Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta canonización. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta canonización. Mostrar todas las entradas

jueves, 10 de abril de 2025

Mary Bartold, de 16 años, tenía dos tumores que desaparecieron tras rezar al beato Solanus Casey: «Alabado sea Dios. Esto es obra suya»


Mary Bartold, de 16 años, sanada de dos tumores por intercesión del Beato Solanus Casey / Foto: Cortesía de la Diócesis de Lansing

* «La doctora de Mary dijo: 'No hay nada. Han desaparecido los tumores... Disculpa que haya tardado tanto en llamar, pero hablé con el radiólogo... y luego con otro radiólogo. Quería asegurarme de que le estaba dando la noticia correcta. Podemos cancelar la cirugía» 

Camino Católico.- Cuando repetidas pruebas de diagnóstico por imágenes a finales de julio de 2024 mostraron que los tumores ováricos de Mary Bartold, de 16 años, habían desaparecido antes de que pudiera someterse a la cirugía, "todo lo que pude decir fue: 'Alabado sea Dios'", dice su madre, Susan Bartold, de 55 años. "Esto es obra suya", asegura Detroit Free Press. La familia y amigos habían orado al Beato Solanus Casey

La familia regresó a la tumba de Casey el 2 de agosto, día en que Mary debía ser operada, en una peregrinación de acción de gracias, y presentó documentación de su sanación ese mismo día al Centro Solanus Casey. Esperan que el favor que creen que Dios le concedió a Mary por intercesión celestial de Casey merezca ser considerado un milagro, lo que podría llevar a la santidad de Casey, cofundador del Comedor de Beneficencia Capuchino en Detroit.

Susan Bartold, de 55 años, y su esposo, Rick Bartold, de 60, están detrás de su hija, Mary Bartold, de 16 años, en el patio trasero de su casa en DeWitt, Michigan / Foto: Matt Riedl, Diócesis de Lansing

Mary Bartold, estudiante de segundo año de la Escuela Secundaria Católica de Lansing, dice que "sería genial" si el Papa reconociera el relato de su curación como milagroso y canonizara a Casey. La familia Bartold no puede evitar preguntarse si Casey les abrió las puertas de San Buenaventura a los abuelos de Mary durante la Gran Depresión.

"Eran pobres y no tenían dinero. Como crecí en la fe católica, sabemos que mi padre probablemente se aprovechaba del comedor social, al igual que el padre de Susan", explica el padre de Mary, Rick Bartold, de 60 años. "Vivía casi a la vuelta de la esquina".

El Centro Solanus Casey se negó a revelar ningún detalle sobre el informe de la familia Bartold sobre la curación de Mary, a la que la iglesia se refiere como un "favor", comenta el reverendo Edward Foley, vicepostulador de la causa de canonización del beato Solanus.

El padre Solanus Casey fue homenajeado en una misa el 18 de noviembre de 2017 en Ford Field en Detroit / Foto: Provincia Franciscana Capuchina

"Le decimos a cualquier familia que nos envíe un informe de favor... 'Es su historia, pero mantendremos la confidencialidad porque Roma también exige confidencialidad si vamos a presentarles algo'", argumenta Foley. "No revelamos nada sobre ningún caso individual."

El diagnóstico de los tumores de Mary

Un dolor abdominal severo apareció a finales de abril de 2024, mientras Mary estaba en el segundo año en la escuela secundaria católica Lansing, en Michigan. "Me caí al suelo. No podía moverme en absoluto... porque me dolía muchísimo", recuerda la adolescente.

Su madre explica la llamada entre lágrimas que recibió de Mary desde la escuela ese día y se preguntó qué podría estar causando sus síntomas en su hija.

"Le hice las preguntas básicas de una madre... pensando que era solo un virus estomacal o que estaba empezando su período o algo así", dice Susan Bartold, de 55 años, de DeWitt, una pequeña comunidad al norte de Lansing. Pero cuando el dolor de Mary continuó, "supe que algo andaba mal".

A principios de mayo, Mary se sometió a una tomografía computarizada y una ecografía, que revelaron un tumor de 7,3 cm en el ovario izquierdo y otro de 1,5 cm en el ovario derecho. "En ese momento, pensaron que eran quistes", dice Susan Bartold. "De repente, todo esto se volvió urgente, porque temían una torsión ovárica".

La torsión ovárica ocurre cuando el tejido que sostiene el ovario se retuerce dentro del cuerpo, interrumpiendo el suministro de sangre. Se considera una emergencia potencialmente mortal y, en ocasiones, también puede incluir la torsión de la trompa de Falopio.

"Le dijeron: 'Si esto es una torsión, perderás los ovarios. Si sientes algún tirón en el abdomen en cualquier momento, debes acudir a urgencias de inmediato'", explica Susan Bartold.

Mary Bartold, de 16 años y residente de DeWitt, juega con su perra, Jolene, en el patio trasero de su casa en DeWitt, Michigan / Foto: Matt Riedl, Diócesis de Lansing

"Para ella, todo esto la hizo pensar: 'No voy a poder tener hijos'", dice su madre Susan Bartold. "Analiza pensando y se da cuenta de que existe una gran posibilidad de perder uno o ambos ovarios. Y lo único que pudo decirnos fue: 'Quiero ser mamá'. Y aunque entendemos que hay otras maneras de ser una madre hermosa, para una joven de 16 años... fue muy, muy difícil".

Concertaron una cita para Mary en el Centro de Salud de la Universidad de Michigan y trabajaron con médicos católicos para asegurarse de que "entendiéramos lo que estaba sucediendo y que estábamos tomando decisiones morales que no estaban guiadas por creencias seculares", relata Susan Bartold.

Los médicos programaron la cirugía de Mary y determinaron que las masas en sus ovarios no eran quistes, sino tumores llamados teratomas, que generalmente son benignos. La primera fecha de cirugía disponible era el 2 de agosto.

"Mary estaba fuera de sí", dice Susan Bartold. "Y cada vez que intentábamos hablar y preguntarle si tenía alguna pregunta, se ponía a llorar y se marchaba".

Una nueva prueba muestra que los tumores "han desaparecido por completo"

Los padres de Mary hicieron una peregrinación a la tumba de Casey el 6 de julio, orando para que el beato Solanus Casey intercediera no solo sanando físicamente a Mary, sino también trayéndole paz "para poder recorrer este camino que el Señor había puesto delante de ella", explica Susan Bartold.

Hablaron con Mary sobre si estaría dispuesta a ser ungida con el sacramento de la unción de los enfermos para pedir que si es la voluntad de Dios, se le concediera la sanación espiritual o física, junto con paz y coraje para enfrentar la operación. Dijo que sí, y no puedo expresar lo emocionada que estaba", asegura Susan Bartold. "Ahí estaba mi corazón de madre".

Monseñor George Michalek realizó el rito el 14 de julio, y "se le veía bajar los hombros" de alivio al terminar, dice Susan Bartold. "Entonces le pregunté si estaba dispuesta a recibir oraciones de familiares y amigos, y también respondió que sí, lo cual fue muy importante para ella porque no quería que se lo contáramos a nadie. No quería que nadie lo supiera. Así que, de inmediato, contactamos a nuestra familia, amigos, comunidad y comunidad eclesial, y les pedimos que se unieran a nosotros en una novena al beato Solanus Casey y le pidieran que intercediera por su sanación.


El Cardenal Angelo Amato de Roma, Italia, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano y representante del Santo Padre inciensa la reliquia durante la beatificación del Padre Solanus Casey en Ford Field en Detroit el sábado 17 de noviembre de 2017 / Foto: Ryan Garza, Detroit Free Press

A medida que se acercaba la fecha de la cirugía de Mary, sus médicos le pidieron que se hiciera pruebas de diagnóstico por imágenes adicionales para reevaluar los tumores.

Susan Bartold recuerda haber llevado a Mary a Ann Arbor para una resonancia magnética en la madrugada del 30 de julio, que coincidió con el día de la fiesta de Casey.

"Mary dormía en el asiento trasero y eran las 4:30 de la madrugada", relata Susan Bartold. "Llueve a cántaros. Está muy oscuro. No hay luna, ni una sola estrella en el cielo, y hay un montón de obras alrededor. Solo recuerdo haber dicho en voz alta: 'Solanus, este es tu día festivo. Hago esto por ti. Sé que tienes una gran noticia'".

Luego añade: “Esa noche los resultados de la resonancia magnética de Mary aparecieron en su portal electrónico para pacientes, lo que hizo reflexionar a la familia. Parecía como si los tumores de Mary hubieran desaparecido. Los leí y le dije a Rick: ‘Parece que no hay nada. Pero no sé... Esperaremos a que nos llame el médico’.

Al día siguiente, el teléfono sonó poco antes del mediodía.

La doctora de Mary "estaba eufórica", dice Susan Bartold. "Me dijo: 'No hay nada. Han desaparecido los tumores... Disculpa que haya tardado tanto en llamar, pero hablé con el radiólogo... y luego con otro radiólogo. Quería asegurarme de que le estaba dando la noticia correcta. Podemos cancelar la cirugía'".

Al principio Mary no lo podía creer. "Pensé que era un error", dice. Pero a medida lo asimiló plenamente, añadió: "Simplemente me sentí agradecida. No tuve que operarme".

Los informes sobre los favores de Casey continúan llegando

Desde 2018, Foley del Centro Solanus Casey dijo que ha habido al menos 300 informes de favores que los fieles católicos han presentado para revisión y documentado como relatos de la intercesión de Casey.

Foley detalló el proceso que ocurre cuando los informes de favores como el de Mary involucran la curación de condiciones médicas.

"Los enviamos a médicos certificados", explica Foley. "Nos consultan sobre si debemos obtener los historiales médicos. Si investigamos los historiales médicos y se determina que no hay una explicación médica, los enviamos a Roma. Ellos son quienes deciden qué hacer con ellos.

"Ese es el procedimiento que seguimos con todos los informes de favor que recibimos".

El abogado Will Bloomfield, asesor general de la Diócesis de Lansing y ex fiscal general adjunto de Michigan, revisó los documentos médicos de Mary.

Le dijo al Detroit Free Press que está "satisfecho de que el informe médico del 16 de mayo de 2024 haya revelado dos teratomas: uno, una masa quística compleja más grande (7,3 cm) en el anexo izquierdo". El otro, dijo, era "una pequeña masa hipoecoica irregular de 1,5 cm en el ovario derecho, también probablemente un teratoma".

Bloomfield confirmó que también revisó el informe de la resonancia magnética a la que se sometió Mary en julio de 2024. Este no reveló evidencia de masa ovárica ni anexial.

Una exploración de seguimiento realizada seis meses después, el 13 de febrero de 2025, tampoco encontró evidencia de tumores.

"Nos olvidamos del poder de la oración, y esto es sólo un testimonio del poder de la oración", dice Susan Bartold.

El Papa Francisco reconoció un milagro previo de Casey en 2017. Una mujer con una afección cutánea genética oró ante la tumba de Casey en Detroit y sanó milagrosamente. Si el Vaticano reconoce otro milagro, impulsaría aún más la canonización de Casey. 

La familia de Mary aboga firmemente por que reciba esa categoría. Mary declaró a la Diócesis de Lansing que se sentiría honrada si su historia fuera la que llevó a Casey a la santidad. "Merece ser canonizado", afirma.

 Vídeo en inglés del testimonio de su curación de Mary Bartold y sus padres

lunes, 7 de abril de 2025

La curación inexplicable de una joven, de 18 años, de hidrocefalia triventricular idiopática, el milagro aprobado por el Papa Francisco para la canonización de Madre Carmen Rendiles, primera santa venezolana


Cuadro de la beata Madre Carmen Rendiles en la Misa en su memoria, el 9 de mayo de 2019

Camino Católico.- El Papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce un segundo milagro por intercesión de la religiosa venezolana Carmen Elena Rendiles Martínez, cuyo nombre religioso era María del Monte Carmelo, aunque popularmente se le llama Madre Carmen Rendiles o Madre Carmen de Venezuela. Vivió entre 1903 y 1977 y fue la fundadora de las Siervas de Jesús de Venezuela.

Se confirma así un rumor que venía circulando desde hace un par de semanas. En 2019 se adelantó de forma no oficial que se presentaba en Roma la curación inexplicable de una joven de Caracas de 18 años.

Se trata de una joven diagnosticada en 2015 de hidrocefalia triventricular idiopática, que requirió la colocación de una válvula de derivación. Sometida a varias operaciones y a hospitalización, su estado de salud se deterioró.

Un día, una tía de la joven, que participaba en una celebración eucarística ante la tumba de la Madre Carmen, rezó por su recuperación. Otros fieles pidieron entonces a Madre Carmen que desde el Cielo intercediera. También la misma joven participó en una misa en su sepultura, en la capilla del Colegio Belén de Caracas.

Tras tocar una imagen de la monja, la enferma mejoró rápidamente, hasta el punto de que pronto comenzó a caminar y a comunicarse, expresando el deseo de ir a dar las gracias a la Madre Carmen. La recuperación de la joven fue completa, estable y duradera, y el suceso se juzgó inexplicable desde el punto de vista científico.

Canonización con el Doctor Gregorio: dos venezolanos

Hay que recordar que el 25 de febrero el Papa también firmó el decreto para canonizar al médico venezolano José Gregorio Hernández (1864-1919), sin requerir un segundo milagro para ello, por considerar que su veneración popular se había extendido por todo el mundo.

Se espera que la Iglesia ahora comunique la fecha y lugar de celebración de estas canonizaciones. Casi seguro se celebrarán ambas a la vez, si bien queda por ver si tienen lugar en Roma, con otras canonizaciones, o si se celebrará en Venezuela.

La pequeña Yuxury recibió una bala en la cabeza, perdió sangre y masa encefálica, tiene una lesión cerebral... y está perfectamente bien...

Madre Carmen y el doctor Gregorio serán los primeros venezolanos en ser proclamados santos para la Iglesia universal.

Madre Carmen de Venezuela fue la tercera mujer de Venezuela en haber sido declarada beata, después de Madre María de San José (Laura Alvarado Cardozo, agustina recoleta, 1875— 1967) y Madre Candelaria (Susana Paz-Castillo Ramírez, 1863-1940, fundadora de las Hermanas Carmelitas Venezolanas, lea aquí el milagro a un bebé por su intercesión en 1995).

El milagro para la beatificación: una cirujana

El primer milagro atribuido a la intercesión de Madre Carmen, necesario para la beatificación, fue muy difundido, e incluso se cuenta con detalle en un documental. Madre Carmen, que nació sin un brazo, habría sido la intercesora en la curación permanente e inexplicable desde la ciencia del brazo de la doctora Trinette Durán de Branger. Los hechos sucedieron el 18 de julio de 2003, en el Colegio Belén en Los Palos Grandes, colegio fundado por la Madre Carmen.

El documental Madre Carmen de Venezuela, de una hora de duración, se filmó en 2018, aunque debido a la pandemia del coronavirus tardó más en difundirse.

El documental fue dirigido por Javier Melero De Luca y producido por Gustavo Alemán. Melero explicó a la agencia Aciprensa que veía a Madre Carmen como una mujer del siglo XX, no una figura lejana y medieval, capaz de dar sentido al sufrimiento y de construir un futuro "con fe y esperanza".

Recogía el testimonio de la mujer cirujana venezolana Trinette Durán de Banger, que es a la vez una mujer de ciencia y de fe. Usa también las imágenes reales de la ceremonia de beatificación. También incluye una entrevista al cardenal Jorge Urosa, de 2019, ya emérito, quizá la última que concedió a cámaras de cine o TV. Murió por el coronavirus en septiembre de 2021.  

A la derecha de la imagen, la cirujana venezolana Trinette Durán de Bangerbeata que fue la protagonista del primer milagro que hizo beata a la Madre Carmen Rendiles

La historia de Carmen Rendiles

Carmen Rendiles nació en Caracas en 1903. Nacer sin un brazo nunca la ralentizó: vivió hasta los 73 años y fundó las Siervas de Jesús en Venezuela, que hoy cuenta con unas 100 religiosas y unas 20 comunidades en Ecuador, Colombia y Venezuela. En 2018 fue beatificada en Caracas y su fiesta se celebra el 9 de mayo.

A los 15 años ya sentía una fuerte vocación a la vida consagrada e ingresó con 24 años en las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, en la capital venezolana. A los 33 años era maestra de novicias y a los 44 superiora de la casa madre en Venezuela. Impulsó la fundación de varios colegios por el país.    


           Madre Carmen Rendiles será canonizada

Tras el Concilio Vaticano II, considerando que desde la matriz de la congregación en Francia se realizaban reformas que afectaban al carisma fundacional, con el apoyo de los obispos venezolanos, especialmente del cardenal José Humberto Quintero, impulsó una nueva congregación, las Siervas de Jesús de Venezuela, que nació oficialmente en 1965. Carmen Rendiles fue nombrada Superiora General, cargo que desempeñó con dedicación hasta su fallecimiento. Tras un accidente de coche en 1974, pasó los tres últimos años de su vida en silla de ruedas. Murió el 9 de mayo de 1977.    

domingo, 2 de febrero de 2025

Audelia Parra estaba al borde de la muerte y se curó por intercesión de la beata italiana Vicenza Maria Poloni, que será santa por este milagro aprobado por el Papa Francisco


La chilena Audelia Parra, que hoy tiene 75 años, con una imagen de la beata italiana Vicenza Maria Poloni por cuya intercesión fue curada cuando iba a morir 

* «Fue muy grande lo que pasé. Fue muy terrible, era un dolor tremendo. Pienso que fue el milagro más grande que ella hizo. Por ella estoy aquí. Mi Diosito me hizo llegar a la casa»


Vídeo de
Meganoticias en el que se cuenta el milagro que obró la beata italiana Vicenza Maria Poloni en la chilena Audelia Parra

Camino Católico.- La chilena Audelia Parra estaba al borde de la muerte cuando su nieto invocó la intercesión de la beata italiana Vicenza Maria Poloni para salvarla. El lunes, 27 de enero el Papa Francisco aprobó la promulgación de un decreto que reconoce un "milagro" que hace santa a la beata Vicenza María Poloni.

Audelia Parra, hoy de 75 años, vive en la pequeña comuna de Quilleco, región del Biobío de Chile, de apenas 10 mil habitantes. Fue el  16 de diciembre de 2013, cuando Audelia Parra ingresó al Complejo Asistencial Doctor Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles para someterse a una colecistectomía laparoscópica programada que luego se complicaría de forma severa.

Durante la operación surgieron síntomas de hipotensión y taquicardia, junto con algunas dificultades que requirieron una "cirugía abierta de emergencia". Luego, la paciente sufrió una laceración aórtica con shock hemorrágico.

Ante el complejo panorama, los médicos informaron a la familia que esperaban un fatal desenlace. Sin embargo, Álvaro Martínez Leal, el nieto de Audelia, quien en esa época se preparaba para ser sacerdote, invocó la intercesión de Vicenza Maria Poloni para salvarla.

"El doctor dice: 'yo no tengo explicación médica ni científica para decir esto pasó'. Me dice a mí que esto realmente es un milagro. Estamos muy contentos con la noticia. Siento que esto, como dice el evangelio de San Juan, se realiza para manifestar la gloria de Dios. Es un testimonio que queremos divulgar para que muchos crean que Dios sigue obrando y pasando por nuestra historia", dice Álvaro Martínez Leal, que actualmente ya es sacerdote.

El nieto de Audelia Parra, Álvaro Martínez Leal, que actualmente ya es sacerdote, es quien invocó la intercesión de la beata italiana Vicenza Maria Poloni pidiendo la curación de su abuela

Aunque la fecha de canonización aún no ha sido definida, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, confirmó que la recuperación de la adulta mayor fue suficiente para declarar a la beata como santa.

"Este milagro es un regalo de Dios para la iglesia y un signo elocuente para tantos hombres y mujeres que a veces se han alejado de la fe o han perdido la esperanza", reflexiona el padre Álvaro Martinez.    

Además explica que cuando su abuela ya se sanó, contactó a las Hermanas de la Misericordia en Quilleco, en donde se encontraba la imagen de la beata Vicenza María Poloni, y le contó acerca del milagro. 

"Les digo que yo pedí a la madre Vicenza María Polini la intercesión para que Dios hiciera este milagro. Ellas me dicen que presente la causa a la congregación de las Hermanas de la Misericordia en Verona (Italia). Ellas tomaron los antecedentes y se lo presentaron al postulador de la causa, al padre Tiziano Bonomi", cuenta el nieto.

Tras ello, la Iglesia Católica realizó una extensa investigación de años que concluyó el lunes 27 de enero con el decreto que determina que se trata de un milagro, que lleva a la canonización a Vicenta María Poloni. Por su parte, a 12 años de los hechos, la mujer que recibió el milagro continúa con vida y en buen estado de salud.   

Audelia Parra ante una imagen de la beata italiana Vicenza Maria Poloni dando gracias por el milagro que obró en ella junto a familiares

En conversación con Meganoticias, Audelia expresa que "pienso que fue el milagro más grande que ella hizo. Por ella estoy aquí. Mi Diosito, que me hizo llegar a la casa".

Sobre los días en que estuvo internada en el hospital, momentos en que casi perdió la vida, recuerda que "eso sí que fue muy grande lo que pasé. Fue muy terrible, era un dolor tremendo".

Su nieto, el padre Álvaro, por su parte, contó que invocó la intercesión divina y que "ahí comenzó una cadena de oración con la comunidad parroquial y de los amigos, conocidos, vecinos, familiares, para que pudiéramos pedir por la salud de mi abuelita, porque el pronóstico era lapidario".

¿Quién fue Vicenza María Poloni?

La beata italiana Vicenza Maria Poloni

Vicenza María Poloni nació el 26 de enero de 1802 en Verona, Italia. Creció en una familia profundamente cristiana que enfrentó grandes adversidades, como la pérdida de nueve de los doce hijos del matrimonio. Su infancia estuvo marcada por el ejemplo de generosidad de su padre, quien participaba activamente en obras benéficas.

A lo largo de su vida, Vicenza mostró un profundo compromiso con los más necesitados. Durante una epidemia de cólera, su labor fue más que un acto de caridad: era una manifestación del amor divino. Su director espiritual, Carlos Steeb, la alentó a fundar el Instituto de las Hermanas de la Misericordia en 1840. Con el lema de servir a Cristo a través del cuidado de los desfavorecidos, la congregación se expandió rápidamente, dejando un legado que perdura hasta hoy.

Las Hermanas de la Misericordia en Quilleco, Chile

Desde mediados de los años 90, las Hermanas de la Misericordia tuvieron una misión en la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Quilleco, Chile. Allí catequizaron, apoyaron a la comunidad y promovieron la veneración de su fundadora. Aunque la misión concluyó en 2013, el carisma de la congregación dejó una huella profunda. Este vínculo espiritual se fortaleció con el milagro ocurrido en 2013 y con otros testimonios recientes de sanaciones atribuidas a la intercesión de Vicenza María Poloni.

Con la confirmación del Vaticano, la comunidad de Quilleco se prepara para celebrar este acontecimiento histórico que refuerza su fe y conecta a una pequeña localidad chilena con una figura universal de santidad.

viernes, 27 de diciembre de 2024

El padre Juan Manuel Gutiérrez cuenta el milagro que obró en él Pier Giorgio Frassati: «Al rezar no pedía sanación, pedía la ayuda de Dios en mi lesión y sentí una sensación de calor en el área de la lesión de mi talón»


El padre Juan Manuel Gutiérrez protagonista del milagro de Pier Giorgio Frassati, muestra una imagen del nuevo santo / Foto: Arquidiócesis de Los Ángeles

* «Por inspiración en oración, decidí hacer la novena a Pier Giorgio Frassati, y ese mismo día la comencé. Después de unos días de comenzar mi novena, fui a orar a la capilla del seminario. Estaba yo solo, no había nadie más, y me arrodillé para orar. Y mientras hacía mi oración, comencé a sentir una sensación de calor en el área de la lesión de mi talón. Inicialmente pensé que se debía a un incendio, que tal vez una salida eléctrica estaba incendiándose, y como tenemos libros debajo de las bancas, pensé que tal vez el incendio se debía a eso. Pero cuando revisé, no había ninguna señal de fuego, no había ningún olor a quemado, y comencé a notar que la sensación de calor era en el área de mi herida, del desgarro» 

Vídeo de la EWTN en el que el padre Juan Manuel Gutierrez cuenta el milagro que el beato Pier Giorgio Frassati obró en él

* «Me regresé al seminario. Me dio mucha alegría, me dio mucha emoción, pero al mismo tiempo no quería llamar la atención a mí mismo, entonces traté de mantenerlo lo más secreto posible. Yo pensaba que este secreto, por así decirlo, me lo iba a llevar a la tumba. Sí prometí durante mi novena que si algo inusual sucedía, yo lo iba a reportar a quien sea que necesitara reportarlo, pero nunca me imaginé que esto iba a convertirse en el milagro que el Vaticano aceptaría para la canonización de Pier Giorgio»

Camino Católico.-  Juan Manuel Gutiérrez es un sacerdote de origen mexicano que ahora sirve en la Arquidiócesis de Los Ángeles, la más grande y probablemente la más diversa en Estados Unidos. Su nombre hace ahora parte de la historia de un joven italiano, el Beato Pier Giorgio Frassati, quien falleció a los 24 años y que el próximo año, durante el Jubileo de 2025, será declarado santo gracias al milagro obrado por su intercesión en el cura de 38 años, quien cuenta como sucedió su curación.

El 25 de noviembre de este año, el Papa Francisco aprobó el decreto del milagro obrado por intercesión de Frassati en el P. Gutiérrez cuando era seminarista, puesto que fue ordenado sacerdote en junio de 2022.

“Yo me declaraba ateo”

“Mi familia mexicana era católica, mi madre era una mujer muy católica, pertenecía al grupo de las guadalupanas en la iglesia (…) Hice mis sacramentos de niño, mi Primera Comunión, el Bautismo, la Confirmación, pero a la edad de 14 años más o menos yo comencé a separarme de la Iglesia al punto de que dejé de asistir a Misa, dejé de orar”, relata el sacerdote, en entrevista con EWTN Noticias.

“Incluso comencé a creer que Dios no existía, que era un invento humano que, como dicen algunos filósofos, era como una droga de las masas para controlarlas. Y me aparté de la Iglesia, por muchos años no fui a Misa. Y yo me declaraba ateo, que no creía en Dios”, prosigue.

Sus padres se separaron cuando él tenía apenas dos años. Su madre se quedó en Texcoco, al noreste de la Ciudad de México. Su padre se mudó a Omaha, Nebraska (Estados Unidos). A sus 19 años, decidió reunirse con su padre y, estando allá, “por providencia de Dios también alguien me invitó a un retiro, al que no quería ir, pero terminé yendo y ahí comenzó mi regreso a la Iglesia”.

Quería estar convencido en la fe y comenzó a estudiar la historia de la Iglesia, la de Jesús, y descubrió que “hay mucha evidencia histórica, incluso no católica, no religiosa, que da razones para creer que Jesús caminó por la tierra”.

“Y lo que me convenció de permanecer católico es la realidad de que Jesús está presente en la Eucaristía, que incluso con la investigación de los milagros eucarísticos se ha comprobado científicamente. Cuando comencé a encontrar toda esa evidencia, todas mis objeciones en contra de la fe y de la religión fueron cayendo una tras otra”.

Juan Manuel Gutiérrez (sexto desde la izquierda) como diácono con amigos y feligreses de la Iglesia de San Juan Vianney en Hacienda Heights, donde sirvió durante su año de internado en el seminario / Foto: Arquidiócesis de Los Ángeles

El ingreso al seminario tras “pelear con Él por mucho tiempo”

Según refiere Ángelus News, el P. Gutiérrez comenzó su formación para el sacerdocio cuando tenía 26 años, en el 2013, en la Casa de Formación Juan Diego de la Arquidiócesis de Los Ángeles. Se graduó en 2017 y junto a sus compañeros pasaron luego al St. John’s Seminary para proseguir con su formación sacerdotal.

“Fue una pelea muy larga con el Señor, porque yo tenía otros planes, planes buenos en mi opinión, católicos, de tener mi familia, tener mis hijos, dedicarme al ministerio o cualquier oportunidad que tuviera, pero nunca me pasó por la cabeza ser sacerdote”, comparte con EWTN Noticias.

No fue sino hasta que “por la providencia de Dios, de diferentes direcciones me venían esas preguntas, sacerdotes que me conocían, gente de la parroquia que me veía ir a Misa todos los días, estar involucrado en diferentes actividades de mi iglesia”.

“Incluso en la oración el Señor comenzó a presentar la propuesta de una vocación al sacerdocio y después de pelear con Él por mucho tiempo, como dijo Jeremías, ‘Señor, tú me has seducido’ y yo me dejé seducir, decidí darme la oportunidad de entrar al seminario”, recuerda.

El calor, el Espíritu Santo y el milagro de Pier Giorgio Frassati

En octubre de 2017, mientras jugaba básquet con otros seminaristas, Gutiérrez sufrió el desgarro del tendón de Aquiles. El día 31 una resonancia magnética reveló la lesión y el 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, decidió rezar una novena al Beato para pedirle ayuda con su dolencia.

“Por inspiración en oración, me llegó hacerla a Pier Giorgio Frassati, y ese mismo día la comencé. Después de unos días de comenzar mi novena, fui a orar a la capilla del seminario. Estaba yo solo, no había nadie más, y me arrodillé para orar. Y mientras hacía mi oración, comencé a sentir una sensación de calor en el área de la lesión de mi talón”.

“Inicialmente pensé que se debía a un incendio, que tal vez una salida eléctrica estaba incendiándose, y como tenemos libros debajo de las bancas, pensé que tal vez el incendio se debía a eso. Pero cuando revisé, no había ninguna señal de fuego, no había ningún olor a quemado, y comencé a notar que la sensación de calor era en el área de mi herida, del desgarro”, continúa el sacerdote.

El P. Juan Manuel Gutiérrez en conferencia de prensa, sobre el milagro de Pier Giorgio Frassati, en Los Ángeles / Foto: Arquidiócesis de Los Ángeles

“Y comencé a recordar que en muchas espiritualidades católicas, como la carismática, se describe que cuando el Espíritu Santo está haciendo una sanación en una persona, la persona describe la sensación de calor”.

El sacerdote confiesa que no creyó que fuera posible que estuviera sanando, “no porque Dios no tuviera el poder de hacerlo, sino porque yo creía que no tenía la fe para algo así y eso me conmovió profundamente, y me movió a las lágrimas. Y después de que terminé de orar ese día, seguí con mis actividades normales”.

La sorpresa del médico: “Alguien arriba cuida de ti”

Desde que sufrió la lesión el P. Gutiérrez usaba una tobillera, pero dejó de usarla tras lo ocurrido en la capilla. El 15 de noviembre, seis días después de haber terminado su novena, fue a ver al médico cirujano que lo iba a operar

El sacerdote dice que el cirujano veía las imágenes de la herida en la computadora, le hizo la prueba de Thompson, con la que se comprueba la rotura, pero no encontraba nada y además, el entonces seminarista simplemente no sentía dolor en la zona que había sido afectada.

El médico le dijo entonces que la cirugía parecía que no iba a ser necesaria. “Y yo le pregunté por qué y me dijo que al examinarme, al tratar de tocar con su dedo el lugar de la fisura, él tenía que poder tocar el hoyo, la fisura que deja el desgarre, pero no podía, no lo encontraba. Y como él sabía que era seminarista, solamente recuerdo que me dijo ‘debe haber alguien allá arriba que cuida de ti’”.

“Y cuando él me dijo eso, sentí como un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo porque en ese momento recordé el evento de la capilla donde yo tuve la sensación de calor en el área de mi herida, del desgarre. Y recordé mi novena al Beato Pier Giorgio Frassati”.

El médico le dijo que la resonancia era correcta, sí se veía el 31 de octubre una ruptura en el tendón de Aquiles, que ese tipo de lesiones no se curaban solas sino que, al contrario, empeoraban con el tiempo. Luego, a pedido del entonces seminarista de 31 años, le entregó los documentos médicos del caso porque simplemente no requería de ninguna atención.

“Me regresé al seminario. Me dio mucha alegría, me dio mucha emoción, pero al mismo tiempo no quería llamar la atención a mí mismo, entonces traté de mantenerlo lo más secreto posible”. De hecho no lo comentó ni siquiera con su familia, sólo con unas cuantas personas.

La oficina del Padre Juan Gutiérrez en la Iglesia de San Juan Bautista en Baldwin Park, California, tiene varias fotos de santos y beatos en su juventud: San Pío Pietrelcina, el Beato Carlo Acutis, el Venerable Fulton Sheen y San José Sánchez del Río / Foto: John Rueda - Arquidiócesis de Los Ángeles

Su relación con Pier Giorgio Frassati: “Una amistad que no se puede describir”

El sacerdote recuerda que cuando rezó la novena “no pedía sanación, pedía la ayuda de Dios en mi lesión. Y pensaba inicialmente hacerla a todos los santos, porque se me ocurrió, ‘bueno, hoy es el día de la Solemnidad de Todos los Santos y necesito toda la ayuda que pueda recibir’. Pero después recibí esa inspiración que me decía, ¿por qué no le haces la novena al Beato Pier Giorgio Frassati? Y me sorprendió un poco, pero me pareció buena idea, y por eso se la hice a él”.

“Yo pensaba que este secreto, por así decirlo, me lo iba a llevar a la tumba. Sí prometí durante mi novena que si algo inusual sucedía, yo lo iba a reportar a quien sea que necesitara reportarlo, pero nunca me imaginé que esto iba a convertirse en el milagro que el Vaticano aceptaría para la canonización de Pier Giorgio”.

Una de las personas con las que compartió lo sucedido fue un profesor suyo, quien luego llevó el caso ante el Vaticano. Ahí se decidió abrir la investigación formal.

Tras señalar que la investigación que realiza el Vaticano, en la que participó uno de sus profesores en el seminario, es “extremadamente rigurosa”, el P. Juan Manuel Gutiérrez comenta que “el Señor es el que escogió regalarme esta conexión, esta amistad con Pier Giorgio. Y fue el Señor que planeó que de todos los milagros y las gracias que la gente ha recibido alrededor del mundo por la intercesión de Pier Giorgio, fuera este el evento que llevara a su canonización”.

Sobre su relación con el futuro santo italiano, el sacerdote afirma que “es como una amistad que no se puede describir. Uno tiene amistades humanas, buenas y demás, pero esto es algo diferente. Es algo que me llena de alegría, que me llena de paz, que también me reta ahora como sacerdote a ser un mejor testigo de ser cristiano”.

El cura mexicano resalta además que “Pier Giorgio era muy amante de escalar en las montañas, de ir de caminata a las montañas. Y no era una cualidad que yo creía tener mucho, pero es algo que poco a poco estoy abrazando un poco más y siento, cuando lo he hecho y he ido a las montañas a caminar, siento incluso su cercanía”.

“También ser valiente: que el cristianismo que uno vive también llegue a manifestarse en áreas sociales de la vida, porque es algo que él hizo mucho. A su corta edad, en su juventud, él sabía que su cristianismo no era nada más para quedarse dentro de las paredes de la iglesia. En su vida social, en el contexto de la sociedad, de la política, de su país, él sabía que los valores del evangelio, del cristianismo, tenían que influenciar esas áreas de la vida humana”, remarca el P. Gutiérrez.

Al hablar sobre la canonización en el Jubileo de 2025, el sacerdote de Los Ángeles afirma que “una vez más, la providencia, la mano del Señor que escribe nuestra historia está por todas partes, porque el año que viene también se celebra el aniversario número 100 de la muerte de Pier Giorgio”. Es “un regalo de la providencia de Dios que es sorprendente”, agrega.

“Estoy esperando ir, esta es mi esperanza, poder ir”, concluye.

¿Quién fue el Beato Pier Gorgio Frassati?

Pier Giorgio Frassati nació el 6 de abril de 1901, Sábado Santo. Era hijo del fundador y director del periódico italiano La Stampa.

Los restos de Pier Giorgio Frassati en la Catedral de Turín / Foto: Geobia (CC BY-SA 4.0)

A los 17 años se unió a la Sociedad de San Vicente de Paúl y dedicó gran parte de su tiempo libre a cuidar a los pobres, los sin techo y los enfermos, así como a los excombatientes que volvía de la Primera Guerra Mundial.

Frassati también estuvo involucrado en el Apostolado de la Oración y Acción Católica. Comulgaba todos los días

Frassati murió de polio el 4 de julio de 1925, enfermedad que habría contraído cuando cuidaba a los enfermos. Tenía sólo 24 años.

Juan Pablo II, quien beatificó a Frassati en 1990, lo llamó “un hombre de las ocho bienaventuranzas,” describiéndolo como “totalmente inmerso en el misterio de Dios y totalmente dedicado al servicio constante de su prójimo”.

El Papa Francisco elogió a Frassati por compartir el amor de Jesús con los pobres en un discurso el 24 de junio de este año: “Pier Giorgio era de una familia acomodada de clase media alta, pero no creció ‘envuelto en algodón’, no se perdió en la ‘buena vida’, porque en su interior había la savia del Espíritu Santo, había amor por Jesús y por sus hermanos”.