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martes, 4 de marzo de 2025

La conversión de John Pridmore, ex gánster: «Sentí que Jesús me decía: ‘John, te amo tanto que volvería a pasar por la cruz solo por ti’. Recé a la Virgen y sentí: ‘Ve a confesarte’»

 John Pridmore, ex gánster

* «En ese momento me sentí elevado, salí andando de mi piso y pronuncié la primera oración de mi vida. Dije, “Hasta ahora, todo lo que he hecho ha sido aprovecharme de lo que me has dado, Señor, ahora quiero ser yo el que da”. Mientras decía esa oración, el vacío que no podían llenar las drogas, el poder ni las relaciones, fue colmado por el amor de Dios»

Camino Católico.- Me llamo John Pridmore y esta es mi historia.

Nací en el barrio de East End de Londres, en el Hospital del Ejército de Salvación. Aunque fui bautizado en el catolicismo, nunca fui a una escuela católica ni a la iglesia. Con diez años, de vuelta a casa en una noche normal, mis padres me dijeron que tenía que elegir con quién de los dos quería vivir porque se iban a divorciar. Yo quería muchísimo a mis padres; no podía escoger entre esas dos personas a las que más quería pero que, paradójicamente, acababan de dejarme completamente por los suelos. Fue en ese momento cuando, en los más profundo de mi ser, tomé la decisión de no amar a nadie nunca más, porque pensaba que así no me volverían a hacer daño.

Después de que mis padres se separaran, empecé a robar. Creo que lo que quería era que alguien se diera cuenta de cuánto sufría, pero como mi padre era policía, aquello sólo era un aliciente más para las palizas. Con 15 años estuve en un centro de detención, que debió de haber sido una lección tajante, severa, definitiva, pero allí mi odio no hizo sino crecer más y continué metiéndome en peleas.

Con esa misma edad dejé la escuela y, como la única cualificación que tenía era en el robo, a eso me dediqué. Sin amor en la vida, me entregué a los analgésicos, a la bebida, a las drogas, a cualquier cosa que me sirviera para acallar el dolor en mi interior. Con 19 años ya estaba otra vez en prisión y la única forma que tenía de lidiar con toda la ira que guardaba dentro era a golpes, con más peleas. Me pusieron en régimen de aislamiento de 24 horas y fue en este periodo cuando consideré deshacerme del mayor regalo de Dios, mi propia vida. Pero Dios debió de estar allí conmigo, porque no me quité la vida, aunque sí salí de prisión más resentido y violento que nunca.

Pensaba que debía coger yo mismo lo que quisiera del mundo, porque nadie me iba a regalar nada. Empecé a trabajar de segurata en clubes del East-End y del West-End, en Londres; se me ocurrió que, ya que me gustaba pelear, mejor que me pagaran por hacerlo. En aquel ambiente conocí a algunos de los tipos que dirigen la mayor parte del crimen organizado de Londres, así que empecé a trabajar para ellos. No mucho más tarde, dejé de trabajar para ellos y comencé a trabajar con ellos. Mi estilo de vida era el de un gánster clásico, con dinero, drogas y mujeres a montones. Tenía un ático en St. John’s Wood (uno de los más ricos de Londres), un BMW Serie 7, un Mercedes deportivo convertible y no podía gastarme el dinero lo suficientemente rápido, porque los beneficios de los chantajes y del tráfico de drogas se seguían acumulando. Mi chaqueta de cuero de diseño tenía cosido un bolsillo interior donde guardaba un machete para cuando tenía que ir a recuperar algunas deudas y castigar a los que incumplían sus pagos.

De veras creía que lo que el mundo me contaba era verdad, que teniendo todas esas posesiones, relaciones y drogas sería feliz, pero por dentro me sentía enfermo porque esta vida me estaba destruyendo poco a poco. Nada me satisfacía, nada me llenaba. Mientras tanto, intentaba destrozar mi propia conciencia, porque con esta gente con la que trataba, cuanto más despiadado y brutal seas, más respeto recibes, y yo quería ese respeto. Quería que cuando la gente entrara en un club y me viera allí, supiera quién soy y qué es lo que hago.

Una noche que trabajaba en uno de esos clubes que dirigíamos en el West-End, le di un puñetazo con un puño de acero a un tipo, pero, tras el puñetazo, calló completamente de espaldas y se golpeó la cabeza contra el bordillo. Había sangre por todas partes y la gente alrededor empezó a gritar, así que me marché del lugar y recuerdo haber pensado camino de casa en mi coche: “Me podrían caer diez años por esto”. Lentamente, empecé a darme cuenta de que era posible que acabara de matar a alguien y ni siquiera me importaba. Antes las personas solían importarme y yo solía querer marcar la diferencia, pero ahí estaba, haciendo cumplir mi voluntad a golpes y destruyendo todo lo que me rodeaba. La única persona que me importaba era yo mismo y no pensaba que eso pudiera cambiar.

Llegué a casa y escuché una voz que me hablaba en mi corazón, es una voz que todos conocemos, nuestra conciencia, Dios dentro de nosotros. Hasta ese momento, yo creía que Dios era sólo una historieta bonita para evitar que fuéramos malos, pero entonces me topé de cara con el hecho de que Dios era real y no importaba en absoluto lo que yo pensara.

Aunque nunca había sido consciente del amor o de la presencia de Dios en mi vida hasta ese momento, en un instante sentí cómo Él se separaba a Sí mismo de mí. La gente dice que esa separación de Dios es el infierno; bueno, si el infierno es así, rezo porque nadie vaya nunca allí porque fue la experiencia más aterradora de mi vida. Me han puesto pistolas en la cabeza, me han apuñalado, pero este momento fue el más terrible de todos porque yo era plenamente consciente de las elecciones que había hecho. Clamé a Dios por otra oportunidad, no porque lamentara algo, sino porque no quería seguir experimentando aquella desolación. En ese momento me sentí elevado, salí andando de mi piso y pronuncié la primera oración de mi vida. Dije, “Hasta ahora, todo lo que he hecho ha sido aprovecharme de lo que me has dado, Señor, ahora quiero ser yo el que da”. Mientras decía esa oración, el vacío que no podían llenar las drogas, el poder ni las relaciones, fue colmado por el amor de Dios. No podía creer que Dios pudiera amar a alguien como yo, con todas las cosas horribles que había hecho, pero Él me siguió demostrando que me amaba y me aceptaba. Durante toda mi vida me he sentido inútil y no me importaba si vivía o moría, pero Dios me mostró que sí tenía importancia, porque Él me amaba y me había creado. 

 John Pridmore, ex gánster, miró un crucifijo y supo por primera vez que Cristo había muerto por él en la cruz

La única persona que conocía que tenía fe era mi madre y, aunque no la veía mucho por aquel entonces, fui a visitarla y le conté lo que había pasado. Me dijo que había rezado por mí todos los días de mi vida, pero que, dos semanas antes, había rezado por que Jesús me llevara. Si eso suponía dejarme morir, que así fuera, pero que no me permitiera seguir haciendo daño a los demás ni a mí mismo. Sé cuánto me quiere mi madre y sé que una oración como aquella debió romper su corazón, pero es que ella podía ver el monstruo en que me estaba convirtiendo. Nunca olvidaré las lágrimas cayendo por su rostro cuando le dije cómo había encontrado a Dios.

Probablemente esas lágrimas limpiaron todo el dolor y la miseria que le había causado durante su vida. Mi padrastro me dio mi primera Biblia; nunca había tenido ninguna y una de las primeras historias que leí fue la del Hijo Pródigo. Cómo un padre dio a sus dos hijos todo su sustento y sus propiedades y cómo uno de ellos se marchó a despilfarrar todo el dinero de su padre en una vida de pecado y libertinaje. Después de gastarlo todo y porque estaba hambriento, pensó: “Cuántos trabajadores en la casa de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre”. Decide volver a su padre para pedirle que le acoja como uno de sus esclavos pero, cuando va camino de la casa de su padre, él está fuera buscándole y, al ver a su hijo, corre hacia él para abrazarle, le pone un anillo en el dedo, sandalias en los pies, ropas de las mejores telas y organiza una fiesta para él y sus amigos. Siempre sería su hijo, que volvió a la familia donde siempre fue amado, incluso después de años de perdición.

En esa historia me di cuenta de que Dios siempre había estado buscándome y que nunca se cansaría de buscar ni de intentar arreglar mi corazón roto por mi estilo de vida. Como nunca había ido a la iglesia, empecé a buscar un lugar donde encontrar a Dios y conocí un viejo sacerdote que me habló de un retiro. Los únicos retiros de los que yo había oído hablar eran en los que uno se tumbaba en la playa con un cubata en una mano, un porro en la otra y una buena hembra al lado, así que dije “Me encantaría ir”. Cuando llegué, no era exactamente como había imaginado, pero lo cierto es que vi a cerca de 200 jóvenes que tenían una alegría que yo nunca había sentido. Algunos se acercaron a mí y me abrazaron. Bueno, no sé si conocéis algún ex-gánster, pero a nosotros no nos va mucho eso de los abrazos, a no ser que sea con chicas, pero ¿abrazar a chicos? Si abrazas a un tío delante de unos gánsteres te llevas una torta.

En este lugar asistí a una charla que tenía por título “Dame tu corazón herido” y mientras escuchaba al sacerdote hablando de cómo todos los pecados que cometemos son como una herida en nuestro corazón, miré a un crucifijo y por primera vez supe por qué Jesús había muerto en aquella cruz, para cargar, gracias a su amor, con todos los pecados tan oscuros como terribles que yo haya cometido en mi vida y llevarlos en su corazón hasta la crucifixión. Y entonces sentí una tristeza increíble por todo lo que había hecho, pero por encima de aquella pena estaba una dicha desconocida, sentí que Jesús me decía “John, te amo tantísimo que volvería a pasar por todo esto solamente por ti”. Me eché a llorar, lloré por primera vez desde que tenía diez años porque no podía creer que alguien pudiera amarme tanto como para morir por mí con semejante agonía. Al salir de aquella charla dije una oración a María, madre de Jesús, para decirle: “¿Qué es lo que tu Hijo quiere de mí?”. Y sentí un susurro en mi corazón: ve a confesarte. Nunca había ido antes a confesarme y, con 27 años, sabía que había cometido todos los pecados posibles y tenía miedo. Pero María me dio el valor. Y mientras confesaba todos aquellos pecados terribles, el sacerdote lloraba porque él era Jesús para mí. Me mostraba la misericordia de Dios, que ya podía sentir en mi corazón. Cuando recibí la absolución, supe que Jesús me perdonaba y me daba la libertad. Me había vaciado de todos mis pecados a los pies de la cruz y estaba vivo de nuevo, podía sentir el viento en mi cara, podía escuchar el canto de los pájaros. Mis pecados me habían matado, pero la confesión me había devuelto a la vida.

En aquel mismo retiro, además de reunirme con Jesús a través de la confesión, lo recibí en mi corazón durante la misa. Al avanzar y recibir la Divina Comunión, todos los buenos sentimientos que había tenido en mi vida, incluyendo aquel momento al salir de mi piso y la forma en que me sentí tras la confesión, fueron magnificados un millón de veces. Mi corazón se había abierto en la confesión para sentir y conocer Su presencia en la Eucaristía y Él llenó mi corazón por completo.

Cuando salí del retiro, decidí que quería servir a los demás, así que empecé a trabajar en Kingsmeade Estate en Londres intentando ayudar a los jóvenes a no entrar en la vida de crimen y sufrimiento que yo había elegido. Años más tarde, fui al Bronx y allí conocí a la Madre Teresa, que me enseñó a amar de nuevo, a amarme a mí mismo y a los demás. Me inspiró para dar a los demás y, desde entonces, he estado compartiendo mi historia en escuelas, parroquias y prisiones de todo Reino Unido e Irlanda. En 2007, en la Jornada Mundial de la Juventud en Sídney, tuve el privilegio de hablar para más de medio millón de jóvenes; el mayor regalo de mi vida es compartir con ellos que hay un Dios que les ama, que les cuida y que se regocija en ellos. Desde aquella charla en Sídney, mi ministerio se ha vuelto más internacional. He dirigido retiros, charlas y seminarios en Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos (Nueva York, Florida, Chicago, Phoenix y Los Ángeles), Alemania, Holanda, Hong Kong y por todo el mundo. El año pasado fui a Liberia a hablar sobre el perdón a antiguos niños soldado. Algunos de estos niños habían sido forzados a cometer atrocidades y a combatir, con sólo once años, en la sangrienta guerra civil que arrasó Liberia durante una década. Fue un honor y un privilegio estar entre ellos y ser testigo de la increíble resistencia que tienen para intentar adaptarse y elegir el bien en sus vidas, aun habiendo quedado cubiertas de oscuridad.

Durante los últimos 25 años he trabajado a tiempo completo para traer esperanza a los demás y mostrarles que si Dios puede amar a alguien como yo, puede amar a cualquiera. Que Dios os bendiga con su profundo amor,

John Pridmore
ex gángster convertido al cristianismo que ahora viaja a nivel internacional para hablar sobre cómo ha cambiado su vida. Si quieres saber más sobre John visita su página www.johnpridmore.com donde encontrarás sus tres libros incluida la historia de su vida From Gangland to Promised Land.
Artículo original whyimcatholic.com

domingo, 6 de octubre de 2024

Confío en Ti. Diálogo de un alma con Jesús de la Misericordia según lo que dijo el Señor a Santa Faustina Kowalska


Camino Católico.- Para grabar en nuestros corazones las palabras del Salmo 136 que nos recuerdan “que es eterna la misericordia del Señor”, la Fundación Eukmamie – HM Televisión ofrece este programa especial titulado: “Confío en Ti. Diálogo de un alma con Jesús de la Misericordia”.

Este “Diálogo” audiovisual, entre Jesús y un alma, se ha escrito tomando como base las anotaciones del Diario de la Divina Misericordia de Sta. Faustina Kowalska. Si bien algunos de los comentarios del alma han sido inventados, las palabras que pronunciará el Señor han sido fielmente respetadas de entre las que dijo el mismo Señor a la Apóstol de su Misericordia.

Veinte minutos en diálogo con la Divina Misericordia. Con imágenes y músicas cuidadas y trabajadas con el fin de introducirnos en esta “divina conversación”, que puede ser realmente transcendental en nuestra vida.


lunes, 2 de septiembre de 2024

Ronald Romero, cantante católico, se alejó de Dios para ser pandillero, tomar alcohol, practicar sexo, y vivir como ateo pero Cristo le salió al encuentro en un retiro

Camino Católico.-  Ronald Romero nació un 13 de noviembre en Santo Domingo, República Dominicana y es cantante católico que evangeliza a tiempo completo. Sin embargo, como cuenta Ronald “yo era un joven normal, tenía una buena familia pero en mi adolescencia me aleje de todo lo que tuviera que ver con Dios”.

Eso se produjo porque “cuando tenía 16 años con un grupo de amigos decidimos montar una pandilla y con ella pase gran parte de mi juventud. Y pues viví una vida totalmente desordenada con alcohol y una sexualidad también desordenada”. Durante mucho tiempo algunos amigos y especialmente una chica le invitaban a participar de actividades de la Iglesia pero este siempre se mantuvo al margen autodenominándose ateo.

Fue en el año 2001 que después de la insistencia de una amiga decidió participar en un retiro espiritual, una actividad de Evangelización de jóvenes y fue allí donde Ronald tuvo su encuentro personal con Jesús y desde ese momento decidió servirle con su vida.

Durante sus primeros años en la fe estuvo participando del Servicio de Música «Selah», en el Ministerio de Evangelización Nuevas Fuerzas (MENF) de la Parroquia Divina Providencia y además también fue el Director del Servicio de Evangelización «Pescadores» durante muchos años, hasta el 2008 cuando paso a formar parte del Ministerio de Evangelización Nueva Esperanza (MENE), donde es Director y Coordinador de Alpha Internacional en la República Dominicana.

María José Arranz, madre de familia: «Ser fiel en la vocación matrimonial es un milagro que obra Dios y la gracia y es vital mantener la relación con Él lo más viva posible»



 * «Dios que te conoce te ha encomendado tu vocación no porque tú seas maravilloso y no vayas a cometer ningún fallo, sino porque Él está detrás. La relación profunda con Dios es el oxígeno diario que necesitas para vivir tu vocación»

María José Arranz / Camino Católico.- María José Arranz, 48 años, 24 de casada, madre de familia y licenciada en derecho, cuenta el descubrimiento de su vocación al matrimonio y a la maternidad en el programa “En portada” de H.M. Televisión. Ella y Juanjo, su marido, son padres de siete hijos. Desde las primeras luchas por abrirse a la voluntad de Dios hasta llegar a conocer el plan que el Señor tiene para que seas feliz, hay un camino. María José nos habla de este proceso y de qué cosas le ayudan a ser fiel a su vocación:

Nací en una familia en la que mi madre tenía mucha fe. Tenía cerca de dieciocho años cuando ya me había vuelto más consciente a Jesucristo e hice ejercicios espirituales pero yo nunca me había planteado seriamente mi vocación. Daba por supuesto que era el matrimonio como lo más normal. A los dieciocho años repetí los ejercicios espirituales y en ellos estaba meditando sobre la cruz de Cristo y tuve una llamada interior en la que el Señor me preguntaba: ¿Y si yo te llamo a la vida consagrada?

Tenía muy claro que cuando Dios te da la vocación te da las fuerzas, la luz necesaria para saber que ese es tu camino y llevarlo a cabo. A mí se me mezclaron muchísimas angustias y no tenía paz. Estuve dando vueltas casi un año al tema. Hablé con una chica, con la que tenía amistad y me fiaba de su criterio, que iba a entrar de religiosa y me dio una luz clarísima. Me dijo: “La vocación es el camino que Dios ha elegido para que tú seas feliz. Dios te llama en tu vocación a unirte con Él. Y es la clave de tu felicidad. Acertar con tu vocación es acertar con tu camino para ser feliz”.

Y progresivamente, como en una semana o quince días, ya vi clarísimo que no era la consagración lo que Dios quería para mí. Entendí que todo aquello había sido una prueba para que realmente me fiara de Él, para que estuviera disponible, para que no eligiera yo mi vocación sino que me diera cuenta que era algo que venía de Dios. Entonces, los acontecimientos se precipitaron, vi clarísimo que mi vocación era el matrimonio y al cabo del tiempo conocí a mi marido en otros ejercicios espirituales.

La vocación al matrimonio también es vocación a la maternidad. Ambas son un todo, configuran una misión global. Lo propio del matrimonio es ser fecundo y tener hijos. Eso era una ilusión grandísima y no había nada más que discernir. Es mi vocación con toda la riqueza de esta palabra: es la misión para la que Dios me llama y sobre todo para la que me ha diseñado. Cuando te entran las dudas  en el trasiego y ante los problemas de la vida, a mí me da alegría saber que Dios ya me conocía y me ha encomendado esta misión sabiendo quien soy y como soy.

Dios no me ha elegido porque yo sea genial. Él ya sabe de todas mis limitaciones, cuanto me angustió, lo que grito, mi impaciencia. Y sin embargo, Dios está ahí, no le pilla de sorpresa y Él va a proveer como quiera, cuando quiera y donde quiera. Dios que te conoce te ha encomendado tu vocación no porque tú seas maravilloso y no vayas a cometer ningún fallo, sino porque Él está detrás.La relación profunda con Dios es el oxígeno diario que necesitas para vivir tu vocación. Ser fiel en tu vocación matrimonial y en ese camino de santidad crecer es un milagro que obra Dios y que obra la gracia. Nadie por sus propias fuerzas lo puede recorrer solo y por tanto es vital mantener la relación con Dios lo más viva posible.

María José Arranz


miércoles, 24 de abril de 2024

Juan Sánchez fue maestro de reiki iniciando a 1500 personas y alerta del gran peligro que conlleva su práctica: «Dios empezó a convertir mi corazón: ‘Tienes que dejarlo’, sentí»


Tras las insistencias del sacerdote, Juan acudió a un retiro espiritual para aclarar un poco su mente. Y su vida cambió a partir de ese momento. Durante aquel fin de semana se pasó la mayor parte del tiempo delante del Sagrario. Las Escrituras le hablaban de su realidad. “En ese momento Dios tocó la puerta de mi corazón de una manera tremenda. Empezó a convertir mi corazón de piedra, primero en arena hasta el que el sábado me dio la puntilla. Aquella noche confesé delante de todos mi decisión de dejar el reiki. A partir de ahí comencé una vida de oración para salir de este siniestro mundo y ahora estoy muy feliz”

Camino Católico.-  El reiki y la Nueva Era (New Age) están cada vez más extendidas en la sociedad por el bienestar físico y mental que producen pese a que cada vez son más los que alertan de que tras esto lo que de verdad ocurre es que se abre la puerta al demonio. Incluso entre los católicos es un gran problema pues estas técnicas se disfrazan de tal manera que se venden como algo bueno y son adoptadas por muchos fieles, también por consagrados. Y sus efectos son devastadores.

jueves, 28 de marzo de 2024

La Pasión del Señor: ¿Cómo fue la vía dolorosa, la doble condena de Jesús y que era caminar con la cruz, para luego morir en ella? Responde Carlos LLorente


Camino Católico.- Javier Paredes –presentador del programa Marcando el Norte de H.M. Televisión y Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alcalá- conversa en esta ocasión con el médico odontólogo Carlos Llorente, autor del libro “La primera Semana Santa de la Historia”. El volumen, describe con impresionante realismo los días 3, 4 y 5 de abril del año 33, desmenuzados hora a hora para contarnos la inmensidad de sufrimiento al que Cristo se abrazó para redimirnos. 

Carlos Llorente escribió “La primera Semana Santa de la Historia” volcando en esas páginas treinta años de estudio en torno a las investigaciones realizadas en Sábana Santa y Sudario de Oviedo. Hoy habla de la vía dolorosa y de la doble condena de Jesús, que era caminar con la cruz, para luego morir en ella.

Carlos Llorente nos ofrece lo mejor de sus reflexiones sobre las circunstancias en las que ocurrió la brutal ejecución, importantes detalles sobre el modo de crucificar al Señor, y también sobre el descendimiento y sepultura de su cuerpo. Una asomada al misterio de la muerte de Jesucristo que no nos dejará indiferentes.

jueves, 14 de marzo de 2024

Toño Flores: «Fui a la cárcel a encontrarme con el asesino de mi hija y le dije: ‘Te amo en el nombre de Jesús y te perdono por lo que hiciste’»

Camino Católico.- Toño Flores se dedicaba a predicar el amor y el perdón de Dios en las prisiones. Todo cambió drásticamente cuando le dan una terrible noticia: su hija recibió un balazo en la cabeza y está hospitalizada. ¡Te invitamos a ver este programa de VIDAS NUEVAS del año 2015 de Con Más Gracia donde Toño nos comparte esta maravillosa historia de amor y perdón en la Dios lo llamó a una reconversión, y descubrir una nueva dimensión de vida!

Toño Flores es un católico mexicano, autor de un librito-testimonio estremecedor titulado ¿Perdonarías al asesino de tu hijo? Escucharlo hablar, ver su sonrisa y voz tranquila, abre el corazón al poder del perdón.

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miércoles, 21 de febrero de 2024

Paul Gordon: De la iglesia presbiteriana al catolicismo por intercesión de la Virgen de Lourdes

Camino Católico.- Paul Gordon, escocés, nació en una familia de tradición protestante presbiteriana. Aunque sus padres no practicaban mucho la fe, su abuela solía llevarle al servicio dominical de la iglesia presbiteriana. Frecuentó también la catequesis y las asociaciones juveniles de su iglesia.
En su infancia y adolescencia, a través de la lectura de un libro titulado «Jesús en el mar de Galilea», Paul fue conociendo a Jesús, cuya figura le impactó mucho. Es lo que él mismo considera su encuentro espiritual con Jesús. Empezó a rezarle y a conversar con Él a nivel personal.

sábado, 27 de enero de 2024

Sandra Galarza iba a misa, experimentó un vacío grande y fue a catequesis para argumentar su ateísmo, pero conoció a Dios

Camino Católico.-  Sandra Galarza nació en una familia católica, pero iba a misa obligada. También rezaba al ángel de la guarda, porque le enseñó su abuelo. Aparte de esto, no tuvo ninguna otra relación con Dios.
En el momento del paso a la universidad, empezó a experimentar un vacío muy grande, pues no entendía el sentido de su existencia. Decidió ir a catequesis, no para aprender la verdad, sino para tener argumentos a favor de su ateísmo. Sin embargo, Dios tenía otros planes… Explica su testimonio en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión, que puede verse en el vídeo que ofrecemos.

viernes, 26 de enero de 2024

Ironi Spuldaro fue resucitado de bebé por intercesión de Ntra. Sra. Aparecida, pero dejó de ir a la Iglesia y se convirtió a Cristo por la curación milagrosa del cáncer de su mujer

Camino Católico.-  Ironi Spuldaro es un converso de Brasil. Su historia empieza ya desde muy pequeño al nacer con neumonía. A los tres meses, debido a otra infección grave, murió. Durante siete horas permaneció clínicamente muerto.
Cuando su padre entraba en el hospital para llevarlo a enterrar, por intercesión de Ntra. Sra. Aparecida volvió a la vida. Pero eso no bastó para considerar que debía vivir cerca de Dios. Era un cristiano mediocre, que no pisaba la Iglesia, hasta que conoció a la que sería después su mujer. Ya en el noviazgo, ella le puso como condición que tenía que acompañarla a misa y ser realmente católico.
Ironi nos cuenta su conversión después de la curación milagrosa del cáncer de su mujer. Ahora es un enamorado del Espíritu Santo. Explica su testimonio en el programa “Cambio de Agujas” de  H.M. Televisión, que se ve en el vídeo.

viernes, 19 de enero de 2024

Stephen Staten, bautizado protestante, perdió el sentido de Dios, buscó en el islam, pero encontró la verdad y es católico

Camino Católico.-  Esta semana se sube a nuestro tren, desde Estados Unidos, Stephen Staten, para contarnos su largo itinerario en la búsqueda de la Verdad que le llevó por caminos muy diversos. Fue bautizado como Protestante y desde muy pequeño tenía deseos de entregar su vida al Señor.
Sin embargo al entrar en el instituto se produjo en él una ruptura que le hizo perder «el sentimiento» de Dios. Intenta llenar ese vacío buscando en varios sitios – Islam, Islam Ortodoxo, la Iglesia Ortodoxa… El amor que tiene por Dios Padre y su sincera búsqueda de la Verdad lo llevó a la Iglesia católica. Explica su testimonio en el programa “Cambio de Agujas” de H.M. Televisión, que se ve en el vídeo.