Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta Milagro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Milagro. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de noviembre de 2024

Padre José Vicente Sandino: «Dios me sanó por intercesión de monseñor Ismael Perdomo Borrero, quien me salvó la vida cuando había sido desahuciado»


El padre José Vicente Sandino, a la izquierda, junto a una imagen del Venerable Siervo de Dios arzobispo Ismael Perdomo Borrero, que está en proceso de beatificación

* «Hay que creer que Dios tiene poder para actuar a través de los santos y para interceder por nosotros en nuestras precariedades. La fe mueve montañas y rompe la incredulidad del ser humano, creyentes o no, porque para Dios no hay nada imposible»

Camino Católico.- El padre José Vicente Sandino cuenta que volvió a la vida gracias a la oración permanente, la fe en Dios y a las reliquias del arzobispo Ismael Perdomo Borrero, cuya causa de beatificación se tramita en Roma. 

El drama comenzó en L'Aquila, Italia, en abril de 2009, a donde el Papa Benedicto XVI lo envió con otros sacerdotes para ayudar a los damnificados del terremoto que dejó más de 300 muertos, mil 500 heridos y cerca de 50 mil damnificados.

Había llegado semanas atrás desde Colombia para un retiro espiritual, pero debido al desastre que afectó a la región de Abruzo, el Pontífice decidió que algunos sacerdotes debían ayudar en las tareas de rehabilitación.

“Fue allí, recuerda Sandino, debido a la situación sanitaria que se vivía por esa tragedia de gran magnitud, donde adquirí una bacteria a través de los alimentos”.

En Bogotá, aparecieron los primeros síntomas que obligaron a su hospitalización. Su situación se complicó al perder el conocimiento y presentar inflamación en el cuerpo y varios órganos vitales, sobre todo en el sistema digestivo. Los médicos confirmaron que tenía una sepsis, enfermedad ocasionada por bacterias u otros organismos a las que el cuerpo reacciona de manera grave y con inflamación.

Le aplicaron costosos medicamentos y le practicaron procedimientos complejos pero no mejoró y fue desahuciado. Incluso, sacerdotes de la Arquidiócesis de Bogotá, familiares y seminaristas realizaron jornadas de oración y Eucaristías para pedir por su salud y empezaron a preparar su sepelio.

El padre José Vicente Sandino quien recibió la gracia milagrosa de su curación / Foto: Cortesía del padre José Vicente Sandino

 “El presunto milagro”

Horas después de que el cardenal arzobispo de Bogotá, Pedro Rubiano Sáez, le administrara el sacramento de la unción de los enfermos y le frotara parte del cuerpo con tres reliquias de monseñor Ismael Perdomo Borrero pidiendo su intercesión ante Dios, el paciente empezó a mostrar una extraordinaria mejoría que los médicos no pudieron explicar. Se trataba del solideo (bonete de seda) y un par de medias (calcetines) que pertenecieron a quien fuera arzobispo de Bogotá entre 1928 y 1950 y que la Iglesia colombiana conserva celosamente junto con otros efectos personales.

En las siguientes semanas el padre José Vicente siguió una extraordinaria recuperación en casa, donde además de volver a aprender a hablar, comer y caminar, vio cómo la herida de la cirugía practicada a lo largo del tórax había cicatrizado de manera natural.

Sobre su sanación, Sandino afirma en entrevista con Aleteia que este “presunto milagro” —como lo cataloga la Iglesia por ahora— se debe a la intercesión del venerable Ismael. “Por eso, hay que creer que Dios tiene poder para actuar a través de los santos y para interceder por nosotros en nuestras precariedades”.



Venerable Siervo de Dios Ismael Perdomo Borrero

 ¿Quién era monseñor Perdomo?

Ismael Perdomo Borrero ha sido el obispo más joven en la historia de Colombia. Después de estudiar en Roma y Parías, empezó su carrera sacerdotal en el Huila, su tierra natal.

En 1903 fue nombrado obispo del Tolima donde adelantó una formidable tarea pastoral y social. Veinte años después, el Papa Pio XI lo designó obispo coadjutor de Bogotá y en 1928 asumió como arzobispo de la capital colombiana, cargo que ocupó hasta 1950 cuando murió. Fue testigo y protagonista de una convulsionada época política en la que la Iglesia tuvo un controvertido papel.

Durante su gestión en Bogotá creó más de 50 parroquias, promovió la fundación de barrios para familias desplazadas por la violencia, creó bancos para obreros, impulsó la construcción de viviendas para trabajadores y estableció colegios para niños y jóvenes pobres. Sus biógrafos aseguran que monseñor Perdomo hizo efectiva la Acción Social de la Iglesia.

Causa de beatificación abierta

La causa de su beatificación comenzó en 1962 y cuatro años después fue declarado siervo de Dios por el Papa san Pablo VI. Transcurridas cuatro décadas, el Papa Francisco reconoció en grado heroico sus virtudes y dispuso que se le llamara “venerable siervo de Dios”.

Venerable Siervo de Dios Ismael Perdomo Borrero

Quince años después de la enfermedad, el padre Sandino continúa al frente del Seminario Redemptoris Mater, oficia la Eucaristía a diario y promueve la devoción a monseñor Perdomo. Está seguro de que “la fe mueve montañas y rompe la incredulidad del ser humano, creyentes o no, porque para Dios no hay nada imposible", y agrega: "Yo lo he experimentado en mi propia vida”.

Su testimonio hace parte de la documentación radicada ante el Dicasterio para las Causas de los Santos, en Roma, y con el cual la Iglesia colombiana está convencida que servirá para que monseñor Ismael Perdomo Borrero sea declarado beato.

Las gracias recibidas por su intercesión pueden reportarse al correo siervodediosismael@arquibogota.org.co

jueves, 31 de octubre de 2024

Paulo Gontijo protagonista del milagro que ha canonizado a Elena Guerra: «Morí y resucité gracias a su intercesión y que el sacerdote puso en mi boca tres gotas de la sangre preciosa de Jesús»


Paulo Gontijo, el domingo 20 de octubre de 2024, participando en la canonización de Elena Guerra en la plaza de San Pedro del Vaticano

* «Lo único que recuerdo es que dije: ‘Dios mío’. Me desmayé y estuve 27 días en coma. Mi recuperación comenzó cuando la gente pidió la intercesión de Santa Elena Guerra. Jesús me levantó para que pudiera venir acá para la canonización de Elena Guerra. Lo que pasó es muy importante, es mi segunda vida gracias a Elena Guerra»

Paulo Gontijo cuenta su testimonio a la  EWTN  

Camino Católico.- El milagro que posibilitó la canonización de la italiana Santa Elena Guerra, fundadora de las Hermanas Oblatas del Espíritu Santo, el domingo 20 de octubre de 2024, sucedió en la ciudad de Uberlandia (Brasil). En el año 2010, Paulo Gontijo que tenía 49 años cayó de un árbol, mientras podaba, desde una altura de 6 metros se golpeó la cabeza, lo llevaron de urgencia al hospital, y en el quirófano lo operaron. La situación del paciente se fue haciendo cada vez más grave y fue trasladado a cuidados intensivos. Siguió empeorando y los médicos declararon muerte cerebral. El protagonista de esta curación inexplicable cuenta a la EWTN  cómo la vivió.  


Paulo Gontijo estuvo 27 días en coma hasta que aconteció el milagro obrado por intercesión de Elena Guerra

“Lo único que recuerdo es que dije: ‘Dios mío’. Me desmayé y estuve 27 días en coma. Mi recuperación comenzó cuando la gente pidió la intercesión de Santa Elena Guerra, que ya no es una beata sino una Santa. Todo el mundo de mi diócesis, de mi barrio, de mi calle, de la ciudad estuvo rezando en el hospital, haciendo novenas por la beata Elena Guerra, rezando el rosario del Espíritu Santo”, relata Paulo 

Cuando los médicos determinaron su  muerte cerebral, debido a la gravedad de la situación la familia pidió al padre William Eurípedes que le impartiera el sacramento de la Unción de los Enfermos quien explica cómo actuó: 

“Estando ya Paulo Gontijo en muerte cerebral, puse tres gotas de la sangre preciosa de Jesús en su boca e inmediatamente al instante ví ocurrir allí el milagro: abrió los ojos y movió bruscamente su cuerpo. Justo unos días después de esta reacción abrupta, misteriosa y milagrosa, Paulo estaba de pie, casi listo para regresar a casa”. 


El padre William Eurípedes impartió el sacramento de la Unción de los enfermos y puso en la boca de Paulo Gontijo tres gotas de la sangre preciosa de Jesucristo cuando estaba en coma y entonces empezó a reaccionar

Pasados 14 años desde su curación Paulo Gontijo tuvo la alegría de participar de la misa de canonización de Elena Guerra con su familia y amigos de la Diócesis de Uberlandia, en la plaza de San Pedro en el Vaticano: 

“Nunca imaginé que algún día estaría aquí, pero gracias a la intercesión de la beata Elena Guerra y a la preciosa sangre de Jesús me levanté. Jesús me levantó para que pudiera venir acá para la canonización de Elena Guerra. Lo que pasó es muy importante, es mi segunda vida gracias a Elena Guerra. Morí y resucité gracias a la sangre misericordiosa que el sacerdote llevó, pero fue gracias a la intercesión de la beata Elena Guerra que estoy aquí en Roma en este momento”, dice Paulo.


Paulo Gontijo, el domingo 20 de octubre de 2024, con religiosas participando en la canonización de Elena Guerra en la plaza de San Pedro del Vaticano

Elena Guerra conocida como apóstol del Espíritu Santo vivió en el siglo XIX, nació en la ciudad de Luca, en Italia, y fue fundadora de la congregación de las Oblatas del Espíritu Santo.


Paulo Gontijo, emocionado, agarrado a la cama donde durmió durante años la Santa Elena Guerra

Un momento especial para Paulo en su viaje fue conocer el primer convento de las Oblatas donde vivió Santa Elena Guerra y la habitación donde ella murió. Así lo relata: “Es una gran emoción estar aquí sosteniendo esta pequeña cama donde vivió durante muchos años, durmió y se arrodillaba aquí cada noche para rezar. Saber que ella vivió aquí todos esos años y que intercedió por mi vida. Si no hubiera pedido su intercesión por mi vida no estaría aquí. Ella es el apóstol del Espíritu Santo”, concluye Pulo.

En Brasil hay mucha devoción a Santa Elena guerra porque ella es la patrona de la Renovación Carismática Católica del país.

miércoles, 23 de octubre de 2024

Sorino Yanomami, indígena curado inexplicablemente de una fractura de cráneo producida por el zarpazo de un jaguar en la selva, el milagro que hace santo a José Allamano, fundador de los Misioneros de la Consolata


Sorino Yanomami con la hermana Felicita Muthoni, monja keniana perteneciente a la Orden de la Consolata, que fue la primera que lo atendió cuando sufrió el ataque del jaguar

* «Cuando volví del hospital, era como los demás yanomamis: trabajaba, cultivaba los campos, pero ahora ya no puedo trabajar, porque soy viejo. Solo trabajo por la mañana temprano y, cuando el sol está alto, me voy a casa. Pero me siento bien»

Vídeo en el que Sorino Yanomami está con Misioneros de la Consolata que cantan

Camino Católico.-  El domingo 20 de octubre del 2024, en el parvis de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco ha canonizado a Manuel Ruiz López y siete compañeros de la Orden de Frailes Menores, y Francisco, Mooti y Rafaele Massabki, fieles laicos, todos ellos conocidos como los Beatos mártires de Damasco; además también canonizará a la Beata Marie-Léonie Paradis, a la Beata Elena Guerra y al Beato José Allamano, sacerdote, fundador de los Institutos de los Misioneros de la Consolata y de las Hermanas Misioneras de la Consolata. Una milagrosa recuperación tras el ataque de un jaguar, atribuida a la intercesión de José Allamano, llevó al Papa a reconocerlo como santo.

El 7 de febrero de 1996, la hermana Felicita Muthoni, monja keniana perteneciente a la Orden de la Consolata, se encontraba en el dispensario de la misión de Catrimatini, a orillas del río Catrimatini, en plena selva amazónica. Allí, junto con otros misioneros, atiende al pueblo yanomami, una etnia indígena que vive en la selva entre Brasil y Venezuela.

Aquella mañana, vio cómo un hombre la llamaba para explicarle que Sorino Yanomami, su yerno, había sido atacado por un jaguar. El animal, una hembra, le había cogido por sorpresa, golpeándole el cráneo con un violento zarpazo. Sin embargo, el hombre no perdió el conocimiento, se apartó, se levantó y consiguió mantener a raya al animal con su arco y gritó pidiendo ayuda. Los que estaban cerca de él acudieron, provocando la huida del felino.


Sorino Yanomami en su casa junto a un Misionero de la Consolata

La hermana Felicita, enfermera del dispensario, acudió rápidamente al lugar del accidente para prestar los primeros auxilios, pero la situación era peor de lo que había imaginado. Sorino, medio inconsciente, yacía en un charco de sangre.

De su cráneo, bajo un trozo de cuero cabelludo arrancado por las garras de la bestia, sobresalía ahora una pequeña masa encefálica blanca. La monja reaccionó rápidamente, volviendo a colocar con cuidado el material en el cráneo del pobre hombre y luego en su cuero cabelludo. Pero la sangre seguía manando profusamente, y tuvo que hacer una compresa improvisada con lo único que tenía en ese momento: su camisa.

El pesimismo del cirujano

Finalmente, Sorino es trasladado en coche a la misión. Los lugareños no entienden cuando la hermana Felicita Muthoni anuncia que quiere llevar al herido al hospital. Ya pensaban que iba a vivir en el "otro mundo" y querían que muriera en su propia tierra. Resistiendo a las amenazas y prestándole más cuidados, la monja insiste y obtiene permiso para llevarlo en avión a Boa Vista, la capital regional.

Pero antes de que el avión despegara, algunos de los yanomami presentes declararon que si su camarada moría en la ciudad, lejos de la selva y entre los "blancos", matarían con sus flechas a los misioneros presentes en Catrimani. Cuando llegó al hospital, el Dr. José Nunes da Rocha se hizo cargo de él, pero se mostró pesimista, como contó más tarde: "La situación de Sorino era muy grave y el paciente respiraba con dificultad […] no teníamos mucha fe en la curación, porque la forma en que estaba infectado, pútrida y en un lugar tan "noble" como el cerebro, podía provocar encefalitis y meningitis. Así que no teníamos muchas esperanzas, pero había llegado vivo y teníamos que tratarlo, haciendo todo lo posible".


Sorino Yanomami junto a Helena Yanomami

Confiado a la intercesión de Giuseppe Allamano

En coma, Sorino fue operado bajo anestesia, con la herida abierta. Finalmente se despertó y hubo que seguir operándole, pero parecía haberse recuperado y era capaz de comunicarse. 

El argentino Facundo Sánchez, Misionero de la Consolata, cuenta a Vatican News el momento en que confirmaron que se había producido el milagro:  “Después de 10 días Sorino despertó sin ninguna secuela, justo era la semana donde estaba la novena a nuestro Fundador, al beato José Allamano y las hermanas y los misioneros pusieron a Sorino en las manos del fundador y una estampita con una reliquia debajo de la almohada donde estaba Sorino en el hospital. Después de dos meses y medio Sorino volvió a la comunidad aborigen el 8 de mayo de 1996 sin problema a continuar una vida normal, sorprendió a los médicos y sorprendió a los misioneros por este milagro, que hoy lleva a los altares a nuestro fundador”.

"Cuando volví del hospital, era como los demás yanomamis: trabajaba, cultivaba los campos, pero ahora ya no puedo trabajar, porque soy viejo. Solo trabajo por la mañana temprano y, cuando el sol está alto, me voy a casa. Pero me siento bien", contó en la encuesta diocesana.

Por una feliz coincidencia, el día de su accidente fue también el primer día de la novena preparatoria de la fiesta del beato José Allamano. 


Tapiz de José Allamano en la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano preparada para la canonización  | Fotografía: Daniel Ibáñez / EWTN News

Un sacerdote diocesano atento a las necesidades de su tiempo

Sobre la figura de José Allamano y sobre la obra misionera que inició en Turín en 1901 al fundar el Instituto de los Misioneros de la Consolata y algunos años más tarde, en 1910, el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, el colombiano Cristián Alarcón, Misionero de la Consolata, destaca su enorme atención a los problemas y necesidades de su tiempo, su enorme celo apostólico y su deseo de hacer conocer a “todos” la Buena Noticia de Jesús.

“José Allamano es un hombre que nace en el siglo XIX, cuando en Turín había tanta necesidad y él empezó a ver el ejemplo de los sacerdotes con los que él trataba, a los que él conocía, empezó a sentirse llamado por Dios al servicio de la Iglesia para los demás. José Allamano es un sacerdote diocesano que al ver las necesidades de su entorno empezó a pensar cómo atender estas necesidades. Por eso, fue tan importante él como santo social, como al empezar a suplir y atender las necesidades de su tiempo. Era un hombre atento y dispuesto a atender las necesidades humanas”.

Vídeo en el que se explica la vida del nuevo santo José Allamano

La misión Ad gentes al centro del carisma

El celo apostólico y el impulso misionero están al centro del carisma de los Misioneros de la Consolata explicó Facundo Sánchez, acompañado por ese enorme deseo de llevar la consolación de Dios a todas las personas en las periferias existenciales y geográficas.

“El Instituto religioso nació para la misión Ad gentes, significa misión para los no cristianos, para los lugares donde todavía el anuncio de Jesús no llegaba. Hoy estamos presentes en 33 países, en cuatro continentes, donde tenemos distintas realidades donde intentamos hacer llegar la Consolación de Dios. Las realidades en donde estamos en América Latina son las periferias urbanas, existenciales. Trabajamos en la educación, tenemos colegios donde acompañamos a jóvenes y niños en la formación, trabajamos en la Amazonas de Brasil, pero también en Amazonas de cuatro países de Latinoamérica donde acompañamos los pueblos originarios en sus luchas, en sus dificultades. Aquí en Europa actualmente estamos trabajando en la re-evangelización en distintas parroquias comunidades y grupos pastorales. La novedad podemos decir para nosotros como Instituto es el Asia donde actualmente estamos en cinco países y estamos haciendo un trabajo de misión Ad gentes. uno de los países más conocidos y significativos es Mongolia donde hay un número muy bajo de cristianos y un número muy bajo también de misioneros pero que trabajan día a día en este primer anuncio de Jesús”.

“Primero santos, luego misioneros”

Para Cristian Alarcón el legado espiritual que el Beato José Allamano ha dejado a toda la familia de la Consolata se puede resumir en la frase “primero santos y después misioneros”, porque indica el camino espiritual que el misionero debe seguir para alcanzar la vocación última del creyente.

“Esto lo tomamos como nuestro valor principal, como nuestro camino a seguir. Cuando nos dimos cuenta que a nuestro fundador lo querían hacer Santo, para nosotros fue una sorpresa porque dijimos, o sea, por este camino sí se puede llegar a la santidad, por medio de la misión y la misión Ad gentes, José Allamano nos ha estado enseñando y nos dejó todo su legado. Entonces, para mí el ser santo primero es el formar mi espíritu y asumir todos los votos como religioso ya que este tipo de santidad es el camino que después me lleva a ser un buen misionero como quería José Allamano. Entonces, el mensaje más importante que para mí me deja el fundador es primero hacerse santo para que después pueda atender bien su realidad como misionero”.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Rosa María Ramírez, embarazada de su hija que iba a morir, rezó al padre Moisés Lira que propició el milagro que le ha proclamado beato y ahora Lissette Sarahi tiene 20 años

 

Lissette Sarahi, que ahora tiene 20 años, sobrevivió por el milagro del beato Moisés Lira Serafín, junto a ella en una fotografía

* «Casualmente, cuando vi un tríptico del padre Moisés Lira Serafín, leí por la parte trasera del mismo que estaba redactado un testimonio de un milagro en una joven atribuido a su intercesión… A partir de ese momento, yo le empecé a rezar durante 9 días consecutivos por medio de la oración de intercesión que ahí en el tríptico venía. Y este caso, fue así. Afortunadamente, con un desenlace hermoso y positivo, pues hoy la bebé es una señorita de 19 años que estudia diseño digital y sigue estando perfectamente saludable. Esta situación me acercó más a Dios que me ha llevado a través de muchas situaciones difíciles; entre ellas, y muy significativa, este problema de salud de mi hija durante mi complicado embarazo. Todo esto me ha llevado con tanto amor a querer conocerle, a amarle, a estar aquí y creer en Él por convicción. Desde entonces, he sentido esa relación con Dios más estrecha. Hoy sé que Él tiene el control de todas las cosas. Dios es mi Padre y mi Madre, y siempre hará y me dará lo que mejor me convenga, porqué Él es todo amor»

Vídeo de Desde la Fe en el que Lissette Sarahi, que ahora tiene 20 años, su madre Rosa María Ramírez y su padre cuentan el milagro del beato Moisés Lira Serafín

Camino Católico.-  El diagnóstico era hidropesia fetal, y los doctores recomendaban el aborto en el quinto mes de embarazo porque es una grave dolencia que a menudo ocasiona la muerte del bebé poco antes o después del parto.  De sobrevivir, es normal que el nacido presente daños de orden cerebral o genético, así como la aparición de patologías complejas. Los papás desafiaron esa recomendación y decidieron pedir la intercesión del hoy beato Moisés Lira Serafín. El Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio de la Causas de los Santos de la Santa Sede, ha beatificado al padre Moisés Lira Serafín, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en México, el sábado 14 de septiembre de 2024. Esta es la historia de Lissette Sarahi, la bebé milagro que hoy tiene 20 años de edad, estudiante de diseño digital, que cuenta su historia junto a sus padres en el vídeo de Desde la Fe.

Rosa María Ramírez, embarazada de Lissette Sarahi, cuando su hija tenía que morir pidió el milagro y rezó una novena


Lissette Sarahi, en el centro de la imagen, junto a sus padres


Al c
onocer el diagnóstico, en el seno de esta familia de San Felipe en Guanajato (México), Rosa María Ramírez Mendoza, que estaba embarazada de Lissette se abrazó a Dios y se apoyó fuertemente en la oración. Sin embargo, llegó a ese punto de una forma curiosa, según cuenta:

“Desde un principio mis oraciones al padre Moisés las hice yo en lo secreto, en lo privado, y nunca involucré a nadie. De hecho, lo di a conocer diez años después, específicamente cuando empezó públicamente el proceso de beatificación del sacerdote. En la actualidad recomiendo vivamente la oración y encomiendo a varias personas a pedir su intercesión ante Dios; aunque creo que, finalmente, cada uno decide a quién recurrir para alcanzar un favor divino.

Dicen que no hay coincidencias en la vida. Fíjese que ahora recuerdo que en mis problemas de la vida que yo consideraba ‘grandes’, nunca me gustaba contarle mis problemas a alguien conocido, ni a mis familiares. Yo buscaba a alguien que no me conociera.

Casualmente, cuando vi un tríptico del padre Moisés Lira Serafin, leí por la parte trasera del mismo que estaba redactado un testimonio de un milagro en una joven atribuido a su intercesión… En mi desesperación y necesidad, pensé, y le dije: ‘Yo no lo conozco, padre; ¡pero, usted la va a ayudar! Hoy pienso que quizá suena mal, o incluso en tono exigente, pero vi que si él abogó por esa persona, ¡por qué no podría hacerlo también conmigo.

A partir de ese momento, yo le empecé a rezar durante 9 días consecutivos por medio de la oración de intercesión que ahí en el tríptico venía.

Tal vez él haya pensado: ‘A esta mujer le gusta recurrir a quien no conoce’”. Y este caso, fue así. Afortunadamente, con un desenlace hermoso y positivo, pues hoy la bebé es una señorita de 19 años que estudia diseño digital y sigue estando perfectamente saludable.

Y fue algo curioso, porque esa hoja, el tríptico, estuvo durante años en mi casa y nunca le presté tanta atención como esa tarde.

Hoy le pido al padre Moisés Lira Serafín que nos ayude a buscar y conseguir paz interior y personal primero, para que así podamos ver al prójimo como lo que es: nuestro hermano. Y de esta forma poder hacer de nuestro entorno un hogar, un lugar en el que todos se sientan seguros, amados y respetados.

Les diría a las madres cuyos hijos sufren una enfermedad rara o gran dificultad que pese al diagnóstico que reciban, siempre se abandonen en Dios, pues no hay un lugar más seguro para depositar nuestros miedos, preocupaciones y angustias.

A través de los siglos, Dios ha hecho infinitos milagros. La biblia nos narra muchísimos, pero muchas veces nuestra lejanía o poco conocimiento de ese Dios de amor y misericordia nos hace andar como ciegos sin saber adónde ir, pretendiendo confiar únicamente en nuestras propias fuerzas.

Les invitaría a abandonarse siempre en su voluntad. Y si sentimos que no obtenemos la respuesta que esperamos, en muchas ocasiones es porque Él tiene otros planes mejores que, aunque nos cueste creer o aceptar, ¡siempre serán para un bien mayor!.

Definitivamente sí que esta situación me acercó más a Dios. Mis padres me criaron en la religión católica, quizá por tradición. Uno va imitando acciones y costumbres: Pero, Dios me ha llevado a través de muchas situaciones difíciles; entre ellas, y muy significativa, este problema de salud de mi hija durante mi complicado embarazo.

Todo esto me ha llevado con tanto amor a querer conocerle, a amarle, a estar aquí y creer en Él por convicción. Desde entonces, he sentido esa relación con Dios más estrecha, y aunque en ocasiones retrocedo, porque en el momento de las pruebas no es fácil lanzarse en un salto de la fe, siempre recuerdo en especial ese milagro obrado en mi hija.

Hoy sé que Él tiene el control de todas las cosas. Dios es mi Padre y mi Madre, y siempre hará y me dará lo que mejor me convenga, porqué Él es todo amor”.

Rosa María Ramírez Mendoza, madre de Lissette Sarahi

Lissette Sarahi, cuando era pequeña, sanada por intercesión del beato Moisés Lira Serafín

Lissette Sarahi, protagonista de la curación inexplicable: “Me gusta ser consciente de lo sucedido, un milagro. Soy el ejemplo vivo de que Dios existe”

Lissette Sarahi estaba en gestación cuando ocurrió el milagro, pero en algún momento conoció sobre la intercesión del padre Moisés Lira en su vida. Consultada con respecto a lo que pensó cuando supo lo ocurrido, comenta que “realmente fue una conversación normal en mi familia en mi vida desde el principio”.

No obstante, señala: “Tal vez por mi edad tan corta no sabía realmente la magnitud de lo que significaba no estar en este mundo, pero conforme he ido creciendo me doy cuenta de que es algo excepcional”.

Hoy, “me gusta ser consciente de lo sucedido y que el que esté aquí no es solo ‘una coincidencia’. En mi familia desde un principio se sabía que era un milagro y ahora el mundo también lo sabrá gracias a Dios. Soy el ejemplo vivo de que Dios existe. Y decirlo en voz alta es algo fuerte para mi porque yo me siento indigna, porque soy una joven que ha tenido crisis de fe, que he dudado y he dado pasos en falso muchas veces”, subraya Lissette Sarahi.

Afortunadamente, en la actualidad Lissette Sarahi sigue siendo una joven perfectamente saludable. Como otros chicos de su edad, tiene metas, sueños y anhelos. Actualmente es estudiante de diseño digital y además, con ayuda de su familia, ha continuado estudios de animación, un área competida en la que muestra grandes habilidades.


Actualmente, Lissette tiene 20 años de edad. Foto: Alfredo Márquez / DLF

“Mi sueño realmente radica en dedicarme al arte en general. Quiero ser ilustradora digital. Amo dibujar y espero hacerlo todo lo que me sea posible. Como es evidente, me gusta darme a notar, expresarme a mí misma ya no solo en lo que plasmo en el papel, sino también a través de la personalidad”.

De acuerdo con su madre, el milagro los unió más a Dios, a quien diariamente le agradece en oración por la generosa intervención.


 El sacerdote mexicano Moisés Lira Serafín ha sido proclamado beato

¿Quién es el beato Moisés Lira Serafín?

El padre Moisés Lira Serafín, nacido en Puebla (México) en 1893, tiene una cohorte de devotos entre el pueblo mexicano e hispano: durante años, fue el principal consuelo de enfermos, presos y especialmente de perseguidos, pues en plena revolución anticristiana se dedicaba a llevar la Eucaristía y los sacramentos a los hogares de sus paisanos.

Vivió de lleno parte de la persecución desarrollada entre 1926 y 1929, salvo el tiempo que pasó en Roma. En México dedicaba mucho tiempo al confesionario, donde aconsejaba y orientaba a la vez con exigencia y ternura, dejando actuar a Dios y animando al compromiso apostólico.

En su templo de la Merced fundó un Centro Eucarístico de niños acólitos, una Asociación San Crispín (para zapateros y curtidores), una Congregación Mariana para señoritas y niñas y dos Centros de Catecismo, el Apostolado de la Cruz y la Familia del Espíritu Santo.

En 1934 fundó la congregación de Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, que hoy tienen comunidades en Guatemala, Chile, EEUU, Perú, Nicaragua, Kenia y Roma (además de México).

La causa de beatificación del padre Moisés empezó en el año 2000, y en 2013 el Papa Francisco firmó el decreto que reconocía sus virtudes heroicas. Sin embargo, no fue hasta el 14 de diciembre de 2023 que fue reconocido formalmente el milagro que sucedió hace 19 años y que lo ha proclamado beato el 14 de septiembre de 2024.