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Carlos García Malo / Camino Católico.- La celebración de San Pedro y a San Pablo, columnas de la Iglesia de Roma y Universal, es relevante para todos los católicos del mundo coincide con la fiesta del Inmaculado Corazón de María, la cual no tiene una fecha exacta. Por lo tanto, la solemnidad que tiene precedencia, reemplaza a la fiesta, aunque esta sea dedicada a la Virgen María.
La fiesta del Inmaculado Corazón de María se instituyó el 4 de mayo de 1944 por el Papa Pío XII, y comenzó a celebrarse el 22 de agosto. Actualmente, se celebra al día siguiente de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús -que este año cae el 28 de junio- para expresar así la unión de la Santísima Virgen y su Hijo. Aunque litúrgicamente no se celebre este año si podemos hacerla presente en nuestra oración meditando la profunda comunión de los corazones de Jesús y la Virgen María.