* «Y durante una misa al aire libre que fue bellísima, con 1000 jóvenes, de repente, tuve la inesperada certeza que Dios nos ama… y me ama a mí, particularmente, lo cual era complicado decírmelo porque… paso de un momento en el que me siento bastante solo (y, de hecho, me costaba sentirme amado), a un momento en el que me doy cuenta de que hay alguien, de que hay Dios, que te ama y que siempre está ahí. Y eso es un gran cambio en mi vida porque antes siempre andaba en búsqueda y nunca estaba en paz conmigo mismo: De hecho, buscaba agradar para ser amado»
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