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jueves, 6 de marzo de 2025

Gareth Leyshon, doctor en Física y sacerdote: «Personas sometidas al Reiki han mostrado síntomas de actividad demoníaca en grado de opresión»


El padre Gareth Leyshon es doctor en Física

* «Recomiendo la confesión sacramental para reparar el contacto con el Reiki, incluso si por ignorancia no hubo pecado formal. El confesor debe estar listo para orar por liberación de influencias espirituales opresivas –algo que puede hacerse de forma inaudible- usando las directivas actuales del Vaticano, si hay evidencias de ‘obsesión’, a menudo en forma de una tentación recurrente en un área particular» 

Camino Católico.- El padre Gareth Leyshon (www.drgareth.info) combina una amplitud de visión especial para examinar asuntos ligados al Reiki, “las energías espirituales” o la “Nueva Era”.

Por un lado, es científico: doctor en Física. Por otro, es sacerdote católico de la diócesis de Cardiff, Gales. Como asesor espiritual de la Renovación Carismática Católica en la diócesis (de 2007 a 2012) no ha sido ajeno a la exploración de lo sobrenatural. Y siendo capellán de la Universidad de Glamorgan conoció las inquietudes de los jóvenes en búsqueda espiritual.


En su web más reciente, explica además que ha sido el delegado de Evangelización de la diócesis de 2012 a 2018 y que desde 2023 es párroco de 4 iglesias, la comunidad Our Lady of the Valleys.


Todo ello le ha llevado a analizar las terapias de sanación “Reiki” y a concluir que, independientemente de que parezcan sanar o no, son incompatibles con la fe cristiana. Lo cuenta P. J. Ginés en Religión en Libertad.



El reiki dice curar transmitiendo una energía indetectable llamada ki a través de las manos; no es ciencia, es algo espiritual y peligroso


Canalizar y sintonizar el ki


Aunque hay infinidad de maestros y grupos de Reiki, todos coinciden en unos elementos básicos:


-El Reiki consiste en manipular o canalizar una “energía espiritual” llamada ki (chi, en China; prana, en India) para lograr sanar o curar.


-Los practicantes de Reiki, aquellos que canalizan esta energía, deben ser iniciados por otros practicantes de nivel más elevado en un ritual de “armonización” o“sintonización” que usa símbolos (objetos, técnicas) secretos.


Como doctor en Física, el padre Leyshon comenta: “en el lenguaje de la Ciencia, energía tiene un significado preciso: puede ser medida y convertida de una forma a otra”.


Pero en su “Crítica Católica al Arte Sanador del Reiki”, Leyshon va directamente a lo pastoral, pensando en los cristianos que se sienten atraídos por el Reiki. “No voy a intentar identificar la realidad ontólogica del ki”, afirma, porque la ciencia necesitará un análisis serio y empírico para dar una conclusión, para saber si cura o no cura y por qué. Pero las posibilidades son claras:


1) Si el ki no existe, si no hay evidencia de su existencia, cualquier intento de manipularlo es una superstición, “un pecado según el artículo 2111 del Catecismo de la Iglesia Católica”.


2) Si se encontrase evidencia de que hay propiedades curativas en el cuerpo humano que la medicina occidental desconoce, y se le llamase a eso “ki” y se pudiese manipular, sería una propiedad física, como otras de la ciencia, sin mayores problemas morales. Pero esto no se ha establecido, y los practicantes de Reiki no hablan del ki como algo físico, sino espiritual. Incluso cuando dicen que es algo “natural” no quieren decir que sea sólo físico, porque en las filosofías orientales no hay clara distinción entre lo natural y lo sobrenatural.


3) Hay quien dice que el ki y su manipulación, el Reiki, es algo espiritual, no físico, y que viene de Dios; pero el padre Leyshon considera que no se puede probar que venga de Dios, que podría venir de fuentes demoníacas, y que ya tan sólo arriesgarse a una manipulación así sin la seguridad que da la Revelación ya es pecado de “tentar a Dios”. Y más, existiendo en el cristianismo los sacramentos, los sacramentales y la oración por los enfermos.


“En ningún sitio la Escritura nos enseña a canalizar energía como hace el Reiki y suponer que Dios nos asistirá de una forma que Él no ha revelado que sea voluntad suya es un pecado de tentar a Dios”, escribe el capellán de la universidad galesa.


4) Incluso si el ki no tuviese que ver con actividad demoníaca sino con un poder psíquico especial, el Catecismo lo prohíbe en su punto 2117, porque consistiría en “domesticar poderes ocultos para colocarlos al propio servicio y tener un poder sobrenatural sobre otros, aunque sea para restaurar su salud” (según describe el Catecismo).


De todas formas, el padre Leyshon recuerda que la inmensa mayoría de practicantes de Reiki admite que lo que hacen es canalizar hacia sus clientes/pacientes una “energía espiritual que viene de más allá de ellos mismos”, no creen que sea una habilidad psíquica propia.




Cuenco tibetano, persona tumbada, imposición de manos... el reiki promete sanar y parece inocuo, pero es espiritualmente dañino / Foto: Freepik

¿Rituales de enlace? Eso es idolatría


Más aún: para ser practicante de Reiki hay que pasar un ritual de iniciación. Hay autores, como Diane Stein en su libro “Essential Reiki”, que aseguran que en los niveles elevados de Reiki se “invocan” maestros espirituales, “guías”, seres no visibles pero que conducen al practicante. Evidentemente, esto es invocación de espíritus, algo prohibido por el cristianismo, haya o no espíritus o demonios que respondan o no a la llamada.


Pero incluso en el primer nivel del Reiki, el hecho de que sea necesario un ritual para “sintonizarse” o “entrar en armonía” demuestra que no se trata de una simple terapia. Usar rituales para “enlazar” (es decir, “religión”, del latin “religare”) es una actividad religiosa, y una actividad religiosa sin el Dios cristiano es paganismo o idolatría, incompatible con el cristianismo.


Lo que dicen los exorcistas

Más allá de la teoría, como asesor de la Renovación Carismática y estudioso de la temática, el padre Leyshon tiene evidencias por el trabajo de exorcistas diocesanos y equipos de oración de liberación de que personas sometidas a un “toque curativo”, que era Reiki aunque a veces no se dijese al paciente, luego han mostrado síntomas de actividad demoníaca en grado de “opresión”.


El sacerdote cita sobre esto los casos del manual Deliverance from Evil Spirits, de Francis MacNutt, y Deliverance from Evil Spirits, de Scanlan & Corner; todos ellos autores católicos con experiencia en el tema. Leyshon insiste en que esta apertura a lo demoníaco “es una vulnerabilidad, no una certeza, para aquellos que se exponen de esta forma”.


El enfoque pastoral

Aunque como doctor en Física al padre Leyshon le podría tentar decir simplemente a sus feligreses o a los chicos de la universidad que “según la Ciencia no hay evidencia alguna de que exista esa energía ki”, no siempre será la respuesta pastoral más eficaz.


“Los pastores pueden prescindir del tema de si el Reiki funciona o no y de cuál es su mecanismo, simplemente insistiendo en que los cristianos estamos comprometidos a no buscar ninguna fuente espiritual que no sea el Dios Trino y Uno, quien no ha revelado que el Reiki sea una forma de administrar Su Poder”.


Menos prohibir y más sanar

“Oponerse al Reiki puede ser una oportunidad para evangelizar: hay que poner menos énfasis en lo prohibido y más en el verdadero poder sanador de Cristo, al que se puede acceder con los sacramentos, a través de los mecanismos de cuidado pastoral de la comunidad y mediante ministerios de oración de sanación explícitamente cristianos”, propone.


También recomienda la confesión sacramental para reparar el contacto con el Reiki, incluso si por ignorancia no hubo pecado formal. Propone que “el confesor debe estar listo para orar por liberación de influencias espirituales opresivas –algo que puede hacerse de forma inaudible- usando las directivas actuales del Vaticano, si hay evidencias de ‘obsesión’, a menudo en forma de una tentación recurrente en un área particular” (se remite al Canon 1172 del código de 1983, “interpretado a la luz de la carta de Doctrina de la Fe de 1985 Inde ab aliquot annis). Casos más complejos que esos, recuerda, “están reservados al exorcista diocesano”.


La misa y el dinero

En misa, abundan las lecturas sobre adorar sólo a Dios, o sobre el poder curador de Cristo: estas son ocasiones para hablar contra el uso del Reiki, comenta Leyshon.


Y el sacerdote plantea un punto más inquietante que lo demoníaco: ¡el dinero!


Si un parroquiano está realizando prácticas de Reiki y otras terapias “sanadoras” para ganarse la vida o redondeando ingresos en su farmacia, tienda de flores o de perfumes… ¿le puede ofrecer la comunidad cristiana apoyo económico o laboral que le facilite abandonar esa línea de negocio, que en época de crisis puede ser crucial?


En cuanto al trato con las autoridades civiles, considera que la mejor estrategia es conseguir que éstas obliguen a etiquetar al Reiki en publicidad y folletos como una “práctica espiritual”, no una terapia.


Y a los cristianos, insistirles: no deben acudir a ningún poder espiritual que no sea Jesucristo el Salvador, Dios Padre bueno y el Espíritu Santo, la Santa Trinidad.


(Publicado originariamente en 2013, republicado con actualizaciones menores en 2025).

domingo, 8 de diciembre de 2024

Nuria del Canal: «Me eduqué en un colegio del Opus Dei, me alejé de la fe, tenía atracción hacia el mundo demoníaco, hice muchas prácticas esotéricas, pero un día escuché la voz de Dios, me arrepentí y confesé»

Nuria del Canal escuchó la voz del Señor y su vida quedó transformada

* «Volví a escuchar la voz, por tercera vez, y, me dijo: 'lo que más me ofende es que es que te arrodillas delante de otros santos y no lo haces delante de mí, te quiero en mi templo'. Entonces sentí la gracia del arrepentimiento, cosa que yo no había tenido nunca, y una necesidad grandísima de confesarme. Asistí a misa inmediatamente, aquella misa fue como si fuera el día de mi boda, no he visto misa más bonita. Después de unos 30 años comulgué y ahí empezó mi vida de fe. Como estaba tan perdida, me confié a la Virgen, le pedí al sacerdote que me explicara cómo rezar el Rosario y me consagré»

 Vídeo de El Rosario de las 11 PM en el que Nuria del Canal cuenta su testimonio

Camino Católico.- Nuria del Canal tiene 51 años, es de Barcelona y ha contado su testimonio en El Rosario de las 11 PM. Educada en un colegio del Opus Dei, pasó por la brujería y la santería hasta regresar de nuevo a la Iglesia Católica. Tres voces cambiaron todos sus esquemas. Esta es una síntesis de su testimonio en primera persona de lo que cuenta en el vídeo:

Ouija, tarot, reiki, péndulo…

Ahora estoy donde estoy, pero todo fue un largo caminar, de muchas caídas y muchos golpes. Fui educada en una familia católica, pero de nombre, no éramos practicantes para nada. Soy la hija pequeña de tres hermanas y desde los inicios ya éramos una familia bastante desestructurada, bastante caótica, con muchos problemas, ha sido una infancia muy difícil.

Yo me eduqué en un colegio del Opus Dei, y puedo decir que he recibido una buena formación en cuanto a la fe, a la doctrina y al  conocimiento de Dios. Pero, cuando era adolescente me distancié de la fe católica y me enfadé. Cuando salí del colegio fue una explosión de libertad, de repente el mundo se abría ante mí y era un mundo a explorar. Esto me llevó a todo tipo de errores, de prácticas, en definitiva, de bastantes equivocaciones.

Cuando era muy jovencita, tenía unos 15 años más o menos, estaba de moda practicar la ouija y estuve un verano entero practicándola con una amiga. El mundo prenatural, el mundo demoníaco siempre me había llamado la atención (...). Siempre había tenido una atracción especial y muy intensa hacia el mundo demoníaco, a la parte digamos oscura del ser humano, a la parte oscura de las fuerzas del universo. Me interesaba mucho todo lo que era oscuro, todo lo que era satánico.

Esto me llevo a practicar ouija, tarot, reiki, péndulo... no os lo recomiendo en absoluto. De jovencita todo me valía, todo lo que no entendía lo daba por válido, me pasaban realmente cosas fuera de lo normal, nada positivas y difíciles de explicar. Para algunas personas, incluso, un poquito terroríficas (...). Practiqué mucha ouija y muchas prácticas esotéricas de diferente calibre, empecé también a jugar con la magia de manera autodidacta de mayor.

Yo era de profesión diseñadora de moda y tenía una vida como la mayoría de las personas, me divertía, salía, entraba, hacía una vida en la que parecía que todo estaba bien. No hacía daño a nadie. Soy madre de un niño, que ahora tiene 14 años, madre soltera, en mi vida era todo como 'no pasa nada, todo está bien'. No creía en la Iglesia, obviamente los mandamientos era como 'qué me estás contando', todo era un poquito a mi gusto, si estudiaba alguna cosa sobre alguna religión pues lo adaptaba.

Era una búsqueda constante de Dios, pero siempre haciendo como un giro, sin entrar en la Iglesia, porque la Iglesia para mí era algo que no lo quería en mi vida, que siempre esquivaba.  Y fue por una cosa muy absurda, descubrí que existió la inquisición y me pareció tan extraño y tan malvado, que la decepción fue tan grande. No me pasó nada personal pero sufrí una decepción.

Se fue acercando el año 2020, ya llevaba unos años buscando a mi manera a Dios y cuatro años practicando la Umbanda, era una religión que se adaptaba bastante a mis necesidades. Me gustaba porque no había normas, no tenías que dar muchas explicaciones ni tampoco ser muy meritorio en nada, era una religión muy cómoda y además estaba enfocada para hacer el bien".  

Hubo un día en el que estaba trabajando, haciendo una colección de moda y tenía que investigar la temática que había elegido. En aquel momento, a mí me había inspirado el universo y tuve que mirar estrellas, astros, planetas... Tuve que analizar documentación científica sobre medidas del universo, aquello fue un choque para mí. Salí del trabajo y empecé a sentir una tristeza muy profunda, unas ganas de negar la existencia de Dios. Mi mente no podía entender que existiera Dios, si yo acababa de ver esas medidas.


Nuria del Canal

Dios le habla de su amor por ella

Siempre he creído en la primera persona de la Santísima Trinidad, pero nunca había tenido ese momento de rebeldía de negar a Dios. Estaba conduciendo y empecé a tener un diálogo con ese Dios que no existía (...). Con toda la de millones de personas que hay, los problemas y guerras, cómo va Dios a fijarse en mi persona y a saber que estoy aquí. A partir de ahora creo que voy entiendo que Dios es imposible que exista. Fue la primera vez en mi vida que decía algo así, lo cual me daba impacto, era serio escucharme a mí misma decir aquello. 

Cuando yo lo estaba negando, sentí una voz dentro de mí muy profunda, que decía: ¿tú amas a tu hijo?'. Y yo, 'hombre claro, yo amo a mi hijo más que al universo entero'. Y, de repente, me quedé tan impactada que me puse a llorar de la impresión, esta voz me respondió, que si yo era capaz de amar a mi hijo de esa manera, cómo podía pensar que Él, que era Dios, no me amaba a mí por encima de todo ese amor. Estaba conduciendo y me tuve que salir al arcén.  

Yo seguí con mi vida, hacía hechicería, adoraba a los espíritus, bailes, les entregábamos comida. Era como una alabanza constante a estas entidades. Se me llegó a decir que mi ángel custodio, dentro de esta religión, era Dios Padre. Era bastante bonito para mí, porque mi relación siempre había sido muy directa con Dios Padre (...). Hasta que mi vida profesional cambió y me quedé sin trabajo.

Llegó el día de la Virgen de Guadalupe del año 2020, llevaba unos meses en el paro, tenía unos problemas familiares muy serios. Me disponía a llevar a mi hijo al colegio, fui a la habitación y recuerdo bendecir a Dios por este hijo que me había dado. Pero, literal, decir: 'Bendito sea Dios por este hijo que me has dado'. Salí de la habitación y, en la entrada de la cocina, de una manera muy clara, volví a escuchar esta voz que me preguntaba si le daría a mi hijo.

Me quedé sorprendida y le contesté de corazón, mi respuesta automática fue: 'hombre, tú nos diste a tu hijo en la cruz y no va a ser más mi hijo que el tuyo, no me gustaría, pero hágase tu voluntad y no la mía'. Quedé como traspuesta, pensé en si me estaba pidiendo a mi hijo, en el sentido de que se fuera a morir. Me olvidé del tema, fui al colegio y, cuando llegué a mi casa, mi móvil se empezó a mover solo, como si cogen y empiezan a manejarlo, me quedé estupefacta dejando que funcionara.

Y se puso en mi móvil la película El cielo es real', una película de un niño americano que falleció cuando era pequeño, y tuvo una experiencia cercana a la muerte, en donde vio a Jesús. Dije, vale, pues voy a verla, no tengo nada que hacer. De repente, todo quedó como a cámara lenta y sucedieron muchas cosas. Tuve como una visión completa de toda mi vida, sentía que delante de mí estaba Dios, que estaba siendo juzgada. Lo que para mí era una vida estupenda, bajo esta mirada mi vida era un auténtico desastre. Sabía que esta presencia lo sabía todo, yo no podía ocultar nada. Volví a escuchar la voz, por tercera vez, y, me dijo: 'lo que más me ofende es que es que te arrodillas delante de otros santos y no lo haces delante de mí, te quiero en mi templo'.

Entonces sentí la gracia del arrepentimiento, cosa que yo no había tenido nunca, y una necesidad grandísima de confesarme. Asistí a misa inmediatamente, aquella misa fue como si fuera el día de mi boda, no he visto misa más bonita. Después de unos 30 años comulgué y ahí empezó mi vida de fe. Como estaba tan perdida, me confié a la Virgen, le pedí al sacerdote que me explicara cómo rezar el Rosario y me consagré.

Nuria del Canal

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Federica Tognacci: «Fui 20 años budista, vi que el principio esencial es ‘mi dios soy yo’, se estaba derrumbando mi matrimonio y sentí la necesidad de transformar mi corazón en más parecido a Jesús»


Federica Tognacci vio derrumbarse su matrimonio mientras aplicaba el principio esencial de la espiritualidad budista: el ego / Foto: Instagram
@fede_prega_il_rosario

* «No sé de dónde venía esto, ya que hasta entonces el orgullo siempre me había parecido algo bueno; pero luego, al comprender lo que era el combate espiritual, me di cuenta de que era algo sobre lo que tenía que trabajar. Mi abuela no había dejado que el orgullo convirtiera su corazón en egoísta y sentí que ese era el camino que yo también tenía que emprender: convertir mi corazón»

Camino Católico.- Tras veinte años de mantras, reiki y sesiones de psicoterapia que rayan el espiritismo, Federica Tognacci, una experta en comunicación, se convirtió y ahora reza el rosario a través de las redes sociales. Raffaella Frullone habla con ella en el número 244 (noviembre de 2024) del mensual católico de apologética Il TimoneVerbum Caro lo traduce en Religión en Libertad.

"Federica, diario de una new entry en Cristo: veinte años en la Soka Gakkai y luego ¡bum! Jesús vino a buscarme". Federica Tognacci, nacida en 1980, de la región de las Marcas de nacimiento y boloñesa de adopción, se presenta así en Instagram, donde es conocida por el apodo de @fede_prega_il_rosario, porque después de haber estado en una psico-secta budista durante más de dos décadas, hoy esta redactora divulga la oración mariana más suave, en italiano y también en latín. Nos ponemos en contacto con ella por teléfono y empezamos aquí mismo a contar su historia.

"La página nació porque cuando me convertí estaba completamente sola, no conocía a ningún católico. En un momento dado me acordé de que cuando era pequeña, en el campo, delante de los tabernáculos de la Virgen, en mayo, había gente rezando el rosario por las tardes, así que decidí ir a la iglesia para ver si eso seguía existiendo. Y me di cuenta de que la gente sí que rezaba, pero la media de edad de los presentes era altita y yo quería conocer a gente de mi edad, así que decidí probar con Instagram, ya que trabajo en comunicación y mi edad está perfectamente en target".

-¿Cómo es posible que estuvieras completamente sola?

-Mis conocidos siempre han estado en el mundo de la New Age, los católicos que conocía se remontaban a mi época de la escuela primaria, sólo tenía amigos budistas...

Federica Tognacci / Foto: Instagram @fede_prega_il_rosario

-Cuando dices que estabas en el mundo New Age, ¿a qué te refieres exactamente y cómo llegaste allí?

-La mayoría de la gente vive inmersa en los cultos de la New Age pero no lo sabe, es parte de nuestra cultura neo-gnóstica. Yo era una chica con cierta sensibilidad y me encontraba en una búsqueda, me hacía preguntas sobre el sentido de la vida y las respuestas que ahora tengo de la Iglesia estaban entonces fuera de mi radar, diría que escondidas, mientras que las del mundo se me presentaban constantemente, por todas partes: esta sociedad neopagana te las ofrece en bandeja de plata.

Era atea cuando, a los 19 años, me trasladé de Osimo, en la provincia de Ancona, a Bolonia; un día, a los 23, un amigo me invitó a una reunión budista, y ese fue el principio. Lo que encontré en esta práctica -considerada laica, pero que es de todo menos laica- respondía a mis valores de entonces: en el centro se ponía el ego.

El principio básico es sencillo: mi dios soy yo, yo decido sobre mi vida, me fijo unos objetivos y los logro. Luego los voy tachando. No hay moral, todo vale, matrimonio entre dos mujeres o dos hombres, divorcio, fluidez sexual, gestación subrogada. El lema es hacer lo que la persona siente en ese momento. Esto se declinaba en una serie de prácticas: meditación con repetición de mantras, psicología llevada a un nivel que raya el espiritismo, la medicina alternativa, la cristaloterapia, el reiki.

-¿Cuándo despertaste del hechizo?

-Cuando empecé a ver que me estaba derrumbando, sobre todo en la relación con mi marido, con el que me casé hace diez años. Básicamente, en algún momento empecé a darme cuenta de cuál sigue siendo el aspecto sobre el que estoy intentando que Cristo me ablande el corazón, que es el egoísmo. Empecé a darme cuenta de que anteponer siempre el ego a todo, los propios objetivos al resto, avanzando como un tren, me estaba llevando a descarrilar.

Federica Tognacci, junto con su marido / Foto: Instagram @fede_prega_il_rosario

Hay que tener en cuenta que mi marido no me siguió en este camino, siempre ha sido católico, y esto no "ayudaba a mi evolución" según los que promueven esta forma de pseudo-budismo, y en un momento dado empecé a entrar en crisis, también por lo que veía a mi alrededor. Casi todo el mundo en mi círculo acudía a un psicoterapeuta, mis amigas al cabo de un año empezaron a separarse de sus maridos. A mí me pasaba lo mismo. Incluso me fui de casa. Y me impresionó mucho su reacción. Se mantuvo firme en su matrimonio, siguió llevando la alianza, tenía una gran dignidad sentimental y me dijo: "Este es tu sitio, te espero"; fue un momento fundamental en mi conversión.

-¿Hubo otros pasos?

-Muchísimos. Una vez, de repente, me acordé de mi abuela materna, que tenía tres características: una ética fuerte, orgullo y un buen corazón. Y sentí la necesidad de transformar mi corazón, de convertirlo en más parecido a Jesús. No sé de dónde venía esto, ya que hasta entonces el orgullo siempre me había parecido algo bueno; pero luego, al comprender lo que era el combate espiritual, me di cuenta de que era algo sobre lo que tenía que trabajar. Mi abuela no había dejado que el orgullo convirtiera su corazón en egoísta y sentí que ese era el camino que yo también tenía que emprender: convertir mi corazón.

-Con la página de Instagram, sin embargo, se te ha abierto otro tipo de mundo...

-Fue casual, porque cuando murió el Papa Benedicto, mientras hacía scroll, me topé con un post que se había hecho viral: era del grupo Mienmiuaif, que yo no conocía.

Mienmiuaif: un matrimonio católico que comparte su fe en la red y difunde sus canciones, como ésta dedicada al Padre Pío

A partir de ahí se me abrió una visión del mundo católico on line. Me di cuenta de que era gente que se relacionaba de otra manera, que había ganas reales de conocerse y encontrarse. Conocí a mujeres de mi edad que se reunían para rezar el rosario, luego descubrí la realidad del Monasterio Wi-Fi de Costanza Miriano y asistí al capítulo romano el año pasado: las catequesis fueron una propuesta absolutamente nueva para mí, lo cual me hizo enfadar mucho porque estoy convencida de que un chico joven necesita desesperadamente escuchar esas palabras. A partir de ahí descubrí que la Iglesia también estaba presente en Bolonia -evidentemente- y que había una Iglesia viva, rica, de la que antes no sabía nada y que puede aportar muchísimo.

Sí, a veces lo virtual se convierte en real. Y sí, la fe también pasa por Instagram. Y reza el Rosario.

Traducción de Verbum Caro