Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida dejando a Jesucristo ser quien ocupe el lugar central.
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.
Camino Católico.- Ismael Peralta vive con el tipo más grave de espina bífida. Desde que nació su discapacidad le marca el día a día, pero lejos de hundirse y tirar la toalla intenta subirse a la Cruz con Cristo. Incluso ha participado en la Javierada de este año con la Delegación de Juventud de la diócesis. Su testimonio se lo ha ofrecido a Hugo Luquero en el último número de 'Padre de Todos'.
- ¿Cuántas veces has peregrinado a Javier?
- Dos veces. La primera no pude hacer el camino porque fui con una úlcera en el pie, y la segunda ha sido la de este año. Me animé y pude hacer la caminata.
- ¿Qué es lo que te ha enganchado de estas peregrinaciones?
- En las peregrinaciones me gusta conocer a gente nueva de diferentes parroquias, acercarme más a Cristo, pero lo que especialmente tiene para mí más importancia en la de Javier es ver el Cristo crucificado sonriendo, porque cada vez que le miro me recuerda cómo tengo que vivir mi cruz. En mi caso es mi discapacidad. Así es como lo tengo que vivir: sonriendo y dándome cuenta de que Cristo sufrió más por mí y que va a estar presente en cada momento de mi vida sujetándome la cruz.
- Y peregrinas con muletas…
-En esta última caminata logré hacer 9 Km con las muletas. No he llegado a hacerlo entero, pero con esto me he dado cuenta de mis límites y de lo afortunado que soy de poder recorrer esa distancia con entrega para seguir avanzando en el camino al cielo.
- ¿Cuál es la gracia que te otorga Dios al peregrinar?
- La manera de amar. Dios lo que siempre me pide, lo que sabe que puedo dar, es el 1 %. Pero con amor y entrega puedo darlo, y con eso Cristo me da el 100 %. Junto al Señor puedo conseguir cualquier cosa porque no soy ningún héroe, el héroe es Cristo.
Lola Sánchez en el programa 'Ecclesia al día' de 13 TV contando su testimonio / Foto: 13 TV
* «Nosotros el único plan desde el minuto cero que teníamos era casarnos y tener hijos. El resto lo ha ido haciendo Dios y ha sido pura misericordia de Dios»
Vídeo de 13 TVen el que Lola Sánchez cuenta su testimonio
Camino Católico.-Lola Sánchez, una madre de familia numerosa, comparte en 'Ecclesia al día' de 13 TVsu inspiradora historia de matrimonio, los desafíos de fertilidad y cómo la adopción transformó su vida, revelando cómo Dios guio su camino hacia la familia que siempre había soñado. Desde el principio de su relación, Lola y su esposo Pablo compartían una visión clara sobre su futuro juntos. "Nosotros el único plan desde el minuto cero que teníamos era casarnos y tener hijos. El resto lo ha ido haciendo Dios y ha sido pura misericordia de Dios", recuerda Lola. Este deseo mutuo fue la base sobre la cuál construyeron su vida en común.
El Deseo Profundo de Maternidad
Para Lola, la maternidad no era solo una opción, sino una vocación arraigada en lo más profundo de su ser. "Lo único que he tenido claro desde el minuto cero era que yo quería ser madre", afirma convencida. Este deseo la acompañó desde su juventud y moldeó sus aspiraciones de formar una familia numerosa.
El matrimonio de Lola y Pablo pronto se vio bendecido con la llegada de su primera hija, Teresa. Este momento de alegría y plenitud marcó el inicio de su vida como padres y fortaleció aún más su vínculo familiar. Sin embargo, tras este feliz acontecimiento, comenzaron a surgir obstáculos en su camino de ampliar la familia.
Lola Sánchez explica que orando encontró el camino, guiada por Dios, para tener con su esposo la familia que deseaban desde el principio de casarse. En la imagen con su hija Lola (Bubi) / Foto: 13 TV
Tras varios intentos fallidos por concebir, Lola y Pablo recibieron un diagnóstico que cambiaría sus planes de forma radical: Pablo padecía de esterilidad absoluta. "Los médicos nos decían, 'Mira, es que con esto en realidad no es posible'", recuerda Lola. Este golpe inesperado los llevó a replantearse su futuro y a explorar nuevos caminos para cumplir su deseo de tener más hijos.
La Adopción como un Llamado Divino
En medio de la incertidumbre y la búsqueda de respuestas, una catequista le propuso a Lola la idea de convertirse en "la madre de los que nadie quiere". Esta revelación la impulsó a considerar la adopción como una forma de expandir su familia y brindar amor a niños necesitados. "¿Por qué no adoptamos? A lo mejor Dios nos está dando hijos y nosotros no los estamos queriendo acoger, no los estamos viendo".
Aunque al principio Pablo se mostró reticente, Lola persistió en su búsqueda y comenzó a investigar sobre la adopción de niños con necesidades especiales. Para que su esposo aceptará adoptar, ella se dio cuenta que “debía ser el Señor quien se lo pusiera en el corazón”. Finalmente, “mi esposo un día me dijo: ‘Si tú lo ves, nos vamos a ir a rezar a un monasterio y si yo vuelvo con paz es que está es la voluntad de Dios para nosotros y que este hijo adoptado es el que Dios nos está dando’”.
Al volver del monasterio de rezar, Lola le preguntó a su esposo cómo estaba y le aseguro que “estoy muy tranquilo”. Y entonces, el 20 de julio de 2012, Lola y Pablo recibieron a Pepe, un niño con síndrome de Down, que llegó a sus vidas para llenarlas de alegría y amor incondicional. "Aquello fue un desborde de alegría", describe Lola. Pablo, quien inicialmente tenía dudas, se rindió ante el amor que emanaba de Pepe y lo aceptó como a un hijo propio.
Lola confidencia que “yo tenía claro en el corazón que eso era lo que Dios quería de mí y lo que me estaba dando era un hijo con necesidades especiales, pese a que yo no había tenido ningún contacto con nada que tuviera que ver con cualquier discapacidad”.
Lola Sánchez con su esposo Pablo y sus cinco hijos / Foto: 13 TV
La Familia se Multiplica
La historia de Lola y Pablo continuó sorprendiendo cuando, poco después de la llegada de Pepe, Lola descubrió que estaba embarazada de Juan, y luego tuvieron a Roque. Más adelante, la familia se completaría con la adopción de Lola (Bubi), también con síndrome de Down.
A lo largo de su camino, Lola y Pablo se enfrentaron a críticas y juicios por parte de aquellos que no comprendían su elección de adoptar niños con necesidades especiales. Sin embargo, también encontraron un gran apoyo en su comunidad y en amigos que compartían su fe y sus valores. Lola ha aprendido a no tomar en cuenta las opiniones negativas y a enfocarse en el amor y la felicidad que encuentra en su familia. "Cuanto más das, más recibes".
Lola concluye que su familia, formada por su marido Pablo y sus hijos Teresa, Pepe, Juan, Roque y Lola (Bubi), es un reflejo del plan divino y una muestra de que el amor puede superar cualquier obstáculo. "Tenía la familia que Dios me había dado, y que el que la tenía pensada para mí era Dios", afirma con gratitud.
* «Lo que nos mueve es el amor. Lo esencial es invisible a los ojos. Somos creyentes y pensamos que Dios no elige a los capacitados si no que capacita a los que elige.Nos llamaron de todo, locos e irresponsables, y nos decían que al tener más hijos era una locura. Pero a nosotros nos parecía lo contrario»
Vídeo del testimonio de Coro Samblas en el Congreso Nacional Provida
Camino Católico.-Alejandro Gómez, 47 años, y Coro Samblas, 45 años, son un matrimonio, ambos controladores aéreos, casados desde hace 23 años y que tienen ocho hijos, tres biológicos y otros cinco adoptados, todos ellos con graves discapacidades tanto físicas como intelectuales. Coro hizo de portavoz de la familia Gómez Samblas en el Congreso Nacional Providacelebrado en 2020 para explicar su testimonio:
* «Hay que echarse en brazos del Señor, confiárselo todo, gritar, llorar, reír con Él, tener una relación verdadera y espontánea con Cristo. Pedir sin cesar, agradecer, contemplar. Vivir el momento que se nos regala sin proyectarnos demasiado en el futuro ni detenernos en el pasado. Vivir con confianza. Toda prueba puede conducir a un bien mayor; es una serie de decisiones que hay que tomar, una tras otra. Tenemos que discernir lo que Dios nos llama a hacer. Cada situación es diferente. Es importante ser fieles a nosotros mismos y a Dios. Sentía que si dejaba a Dios trabajar en mi vida iba a ser feliz, verdadera y permanentemente feliz. Dios iba a poner brillo en mi vida, más allá de las apariencias. Y Él cumplió sus promesas»
Video publicado en el mes de octubre de 2014 por el Opus Dei en el que Sophie Barut cuenta la esencia del testimonio matrimonial y familiar
Camino Católico.- Cédric y Sophie Barut formaban una pareja joven que, tras ocho meses de matrimonio, recibió un golpe que les dejó sin aire. Él se había despedido de su esposa apenas unas horas antes para dar una vuelta con su bicicleta, algo habitual que le ayudaba a calmar los nervios. Sin embargo, la noche llegó y Cédric todavía no había vuelto a casa. Preocupada, Sophie empezó una carrera en busca de su marido. Realizó el recorrido en coche que él habría seguido, volvió a casa, le llamó… Nada. Hasta que contactó con la policía y empezaron a llegar las respuestas. Poco después se desplazó al hospital, donde por fin encontró a su marido.
* «Decidí, con la fuerza y la ayuda del Señor, intentar salir adelante y ser feliz y por lo menos hacer un poquito más llevadera la vida a los que tenía a mi alrededor. Si todo lo entregas al Señor y si tú le pides que te ayude y a la Virgencita, puedes llegar a ser feliz y puedes, sentir como algo dentro de ti que no lo encuentras en este mundo, o sea, a nivel humano no encuentras esa paz ni ese amor interno. Entonces yo lo que le diría a los enfermos es que lo ofrezcan todo, porque un sufrimiento que no se ofrece es un sufrimiento perdido»
Camino Católico.- Loli Merino tenía 29 años y una hija de un año cuando recibió su diagnóstico: tenía una lesión medular y no iba poder mover la parte inferior de su cuerpo nunca más. Han pasado ya 37 años desde que su vida cambió. “Desde aquel momento el Señor toco mi corazón porque la verdad es que no pregunté ni por qué, ni me hundí, ni nada; sino que me dio como una fuerza especial”, explica en un video de Obras Misionales Pontificias. Es una de los Enfermos Misioneros que ofrecen su dolor por la evangelización del mundo, a los que se les recuerda especialmente este domingo, Jornada Mundial del Enfermo.
* «Me gustaría decir a las personas que se rebelan contra Dios: No temas tu cólera. ¡Cuéntasela! Yo, cuando las cosas no van bien, se lo digo claramente. Pero díselo dejando el corazón abierto, es decir, dejándole la posibilidad de unirse a ti. Si uno dice que está irritado pero no quiere escuchar lo que Él tenga que decirnos, Él no va a forzar la puerta para hacerlo. Y luego un segundo consejo: Abrid un libro, abrid la Palabra de Dios, id a ver a algún sacerdote o a otros creyentes para preguntarles. No dudéis en plantear preguntas. ¡No es un pecado ser inteligente! Y confiad en Dios. Él os ama. Tenéis a sus ojos un valor increíble. Es lo que yo he vivido verdaderamente. ¡Qué triste está el Señor cuando alguien no se ama a sí mismo, sobre todo en su cuerpo! Así pues, ¡confianza!»
* «Por eso digo a muchos hermanos y hermanas creyentes discapacitados que Dios lo da todo, da oportunidades a todas las personas, y dependiendo de cómo veas y aceptes esta oportunidad, tu vida se llena del amor de Dios. A mí me faltan dos brazos y dos piernas, pero quiero decir que soy la persona más afortunada del mundo, porque tomé la decisión de aceptar plenamente el amor de Dios, el amor de Jesús»
Video completo de Vatican News del testimonio de ante el Papa Francisco en Mongolia traducido al español
Camino Católico.- En un emotivo testimonio ante al Papa Francisco, Lucia Otgongerel, laica de Mongolia, que carece de brazos y piernas, aseguró que la experiencia de comprender el sacrificio de Jesús en la cruz como un acto de amor la llevó a una profunda aceptación de su propia discapacidad.
* «Aprendió solo a rodar de un sitio a otro, y fue como si se levantara una nube. Me di cuenta de que mi hijo estaba bien, luego yo estaba bien Me gustaría que me escucharan cuando les digo que está bien tener un hijo que es diferente de la idea que la sociedad tiene de lo ‘normal’»
* «No puedo ver con los ojos, pero gracias a Dios puedo ver con el alma y con el corazón, y Él me activó los otros sentidos no al 100, sino al 1000 por ciento… Siempre todo lo dejamos en las manos de Dios, y Él es el que nos va orientando, Él es el que nos va conduciendo en el camino para que no haya ningún obstáculo o ninguna barrera»
* «Cuando me recuperé del trágico accidente y supe que no podría caminar, sorprendentemente no me impactó demasiado. Tal vez fue precisamente porque había estado en contacto antes con usuarios de sillas de ruedas. En ese momento pensé: ‘Es difícil, pero aparentemente así es como se supone que debe ser. El Señor Dios probablemente tiene un plan en esto.’ Le di gracias porque me había dejado con las manos y la cabeza funcionando, que es lo más importante para el sacerdocio. Puedo celebrar la Eucaristía, administrar el sacramento de la reconciliación y predicar. Recientemente, en un retiro que dirigí para jóvenes, aprendí, solo de los jóvenes, que ‘con tus pies no puedes salvarte a ti mismo, solo con tu corazón’. Esta verdad me está iluminando cada vez más»
* «Siento que Dios me ha dado un diamante que tengo que pulir cada día, para que esté bien. A veces me pongo a hablar con Él de ello y le digo «¿Por qué me has elegido a mí?», pero es verla y… ¡he recibido tanto de Lucía! He aprendido de la vida, a ser más humana, más persona, más solidaria. Y, aunque sufrimos, he aprendido a disfrutar todos los momentos, a disfrutar la vida con ella. Dios nos dio mucho amor, y para mí -de nuevo- esta es la clave. Es lo que me ha acompañado a lo largo de estos 14 años: sin amor no puedes tratar bien a una persona, no la puedes cuidar. Yo doy gracias a Dios por tener a Lucía cada mañana, por verla sonreír cuando se despierta»
Camino Católico.- La vida de Lilian Reyes cambió radicalmente cuando su hija, Lucía, perdió la capacidad de andar, hablar o comer debido a una enfermedad repentina. No obstante, y paradójicamente, su testimonio -que reproducimos a continuación en primera persona- es una historia de superación, agradecimiento y amor incondicional. Lilian explica que “Le entregué Lucia a Dios: le dije que Él decidiera, que si se quedaba conmigo yo la iba a cuidar con todo el amor del mundo”.
* «Dijimos «sí» a la voluntad de Dios, fuera cual fuera. Confiamos. Aquella semana en Polonia fue un retiro extraordinario y un tiempo de profunda conversión para nosotros. Cuando volvimos de nuevo a Inglaterra, éramos personas diferentes. Dios Padre, con la ayuda de María, nos había creado de nuevo… . Cada niño es una tremenda gracia de Dios. Todo lo hace por nuestro bien para salvarnos, aunque no lo entendamos del todo. Por eso es importante confiar en Él y dejarnos guiar»
* Sus obras escultóricas están inspiradas en la Sábana Santa y explica que «nos hemos olvidado que las manos sienten, ven, perciben la grandeza del mundo. Como cuando se reza el rosario, es con los dedos que lo sigues, es con los dedos que lo atraviesas, es con los dedos que sientes a Dios»
* «Para mí, rezar significa hablar con Dios, que es como mi padre y me cuida y me enseña. Le pido que me ayude a ser responsable, a ayudar y amar a quien me necesite»
* «No creo en un Dios enfadado. ¿Por qué me castigaría? No creo eso. Nos castigamos nosotros. Como Judas tuvo que afrontar que había vendido a Jesús, yo tuve que afrontar que yo había vendido a mis amigos. Y tuve que afrontar mi arrepentimiento. No creo llevar una cruz; quizá suena raro, pero es mi cruz la que me lleva a mí. Sólo Dios tiene derecho a decidir sobre el final de nuestras vidas terrenales. Pero creo que es sólo una transición, no me da miedo la muerte»