuando comenzó la adoración y todos se arrodillaron. Tuve un momento inexplicable en el que sentí que el Señor me hablaba profundamente al corazón… No tenía ni idea de lo que significaba la palabra ‘adoración’. Pero me di cuenta de que estaba hecha para esto. Esto es para lo que fui creada… Creo que es una gran gracia del Señor, porque Él sabe que no había otra forma de llegar a mí excepto de esta manera tan profunda» 

 Camino Católico.- Desde pequeña, Liza experimentó lo que ella describe como una profunda sensación de vacío. Aunque desde fuera su infancia pareciera buena, recuerda sentir una soledad constante. «Siempre me sentí profundamente sola y vacía», comparte a Clare Kneusel-Nowak en El Pueblo Católico.

Sus padres se divorciaron cuando ella era niña, y su padre se mudó a otro estado. Aunque su mamá era cariñosa y protectora, Liza sufría mucho. En sexto grado recurrió a las drogas y al alcohol para llenar ese vacío. Fumar y beber era la única forma en que podía sentir algo. «Me hacía sentir bien», dice. 

Sus compañeros de secundaria les parecía cool porque sabía fumar, pero esa atención no podía sustituir el amor que anhelaba. Estaba intentando llenar un «vacío del tamaño de Dios» con sustancias y popularidad. Y en preparatoria empeoraron las cosas. 

«Persiguiendo al dragón» 

«Llegue a un punto en que probablemente bebía y fumaba marihuana cuatro veces por semana», cuenta. Liza se decía a sí misma que lo estaba manejando bien porque nadie sabía lo que hacía.

En primer año de preparatoria, se encontró con un grupo de jóvenes que fumaban, se saltaban clases y compartían sus gustos musicales. Rodeada de consumidores, los experimentos peligrosos de Liza se intensificaron rápidamente. «Me había consumido por completo el deseo de ‘perseguir al dragón’ —así le llaman cuando intentas revivir la primera experiencia de estar drogado», explica. 

Ese año, la marihuana y el alcohol ya no eran suficientes para Liza. «Nunca tuve miedo a nada, excepto a morir, pero eso se me quitó muy rápido. Estaba dispuesta a tomar la droga más fuerte que cualquiera pudiera darme. Me daba igual morir. Tomaba lo que fuera que me hiciera sentir bien». 

Probó psicodélicos, analgésicos y cualquier otra sustancia que pudiera conseguir. Su mamá eventualmente la forzó a entrar a un programa ambulatorio, pero Liza encontró formas de evadir las sesiones. Luego llegó la pandemia. 

Durante ese tiempo, Liza comenzó a vender contenido en línea a cambio de drogas y alcohol, y mantenía relaciones con hombres mucho mayores a través de internet. Su mamá la envió a otro centro de rehabilitación, pero Liza, que no tenía intención de cambiar, nunca permaneció sobria más de tres días fuera de ese entorno.

«No tenía ningún deseo de mejorar ni de dejar las drogas, ni de enmendar mi vida… No tenía una brújula moral», confiesa. «No sentía culpa ni remordimiento por lo que le estaba haciendo a mi mamá, a mi familia, ni siquiera por mí misma. No tenía ningún estándar moral… Me sentía completamente indiferente». 

Desesperada, su mamá la envió a vivir con su papá en Texas. Él la inscribió en una escuela en línea, pero ella no terminó. A pesar de no conocer a nadie, encontró la forma de seguir consumiendo drogas. «Un adicto siempre encuentra el modo», dice. 

El periodo más oscuro 

Ese mismo año regresó a Colorado, donde la esperaban viejos amigos y drogas más fuertes. En el penúltimo año de preparatoria ya consumía cocaína y metanfetaminas, y robaba para mantener sus hábitos. «Ese fue el peor periodo de mi vida», recuerda. 

Se sumergió en la subcultura de las drogas, rodeándose de personas que creía que podían darle lo que quería: atención, drogas y una sensación efímera de amor. «Quería atención y deseaba con desesperación ser amada. Le gritaba a cualquiera que me amara, que me prestara atención», asegura. 

A los 18 años, después de más intentos fallidos de rehabilitación, vivía con su tía. Incluso sus amigos que consumían drogas estaban preocupados. El comportamiento de Liza se volvía cada vez más peligroso. A veces impedía que sus amigos llamaran a una ambulancia, incluso cuando sabía que podía morir. Su tía le contó a su mamá, quien le dio un último ultimátum: rehabilitación o el albergue para personas sin hogar. «Acepté ir a rehabilitación de nuevo porque no quería estar en la calle. Planeaba fingir hasta que terminara el periodo de incomunicación», confiesa Liza.

El cristiano en abstinencia 

En ese centro, Liza conoció a un paciente que no soportaba: un cristiano lleno de una alegría inquebrantable. «Estaba completamente encendido por el amor de Cristo», dice sobre aquel hombre que, aunque había sido golpeado por la vida, siempre sonreía y se mostraba feliz de conversar con cualquiera o hablar de Jesús. «Recuerdo pensar: ‘Esto es tan molesto’. No soportaba estar cerca de ese tipo».

Durante la abstinencia, la mayoría de los adictos fingen estar bien hasta lograr estabilidad. Pero él no. A pesar de su sufrimiento, irradiaba una alegría sincera. «Pensaba: ‘Está bien, lo de Jesús está muy raro, pero si pudiera descubrir qué te hace tan feliz… Sé que no es realmente Jesús’”, decía. “Entonces, ¿qué es?». 

La alegría de él y de otros pacientes terminó convenciendo a Liza de quedarse. Por primera vez, se preguntó si realmente quería la sobriedad. Si él podía ser feliz en la sobriedad, quizá ella también. 

Cuando salió, siguió los 12 pasos. Nombró a Jesús como su “poder superior”, en gran parte para agradar a su madrina. «Estaba sobria físicamente, pero fumaba dos cajetillas de cigarros al día, me desvelaba y seguía siendo sexualmente activa», cuenta. «Incluso desde un punto de vista secular, no era una buena vida». 

Entonces una amiga la invitó a Arizona para comenzar de nuevo. En apariencia, su vida mejoró. Consiguió un auto, hizo nuevas amistades y se mantuvo sobria. Pero el vacío no desaparecía.  «Por las noches, cuando estaba sola, sentía el mismo vacío profundo que sentía de niña», dice. 

Tras un encuentro con la Santísima Virgen, Liza encontró el camino de vuelta a la Iglesia católica / Foto: André Escaleira, Jr. - El Pueblo Católico

Un último recurso

Llevaba dos meses viviendo en Arizona. Un día, recuerda, fue simplemente perfecto. «Todo lo que hubiera querido tener en un solo día», dice. «Le dije buenas noches a mi compañero, entré a mi cuarto… y sentí un vacío aplastante como nunca en mi vida. Fue peor que cualquier cosa que haya sentido bajo el efecto de las drogas, en cuanto a desesperación —peor que mis momentos más bajos, como cuando dormía en un coche a -15 grados. Jamás había sentido algo así». 

Sentada en su cama, Liza fue invadida por una tristeza insoportable y un dolor desgarrador. Comenzó a temblar, incapaz siquiera de llorar. Era como si todo el dolor acumulado durante años por fin saliera a la superficie. 

«Pensaba: ‘He hecho todo lo que se supone que debía hacer para ser feliz, pero no siento propósito, ni logros, ni felicidad, nada'», recuerda. 

Sintiendo un «asco por el pecado», miró a su mesita de noche y vio un rosario que le había regalado su mamá, que había pertenecido a sus abuelos —«la pareja italiana católica más perfecta», según las historias de su madre. 

Como último recurso, Liza tomó el rosario.  «Pensé: ‘Me voy a sentir tan tonta'», recuerda. «Nunca había rezado, pero sabía más o menos cómo se rezaba el rosario… Esto era literalmente una avemaría. No sabía qué más hacer, así que recé quizá medio misterio… Estaba totalmente consumida por la desesperación».

Liza rezó, y de pronto, totalmente por sorpresa, se envolvió en «la sensación más perfecta de amor que había sentido en mi vida… Era como si nunca antes hubiera conocido el amor, como si no supiera siquiera lo que significaba la palabra ‘amor’ hasta esa noche». 

Sintió, de forma real y concreta, «a la Virgen empujándome al Sagrado Corazón de Jesús». 

«Fue una intensidad de emoción que jamás había vivido», dice. «Lloraba a mares. No sé cuánto tiempo duró en realidad. Sentí como mucho tiempo, como si muchas cosas se purgaran dentro de mí de forma dolorosa, pero con el dolor más hermoso que se puede imaginar. Como lo que describe Teresa de Ávila —no en el mismo grado que ella, pero un dolor que no quieres que se detenga». 

Liza se arrodilló y rezó en voz alta: «No tengo idea de qué fue eso, pero te doy toda mi vida. Desde ahora, haré todo lo que me pidas. Incluso si estoy condenada al infierno por todo lo que he hecho, pasaré el resto de mi vida sirviéndote, y haré lo que tú quieras».

No recuerda haberse quedado dormida, pero a la mañana siguiente no dudó: tenía que encontrar una iglesia católica e ir a Misa, ya que había sentido profundamente el amor de la Santísima Madre.

No entendía lo que sucedía durante la Misa, pero sabía lo suficiente como para no recibir la Eucaristía. «Creo que me habría derretido o algo así», bromea.

Después de la Misa, la parroquia tenía adoración eucarística y, por impulso, Liza se quedó, aunque no sabía qué era la Eucaristía, ni mucho menos el cristianismo. «¿Por qué ponen esto, que a mí me parece una tontería, en este círculo dorado?, pensé confundida, cuando comenzó la adoración y todos se arrodillaron. Tuve un momento inexplicable en el que sentí que el Señor me hablaba profundamente al corazón… No tenía ni idea de lo que significaba la palabra ‘adoración’. Pero me di cuenta de que estaba hecha para esto. Esto es para lo que fui creada… Creo que es una gran gracia del Señor, porque Él sabe que no había otra forma de llegar a mí excepto de esta manera tan profunda».

Al día siguiente, Liza llamó a su madre y le dijo que había decidido convertirse al catolicismo y volver a casa.

«Creo… que estoy viviendo, en un sentido muy real, la historia de amor más grande jamás contada», dice Liza / Foto: André Escaleira, Jr. - El Pueblo Católico

Lo único que satisface

Por supuesto, había detalles que debían resolverse primero, como conseguir un trabajo. «No quería trabajar —solo quería estar en adoración eucarística por el resto de mi vida», comparte Liza. «Pero mi mamá me dijo: ‘Tienes que conseguir un trabajo'». 

Al principio, su familia no creía que su conversión fuera sincera o que duraría. «Fue un gran ejercicio de humildad para mí», dice. «Había decepcionado a mi familia muchas veces y les había dado falsas esperanzas de que estaba mejor… Creo que fue un verdadero impacto para ellos. Mi hermana dijo que ni siquiera me reconocía cuando me mudé de regreso —en el buen sentido». 

Liza comenzó a asistir a Misa diaria, aunque aún no podía recibir a Jesús en la Eucaristía. Dice que lo hacía especialmente por el momento de la consagración, cuando el sacerdote eleva la hostia —ese momento le llegaba profundamente al corazón. «Hubiera esperado mil años solo para cruzar la mirada con Jesús», asegura. 

Pasó dos años en el proceso de OICA (Orden de Iniciación Cristiana de Adultos, por sus siglas en inglés) y finalmente fue recibida en la Iglesia la pasada Vigilia Pascual. Aunque ninguno de ellos es católico, toda su familia asistió a su confirmación. 

Ya como católica, Liza comenzó a estudiar la vida de los santos —en especial a santa Teresa de Ávila, quien, según cuenta, le enseñó a orar y a través de quien Dios la llamó «a un amor más profundo por él». 

Desde aquel encuentro de conversión, el amor de Jesús en la Eucaristía la ha consumido. Confiesa tener “una fijación absoluta por el catolicismo” y quiere absorber “todos los podcasts de apologética, cada artículo católico, todas las lecturas espirituales” que pueda encontrar.  

“Paso al menos una hora diaria en adoración. Ahora yo soy esa persona que tanto detestaba en rehabilitación —la que mete a Jesús en literalmente cada conversación. Creo… que estoy viviendo, en un sentido muy real, la historia de amor más grande jamás contada. Me siento tan enamorada de una forma que nunca creí posible”.

domingo, 5 de octubre de 2025

Santa Misa, presidida por el Papa León XIV, de hoy, domingo, por el Jubileo del Mundo Misionero y de los Migrantes, 5-10-2025

5 de octubre de 2025.- (Camino Católico El Papa León XIV ha presidido hoy, ante 30.000 fieles y peregrinos, la Santa Misa por el Jubileo del mundo misionero y de los migrantes, en la plaza de San Pedro, pese a la persistente llovizna otoñal. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.

En su homilía, el Papa ha afirmado que “la fe no sólo nos ayuda a resistir al mal perseverando en el bien, sino que trasforma nuestra existencia hasta hacerla un instrumento de la salvación que Dios sigue queriendo realizar en el mundo”. Además, ha invitado a cambiar la lógica del “partir” por la del “permanecer”: “La cuestión no es partir, sino permanecer para anunciar a Cristo mediante la acogida, la compasión y la solidaridad. Permanecer para mirar a los ojos a los que llegan, para abrirles los brazos y el corazón”.

lunes, 29 de septiembre de 2025

Oración a los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael para vivir cumpliendo la voluntad de Dios / Por P. Carlos García Malo

 

P. Carlos García Malo / Camino Católico.- Cada 29 de septiembre la Iglesia celebra la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. Sus nombres permanecen grabados en el alma de los cristianos de todos los tiempos en virtud a su grandeza y obediencia a la voluntad de Dios.

A Miguel, Rafael y Gabriel los conocemos bien porque aparecen mencionados en la Sagrada Escritura, cada uno llevando a cabo misiones muy importantes, encomendadas por el Señor, dentro de la historia de la salvación.

San Miguel Arcángel es quien está al mando de los ejércitos celestiales. El nombre “Miguel” en hebreo significa “¡Quién como Dios!”, expresión que evoca la omnipotencia del Señor, así como su amor y justicia infinitos. Su nombre es el grito de guerra que resuena triunfante en la batalla contra el Adversario, Satanás, y su corte de ángeles caídos.

“Rafael”, por su parte, quiere decir “medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”. San Rafael es el arcángel amigo de los caminantes y peregrinos; es también el médico de quienes padecen alguna enfermedad.


Por último, “Gabriel” significa “fortaleza de Dios”. A San Gabriel se le encomendó la misión de anunciar a la Virgen María que Ella era la elegida para ser la Madre del Salvador.

En una de sus homilías, el Papa San Gregorio Magno (c. 540-604), Padre y Doctor de la Iglesia, señala que Dios quiso revelar los nombres personales de estos tres arcángeles como una forma de conocer “cuál es la misión específica para la cual nos son enviados”. De esa manera, es posible acudir a ellos en situaciones particulares, de acuerdo al poder que Dios le dio a cada uno.

El 29 de septiembre de 2017, el Papa Francisco, con ocasión de la festividad que hoy se celebra, afirmó: «Hoy celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación»

Pidamos a los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, la gracias de vivir cumpliendo la voluntad de Dios:


San Miguel Arcángel, sal con las legiones de tu milicia; y como un escudo protector situaros en los cuatro puntos cardinales, vigilantes y reprendiendo toda actuación del enemigo. Lo mismo os pedimos para cada una de nuestras ciudades y pueblos así como vuestra asistencia personal en nuestras vidas…  

San Gabriel Arcángel, hoy acudimos pidiendo tu intercesión para no caer en trampa de este mundo que vive en el miedo de las malas noticias e incertidumbres y el hablar mundano; y sepamos vivir en la alegría de la Buena Nueva del Evangelio esparciendo por todas partes la certeza de que Cristo ha vencido al mundo y se puede vivir en la esperanza y en el júbilo que sólo da el Espíritu de Dios…. 

San Rafael Arcángel límpianos de cualquier ceguera que nos impida ver la voluntad de Dios y condúcenos de tu mano por todo sendero de bien y de amor.

Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, interceded por nosotros. Amén.

P. Carlos García Malo


domingo, 28 de septiembre de 2025

Santa Misa, presidida por el Papa León XIV, de hoy, domingo, por el Jubileo de los Catequistas, 28-9-2025

28 de septiembre de 2025.- (Camino CatólicoEl Papa León XIV ha presidido la Santa Misa por el Jubileo de los Catequista, esta mañana, en la plaza de San Pedro del Vaticano, ante 35.000 fieles, 20.000 de los cuales eran catequistas procedentes de 115 países del mundo. Durante la liturgia ha nombrado a 39 catequistas procedentes de quince países. Antes de impartir la bendición final el Santo Padre ha rezado el Ángelus. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha toda la celebración.


En su homilía el Papa ha subrayado que  “la vida de todos puede cambiar, porque Cristo ha resucitado de entre los muertos. Este acontecimiento es la verdad que nos salva; por eso debe conocerse y anunciarse, pero no es suficiente. Debe amarse, y es este amor el que nos lleva a comprender el Evangelio, porque nos transforma abriendo el corazón a la palabra de Dios y al rostro del prójimo”.



También el Santo Padre ha reflexionado sobre la misión que desempeñan las personas dedicadas a transmitir la fe y acompañar a otros en el camino cristiano: “Los catequistas enseñan, es decir, dejan un signo interior; cuando educamos en la fe no hacemos un adiestramiento, sino que ponemos en el corazón la palabra de vida, para que produzca frutos en una vida buena”.



Antes de la homilía, cada candidato al ministerio de catequista fue llamado por su nombre y respondió: «Aquí estoy». De los treinta y nueve candidatos, cinco procedían de México (el país más representado), cuatro de Mozambique y tres de Italia. Después de la predicación, el Papa se ha dirigido a cada educador, recordándoles que la tarea de cada uno será acercar a la Iglesia también a quienes viven lejos de ella: una invitación a estar dispuestos «a dar razón de la esperanza que hay en ustedes».



Finalmente, los candidatos se han arrodillado ante el Pontífice, quien los ha bendecido rezando para que «vivan plenamente su Bautismo, colaborando con los pastores en las diversas formas de apostolado». Luego, cada uno se ha acercado a él y ha recibido la cruz, «signo de nuestra fe, cátedra de la verdad y de la caridad de Cristo: anuncien al Señor con su vida, con sus acciones y con su palabra».


Fotos: Vatican Media, 28-9-2025