* Después de ocho años buscando soluciones médicas y habiendo acudido ya al santuario mnariano francés varias veces, ella y su esposo decidieron que el último a la gruta era, sobre todo, un último «viaje de novios» ante el poco tiempo de vida que le quedaba
* “Fue una hermosa historia de amor con Cristo. En aquellos ocho años vivó momentos de intimidad con Dios que sólo pueden experimentarse cuando estás verdaderamente mal. Y cuando fui curada, mi primera oración fue pedirle que me ayudase a amarle del mismo modo que cuando estaba crucificada con Él”