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viernes, 6 de junio de 2025

Anna María, la bebé milagro de la familia Harding: Los médicos y los padres vieron en el parto que nació con síndrome de Down, pero el padre fue a la UCI oró y la roció con agua de Lourdes y su hija sanó

En la parte superior de la imagen, John Harding con la pequeña Anna María, y en la parte inferior, la esposa y madre Min Sun Kim-Harding / Foto: Cortesía de la familia Harding

* «El enfermero que atendió el parto vino y me dijo: ‘¿Sabes?, el día en que tuviste a tu bebé, cuando nació, tenía síndrome de Down. Pero luego, cuando la vi en la UCI, pensé que habían cambiado a la bebé» 

Camino Católico.-  Min Sun Kim-Harding llegó a Estados Unidos desde Corea cuando tenía 14 años para estudiar. Después de terminar sus estudios de posgrado, consiguió un trabajo en Washington, D.C., donde conoció a su esposo, John Harding.

John y Min están felizmente casados y tienen tres hijos: el mayor está en su primer año en la universidad Holy Cross; su hija del medio se prepara para comenzar la universidad este otoño en Providence, Rhode Island; y la menor, Anna Maria Harding, tiene nueve años. Ella es su hija milagro.

La familia Harding / Foto: Cortesía de la familia Harding

Aunque la familia reside actualmente en Weston, Massachusetts, vivieron un tiempo en Alemania debido a la carrera militar de John. Fue durante ese periodo que Min quedó embarazada de forma inesperada.

Min cuenta a Claudette Jerez en ChurchPop: “Mi esposo estaba en el ejército y estábamos destinados en Wiesbaden. No planeaba tener un tercer hijo. Estaba satisfecha con dos hijos, un niño y una niña”.

La pareja ya tenía a sus dos hijos mayores, y Min tenía más de 40 años. Por su edad, la médico le dijo que debían hacerle pruebas al bebé para detectar síndrome de Down. En Alemania, se estima que la tasa de abortos por diagnóstico de síndrome de Down supera el 90 %, una cifra más alta que el promedio europeo, que es del 54 %.

Min relata: “No le di importancia a las pruebas”, ya que había tenido ya dos hijos sanos. Como católicos devotos, Min y su esposo estaban dispuestos a aceptar lo que Dios les enviara.

Unos días después, cuenta Min: “Estaba rezando el Rosario en la sala y recibí una llamada telefónica. Era la doctora… Y no es una buena señal cuando el doctor te llama, porque normalmente, cuando no sabes nada del doctor, sabes que todo está bien”.

Su doctora, la Dra. Christina Moisidis-Tesch, la había llamado para informarle que lo más probable era que su bebé naciera con síndrome de Down y que necesitaba hacerse más pruebas.

La madre de tres explica que, luego que la doctora le dio la noticia, quedó en blanco: “No pude escuchar nada más porque estaba en shock”.

Min llamó a su esposo llorando, y él la consoló recordándole que Dios tiene el control. “Min, no te preocupes. Dios tiene el control, simplemente no te preocupes por eso", le dijo John a su esposa. "Si esa es la voluntad de Dios, tenemos que aceptarla”.

Después de hablar con su esposo, Min llamó a una amiga cercana, que también era doctora, para contarle que tendría que someterse a más pruebas. Su amiga, la Dra. García, le aconsejó que no se hiciera más pruebas, ya que los médicos en Alemania las realizaban con el fin de recomendar abortos si los bebés daban positivo para síndrome de Down.

Cuando Min y John regresaron al médico, se miraron el uno al otro y dijeron: “no más pruebas”.

La Dra. Christina se sorprendió, y Min se volvió hacia su esposo y le dijo: “John, pase lo que pase, voy a seguir rezando”.

Les pidió a sus amigos y familiares que rezaran por ella, y le pidió a su esposo que la llevara a algunos lugares santos en Europa. Min dice: “Le pedí a todos que rezaran por mí. Yo creía que Dios escucharía mis oraciones y las de los demás. Y, mientras tanto, le dije a mi esposo: ‘Quiero que me lleves a todos los lugares sagrados, como Lourdes’”.

John y Min fueron a Lourdes, Francia. Mientras estaban en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, Min entró a las piscinas de aguas milagrosas, y las religiosas le dijeron que mirara hacia la imagen de la Virgen y rezara. Min se volvió hacia su Santa Madre y rezó por la salud de su hijo no nacido.

Explica que clamó a nuestra amada Madre y le dijo: “Madre María… lo único que me importa es tener un bebé sano. Por favor, ruega por mí y por un bebé sano”.

Min asistía a Misa todos los días y bebía toda el agua bendita que podía mientras estuvo allí. Después de Lourdes, le pidió a su esposo que la llevara a Turín, Italia, ya que en ese momento la Sábana Santa estaba en exhibición. Se arrodilló frente al lienzo que envolvió el cuerpo de nuestro Señor y le suplicó por un bebé sano: “Lo único que te pido es un bebé sano”.

La familia Harding visita Lourdes para pedirle a Nuestra Señora un bebé sano.


La familia Harding visita Lourdes para pedirle a Nuestra Señora un bebé sano / Foto: Cortesía de la familia Harding

Cuando su tiempo en Europa llegó a su fin, John, Min, sus dos hijos y su bebé por nacer fueron asignados a El Paso, Texas. Mientras su esposo estaba en California recogiendo sus autos, que habían sido enviados desde Alemania, Min entró en trabajo de parto sola en el hotel donde se hospedaban en El Paso.

Coincidentemente, una amiga de Alemania, Carrie Cogbill, se estaba quedando en el mismo hotel que Min. Ella la llamó para pedir ayuda y Carrie la llevó de inmediato al hospital militar.

En el hospital militar, le dijeron que no tenían espacio para atenderla y llamaron a una ambulancia para trasladarla al hospital infantil. Finalmente, lograron admitirla para el parto en el hospital infantil, y tras una dolorosa espera de 12 horas, su esposo llegó justo a tiempo. Anna nació rápidamente y fue entregada a sus padres antes de ser llevada a la incubadora.

“Miré a mi bebé y se veía hermosa”, recordó Min. 

John se volvió hacia Min y le dijo: “Min, tiene síndrome de Down. ¿Dónde pusiste el agua de Lourdes?”.

Min le dijo a John que estaba en el hotel. John fue a buscar el agua bendita y se dirigió a la UCI neonatal.

Min relata: “Él subió a la UCI donde estaba mi pequeña Anna. Abrió la incubadora y les preguntó si estaba bien, y la bendijo con el agua de Lourdes diciendo: ‘Dios, la amo sin importar nada, y gracias por esta bebé’”.

Jhon y la bebé Anna en UCIN / Foto: Cortesía de la familia Harding

Al día siguiente, el médico se acercó a John y le dijo que los signos de síndrome de Down que habían visto el día anterior ya no estaban, por lo que necesitaban hacer más pruebas.

“Mi esposo simplemente lloró”, cuenta Min.

Como Anna era una bebé prematura, durante dos meses Min hizo con ella el método canguro, que es una terapia piel con piel todos los días mientras Anna permanecía en el hospital.

Mientras Min estaba en la UCI neonatal con su hija, un enfermero se le acercó y le preguntó si lo recordaba de la sala de parto. Él fue el enfermero que ayudó a traer a su bebé al mundo y la entregó a Anna.

“¿Sabes?, el día en que tuviste a tu bebé, cuando nació, tenía síndrome de Down", le dijo a Min. "Pero luego, cuando la vi en la UCI, pensé que habían cambiado a la bebé”.

La bebé Anna María Harding / Foto: Cortesía de la familia Harding

Min, dudando como lo haría Tomás, le preguntó al enfermero por qué pensaba que Anna tenía síndrome de Down. Él le explicó cómo revisan los signos: el nivel de las orejas, los pies y los dedos, los ojos y las manos. Min quedó asombrada.

Le puso a su hija el nombre de Anna, en honor a la madre de la Virgen María, y le dio como segundo nombre María, en honor a la Virgen misma. Ahora, con casi 10 años, Anna María reza el Rosario y la oración a Santa Brígida todos los días con su madre. También forma parte del coro de su parroquia.

Anna, que ahora tiene casi 10 años, recibió su Primera Comunión / / Foto: Cortesía de la familia Harding

Min dice que sintió el llamado de compartir su historia para dar esperanza a quienes han perdido la esperanza y creen que Dios no está escuchando. Él siempre está escuchando, y aunque no podamos ver el panorama completo como Él, debemos permanecer firmes en nuestra fe y confiar en que el Señor sabe lo que está haciendo. 

viernes, 14 de marzo de 2025

Lola Sánchez, con 5 hijos, 2 adoptados con síndrome de Down: «Tengo la familia que Dios ha pensado para mí y me ha dado»


Lola Sánchez en el programa 'Ecclesia al día' de 13 TV contando su testimonio  / Foto: 13 TV

* «Nosotros el único plan desde el minuto cero que teníamos era casarnos y tener hijos. El resto lo ha ido haciendo Dios y ha sido pura misericordia de Dios» 

Vídeo de 13 TV en el que Lola Sánchez cuenta su testimonio

Camino Católico.- Lola Sánchez, una madre de familia numerosa, comparte en 'Ecclesia al día' de 13 TV su inspiradora historia de matrimonio, los desafíos de fertilidad y cómo la adopción transformó su vida, revelando cómo Dios guio su camino hacia la familia que siempre había soñado. Desde el principio de su relación, Lola y su esposo Pablo compartían una visión clara sobre su futuro juntos. "Nosotros el único plan desde el minuto cero que teníamos era casarnos y tener hijos. El resto lo ha ido haciendo Dios y ha sido pura misericordia de Dios", recuerda Lola. Este deseo mutuo fue la base sobre la cuál construyeron su vida en común.

El Deseo Profundo de Maternidad

Para Lola, la maternidad no era solo una opción, sino una vocación arraigada en lo más profundo de su ser. "Lo único que he tenido claro desde el minuto cero era que yo quería ser madre", afirma convencida. Este deseo la acompañó desde su juventud y moldeó sus aspiraciones de formar una familia numerosa.

El matrimonio de Lola y Pablo pronto se vio bendecido con la llegada de su primera hija, Teresa. Este momento de alegría y plenitud marcó el inicio de su vida como padres y fortaleció aún más su vínculo familiar. Sin embargo, tras este feliz acontecimiento, comenzaron a surgir obstáculos en su camino de ampliar la familia.

Lola Sánchez explica que orando encontró el camino, guiada por Dios,  para tener con su esposo la familia que deseaban desde el principio de casarse. En la imagen con su hija  Lola (Bubi) / Foto: 13 TV

Tras varios intentos fallidos por concebir, Lola y Pablo recibieron un diagnóstico que cambiaría sus planes de forma radical: Pablo padecía de esterilidad absoluta. "Los médicos nos decían, 'Mira, es que con esto en realidad no es posible'", recuerda Lola. Este golpe inesperado los llevó a replantearse su futuro y a explorar nuevos caminos para cumplir su deseo de tener más hijos.

La Adopción como un Llamado Divino

En medio de la incertidumbre y la búsqueda de respuestas, una catequista le propuso a Lola la idea de convertirse en "la madre de los que nadie quiere". Esta revelación la impulsó a considerar la adopción como una forma de expandir su familia y brindar amor a niños necesitados. "¿Por qué no adoptamos? A lo mejor Dios nos está dando hijos y nosotros no los estamos queriendo acoger, no los estamos viendo".

Aunque al principio Pablo se mostró reticente, Lola persistió en su búsqueda y comenzó a investigar sobre la adopción de niños con necesidades especiales. Para que su esposo aceptará adoptar, ella se dio cuenta que “debía ser el Señor quien se lo pusiera en el corazón”. Finalmente, “mi esposo un día me dijo: ‘Si tú lo ves, nos vamos a ir a rezar a un monasterio y si yo vuelvo con paz es que está es la voluntad de Dios para nosotros y que este hijo adoptado es el que Dios nos está dando’”.

Al volver del monasterio de rezar, Lola le preguntó a su esposo cómo estaba y le aseguro que “estoy muy tranquilo”. Y entonces, el 20 de julio de 2012, Lola y Pablo recibieron a Pepe, un niño con síndrome de Down, que llegó a sus vidas para llenarlas de alegría y amor incondicional. "Aquello fue un desborde de alegría", describe Lola. Pablo, quien inicialmente tenía dudas, se rindió ante el amor que emanaba de Pepe y lo aceptó como a un hijo propio.

Lola confidencia que “yo tenía claro en el corazón que eso era lo que Dios quería de mí y lo que me estaba dando era un hijo con necesidades especiales, pese a que yo no había tenido ningún contacto con nada que tuviera que ver con cualquier discapacidad”.

Lola Sánchez con su esposo Pablo y sus cinco hijos / Foto: 13 TV

La Familia se Multiplica

La historia de Lola y Pablo continuó sorprendiendo cuando, poco después de la llegada de Pepe, Lola descubrió que estaba embarazada de Juan, y luego tuvieron a Roque. Más adelante, la familia se completaría con la adopción de Lola (Bubi), también con síndrome de Down. 

A lo largo de su camino, Lola y Pablo se enfrentaron a críticas y juicios por parte de aquellos que no comprendían su elección de adoptar niños con necesidades especiales. Sin embargo, también encontraron un gran apoyo en su comunidad y en amigos que compartían su fe y sus valores. Lola ha aprendido a no tomar en cuenta las opiniones negativas y a enfocarse en el amor y la felicidad que encuentra en su familia. "Cuanto más das, más recibes".

Lola concluye que su familia, formada por su marido Pablo y sus hijos Teresa, Pepe, Juan, Roque y Lola (Bubi), es un reflejo del plan divino y una muestra de que el amor puede superar cualquier obstáculo. "Tenía la familia que Dios me había dado, y que el que la tenía pensada para mí era Dios", afirma con gratitud.

viernes, 16 de septiembre de 2022

La tele francesa no puede emitir como publicidad un video con niños Down felices que animan a las madres a no abortar porque el TEDH de Estrasburgo desestima un recurso


 * El TEDH ha decidido desestimar los recursos presentados en defensa de la libertad de expresión alegando que “los demandantes no pueden pretender ser víctimas en el sentido del artículo 34 de la Convención Europea de Derechos Humanos” (CEDH). Este artículo prevé la posibilidad de las demandas de personas físicas, organizaciones no gubernamentales o grupos de particulares “que se consideren víctimas de una violación” de los derechos reconocidos por la Convención. Así lo determina el tribunal porque afirma que el artículo “no autoriza denuncias en abstracto” y que no se reconoce la “actio popularis” [acción popular] pues quien presenta la denuncia ha de demostrar que ha “sufrido los efectos directos”.  El Tribunal no tiene en cuenta que una de las partes demandantes es Ines de Pracomptal, una de las niñas que participa en el vídeo y, por tanto, directamente afectada. La otra entidad recurrente es la Fundación Jérôme Lejeune que a través de un comunicado recuerda que el vídeo se ha difundido en las principales cadenas nacionales de 9 países, se presentó en la ONU y recibió varios Leones de Oro en el Festival Internacional de la Creatividad

El vídeo titulado “Querida futura madre”, que  Camino Católico publicó, es el que no puede emitirse en Francia como anuncio

Camino Católico.- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha desestimado un recurso contra la censura impuesta en Francia a un vídeo en el que se animaba a las mujeres embarazadas de personas con síndrome de Down a no abortar por temer por sus hijos. El caso se remonta a 2014 y se refiere al vídeo titulado “Querida futura madre”, que  Camino Católico publicó, en el que se respondía a una carta de una mujer que planteaba: “Estoy esperando un bebé. Y acabo de saber que tiene síndrome de Down. Estoy muy asustada. ¿Qué tipo de vida tendrá mi hijo?”.

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sábado, 5 de junio de 2021

Sonia y Jeff McGarrity, matrimonio con 8 hijos, 3 adoptados y 4 con síndrome de Down: «Se trata de abrir tu corazón y decir: `Dios, quiero amar tanto como Tú me lo permitas´»

 


* «Dios nos ha llamado a difundir la alegría de la adopción de niños con síndrome de Down… Nunca puedo ponerme al día con las tareas, pero estoy segura de que el Señor me dice: `no te pido que completes toda la lista, solo que hagas lo que debes´. Lo más importante que tengo que hacer es amar a mis hijos»

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miércoles, 28 de octubre de 2020

Lauren Costabile ha salvado el corazón de 25 niños con síndrome de Down: «Vi un bebé con un defecto cardiaco. Sentí la llamada de Dios: ‘Lauren, ayuda a este bebé…’. Y dije que sí»

 


* «Me encanta la Madre Teresa, así que le pedí ayuda. Cuando ELLA rezaba, lo hacía con muchísima confianza porque sabía que eso [su misión] era la voluntad de Dios. Rezaba diciendo: ‘Si esto es lo que quieres, ayúdanos por favor’ o ‘Necesitamos esto, o necesitamos comida para esta casa’ o lo que fuera, así que recé como ella y dije algo como ‘Señor, envíame un hospital porque no tenemos ningún lugar donde enviarlos’»

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lunes, 19 de octubre de 2020

Stéphanie Pillonca, actriz, columnista y periodista de televisión, sorprende con un film sobre la discapacidad: «Me convertí. Creo en un Dios que nos guía, conforta y perdona»

 


* «No comparto la opinión de aquellos que dicen que el mal que nos abruma es una prueba enviada por Dios. Dios no nos pone a prueba. Es nuestra propia impotencia, indignidad y miseria lo que nos castiga. Frente al amor, nos damos cuenta de cómo hemos tomado un mal camino, de cuántos errores hemos cometido.  Cuando uno cree en Dios – y yo creo – tengo la íntima convicción de que se nos pide que logremos algo. Además, si estamos un poco interesados ​​en las Escrituras, solo hay un mandamiento que Cristo nos dejó, una palabra: haz el bien al más pequeño de los míos. “Siempre que lo hagas a uno de estos más pequeños de mis hermanos, me lo haces a mí” (Mateo 25:40). Los más debilitados, los más disminuidos, los más vulnerables son a menudo el discapacitado, el portador de la diferencia, de la particularidad. Creo que es a él a quien debes acudir si crees en Dios. El más pequeño tiene rostro del otro, del diferente, del extranjero, del migrante, del que está sufriendo, del que es escudriñado, juzgado, que no tiene hogar, que es condenado al ostracismo. A través de la discapacidad, puedes experimentar todo esto al mismo tiempo»

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martes, 20 de agosto de 2019

Beatriz Cordero se declaró atea, tuvo una vida de “infierno”, pero descubrió que Dios es amor a través de un cuadro de Cristo

* Ahora es madre de tres niñas adoptadas, una de las cuales tiene síndrome de Down
Camino Católico.-  Después de haberse declarado atea y de vivir una vida de «infierno», Beatriz Cordero tuvo varios encuentros con el sufrimiento extremo, que incluyó una enfermedad que casi le lleva a la muerte.
Pero estando enferma, sin poder salir de la cama, descubrió a través de un cuadro de Jesús que Dios es Amor. Ahora es madre de tres niñas adoptadas, una de las cuales tiene síndrome de Down. Explica su testimonio en el programa Cambio de agujas de HM Televisión.

miércoles, 17 de julio de 2019

Omar Ordóñez vivía sin Dios, se volvió muy violento incluso con su esposa, hasta que el Señor irrumpió en su vida

Camino Católico.-  Omar Ordóñez es de Ecuador. De familia católica «a su manera». Sus padres se separaron cuando él era muy pequeño y esto e marcó mucho en su infancia. Desde la adolescencia empezó a salir con su futura esposa y le ofreció hasta la luna.
Se casaron muy jóvenes por lo civil. Pero como Dios no estaba en su vida Omar se volvió muy violento no solo con los de fuera sino con su propia mujer, hasta el punto de amenazarla. Todo fue empeorando hasta que el Señor irrumpió en su vida a través de una invitación vital a un retiro que le cambió la vida. Explica su testimonio en el programa Cambio de agujas de HM Televisión.