Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida dejando a Jesucristo ser quien ocupe el lugar central.
Elige tu idioma
Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:
Paulo Gontijo, el domingo 20 de octubre de 2024, participando en la canonización de Elena Guerra en la plaza de San Pedro del Vaticano
* «Lo único que recuerdo es que dije: ‘Dios mío’. Me desmayé y estuve 27 días en coma. Mi recuperación comenzó cuando la gente pidió la intercesión de Santa Elena Guerra. Jesús me levantó para que pudiera venir acá para la canonización de Elena Guerra. Lo que pasó es muy importante, es mi segunda vida gracias a Elena Guerra»
Camino Católico.- El milagro que posibilitó la canonización de la italiana Santa Elena Guerra, fundadora de las Hermanas Oblatas del Espíritu Santo, el domingo 20 de octubre de 2024, sucedió en la ciudad de Uberlandia (Brasil). En el año 2010, Paulo Gontijo que tenía 49 años cayó de un árbol, mientras podaba, desde una altura de 6 metros se golpeó la cabeza, lo llevaron de urgencia al hospital, y en el quirófano lo operaron. La situación del paciente se fue haciendo cada vez más grave y fue trasladado a cuidados intensivos. Siguió empeorando y los médicos declararon muerte cerebral. El protagonista de esta curación inexplicable cuenta a la EWTN cómo la vivió.
Paulo Gontijo estuvo 27 días en coma hasta que aconteció el milagro obrado por intercesión de Elena Guerra
“Lo único que recuerdo es que dije: ‘Dios mío’. Me desmayé y estuve 27 días en coma. Mi recuperación comenzó cuando la gente pidió la intercesión de Santa Elena Guerra, que ya no es una beata sino una Santa. Todo el mundo de mi diócesis, de mi barrio, de mi calle, de la ciudad estuvo rezando en el hospital, haciendo novenas por la beata Elena Guerra, rezando el rosario del Espíritu Santo”, relata Paulo
Cuando los médicos determinaron su muerte cerebral, debido a la gravedad de la situación la familia pidió al padre William Eurípedes que le impartiera el sacramento de la Unción de los Enfermos quien explica cómo actuó:
“Estando ya Paulo Gontijo en muerte cerebral, puse tres gotas de la sangre preciosa de Jesús en su boca e inmediatamente al instante ví ocurrir allí el milagro: abrió los ojos y movió bruscamente su cuerpo. Justo unos días después de esta reacción abrupta, misteriosa y milagrosa, Paulo estaba de pie, casi listo para regresar a casa”.
El padre William Eurípedes impartió el sacramento de la Unción de los enfermos y puso en la boca de Paulo Gontijo tres gotas de la sangre preciosa de Jesucristo cuando estaba en coma y entonces empezó a reaccionar
Pasados 14 años desde su curación Paulo Gontijo tuvo la alegría de participar de la misa de canonización de Elena Guerra con su familia y amigos de la Diócesis de Uberlandia, en la plaza de San Pedro en el Vaticano:
“Nunca imaginé que algún día estaría aquí, pero gracias a la intercesión de la beata Elena Guerra y a la preciosa sangre de Jesús me levanté. Jesús me levantó para que pudiera venir acá para la canonización de Elena Guerra. Lo que pasó es muy importante, es mi segunda vida gracias a Elena Guerra. Morí y resucité gracias a la sangre misericordiosa que el sacerdote llevó, pero fue gracias a la intercesión de la beata Elena Guerra que estoy aquí en Roma en este momento”, dice Paulo.
Paulo Gontijo, el domingo 20 de octubre de 2024, con religiosas participando en la canonización de Elena Guerra en la plaza de San Pedro del Vaticano
Elena Guerra conocida como apóstol del Espíritu Santo vivió en el siglo XIX, nació en la ciudad de Luca, en Italia, y fue fundadora de la congregación de las Oblatas del Espíritu Santo.
Paulo Gontijo, emocionado, agarrado a la cama donde durmió durante años la Santa Elena Guerra
Un momento especial para Paulo en su viaje fue conocer el primer convento de las Oblatas donde vivió Santa Elena Guerra y la habitación donde ella murió. Así lo relata: “Es una gran emoción estar aquí sosteniendo esta pequeña cama donde vivió durante muchos años, durmió y se arrodillaba aquí cada noche para rezar. Saber que ella vivió aquí todos esos años y que intercedió por mi vida. Si no hubiera pedido su intercesión por mi vida no estaría aquí. Ella es el apóstol del Espíritu Santo”, concluye Pulo.
En Brasil hay mucha devoción a Santa Elena guerra porque ella es la patrona de la Renovación Carismática Católica del país.
Sorino Yanomami con la hermana Felicita Muthoni, monja keniana perteneciente a la Orden de la Consolata, que fue la primera que lo atendió cuando sufrió el ataque del jaguar
* «Cuando volví del hospital, era como los demás yanomamis: trabajaba, cultivaba los campos, pero ahora ya no puedo trabajar, porque soy viejo. Solo trabajo por la mañana temprano y, cuando el sol está alto, me voy a casa. Pero me siento bien»
Vídeo en el que Sorino Yanomami está con Misioneros de la Consolata que cantan
Camino Católico.- El domingo 20 de octubre del 2024, en el parvis de la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco ha canonizado a Manuel Ruiz López y siete compañeros de la Orden de Frailes Menores, y Francisco, Mooti y Rafaele Massabki, fieles laicos, todos ellos conocidos como los Beatos mártires de Damasco; además también canonizará a la Beata Marie-Léonie Paradis, a la Beata Elena Guerra y al Beato José Allamano, sacerdote, fundador de los Institutos de los Misioneros de la Consolata y de las Hermanas Misioneras de la Consolata. Una milagrosa recuperación tras el ataque de un jaguar, atribuida a la intercesión de José Allamano, llevó al Papa a reconocerlo como santo.
El 7 de febrero de 1996, la hermana Felicita Muthoni, monja keniana perteneciente a la Orden de la Consolata, se encontraba en el dispensario de la misión de Catrimatini, a orillas del río Catrimatini, en plena selva amazónica. Allí, junto con otros misioneros, atiende al pueblo yanomami, una etnia indígena que vive en la selva entre Brasil y Venezuela.
Aquella mañana, vio cómo un hombre la llamaba para explicarle que Sorino Yanomami, su yerno, había sido atacado por un jaguar. El animal, una hembra, le había cogido por sorpresa, golpeándole el cráneo con un violento zarpazo. Sin embargo, el hombre no perdió el conocimiento, se apartó, se levantó y consiguió mantener a raya al animal con su arco y gritó pidiendo ayuda. Los que estaban cerca de él acudieron, provocando la huida del felino.
Sorino Yanomami en su casa junto a un Misionero de la Consolata
La hermana Felicita, enfermera del dispensario, acudió rápidamente al lugar del accidente para prestar los primeros auxilios, pero la situación era peor de lo que había imaginado. Sorino, medio inconsciente, yacía en un charco de sangre.
De su cráneo, bajo un trozo de cuero cabelludo arrancado por las garras de la bestia, sobresalía ahora una pequeña masa encefálica blanca. La monja reaccionó rápidamente, volviendo a colocar con cuidado el material en el cráneo del pobre hombre y luego en su cuero cabelludo. Pero la sangre seguía manando profusamente, y tuvo que hacer una compresa improvisada con lo único que tenía en ese momento: su camisa.
El pesimismo del cirujano
Finalmente, Sorino es trasladado en coche a la misión. Los lugareños no entienden cuando la hermana Felicita Muthoni anuncia que quiere llevar al herido al hospital. Ya pensaban que iba a vivir en el "otro mundo" y querían que muriera en su propia tierra. Resistiendo a las amenazas y prestándole más cuidados, la monja insiste y obtiene permiso para llevarlo en avión a Boa Vista, la capital regional.
Pero antes de que el avión despegara, algunos de los yanomami presentes declararon que si su camarada moría en la ciudad, lejos de la selva y entre los "blancos", matarían con sus flechas a los misioneros presentes en Catrimani. Cuando llegó al hospital, el Dr. José Nunes da Rocha se hizo cargo de él, pero se mostró pesimista, como contó más tarde: "La situación de Sorino era muy grave y el paciente respiraba con dificultad […] no teníamos mucha fe en la curación, porque la forma en que estaba infectado, pútrida y en un lugar tan "noble" como el cerebro, podía provocar encefalitis y meningitis. Así que no teníamos muchas esperanzas, pero había llegado vivo y teníamos que tratarlo, haciendo todo lo posible".
Sorino Yanomami junto a Helena Yanomami
Confiado a la intercesión de Giuseppe Allamano
En coma, Sorino fue operado bajo anestesia, con la herida abierta. Finalmente se despertó y hubo que seguir operándole, pero parecía haberse recuperado y era capaz de comunicarse.
El argentino Facundo Sánchez, Misionero de la Consolata, cuenta a Vatican News el momento en que confirmaron que se había producido el milagro: “Después de 10 días Sorino despertó sin ninguna secuela, justo era la semana donde estaba la novena a nuestro Fundador, al beato José Allamano y las hermanas y los misioneros pusieron a Sorino en las manos del fundador y una estampita con una reliquia debajo de la almohada donde estaba Sorino en el hospital. Después de dos meses y medio Sorino volvió a la comunidad aborigen el 8 de mayo de 1996 sin problema a continuar una vida normal, sorprendió a los médicos y sorprendió a los misioneros por este milagro, que hoy lleva a los altares a nuestro fundador”.
"Cuando volví del hospital, era como los demás yanomamis: trabajaba, cultivaba los campos, pero ahora ya no puedo trabajar, porque soy viejo. Solo trabajo por la mañana temprano y, cuando el sol está alto, me voy a casa. Pero me siento bien", contó en la encuesta diocesana.
Por una feliz coincidencia, el día de su accidente fue también el primer día de la novena preparatoria de la fiesta del beato José Allamano.
Tapiz de José Allamano en la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano preparada para la canonización | Fotografía: Daniel Ibáñez / EWTN News
Un sacerdote diocesano atento a las necesidades de su tiempo
Sobre la figura de José Allamano y sobre la obra misionera que inició en Turín en 1901 al fundar el Instituto de los Misioneros de la Consolata y algunos años más tarde, en 1910, el Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, el colombiano Cristián Alarcón, Misionero de la Consolata, destaca su enorme atención a los problemas y necesidades de su tiempo, su enorme celo apostólico y su deseo de hacer conocer a “todos” la Buena Noticia de Jesús.
“José Allamano es un hombre que nace en el siglo XIX, cuando en Turín había tanta necesidad y él empezó a ver el ejemplo de los sacerdotes con los que él trataba, a los que él conocía, empezó a sentirse llamado por Dios al servicio de la Iglesia para los demás. José Allamano es un sacerdote diocesano que al ver las necesidades de su entorno empezó a pensar cómo atender estas necesidades. Por eso, fue tan importante él como santo social, como al empezar a suplir y atender las necesidades de su tiempo. Era un hombre atento y dispuesto a atender las necesidades humanas”.
Vídeo en el que se explica la vida del nuevo santo José Allamano
La misión Ad gentes al centro del carisma
El celo apostólico y el impulso misionero están al centro del carisma de los Misioneros de la Consolata explicó Facundo Sánchez, acompañado por ese enorme deseo de llevar la consolación de Dios a todas las personas en las periferias existenciales y geográficas.
“El Instituto religioso nació para la misión Ad gentes, significa misión para los no cristianos, para los lugares donde todavía el anuncio de Jesús no llegaba. Hoy estamos presentes en 33 países, en cuatro continentes, donde tenemos distintas realidades donde intentamos hacer llegar la Consolación de Dios. Las realidades en donde estamos en América Latina son las periferias urbanas, existenciales. Trabajamos en la educación, tenemos colegios donde acompañamos a jóvenes y niños en la formación, trabajamos en la Amazonas de Brasil, pero también en Amazonas de cuatro países de Latinoamérica donde acompañamos los pueblos originarios en sus luchas, en sus dificultades. Aquí en Europa actualmente estamos trabajando en la re-evangelización en distintas parroquias comunidades y grupos pastorales. La novedad podemos decir para nosotros como Instituto es el Asia donde actualmente estamos en cinco países y estamos haciendo un trabajo de misión Ad gentes. uno de los países más conocidos y significativos es Mongolia donde hay un número muy bajo de cristianos y un número muy bajo también de misioneros pero que trabajan día a día en este primer anuncio de Jesús”.
“Primero santos, luego misioneros”
Para Cristian Alarcón el legado espiritual que el Beato José Allamano ha dejado a toda la familia de la Consolata se puede resumir en la frase “primero santos y después misioneros”, porque indica el camino espiritual que el misionero debe seguir para alcanzar la vocación última del creyente.
“Esto lo tomamos como nuestro valor principal, como nuestro camino a seguir. Cuando nos dimos cuenta que a nuestro fundador lo querían hacer Santo, para nosotros fue una sorpresa porque dijimos, o sea, por este camino sí se puede llegar a la santidad, por medio de la misión y la misión Ad gentes, José Allamano nos ha estado enseñando y nos dejó todo su legado. Entonces, para mí el ser santo primero es el formar mi espíritu y asumir todos los votos como religioso ya que este tipo de santidad es el camino que después me lleva a ser un buen misionero como quería José Allamano. Entonces, el mensaje más importante que para mí me deja el fundador es primero hacerse santo para que después pueda atender bien su realidad como misionero”.
* «Jesús revela los pensamientos, revela los deseos y proyecciones de nuestro corazón, a veces desenmascarando nuestras expectativas de gloria, de dominio, de poder y de vanidad. Él nos ayuda a pensar ya no según los criterios del mundo, sino conforme al estilo de Dios, que se hace el último para que los últimos sean enaltecidos y lleguen a ser los primeros. Y estas preguntas de Jesús, con su enseñanza sobre el servicio, a menudo son incomprensibles para nosotros, como lo eran para los discípulos. Pero siguiéndolo a Él, caminando tras sus huellas y acogiendo el don de su amor que transforma nuestra manera de pensar, también nosotros podemos aprender el estilo de Dios: el servicio»
Vídeo de la transmisión en directo de Vatican News, traducido al español, con la homilía del Papa
* «Bajo esta luz podemos recordar a los discípulos del Evangelio que hoy son canonizados. A lo largo de la agitada historia de la humanidad, ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes —fervientes— de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra. Estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final»
20 de octubre de 2024.- (Camino Católico) La Iglesia Católica ya tiene catorce nuevos santos que han subido a los altares durante la Santa Misa con el rito de canonización que ha presidido el Sumo Pontífice esta mañana en la Plaza de San Pedro en el Vaticano: Manuel Ruiz López y siete compañeros de la Orden de Frailes Menores, y Francisco, Mooti y Rafaele Massabki, fieles laicos, todos ellos conocidos como los mártires de Damasco; Marie-Léonie Paradis, Elena Guerra y José Allamano, sacerdote, fundador de los Institutos de los Misioneros de la Consolata y de las Hermanas Misioneras de la Consolata.
Durante la ceremonia, el Papa Francisco ha pronunciado una homilía en la que ha dedicado unas palabras a los nuevos santos: “A lo largo de la agitada historia de la humanidad, ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra”.
Francisco ha recordado además que estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús, que es “el servicio”: “La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final”.
El Papa ha subrayado que el servicio “nace del amor” y el amor “no conoce fronteras, no hace cálculos, se consume y se da”. De hecho – precisa – “cuando aprendemos a servir, cada gesto de atención y cuidado, cada expresión de ternura, cada obra de misericordia, se convierten en un reflejo del amor de Dios. Y así continuamos la obra de Jesús en el mundo”. En el vídeo de Vatican News se visualiza y escucha la homilía del Santo Padre traducida al español, cuyo texto completo es el siguiente:
Santa Misa y canonización de los beatos:
- Manuel Ruiz López Y siete compañeros y Francisco, Mooti y Rafael Massabki
- Giuseppe Allamano
- Marie-Léonie Paradis
- Elena Guerra
HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Plaza de San Pedro
XXIX domingo del tiempo ordinario, 20 de octubre de 2024
A Santiago y Juan, Jesús les pregunta:«¿Qué quieren que haga por ustedes?» (Mc 10,36). E inmediatamente después los apremia: «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?» (Mc 10,38). Jesús hace preguntas y, precisamente así, nos ayuda a discernir, porque las preguntas nos hacen descubrir lo que hay dentro de nosotros, iluminan lo que llevamos en el corazón y que a veces no sabemos.
Dejémonos interpelar por la Palabra del Señor. Imaginemos que nos pregunta a cada uno de nosotros: “¿Qué quieres que haga por ti?” y la segunda pregunta “¿Puedes beber de mi mismo cáliz?”.
A través de estas preguntas, Jesús pone de manifiesto el vínculo y las expectativas que los discípulos tienen sobre él, con las luces y sombras propias de cualquier relación. De hecho, Santiago y Juan, están unidos a Jesús, pero tienen pretensiones. Ellos expresan el deseo de estar cerca de Él, pero sólo para ocupar un lugar de honor, para desempeñar un papel importante, para que les conceda sentarse uno a su derecha y el otro a su izquierda, cuando esté en su gloria (cf. Mc 10,37). Evidentemente, piensan en Jesús como Mesías, como un Mesías victorioso y glorioso, y esperan que Él comparta su gloria con ellos. Ven en Jesús al Mesías, pero se lo imaginan según la lógica del poder.
Jesús no se detiene en las palabras de los discípulos, sino que profundiza, escucha y lee el corazónde cada uno de ellos y también de cada uno de nosotros. Y en el diálogo, a través de dos preguntas, intenta sacar a la luz el deseo que hay dentro de esas peticiones.
Primero los interpela: «¿Qué quieren que haga por ustedes?»; y esta pregunta desvela los pensamientos de sus corazones, pone de manifiesto las expectativas ocultas y los sueños de gloria que los discípulos cultivan en secreto. Es como si Jesús preguntara: “¿Quién quieres que sea yo para ti?” y, así, desenmascara lo que realmente desean: un Mesías poderoso, un Mesías victorioso que les dé un puesto de honor. Y a veces en la Iglesia viene este pensamiento: el honor, el poder.
Luego, con la segunda pregunta, Jesús rechaza esta imagen del Mesías y de este modo los ayuda a cambiar su forma de ver, es decir, a convertirse: «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?». Con ello, les revela que Él no es el Mesías que ellos piensan; es el Dios del amor, que se abaja para alcanzar a los humildes; que se hace débil para levantar a los débiles; que trabaja por la paz y no por la guerra; que vino para servir y no para ser servido. El cáliz que el Señor beberá es la ofrenda de su vida, es su vida entregada a nosotros por amor, hasta la muerte y una muerte de cruz.
Y así, a su derecha y a su izquierda habrá dos ladrones, crucificados como Él en la cruz y no acomodados en los tronos de poder; dos ladrones clavados con Cristo en el dolor y no sentados en la gloria. El rey crucificado, el justo condenado se hace esclavo de todos: ¡este es verdaderamente el Hijo de Dios! (cf. Mc 15,39). El vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor.Repetimos: el vencedor no es el que domina, sino el que sirve por amor. Nos lo recuerda también la Carta a los Hebreos: «no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros» (4,15).
En este momento, Jesús puede ayudar a los discípulos a convertirse, a cambiar de mentalidad: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad» (Mc 10,42). Pero no tiene por qué ser así para quienes siguen a un Dios que se hizo siervo para alcanzar a todos con su amor. Los que siguen a Cristo, si quieren ser grandes, deben servir, aprendiendo de Él.
Hermanos y hermanas, Jesús revela los pensamientos, revela los deseos y proyecciones de nuestro corazón, a veces desenmascarando nuestras expectativas de gloria, de dominio, de poder y de vanidad. Él nos ayuda a pensar ya no según los criterios del mundo, sino conforme al estilo de Dios, que se hace el último para que los últimos sean enaltecidos y lleguen a ser los primeros. Y estas preguntas de Jesús, con su enseñanza sobre el servicio, a menudo son incomprensibles para nosotros, como lo eran para los discípulos. Pero siguiéndolo a Él, caminando tras sus huellas y acogiendo el don de su amor que transforma nuestra manera de pensar, también nosotros podemos aprender el estilo de Dios: el servicio.No olvidemos las tres palabras que hacen ver el estilo de Dios para servir: cercanía, compasión y ternura. Dios se hace cercano para servir; se hace compasivo para servir; se hace tierno para servir. Cercanía, compasión y ternura.
Esto es lo que debemos anhelar: no el poder, sino el servicio. El servicio es el estilo de vida cristiano. No se trata de una lista de cosas por hacer, como si, una vez hechas, pudiéramos considerar que nuestro turno terminó; quien sirve con amor no dice: “ahora le tocará a otro”. Este es un modo de pensar como empleados, no como testigos. El servicio nace del amor y el amor no conoce fronteras, no hace cálculos, se consume y se da. El amor no se limita a producir para obtener resultados, no es una asistencia ocasional, sino algo que nace del corazón, de un corazón renovado por el amor y en el amor.
Cuando aprendemos a servir, cada gesto de atención y cuidado, cada expresión de ternura, cada obra de misericordia, se convierten en un reflejo del amor de Dios. Y así todos nosotros —cada uno de nosotros— continuamos la obra de Jesús en el mundo.
Bajo esta luz podemos recordar a los discípulos del Evangelio que hoy son canonizados. A lo largo de la agitada historia de la humanidad, ellos fueron siervos fieles, hombres y mujeres que sirvieron en el martirio y en la alegría, como el hermano Manuel Ruiz López y sus compañeros. Son sacerdotes y consagradas fervientes —fervientes— de pasión misionera, como el padre José Allamano, sor María Leonia Paradis y sor Elena Guerra. Estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos, creativos para hacer el bien, firmes en las dificultades, generosos hasta el final.
Pidamos con confianza su intercesión, para que también nosotros podamos seguir a Cristo, imitarlo en el servicio y convertirnos en testigos de esperanza para el mundo.
20 de octubre de 2024.- (Camino Católico) El Papa Francisco ha presidido la Santa Misa con rito de canonización de 14 beatos en la Plaza de san Pedro y ha recordado en su homilía que estos nuevos santos vivieron según el estilo de Jesús: el servicio. “La fe y el apostolado que llevaron a cabo no alimentaron en ellos deseos mundanos ni ansias de poder, sino que, por el contrario, se hicieron servidores de sus hermanos”. En el vídeo de Vatican Newsse visualiza y escucha toda la celebración.
Los nuevos santos son Manuel Ruiz López y siete compañeros de la Orden de Frailes Menores, y Francisco, Mooti y Rafaele Massabki, fieles laicos, todos ellos conocidos como los mártires de Damasco; Marie-Léonie Paradis, Elena Guerra y José Allamano, sacerdote, fundador de los Institutos de los Misioneros de la Consolata y de las Hermanas Misioneras de la Consolata.
* Antonia Salzano, madre de Carlo Acutis: «Agradecemos al Señor por este gran regalo nos ha hecho… La madre de Valeria Valverde ha venido a Asís a rezar todo el día de rodillas, delante de Carlo, y ha obtenido esta gracia. Por tanto, es una gran fe la de esta madre»
Camino Católico.- El Beato Carlo Acutis será canonizado gracias a un milagro obrado por su intercesión en Italia, donde una joven de Costa Rica se recuperó de un grave accidente de bicicleta que le dejó al borde de la muerte mientras estudiaba en la ciudad de Florencia. El Papa Francisco ha aprobado este 23 de mayo el milagro atribuido a la intercesión del Beato Carlo Acutis, el adolescente italiano conocido como “el influencer de Dios” que amó profundamente la Eucaristía y que próximamente será elevado a los altares.
* «Cristo sólo espera nuestro sí para hacerse compañero de nuestra existencia. Ese vacío que sentía en mi corazón de joven en Turquía ha sido colmado por su presencia amorosa. Ahora que soy cristiana me doy cuenta de que el bautismo no es el final de un camino, sino un nuevo inicio, y soy feliz de poder decírselo a todo el mundo»
«Mi fe ha crecido mucho, veo la gracia. Yo estaba enfermo, no podía caminar, siempre tenían que ayudarme. Hoy camino, tengo una familia y estoy muy agradecido. Cuando veo a mis hijos, veo a la Madre Teresa. Este milagro hizo a mi familia más fuerte y unida. Ellos saben todo acerca de mi enfermedad y la curación. Siempre nos acompañan, y cuando vamos con las hermanas a rezar, entienden todo y rezan con nosotros»
Camino Católico.- El brasileño Marcilio Haddad Andrino, la persona que recibió el milagro que hizo Santa a la Madre Teresa de Calcuta, compartió su increíble historia a la prensa de Italia y comentó que él y su esposa son solo unos “creyentes normales que recibieron un extraordinario signo de la Misericordia de Dios”. También explicó su experiencia vital en el Meeting de Rimini de 2016 y es el testimonio que puede escucharse y visualizarse en el Vídeo.