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lunes, 8 de diciembre de 2025

Padre Bob McCahill, misionero de 88 años que recorre Bangladesh en bicicleta para ayudar a niños con discapacidad: «Como Jesús que difundió la Palabra de Dios, yo viajo y llego con amor y trabajo a personas de todas las religiones»

Abdul Mannan Khan y su hijo discapacitado, Abu Mosa Khan, se reúnen con el P. Robert Terence McCahill en su hogar en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025. El sacerdote visita aldeas a diario para encontrar niños discapacitados y conectarlos con tratamiento médico | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA

* «Las bicicletas son el vehículo de la gente pobre. Al mismo tiempo, montar en bicicleta mantiene el cuerpo sano, por eso la uso. Creo que amarnos unos a otros es la clave de la felicidad. Además, cuando voy en bicicleta, mucha gente me hace preguntas y puedo responderlas fácilmente mientras estoy parado… Celebro la Misa yo mismo todos los días. Quiero vivir así, y cuando muera, quiero ser enterrado en este país»   

Camino Católico.- El P. Robert Terence McCahill, misionero de Maryknoll que trabaja en el cuidado de la salud de personas pobres y con discapacidades en Bangladesh, cumple 50 años de servicio en el país en esta primera semana de diciembre. Durante sus cinco décadas en Bangladesh, McCahill ha visitado 13 distritos administrativos de esta nación de mayoría musulmana, pasando tres años en cada uno para servir a la población local. Dejó Srinagar, en el distrito de Munshiganj, cerca de Daca, a finales de noviembre tras completar tres años allí, aunque aún no sabe a dónde irá después.

La sencilla vivienda del padre Robert Terence McCahill en un edificio escolar de Srinagar, distrito de Munshigonj, Bangladesh, mostrada el 18 de noviembre de 2025. El espacio de 1,5 x 2,4 metros, cedido gratuitamente por las autoridades locales, contiene una cama de madera, un mosquitero, una estufa de queroseno y una bicicleta | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA

“Creo que, así como Jesús no estuvo atado a un solo lugar y se le pidió que difundiera la Palabra de Dios, yo viajo y llego con amor y trabajo a personas de todas las religiones”, dice McCahill a CNA —agencia en EWTN News— el 18 de noviembre. 

Nacido en Iowa en 1937, McCahill se trasladó más tarde a Indiana debido al trabajo de su padre. En 1964 fue ordenado sacerdote y ese mismo año llegó a Filipinas.

En 1975, él y otros cuatro sacerdotes llegaron a Bangladesh por invitación del Arzobispo   de Daca, Mons. Theotonius Amal Ganguly. Tras aprender bengalí durante un año, su primer lugar de misión fue el distrito norteño de Tangail, donde trabajó durante nueve años.

En Bangladesh es conocido como “Bob Bhai”, es decir, Hermano Bob. Un amigo musulmán le dio este nombre al pensar que los musulmanes bangladesíes tendrían dificultad para pronunciar su nombre completo, y así sigue siendo llamado en las aldeas donde sirve.

“Mi único hijo ha estado discapacitado desde su nacimiento; no puede caminar ni hablar. He visto a muchos médicos, pero sin resultados”, dice Abdul Mannan Khan, de 45 años, musulmán de Munshiganj. 

“Bob Bhai viene a menudo a mi casa, ríe y bromea con mi hijo. Ahora estoy recibiendo tratamiento en el hospital gracias a él. No necesito dinero”, relata Khan.

Abu Mosa Khan en brazos de su madre en su hogar en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025. Gracias a la ayuda del P. McCahill, la familia tiene acceso a tratamiento hospitalario gratuito en Daca | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA

Su hijo de 15 años, Abu Mosa Khan, es el único niño de la familia y sus padres lo cuidan con devoción. Pero afirman que nadie alrededor logra conectarse con él como lo hace McCahill. “No todo es posible solo con dinero; muchas cosas grandes son posibles con amor, como lo que hace Bob Bhai”, afirma Khan. 

McCahill alquila una habitación pequeña dondequiera que va, o se queda donde alguien se la ofrezca gratis. Las autoridades le han dado un espacio de 5 por 8 pies en un aula de escuela en Srinagar, separado por paredes de zinc. La habitación, apenas iluminada, contiene un desorden de ropa, una cama sencilla de madera, un mosquitero viejo, una luz eléctrica básica y un ventilador. También hay una estufa de queroseno para cocinar, algunos utensilios pequeños y una bicicleta.

El P. Robert Terence McCahill, de 88 años, recorre en bicicleta aldeas rurales del distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025 Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA

Cada día recorre al menos entre 19 y 24 kilómetros en bicicleta para visitar aldeas rurales, ver a niños discapacitados y llevarlos a diferentes hospitales cuando lo necesitan.

“Bob Bhai llega a nuestra casa muy temprano por la mañana en su bicicleta”, dice un hombre llamado Farman, de 83 años.

El nieto de Farman, Rakibul, de 8 años, quedó discapacitado un año después de su nacimiento y no puede caminar ni hablar. Su madre se volvió a casar y su padre ya no se ocupa de él, por lo que Rakibul vive con su abuelo.

“Después de recibir tratamiento en muchos lugares, ahora Rakibul está siendo atendido gratuitamente en Daca por consejo de Bob Bhai, y está mostrando algo de mejoría”, comenta Farman.

McCahill, quien perdió a su madre siendo muy joven, se mudó con su padre a Indiana. De joven trabajó repartiendo periódicos en bicicleta. Más tarde, en la secundaria, trabajó limpiando casas y luego como conductor de camiones.

Mientras conducía un camión, antes de entrar al seminario, se salvó de un accidente grave gracias a la oración. Los frenos fallaron y pensó que tendría que saltar del vehículo, pero milagrosamente sobrevivió.

“Después de sobrevivir a aquel accidente, decidí sin dudarlo que sería sacerdote y misionero”, recuerda McCahill.

Desde su juventud ha tenido una gran pasión por las bicicletas. Cuando llegó a Bangladesh, las carreteras no estaban bien desarrolladas y podía llegar a todas partes pedaleando. Por eso escogió la bicicleta como su medio de transporte.

“Entre otras razones, la principal es la sencillez, y las bicicletas son el vehículo de la gente pobre. Al mismo tiempo, montar en bicicleta mantiene el cuerpo sano, por eso la uso. Creo que amarnos unos a otros es la clave de la felicidad”, explica McCahill.

“Además, cuando voy en bicicleta, mucha gente me hace preguntas y puedo responderlas fácilmente mientras estoy parado”, añade este misionero ciclista.

El P. Robert Terence McCahill, de 88 años, trabajando en el distrito de Munshigonj, Bangladesh, el 18 de noviembre de 2025 | Foto: Stephan Uttom Rozario - CNA

McCahill encuentra paz en su vida sirviendo a las personas. Continuará mientras pueda caminar, asegura. Disfruta descubrir un lugar nuevo tras otro y conocer nuevas personas. No ha enfrentado grandes dificultades en el país pese a que alrededor del 90% de la población es musulmana y menos del 1% cristiana.

“Primero hay sospecha —es natural esperarlo y recibirlo—. Para el segundo año, hay muchas personas que confían en ti, y ese es un año de construcción de confianza. Para el tercer año, ya hay afecto hacia mí. Y entonces sé que, al terminar el tercer año, puedo irme y hacer lo mismo en otro lugar”, explica.

Cree que un sacerdote no solo debe celebrar la Misa dentro de la iglesia, sino también predicar la Palabra de Cristo en todas partes. “Celebro la Misa yo mismo todos los días. Quiero vivir así, y cuando muera, quiero ser enterrado en este país”, concluye.

domingo, 2 de febrero de 2025

Carlos Castañón, ‘Pinita’, se drogaba a los 11 años, se intentó suicidar 2 veces, pero Cristo lo ha llevado a atender niños con cáncer terminal: «En un retiro en la Hora Santa me enamoré perdidamente del Señor»


Carlos Castañón, ‘Pinita’, tuvo un encuentro poderoso con Cristo y desde entonces le entregó su vida

* «Le dije al Señor: 'A donde tú me mandes, a donde tú me guíes, yo voy a obedecer'. Sin ser sacerdote, yo tengo un voto de obediencia. Las misiones son algo que me llena el corazón, porque piensas que vas a dar y recibes mucho más. Yo no decidí ser enfermero de la risa, yo no decidí dar conferencias, pero creo que los tiempos de Dios son perfectos y Dios me ha puesto en el lugar y momento preciso para poder ayudar a tantos jóvenes y decirles que la droga no es el camino, la droga es un tropiezo, pero podemos salir de ahí con dedicación y amor, pero sobre todo con mucha fe. La palabra Mucha Fe es mi slogan, porque la fe mueve montañas, la fe movió mi vida cuando sentí que todo estaba perdido»

Camino Católico.-  Carlos Castañón, conocido como "Pinita", es originario de Aguascalientes, México. Actualmente se desempeña como enfermero de la risa, misionero, conferenciante y escritor. Tras una infancia marcada por la adicción a las drogas y dos intentos de suicidio, experimentó un encuentro transformador con Cristo que cambió su vida. Desde entonces, ha sido un instrumento de fe, tocando los corazones de quienes escuchan su historia y acceden a su Fundación Pinita A.C.

De pequeño se introdujo en el mundo de las drogas

A los 3 años, Carlos enfrentó la separación de sus padres, lo que llevó a su madre a emigrar a Estados Unidos en busca de trabajo, dejándolo bajo la tutela de su abuelo. A los 11 años, conoció el mundo de la violencia y comenzó a consumir drogas como marihuana, cocaína, thinner y Resistol 5000, con la finalidad de ser aceptado y pertenecer a grupos de “amigos” del barrio.

"Cuando tenía 13 años me fui un año de mi casa, donde nadie sabía nada de mí, ni mi mamá. Ella regresó de Estados Unidos y me encontró en una casa de drogadicción y decidió sacarme de allí. Cuando me sacó, yo estaba dispuesto a golpearla; la insulté y le falté al respeto. Ella me llevó a casa, me bañó, conversó conmigo y, desde entonces, inicié una lucha interna para dejar las drogas. Sin embargo, en ocasiones le robaba sus cosas para venderlas y conseguir dinero para drogarme. La vida de las adicciones es triste, porque siempre andas con depresión. Cuando te empiezas a drogar, piensas que encontraste la solución, pero lo cierto es que vuelves con la ansiedad y depresión y hay que volverse a drogar", rememora Carlos Castañón en la Revista Encuentros.


Carlos Castañón, ‘Pinita’, fue salvado de suicidarse dos veces por la providencial intervención de un misionero

Un milagro que lo salvó del suicidio

Ya estando casado, descubrió que su esposa lo engañaba con su mejor amigo. Tras ese hecho, perdió a su esposa y a sus hijos, y al mismo tiempo perdió el rumbo; la única salida que encontró para su dolor fue buscar quitarse la vida.

"En el primer intento de suicidio, cuando intenté ahorcarme, me llegó un mensaje de un hermano misionero que decía: 'Valora tu vida, ama a tus hijos, tienes una misión aquí, estás en mis oraciones'.

El segundo intento de suicidio fue exactamente al mes. En ese momento recibí una llamada del mismo hermano misionero y me dijo: '¿Qué vamos a hacer para alabar juntos al Señor? Te estoy esperando para entrar juntos a misa'. Yo lo interpreto como una "Diosidencia", como un milagro para hacer algo por las personas que están pasando por algo similar a lo que yo viví."

"Estando casado fumaba marihuana para relajarme; dejé por completo las drogas cuando mi hijo nació".

Carlos Castañón, ‘Pinita’, visita a niños con cáncer

Su encuentro con Cristo

Después de su separación familiar, un amigo lo invitó a un retiro en el que tuvo un encuentro con Cristo. Aunque su relación con Dios empezó desde muy pequeño, cuando su abuelita y tía materna rezaban a diario el rosario y él lo rezaba con ellas. Al iniciar en el mundo de las drogas se separó de su fe.

"En el retiro, escuché testimonios de vida y descubrí que mi vida tiene sentido, y al entrar a la Hora Santa me enamoré perdidamente del Señor", reconoce humildemente.

¿Cómo se hizo misionero?

Al salir del retiro, en su parroquia se formó un grupo de misiones y de ahí nació su amor por ser misionero. Al tercer año de ir a misiones, junto con dos misioneros más, le tocó ir a una comunidad muy pobre en Oaxaca llamada El Porvenir, en la que solo había una familia para evangelizar. En ese momento sintió enojo, coraje y soberbia; miró a sus compañeros misioneros y decidió irse del lugar porque pensó que allí no había nada que hacer.

"En ese momento me metí a la capilla, vi a Cristo en la cruz, miré al encargado, volví a ver el rostro de Jesús y empecé a llorar. Le dije: 'Señor, uno no elige dónde va; tú eliges a dónde nos mandas', y me quedé a trabajar con esa familia. Desde ese momento, le dije al Señor: 'A donde tú me mandes, a donde tú me guíes, yo voy a obedecer'. Sin ser sacerdote, yo tengo un voto de obediencia".

"Las misiones son algo que me llena el corazón, porque piensas que vas a dar y recibes mucho más", confidencia Carlos.


Carlos Castañón, ‘Pinita’, y los miembros de su fundación acuden a los hospitales de niños con cáncer para llevar esperanza y atender sus necesidades

¿Cómo nace Pinita?

El apodo "Pinita" se originó cuando Carlos tenía 4 años. Un vecino, Don Rubén, lo llamaba "Pinacate" debido a su piel oscura, considerándolo prieto, feo y apestoso (risas). Con el tiempo, el apodo se acortó a "Pina" y, de forma cariñosa, a "Pinita". Este sobrenombre lo ha acompañado desde entonces.

Después de sus dos intentos de suicidio, Carlos conoció a un miembro de los Caballeros de Colón, una organización laica alservicio de la Iglesia. Este grupo realizaba actividades como llevar comida a hospitales y repartir juguetes, aunque inicialmente Carlos sentía que estas acciones carecían de calidez. 

Carlos Castañón, ‘Pinita’, con sus compañeros de la fundación

Inspirado por la película "Patch Adams", decidió visitar hospitales por su cuenta, llevando juguetes y utilizando el humor para alegrar a los niños enfermos. Compartió sus experiencias en redes sociales, lo que atrajo a más personas interesadas en unirse a su causa. Así, comenzó con un grupo de ocho voluntarios que fue creciendo, dando origen a la  Fundación Pinita A.C, que se dedica a diversas actividades altruistas, entre ellas:  Visitar a niños con cáncer, escoliosis y enfermedades terminales como "enfermeros de la risa".

También tienen un comedor comunitario en Aguascalientes, brindan atención psicológica a quienes lo necesitan y organizan fiestas privadas para niños en estado terminal.

Carlos Castañón, ‘Pinita’, ha comprobado como él se sanaba ayudando a los niños enfermos

“La mejor manera de sanar es ayudando a las personas que tienen problemas. Ayudando, robando sonrisas, ayudando a los niños en etapa terminal de cáncer, a los abuelitos que están olvidados en un asilo. La primera intención fue sanarme a mí mismo, porque no puedo ofrecer algo si no estoy bien. No puedo amar ni querer si no me amo ni me respeto a mi mismo”, reflexiona Carlos.

Un milagro guadalupano

A través de su página de Facebook, "Pinita Conferencista", Carlos reza el rosario y ha recibido bendiciones derivadas de esta práctica. Durante la pandemia, al finalizar una de sus transmisiones, invitó a quienes quisieran sumarse a su causa a donar. Una persona desconocida le ofreció despensas y, al acudir al lugar acordado, encontró una habitación llena de provisiones.

Carlos Castañón, ‘Pinita’, rezando el rosario

Además, este benefactor continuó colaborando y le ayudó a conseguir las instalaciones donde actualmente opera la Fundación Pinita A.C., apoyando con el pago de la renta. En este espacio, se atiende a personas en situación de calle, se ofrece un comedor y se brinda asistencia psicológica gratuita.

Conferenciante y escritor

Carlos fue invitado a dar una plática testimonial, aunque nunca lo había hecho antes. Su primera charla fue ante un grupo de aproximadamente 15 jóvenes, y, gradualmente, recibió más invitaciones para hablar. Buscó cursos de oratoria y conoció a Iván Martz, conferenciante internacional de Guadalajara, quien le proporcionó herramientas para expresarse mejor en público. Esta relación se convirtió en una amistad, y Martz lo invitó a eventos donde tuvo la oportunidad de conocer a destacados conferenciantes como César Lozano y el Padre Ricardo López, con quienes ha compartido escenario en múltiples ocasiones.El Padre Ricardo López, además de ser un gran amigo, es un guía espiritual para Carlos.

Actualmente, Carlos utiliza el personaje de Pinita no solo como enfermero de la risa, sino también para evangelizar y dar conferencias. Ha compartido su testimonio desde Oaxaca hasta Detroit, llenando grandes escenarios. Posteriormente, surgió la idea de escribir un libro testimonial titulado "Mucha Fe", donde relata cómo la fe, la oración, el ayuno y el servicio le han ayudado a transformar vidas. El prólogo del libro está escrito por el Padre Ricardo López, Iván Martz y César Lozano, con la intención de dejar un legado.

Carlos Castañón, ‘Pinita’, impartiendo una conferencia

“Yo no decidí ser enfermero de la risa, yo no decidí dar conferencias, pero creo que los tiempos de Dios son perfectos y Dios me ha puesto en el lugar y momento preciso para poder ayudar a tantos jóvenes y decirles que la droga no es el camino, la droga es un tropiezo, pero podemos salir de ahí con dedicación y amor, pero sobre todo con mucha fe. La palabra Mucha Fe es mi slogan, porque la fe mueve montañas, la fe movió mi vida cuando sentí que todo estaba perdido”.

A través de su testimonio y acciones, Pinita ha impactado a miles de personas, no solo con sus conferencias y solidaridad, sino también mediante su ejemplo de fe, oración y servicio. Nos enseña que las adversidades se superan regalando sonrisas a los demás. Pinita es una vida que inspira.



Carlos
Castañón, ‘Pinita’, llena los auditorios y hace que los jóvenes se interesen mucho en su testimonio de vida

domingo, 26 de febrero de 2023

Raoul Sohouénou: «Nací en una familia polígama de cultura vudú en Benín, quería ser mecánico, empecé a santiguarme como mi abuelo y soy sacerdote que evangeliza en Italia»

 


* «Compartiría con los jóvenes la convicción que he adquirido con mi pequeña experiencia de vida cristiana, religiosa, misionera y sacerdotal, y lo expresaría con las palabras del Papa Francisco a los jóvenes del mundo en la Exhortación apostólica postsinodal Christus Vivit: ‘En el discernimiento de la vocación no hay que excluir la posibilidad de consagrarse a Dios en el sacerdocio, en la vida religiosa o en otras formas de consagración. ¿Por qué excluirlo? Ten la certeza de que si reconoces una llamada de Dios y la sigues, esto será lo que te llene’. A menudo pienso en tantos misioneros y misioneras que salieron de Europa hacia África y creo que los jóvenes europeos tienen que renovar el celo misionero. Quizá sea una forma de honrar a aquellos valientes misioneros del pasado»

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jueves, 11 de noviembre de 2021

Jeremías Villalba, abogado: «Vi que Dios me llamaba al sacerdocio y lo he dejado todo para ser misionero en Malawi y llevar el Evangelio donde nunca había llegado antes»

 


* «En la misión cada día es distinto, ninguno es igual a otro, y hay mucho trabajo para hacer. El Obispo de Karonga nos encomendó la evangelización de 31 aldeas donde la Iglesia nunca llegó, y allí vamos confiando en Dios. Dios supera todo tipo de expectativa. Estar en la misión ad gentes es tener el corazón lleno de esa alegría que sólo Dios puede dar. Ciertamente, los sacrificios y renuncias son bastantes, sin embargo Dios se encarga de dar pequeñas caricias al alma en los momentos adecuados para que uno continúe adelante, sabiendo que todo vale la pena. Hay muchísimas almas que todavía no conocen a Cristo, y hay que esforzarse para que efectivamente puedan conocerlo»

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jueves, 3 de diciembre de 2020

Al P. Emmanuelle Cueto por el covid no le detectaron un cáncer terminal y se ha quedado ciego: «En los meses que me quedan trataré de vivir en santidad. Quiero llegar al Cielo»

 


*  «Los médicos dicen que a lo mejor por el modo en que evoluciona otra vez mi tumor, tengo probablemente 7 u 8 meses de vida. Médicamente hablando. Pero, cristianamente hablando, ¡quién sabe!, muchos años más, probablemente. No lo veo como una sentencia; eso es lo que dicen médicamente. Pero, si Dios lo quiere, 200 años más tendremos de padre… Hay gente que me dice: ‘Padre, espere un milagro’; y yo lo espero, pero voy a decirlo de una manera muy cruda, no lo necesito. Es decir: espero y creo que Dios puede hacer un milagro, creo que Dios puede curarme; pero no lo obligo a que lo haga… Yo lo llamo mi hermoso calvario, que el Señor me permite ofrecerle a Él. Lo ofrezco en primer lugar por mi propia salvación; lo he ofrecido por la consolidación de la fraternidad Apóstoles Misioneros de la Palabra; y lo he ofrecido por la Iglesia, por lo que está pasando en la Iglesia actualmente… Prefiero un ministerio corto en santidad, que largo en mediocridad. Y el tiempo que Dios me permita lo voy a vivir al máximo»

Vídeo testimonio del padre Emmanuelle Cueto Ramos transmitido en directo el pasado 3 de Noviembre de 2020, en el cual cuenta su estado de salud y como vive unido a Dios su enfermedad

*  «Me gustaría ser recordado como un sacerdote muy alegre, con mucha chispa; y quiero que en mi tumba diga así: ‘Amó profundamente la Eucaristía, y buscó que otros también la amaran’… Mi petición final es que Dios me permita morir con los auxilios espirituales de un sacerdote. Señor, no me dejes ir, hazme sufrir hasta que llegué un sacerdote y me dé los auxilios espirituales completos. ¡Lo quiero todo: paquete premium, completo!… Cristo es la esperanza. Todo con Él, nada sin Él. No podemos pretender que todo salga con la fuerza del ser humano; algo hacemos, pero no llegamos a la plenitud sin Cristo… Muchas gracias por tanta gente que ha orado por mí. Son miles de personas que rezan por mí, por ejemplo en Europa: Alemania, Italia, Portugal. Hermanos que ni me conocen, pero que rezan por mi salud. Gracias por sus plegarias… Ojalá seamos capaces de influir en la sociedad, y que Dios nos bendiga a todos, y que un día podamos compartir juntos la Eucaristía en el Cielo. Allá podré ver, allá no habrá llanto ni dolor. Habrá gozo y paz en el Cielo, y allá es nuestra patria, no aquí»

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martes, 11 de febrero de 2020

William Rocha era ateo y Cristo le salió al encuentro cuando fue invitado a una Misa y dijo: «Dios o quien llaman Dios, si existes, pruébalo. Si no veo, no creo». Hoy es misionero

* «En aquella Misa, empecé a creer que aquel pan era Jesucristo. Desde ese momento en adelante descubrí que, aunque ni vi ni toqué a Dios, sí creía que ese pedazo de pan no era un pedazo de pan, era el verdadero Jesucristo, que en aquel pan lo podía tocar y comer, que ya no era pan. ¡Ese Jesús fue hacia mí 3 veces! Él no depende de mi fe o falta de fe para actuar, en mi vida. Él vino a mí y me hizo una persona nueva, una persona feliz que ya no sigue las modas del mundo» 

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domingo, 25 de marzo de 2018

Paul Elie Cheknoun era musulmán y se hizo católico, huyó por las amenazas y vuelve a Argelia como sacerdote misionero

En 2005 conoció al hermano Ismael que «inspirado por una llamada del Señor a anunciar a los musulmanes el amor de Dios. Me hizo descubrir la riqueza espiritual de la Iglesia Católica y sentí claramente en mí la llamada del Espíritu Santo para convertirme en un sacerdote católico y misionero, para así dar a conocer la profundidad del amor de Jesús a todos y especialmente a nuestros hermanos musulmanes de Argelia, mi país. Soy vicario en una parroquia en Argelia, llamado allí por el obispo de la diócesis. Pero no puedo quedarme allí todo el tiempo. Cuando estoy en Argelia doy la bienvenida como sacerdote y con discernimiento a los muchos nuevos cristianos que vienen a nosotros. Pero no puedo hacer misión fuera de la iglesia. Si salgo, no debo usar ningún signo religioso cristiano, de lo contrario me arriesgo a ser atacado»

miércoles, 29 de marzo de 2017

Grégoire Ahongbonon libera a enfermos mentales atados con cadenas en África: «Es Jesús quien sufre a través de estas personas»

«En los campos de plegaria de las sectas sucede algo muy fuerte, una desgracia. Utilizan el nombre de Jesús para torturar a los semejantes. Es abominable. Jesús no vino para encadenarnos, sino para todo lo contrario. Prometen a los familiares que van a echar a los malos espíritus y se llevan el dinero. En Togo, entré en uno con una cámara de televisión. Había más de 200 personas encadenadas, algunas más de ocho años seguidos, e incluso un niño de 9 años que solo tenía epilepsia. ¡Y está encadenado!»


jueves, 22 de diciembre de 2016

Alan Ruschel, superviviente del Chapecoense: “Dios me puso en su regazo y me dijo que tenía más misiones en la tierra”

“Es una mezcla grande de sentimientos: una alegría por estar aquí de nuevo pero al mismo tiempo un luto por haber perdido tantos amigos… La única explicación es la de los milagros: el de estar vivo y el de estar andando. Es un milagro de Dios que yo esté vivo y andando” 


lunes, 19 de septiembre de 2016

El apóstol de la basura, el albañil de Dios: el padre Opeka ha creado una ciudad en un basural en Madagascar; empezó con fútbol

"No vi pobreza, ahí conocí la miseria. Cuando llegué vi miles y miles de personas que vivían de uno de los basurales más grandes del mundo. Esa noche no dormí y le pedí a Dios que me diera fuerzas para rescatarlos de ahí"


sábado, 2 de abril de 2016

Dominik Kustra, de Ayuda a la Iglesia Necesitada: “Sin oración somos activistas, pero no misioneros”

“Lo principal es la Eucaristía. Además, por mi trabajo, mi capilla es mi coche porque viajo muchísimo para dar conferencias y hacer las campañas. Apago la radio dos o tres horas y estoy en silencio, oro y reflexiono… Hay que hacer lo que dice el Papa: Déjate mirar por Cristo. Entra a la capilla todos los días y si tú no tienes nada que decirle a Dios deja que Él te mire por lo menos”

martes, 26 de enero de 2016

Colm O´Connell, misionero en Kenia, entrenador de 30 campeones mundiales de atletismo y un periodista dice que "tiene un arma secreta: su fe”

El reportero Jim de Zoete añade que “es un hombre de Dios y lo muestra de forma práctica. La fe de Colm le da una increíble sensación de calma, que sus atletas absorben. Esto viene de tener un propósito mayor en la vida. Él dice: nunca te jubilas de ser misionero, nunca dices ´vale, ya lo hice todo´. La vida sigue. Hay vida más allá del oro olímpico. Esta es la clave: el objetivo nunca fue ganar las Olimpiadas. Colm dice: mi misión es ayudar a la gente joven a tener una vida mejor"

domingo, 10 de enero de 2016

Andrés Díaz de Rábago, misionero jesuita centenario que rezaba por Mao: “Dios, en su Providencia, saca bienes siempre, si le amamos a él y a los demás”


* “Yo busco la Providencia de Dios: ¿Qué va sacar Dios de todo esto? ¿Cómo puedo yo cooperar con Él para su plan?... Colaboremos con Dios para el bien común... Con amor y oraciones”

* “Cada uno tenemos de llevar la fe en Cristo a todo el mundo. No pasar de largo, vivir esa fe que nos dieron en el Bautismo, esa velita que nos dieron en el Bautismo, la luz de Cristo para anunciar el Evangelio a todo el mundo. ¡No podemos olvidarnos de la velita! Ser misionero sin salir del país, con amor a los demás, pensando siempre en el otro antes que en ti”

viernes, 4 de septiembre de 2015

Gregoire Ahongbonon, de Benín, reparaba neumáticos, hoy libera a enfermos mentales encadenados: «Cristo está en su carne»


* «Mientras siga habiendo enfermos encadenados a un árbol o dentro de una cabaña, yo no puedo hacer un balance de victoria. Mi victoria, hasta hoy, es encontrarlos y dejar que Él me ayude a liberarlos»

* «La oración tiene una importancia capital en nuestros centros; en todos hay capillas donde se celebra todos los días por lo menos una misa. Porque, repito, esta obra no es mi obra, es la obra de Dios y entonces hay que dirigirse a Él para que la obra continúe»