* «Dijimos «sí» a la voluntad de Dios, fuera cual fuera. Confiamos. Aquella semana en Polonia fue un retiro extraordinario y un tiempo de profunda conversión para nosotros. Cuando volvimos de nuevo a Inglaterra, éramos personas diferentes. Dios Padre, con la ayuda de María, nos había creado de nuevo… . Cada niño es una tremenda gracia de Dios. Todo lo hace por nuestro bien para salvarnos, aunque no lo entendamos del todo. Por eso es importante confiar en Él y dejarnos guiar»
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