Camino Católico

Mi foto
Queremos que conozcas el Amor de Dios y para ello te proponemos enseñanzas, testimonios, videos, oraciones y todo lo necesario para vivir tu vida poniendo en el centro a Jesucristo.

Elige tu idioma

Síguenos en el canal de Camino Católico en WhatsApp para no perderte nada pinchando en la imagen:

Mostrando entradas con la etiqueta evangelización. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta evangelización. Mostrar todas las entradas

lunes, 26 de mayo de 2025

Ring-Sakabe, artista ateo: «“Me arrodillé y dije: ‘Sea cual sea el Dios que se preocupa por los seres humanos ayúdame a adorarte y conocerte, porque quiero ser un buen padre para mi hija’; soy católico y misionero»

 

El artista converso Jordan Ring-Sakabe posa con su hija y uno de sus cuadros más representativos, "De ellos es el reino

* «Me considero un misionero para los agnósticos y ateos. Como cristianos, necesitamos utilizar los talentos y recursos que Dios nos ha dado para acoger a los no creyentes con amor y belleza. La experiencia religiosa que tuve en ese momento culminó con una profunda sensación de ser amado. Amor, gracia, Él es todo eso y sin Dios, no hay amor. Así que, cuando estás formando una relación con Dios, no tienes que imaginarlo en las nubes. No. Estás desarrollando una relación con el Amor mismo» 

Camino Católico.- Hasta no hace mucho, Jordan Ring-Sakabe era un artista ateo y materialista, orgulloso de reírse de los cristianos y muy conocido en Utah por sus obras figurativas y ambientales bajo el pseudónimo de J. Art Fox. Un perfil muy distinto al que muestra actualmente, convencido de ejercer con sus pinceles y paletas de color una misión evangelizadora a través de la belleza y la esperanza.

La pérdida de la fe

Criado en un hogar cristiano, Ring-Sakabe relata a LDS Living -y lo traduce y sintetiza Cari Filii- el abandono de la fe de sus padres en la universidad, orgulloso de reconocerse finalmente como el descreído que creía que debía ser.

Durante los siguientes nueve años, Ring-Sakabe profesó abiertamente el ateísmo, el materialismo y el darwinismo, mofándose en redes sociales de la Biblia y el cristianismo que una vez profesó.

En la Universidad de Utah conoció a la que sería su esposa, con la que se mudó a Seatle (Washington). La pareja no tardó en saber que esperaban a su primera hija, Luna, y tras años despreocupado de su fe, Jordan lamentó carecer de unas bases morales sólidas con las que criarla.

Buscando a Dios

Una noche se sorprendió a sí mismo de rodillas, sin saber cómo ni por qué, pronunciando lo más parecido que recuerda a una oración.

“Me encontré de rodillas y dije: ‘Sea cual sea el Dios que se preocupa por los seres humanos, dondequiera que estés, seas quien seas, ayúdame a encontrar la mejor manera de adorarte y conocerte, porque de verdad quiero ser un buen padre para mi hija”.

El artista comenzó a ser testigo de lo que define como intervenciones del Espíritu. Compró una Biblia y comenzó a leerla mientras trataba de afinar su oído espiritual, esperando una respuesta.

Un día cercano a Navidad, Sakabe escuchaba un fragmento de El Mesías de Händel que, en su interior, percibió como el preludio a la respuesta divina que esperaba.

“Empecé a llorar sin parar, como si la música me hubiera impactado. Las palabras que se repetían en mi mente eran: ‘Jesús tiene algo especial’”, relata.

Jordan comenzó a investigar en diferentes denominaciones, el cristianismo primitivo y se sorprendió rechazando su acérrimo materialismo y convirtiéndose poco después, en 2022, al catolicismo.

«Quiero que me pintes»

Entonces trabajaba como desarrollador web y estudiaba pintura con el artista Scott Waddell. Pero mientras profundizaba en sus habilidades artísticas, Sakabe comenzó a recibir un incesante bombardeo de inspiración relacionado con la figura de Cristo. “Quiero que me pintes”, escuchaba.

Por aquel mismo tiempo, el artista fue despedido. Era su oportunidad para dar un “salto de fe” y hacer caso a aquella voz. Se puso el plazo de seis meses para dedicarse de nuevo al arte y probar si era una opción económicamente viable para mantener a su familia.

Un cuadro muy significativo


El Buen Pastor y la Virgen, dos obras de Ring Sakabe... Ofrece sus cuadros en ringsakabefineart.comRing Sakabe


Una de sus primeras incursiones fue su obra “De ellos es el reino”, en referencia al pasaje evangélico narrado en Mateo 19:14, cuando Jesús dice: “Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos”.

La obra, que muestra a Jesús caminando con una pequeña inspirada en su hija Luna, ocupa un lugar especial en el catálogo del artista. No solo era la primera pintura que llevó a cabo tras abrazar el catolicismo y reflejo de su nueva fe, sino también “un testimonio del poder transformador de las palabras de Cristo”.

De ellos es el Reino: una de las primeras pinturas de Ring Sakabe que se popularizaronring sabake

A medida profundizaba en su fe, comenzó a impregnar su arte, llevando sus pinceladas hacia una fusión entre su viaje espiritual personal y la Biblia.

Conmovido por las profundas enseñanzas que descubría en la persona de Cristo, Jordan buscó así crear un legado tangible para sus hijos, que ilumina la fuente de la verdadera paz, la fortaleza y la salvación eterna.

El lienzo captura el momento en que Jesús resucitado abraza a la pequeña, representando el amor de Cristo por los niños y los recién nacidos a la fe, ambos aspectos muy presentes en su vida, mostrando “un mensaje de esperanza, redención y el amor de Cristo”.

Desde muy pronto, el artista se sorprendía de cómo su obra no solo consolaba y beneficiaba a su familia, sino a muchos otros, convencidos de que representaba a una hija que pudiese haber fallecido. “Ver esto y saber que Cristo tiene un plan para mi hijo me reconforta”, le decían interesados en su obra, reafirmándole en que “los caminos de Dios no son los nuestros”. Aunque no pretendía transmitir ese mensaje, “Dios usó la pintura para ayudar a los afligidos” como también usó la música para tocar el corazón del artista.

Innocents Returned, de Ring Sakabe

La «dificultad» de la Virgen

Su particular viaje a la fe desde el arte no estuvo exento de complicaciones. Y una de las principales fue la figura de la Virgen María.

Aunque pasó sus últimos años profesando el ateísmo, sus raíces protestantes le hacían ver las continuas alusiones a la Virgen con recelo, como si “eclipsase” a Cristo.

Conocedor de la importancia de María en la fe, Jordan decidió estudiar en profundidad la historia de la Virgen y representar algunos de los hitos marianos más relevantes en sus pinturas. La Virgen de Guadalupe fue especialmente relevante en el proceso y, tras plasmarla en “Nuestra Rosa del Tepeyac”, admitió comprender mejor no solo la aparición milagrosa, sino toda su visión en torno a la Virgen.

Pintar a Nuestra Señora de Guadalupe se convirtió para Jordan en un acto de devoción y en una forma de acceder al aumento de la gracia. Comprendió que María no es un obstáculo para Cristo, sino una brújula que apunta directamente hacia Él. Descubrió que la devoción mariana acerca a los fieles a la gracia de Cristo y que María, por su humildad y obediencia, refleja la luz de su Hijo y atrae a los creyentes a una relación más profunda con Dios.

Misionero para agnósticos y ateos

Consciente de que la belleza es para muchos el camino hacia Cristo, Ring-Sakabe decidió entregar su vida a transmitir la fe con sus obras, aportando un clima de acogida que invite a abrazar las bases de la fe.

“Me considero un misionero para los agnósticos y ateos. Como cristianos, necesitamos utilizar los talentos y recursos que Dios nos ha dado para acoger a los no creyentes con amor y belleza”, comenta.

Mirando atrás, el pintor admite que, como su pintura, su paternidad y su reencuentro con la fe, el mejor argumento para evangelizar es el testimonio espiritual y el amor de Dios.

“La experiencia religiosa que tuve en ese momento culminó con una profunda sensación de ser amado. Amor, gracia, Él es todo eso y sin Dios, no hay amor. Así que, cuando estás formando una relación con Dios, no tienes que imaginarlo en las nubes. No. Estás desarrollando una relación con el Amor mismo”, explica.

miércoles, 20 de noviembre de 2024

Los ángeles invaden las redes sociales: ¿Cuándo son cristianos y cuándo ‘New Age’? Responde Luis Santamaría del Río

 

* «Parecen ángeles, pero no lo son. La valoración de la Iglesia es clara: sí, es cierto que cuando algunas personas dicen recibir mensajes de los ángeles o entrar en contacto con ellos, “las manifestaciones son efectivamente espirituales, pero no proceden de Dios, a pesar del lenguaje de amor y luz que suele usarse casi siempre”. Y continúa diciendo: “probablemente sea más correcto referirse a ello como a una forma contemporánea de espiritismo, más que a una espiritualidad en sentido estricto. ¿Espiritismo? Sí, aunque ahora se hable de channeling (canalización), y la persona que hace la función de médium sea llamada channel (canal), en un intento de enmascarar y dulcificar una práctica rechazada y prohibida por el Magisterio de la Iglesia católica desde siempre. Aunque este documento del Vaticano no mencione al demonio, está claro que vislumbra su acción causal, dado que habla de manifestaciones “espirituales” que “no proceden de Dios”. Su origen, por lo tanto, no puede ser otro»

Camino Católico.-  Cada vez hay más presentaciones de la figura de los ángeles como seres superiores de cariz casi mágico, con un lenguaje confuso que emplea términos cristianos y bíblicos, pero en una frontera difusa que suena más a esoterismo. Sí, la Nueva Era (New Age) utiliza los ángeles, pero en un sentido totalmente diferente. ¿Cómo distinguirlos? En este artículo de Luis Santamaría del Río que ha publicado Portaluz veremos las claves principales.

En las últimas décadas, los ángeles se han puesto de moda. Seres espirituales de cuya existencia habla la Biblia, no son patrimonio exclusivo del judaísmo y del cristianismo, sino que aparecen como mediadores –y mensajeros, que eso significa etimológicamente su nombre griego– entre Dios y los hombres en el islam y en otras religiones. En el caso de la fe monoteísta, queda claro que los ángeles son criaturas, y de ninguna manera pueden identificarse con Dios. 

Sin embargo, cada vez hay más presentaciones de la figura de los ángeles como seres superiores de cariz casi mágico, con un lenguaje confuso que emplea términos cristianos y bíblicos, pero en una frontera difusa que suena más a esoterismo. Sí, la Nueva Era (New Age) utiliza los ángeles, pero en un sentido totalmente diferente. ¿Cómo distinguirlos? En este artículo veremos las claves principales. Pero antes, repasemos el aviso que dio la Santa Sede sobre este asunto en particular. 

La alerta del Vaticano sobre la trampa del “encantamiento”

 


En el documento Jesucristo portador del agua de la vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”, del año 2003, fruto del trabajo conjunto de varios dicasterios –organismos que colaboran con el Papa en el gobierno de la Iglesia universal–, leemos una advertencia clara sobre la presencia de los ángeles en el discurso doctrinal de la New Age. En efecto señala que: “uno de los elementos más comunes de la espiritualidad de la Nueva Era es la fascinación por las manifestaciones extraordinarias y en particular por los seres paranormales”. Aquí es donde -para los cultores de la New Age- encuentran su lugar, entre otras pretendidas entidades sobrenaturales y ‘maestros ascendidos’, ciertos seres a los que llaman ángeles. 

Parecen ángeles, pero no lo son. La valoración de la Iglesia es clara: sí, es cierto que cuando algunas personas dicen recibir mensajes de los ángeles o entrar en contacto con ellos, “las manifestaciones son efectivamente espirituales, pero no proceden de Dios, a pesar del lenguaje de amor y luz que suele usarse casi siempre”. Y continúa diciendo: “probablemente sea más correcto referirse a ello como a una forma contemporánea de espiritismo, más que a una espiritualidad en sentido estricto”. 

¿Espiritismo? Sí, aunque ahora se hable de channeling (canalización), y la persona que hace la función de médium sea llamada channel (canal), en un intento de enmascarar y dulcificar una práctica rechazada y prohibida por el Magisterio de la Iglesia católica desde siempre. Aunque este documento del Vaticano no mencione al demonio, está claro que vislumbra su acción causal, dado que habla de manifestaciones “espirituales” que “no proceden de Dios”. Su origen, por lo tanto, no puede ser otro. 

1ª clave: los nombres de los ángeles

  


Una forma muy sencilla de distinguir cuándo nos encontramos ante contenidos cristianos sobre los ángeles y cuándo, por el contrario, nos adentramos en los terrenos del esoterismo, es poner la atención en los nombres que se les dan. La liturgia de la Iglesia, basándose en la revelación bíblica y en la Tradición, tiene dos fiestas dedicadas a los ángeles: la conmemoración de los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (29 de septiembre) y la de los ángeles custodios (2 de octubre). 

Los primeros aparecen atestiguados nominalmente en la Sagrada Escritura y se cuentan sus intervenciones respectivas en la historia de la salvación. En cuanto al ángel de la guardia, la Iglesia enseña que Dios ha asignado uno a cada persona. Por lo tanto, cuando nos encontramos con listados de ángeles o arcángeles –habitualmente siete, pero también en cantidades mayores–, es seguro que estamos fuera de la fe cristiana, habiendo ingresado en uno de los múltiples senderos de la Nueva Era. 

¿Se trata de nombres antiguos, procedentes de textos judíos clásicos? Algunos de ellos, sí. Pero no están en la Biblia, sino en documentos apócrifos –es decir, que no fueron incluidos en el canon de libros sagrados del pueblo hebreo, y mucho menos en el de la Iglesia– y, sobre todo, en las versiones esotéricas de la religión judía (la Cábala). 

2ª clave: el tipo de invocación

 


Siguiendo el mismo principio de la espiritualidad cristiana según el cual la liturgia refleja, expresa y aplica fielmente los contenidos doctrinales (formulado de forma clásica como “lex orandi, lex credendi”), podemos distinguir los verdaderos ángeles de aquellos ajenos al cristianismo por el tipo de invocación y el lenguaje empleado en ella. 

Efectivamente: en la tradición de la Iglesia, las oraciones dirigidas a los ángeles se expresan en términos de invocación como mediadores entre Dios y los hombres, de forma semejante a lo que sucede con la invocación de los santos. En ningún caso se refieren a los ángeles como dioses o semidioses, sino como criaturas espirituales que comparten la gloria eterna con el Señor, y a quienes los fieles se unen en la misma liturgia de alabanza ya aquí en la tierra (como sucede en cada misa con el canto del “Santo, santo, santo”). 

Y, por supuesto, en las oraciones cristianas dirigidas a los ángeles no hay ningún rastro de pensamiento mágico, sino de petición de la gracia de Dios a través de sus mensajeros. Ni expresiones típicas de las falsas oraciones de la New Age como “yo decreto” o “sello”, que son propias de conjuros y hechizos. 

3ª clave: la especialización 

Hay un elemento muy llamativo en las presentaciones de tipo esotérico de los ángeles: su carácter especializado. Imitando de alguna forma los patronazgos de los santos, cuando se ofrecen listas de ángeles aparecen asociados a “funciones” o virtualidades diversas, de forma que se entiende que hay que invocar a uno o a otro según la necesidad o la circunstancia. Uno sería el especialista en el amor, otro conseguiría trabajo, su compañero traería la abundancia y otro diferente proporcionaría la salud. 

Siguiendo esta misma línea, a veces se atribuye un color propio a cada uno de los ángeles, un tipo de vela o de sustancia que habría que utilizar al invocarlo o hasta un chakra (supuesto centro energético del ser humano) determinado sobre el que tendría influencia o proporcionaría protección. Todo un despropósito que se aleja de la fe para situarse de lleno en el terreno de la superstición y de la magia. 

4ª clave: la búsqueda de comunicación 

Volvamos a la invocación. En la New Age suele ser entendida, como ya avisaba el documento del Vaticano que hemos citado, como el establecimiento de un contacto que no busca tanto la intercesión ante Dios cuanto la posibilidad de recibir mensajes o revelaciones de parte de los ángeles. Así, la persona que los invoca termina “canalizando” sus comunicaciones, que después compartiría con sus seguidores u oyentes. 

De esta forma, se entiende a las criaturas angélicas como una especie de oráculo capaz de revelar cuestiones ocultas, mostrar el futuro o desentrañar el mundo interior de los que acuden a ellas. Una técnica realmente peligrosa, por la potencialidad de manipulación que supone: los sujetos que se erigen en “portavoces” de los ángeles acaban convirtiéndose en maestros espirituales, y es fácil que entren en una espiral irracional que arrastre a sus adeptos, generando una dependencia en ellos que pueda llevar a la despersonalización y al alejamiento de una sana y verdadera espiritualidad. 

La enseñanza de la Iglesia sobre los ángeles

 

Para tener claro el papel de los ángeles en la fe cristiana, tal como lo ha enseñado la Iglesia católica a partir de la Biblia y la Tradición, basta con acercarse al Catecismo de la Iglesia Católica. Cuando se explica qué quiere decir que Dios es “Creador del cielo y de la tierra”, el texto afirma con claridad que la existencia de los ángeles “es una verdad de fe”. Y a lo largo de varios números (328-336) detalla lo que ha sido revelado sobre ellos. 

También es interesante la serie de catequesis semanales que Juan Pablo II dedicó al tema de los ángeles en 1986, precisamente al comentar el credo. Se pueden encontrar fácilmente en la página web de la Santa Sede, acudiendo a los textos de las audiencias del 9 de julio, el 23 de julio, el 30 de julio, el 6 de agosto y, a continuación, las que versaron sobre los ángeles caídos o demonios, y sobre la victoria de Cristo sobre el mal, el 13 de agosto y el 20 de agosto

Es muy significativo que ya en la primera de aquellas catequesis, el pontífice polaco señalara que “hoy, igual que en tiempos pasados, se discute con mayor o menor sabiduría acerca de estos seres espirituales”. Y, en una clara referencia a la “moda” de los ángeles en la New Age, añadía la siguiente advertencia: “a veces, la confusión es grande, con el consiguiente riesgo de hacer pasar como fe de la Iglesia respecto a los ángeles cosas que no pertenecen a la fe o, viceversa, de dejar de lado algún aspecto importante de la verdad revelada”. Una observación, como hemos visto, a tener en cuenta.

Luis Santamaría del Río